lunes, 15 de junio de 2015

Sabiduría Femenina

Hoy estaba almorzando y en la mesa de al lado había un grupo de 4 mujeres, todas con pinta deportiva: sudadera y tenis, de día festivo.  Pude agarrar algún par de frases y una que otra palabra de lo que hablaban, pues  había mucho ruido en el lugar. Tres de ellas le estaban dando consejo a la cuarta sobre un hombre.  Le decían que no fuera boba, que ella era bonita y mucha mujer para ese tipo o algo así.  

Estuve de acuedo con la opinión de sus amigas, pues de las cuatro también me pareció la más bonita de todas.  Intenté imaginarmela arreglada con el pelo liso y base, pestañina, polvos y todos esos menjurjes que utilizan las mujeres, y llegué a la conclusión que se debería ver muy bien arreglada con todas las de la ley.

En un momento esta mujer volteó a mirar preciso cuando la estaba mirando e intentando descifrar su conversación.  En los pocos segundos que le sostuve la mirada, me pareció que ella pensaba " ¿Y qué? se está divirtiendo con nuestra conversación?" Mire para el otro lado como si nada, como si apenas me hubier a percatado de su presencia.

Después de eso vibro el disco de mi pedido y me pare a reclamarlo, cuando llegué a la mesa, ya se habían ido y ahora estaba ocupada por dos abuelos con un par de nietos.  

Siempre he querido saber  ¿Qué tan valioso podría ser obtener la información de un grupo de mujeres que por cualquier motivo hablaron acerca de uno,  ¿Valdrá la pena o solo serviría, independiente de cual fuera el tema que trataron, para enredarse la cabeza? 

domingo, 14 de junio de 2015

80/20

El sábado cuadré con mi hermana para ir a cine.  Llegué al lugar antes y decidí tomarme un capuchino mientras la esperaba.  Todas las mesas están ocupadas, así que me senté en una barra donde el panorama que podía disfrutar era una pared.

detrás de mí, había un grupo compuesto por 8 personas, quienes habían juntado tres mesas y hablaban fuerte.  Uno de ellos, un hombre con una chaqueta azul aguamarina y jeans o pantalón, la verdad ya no lo recuerdo (su chaqueta acaparó toda mi atención), parecía ser el que llevaba la batuta de la conversación.

El hombre en un momento dijo fuerte: "Hernández, de acuerdo lo que me dijo ayer, debería hacer 50.000 de pecho"  De acuerdo a esa frase supongo que debían ser militares.  "Usted me dijo que podíamos ir a la bodega hoy".  No escuché si el tal  Hernández le respondió  al hombre de la chaqueta colorida, que de acuerdo al tono de la frase, parecía ser su jefe. 

 La conversación de ellos no tenía ningún tipo de orden, y todos metían la cucharada cuando les daba la gana, siempre respetando al hombre de la chaqueta colorida. Después de unos minutos, este le dijo a una mujer "Por eso te digo Yo tenía cuadrado unos 80/20".   ¿80/20 qué? pensé ¿Estaba hablando el hombre de porcentajes, millones de pesos o la ley de pareto? 

¿Qué guardan en esa bodega?  ¿Contrabando, armas, drogas? El mandamás de la conversación hizo un comentario, supuestamente gracioso, y todos   se rieron.  Me pareció que lo hicieron por decencia, tal vez al líder del grupo le gusta castigar a aquellos que no se rían de sus chistes flojos.  

Al rato, una de las mujeres que más bien parecía una tía del líder de la banda,le dijo "Es que así somos los colombianos, a este negocio hay que apurarle porque después se nos van las vacas gordas"

 ¿Qué cantidad y tipo  de planes pueden estar coordinando las personas que se encuentran con uno en un mismo lugar, sea un cafe, restaurante o centro comercial?  Mi hermana me llamó al celular.  Contesté y los dejé con su conversación que nunca me dio, como dicen, buena espina.  Me alejé como si nada, pero volteé a mirarlos un par de veces, para cerciorarme que ningún integrante de los 80/20 me estuviera siguiendo. 

jueves, 11 de junio de 2015

Olores mentales prohibidos

No sé si el título del post sea el que más aplique para lo que pienso escibir, pero fue el primer juego de palabras que aparecieron en mí cabeza (¿es mejor decir mente o cabeza?) apenas pensé en el tema .

Una amiga me contó hace algún tiempo que es alérgica al café.  Para alguien, como a mí, a quien le gusta mucho el café eso nos parece una completa desgracia.  No logro concebir cómo sería vivir sin tomar café, aunque reza el refrán que el hombre es un animal de costumbres; más bien somos un animal dispuesto a acostumbrarnos a lo que sea, así nos haga daño, en fin...

El punto es que mi amiga me cuenta que el café le huele delicioso. Que ansiedad oler algo rico y no poder probarlo,  ¿no?.

Creo que nos la  mayoría de personas nos la pasamos generando miles de ideas,algunas buenas, otras normales, y otro par retorcidas, y cualquiera de estas nunca llegarán a materializarse, es decir, nunca las llegaremos a tener enfrente de nuestras narices. De ahí que todos tengamos olores mentales, unos inalcanzables y otros tan prohibidos como el café para mi amiga.


"As the normal, healthy, neurotic reader knows,

one of the chief delights of life is daydreaming."
- The Dice Man -

miércoles, 10 de junio de 2015

Portarse "Bien"

Siento algo de rabia y frustración al escribir este post, porque desearía que lo que le voy a contar, estimado lector, fuera de otra manera,  agradable o con alguna formula infalible para que no sucediera.

Creo que muchos vamos por la vida, tratando de actuar lo mejor posible en cualquier contexto o tipo de situación, y creemos que por ser así, "Buena gente",  el universo nos premiará y colmará de regalos y satisfacciones. 

