miércoles, 1 de julio de 2015

Caminar con mi padre

Dentro de poco se va a estrenar el documental "Carta a una sombra", basado en el libro El Olvido que seremos de Héctor Abad Faciolince. Creo que al ser un documental no importará tanto eso de: "Es mil veces mejor leerse el libro" que tanto pregonan varios militantes de la lectura. De todas maneras yo le recomiendo, estimado lector, que se lo lea, porque la narrativa de Facionlice engancha fácilmente y lo mece a uno como si nada, y de repente uno se devoró el libro en tan solo un par de días, y desearía que hubiera durado mucho más, que fuera una obra extremadamente larga.

En la nota que vi o leí, a veces me aburre ser tan impreciso, mencionaron un pasaje del libro: 

"Un día tuve que escoger entre Dios y mi papá, y escogí a mi papá.
Fue la primera discusión teológica de mi vida y la tuve con la hermanita 
Josefa, la monja que nos cuidaba a Sol y a mí, los hermanos menores."

Esas palabras dispararon un recuerdo en mi mente que siempre me ha gustado.  Mi padre casi siempre trabajo en diferentes ciudades y pueblos de Colombia haciendo carreteras, y muy pocas veces tuvo un trabajo en Bogotá.

Yo debía tener unos 6 años cuando el trabajo lo trajo de vuelta a la capital.  Recuerdo que a él le gustaba salir a caminar temprano en la mañana, y me pedía que lo acompañara.  Recuerdo también muy bien, la sudadera gris que utilizaba con dos líneas azules que caían desde la cintura hasta los pies. A mí en vez de caminar me tocaba correr a su lado, puesto que en su decidido y rápido andar, un paso de los de él equivalía a varios de los míos, pero eso no me importaba, pues me deleitaba escuchar sus historias. 

La caminata, que debía ser de unas 10 cuadras en total, siempre la terminabamos en un Whoper King, donde mí Papá se ponía a leer el periódico, actividad que  acompañaba con un jugo de naranja, y yo, muy a eso  de las 7 de la mañana,  me tomaba un vaso de gaseosa y me comía una porción de papas a la francesa.

martes, 30 de junio de 2015

¡Nos faltan Cojones!

Cojones, eso es precisamente lo que nos hace falta a todos para vivir. Cojones para apostarle al cambio y salir de ese piloto automático en el que todos, unos en mayor o menor medida que otros, vivimos inmersos.

¿Qué será lo que nos frena? ¿las convenciones y paradigmas sociales, nuestra condición socioeconómica, la posición de los astros y los planetas? A la larga eso no es lo que importa pues siempre inventaremos miles de excusas para argumentar nuestra falta de cojones.

Todos los días suelo abrir muchas páginas con artículos que considero interesantes, pero a veces sólo los abro y en eso queda mi acción. Por eso desde hoy decidí por lo menos leer por completo uno de los artículos que me llame la atención en el día.

Hoy di con uno que habla sobre la escritora Susan Sontag, otra de las tantas que se encuentra como pendiente  en mi radar de lectura. La columna fue escrita en el 2000. En ese entonces Sontag, se encontraba en una lucha a muerte contra el cáncer y estaba a punto de publicar la novela "in America". A causa del tratamiento que recibió, había pasado gran parte del año anterior, mientras intentaba terminar su libro, bajo efectos de  drogas derivadas de la morfina, debido a los terribles dolores que experimentaba.

A sus 67 años de edad, aparte de la terapia física que recibía todos los días, también tomaba clases de piano y se mantenía con esperanza.

Cojones definitivamente es lo que nos hace falta a todos, mirar, como Sontag, de que forma le podemos hacer pistola a los inconvenientes con los que constantemente  nos bombardea la vida, y sacarle provecho a cualquier cosa o actividad por más insignificante que le parezca a los demás. Este año voy a leer algo de Sontag.

“What I really wanted was every kind of life, 
and the writer’s life seemed the most inclusive.”
- Susan Sontag -

lunes, 29 de junio de 2015

Cuerda Floja

¿Cómo llegar a saber si todo esta punto de despiporrarse? ¿Cómo saber si estamos caminando sobre una cuerda floja que tiene como fondo la piscina del desastre?

No sé por qué, pero las noticias de la crisis económica en Grecia me inquietaron. Me parece extraño que mientras unos estamos, al otro lado del mundo, aparentemente tranquilos, al otro miles de personas se encuentran en completa incertidumbre, sin saber que va a pasar con el dinero que han ahorrado a lo largo de sus vidas. Digo aparentemente porque parece que no sabemos en qué momento, por cuenta propia o razones externas, vamos a dar un paso en falso que nos va a hacer perder ese “equilibrio” en el que supuestamente nos encontramos.

Parafraseando a la Chimoltrufia, si no es una cosa es la otra, porque si usted no se encuentra inmerso en una crisis financiera y, supongamos, tiene la oportunidad de irse de vacaciones a una playa paradisiaca; cualquier día de ese descanso tan merecido, mientras usted disfruta de un coco partido por la mitad y algún trago que lo llena, le puede tocar la lotería del loco que le gusta agarrar a bala a la gente que está tendida bronceándose. 

¿Cómo saber cual incidente desencadenará el caos en el planeta y llevará nuestra raza al borde del colapso?, esa es una pregunta que me inquieta. No queda más que intentar mantener el equilibrio por el mayor tiempo posible.

jueves, 25 de junio de 2015

Pinche Pendejo

Hoy me llamaron, supuestamente, desde México y después de un rato de conversación, eso fue lo que me dijeron: "Pinche Pendejo".  El señor, del que ya no recuerdo ni una letra de su nombre, que llamo, el cual me lo imagino de bigote, con las mangas de una camisa color crema arremangadas, y sentado al frente de un escritorio con un cenicero que no ha sido lavado en años, un cactus que supuestamente absorbe la ondas emitidas por su computador y un termo con tinto recalentado, me quería ofrecer algo, nunca supe que.

Apenas mis sensores de "Venta desquiciada a la vista" se activan, mi cerebro se bloquea instantáneamente, y me rehúso a escuchar la propuesta, en este caso la conversación fue, más o menos, la siguiente:

"Señor Rodríguez, lo llamamos de la empresa X, para"

"Buenas tardes ¿Quién le dio mis datos?"

"Señor Rodríguez, nuestra empresa trabaja con varias cámaras (nunca supe a que tipo de cámaras se refería")  y de una de ella los obtuve"

"Ok, pero  no estoy interesado en lo que me va a ofrecer, gracias"

"Pero señor Rodríguez,  ¿Cómo sabe que no está interesado, si no sabe que le quiero ofrecer?"

Punto a favor de su estrategia de venta.  Casi caigo en su jueguito, pero recuperé la cordura en el último segundo antes de contestarle.

"Ok, pero bueno, sea lo que sea no estoy interesado"

"Pero señor Rodríguez, nuestra empr..."

"No estoy interesado, gracias señor"

"Pinche pendejo"

"Si me va a insultar le voy a colgar en  3, 2..."

"Si me cuelga lo voy a volver a llamar Señor Rodríguez"

Tuuu tuuu tuuu....

Después de un par de minutos volvió a sonar el teléfono, quería mentarle la madre en colombiano, decirle algo como "Vea bobo Hijueputa,  ¿Por qué no mejor llama a su madre?". me acorde en una fracción de segundo de la ridícula indignación de tantas personas porque un don nadie argentino le dijo malparidos a los jugadores de Colombia, así que solo levante la bocina y colgué.

El teléfono volvió a sonar.  Nuevamente contesté