Creo que en este caso aplica totalmente la frase "Es mejor no esperar nada de nadie para no decepcionarnos", y es que el universo, cosmos, destino, astros, constelaciones, casas entrantes y salientes (no sé si estas últimas existan) llámelo como quiera, se esmera en dañarnos el caminao' por más buenas personas que seamos.

Entonces en el momento en que la vida nos da uno de esos reveses que tiene ya tan perfeccionados y a la mano, nos enredamos por completo:  "¿Cómo es posible que esto me pase a mí que me he portado tan bien?"


Creo que todo funcionaría mejor si domináramos más el arte del importa culismo, al mismo tiempo que no le echáramos tanta tiza a los eventos trágicos que se nos van presentando.  De cierta forma, al darnos esa ínfulas de mártires, somo más bien egocéntricos:


"Uno tiende a creer que el egocéntrico es alguien que vive jactándose de sí
 mismo, y pocas veces se le ocurre que al revés es lo mismo, que quien se 
considera una victima y se queja y llora a toda hora es porque también padece 
de un exceso de ego, alguien que se otorga una importancia exagerada...el dolor 
forma parte del mero hecho de existir, está ahí, y a todos los representantes de
todas las especies les toca una porción. Entonces, cuando me corresponde a mi 
parte del sufrimiento, ¿por qué tengo que armar tanta alharaca?."
- Buda Blues, Mario Mendoza -

Aceptar todo tal cual como viene nos hace más humildes, al no considerar que merecemos  más que otras personas.  Ojalá todo lo bueno de la vida fuera proporcional a como nos portamos en ella.  A esta altura del partido está claro que no es así. 

martes, 9 de junio de 2015

¡NO!

Tal vez un "¡No!" es la respuesta más apropiada para dar en varias ocasiones,   ¿Cuantas veces no hemos dicho "no", y en cuantos líos no hemos metido por eso? Cómo todavía vivimos inmersos en el mundo de la pena, y el qué dirán, no tenemos la respuesta "no", valga la redundancia, entre nuestras opciones.

Aprender a decir no es complicado, y mucho más en ambientes de amistad y compinchería, en donde tanto nos pesa  ese sentimiento de "no ser chéveres".  El punto es que nunca vamos a lograr cuantificar cuanto tiempo en nuestra vida va a significar un  "¡No!", y por eso nunca le damos la importancia que realmente merece esa respuesta.

Otro punto importante, creo yo, al decir "no", es no dejar que la rabia o alguna molestia nos lleve a utilizarlo cuando la otra persona realmente nos necesita.  Entonces existirán ciertos tipos de "¡No!", y debemos procurar utilizarlo cuando estemos seguros de que decir "Si" nos va a perjudicar, de alguna manera, en el largo plazo.

Decir, ¡No!" otro de los tantos artes que debemos perfeccionar en la vida.




lunes, 8 de junio de 2015

Yo no soy de esos...

Yo no soy ninguna especie de Edward Snowden, ni Julian Assange; mucho menos un templario o un Iluminati, o alguien que maneje información totalmente confidencial  o que ponga en riesgo la seguridad Nacional. Eso es lo que yo, por lo menos, creo.  Vaya uno a saber si hay personas que consideran que uno tiene información valiosísima, la cual  sería un peligro si cae en  mano de otros.

 ¿Quiénes pueden ser esos otros? Nada más ni nada menos aquellos que adquieren  los servicios de piratas informáticos.  Hoy en día parece que no solo hay piratas en los mares Somalía, sino también en esta tierra de nadie que conocemos como internet.  Hace unos días, fantasee con la idea de que  habían interceptado o hackeado mi portátil, durante un par de horas en las cuales no pude entrar a revisar mi correo de gmail.


Creo que si en algún momento llegará a tener en mí poder algún tipo de información súper confidencial, digna de espías y organizaciones secretas, trataría en lo posible de grabármela en la cabeza.  

Recuerdo que en una película, unos mafiosos utilizaban a una niña con una memoría prodigiosa para que llevara una clave de números muy extensa en su cabeza.  Dado el caso no creo tener la capacidad de memoria de ese personaje, pero tampoco tengo conocimiento de algún número que deba aprenderme; sin embargo debo comenzar a practicar, pues  ni siquiera me sé el de mi cuenta bancaria.

domingo, 7 de junio de 2015

El amigo incondicional

"Yo tengo un amigo que me ama, me ama, me ama. Yo tengo un amigo que me ama, su nombre es Smart Phone"...

 Parafraseo esa canción religiosa no con el ánimo de ofender a alguien, sino para plantearme la siguiente pregunta ¿Por qué nos perdemos en esos aparaticos como si el mundo y el resto de personas no existieran?  Ayer estaba en la terraza de un restaurante y me puse a mirar a mi alrededor.  Muchas personas que estaban solas, se encontraban ensimismadas tecleando con furia las pantallas de sus teléfonos inteligentes.

Al rato, yo también comencé a hacerlo,  ¿Por qué? Creo que la única respuesta posible, es que le tenemos pánico a la soledad, pero no me refiero a no estar en compañía de alguien, sino a estar completamente solos con nuestros pensamientos.  Algo completamente entendible con la cantidad de basura e ideas retorcidas que llevamos en las profundidades de la mente, que suelen traducirse en torrentes interminables de dudas y angustias.

el punto, creo yo, es que  no dominar el arte de estar solos es uno de los problemas que afectan nuestra percepción y relación con el mundo.  Si cada uno intentara entenderse un poco mejor, para llegar a una tregua con eso que tanto detestamos, tal vez no necesitaríamos todos esos gadgets (pendejadas) que son inventados día tras día, cómo nuestro amigo incondicional que, a veces, utilizamos cuando estamos hartos de nuestra compañía.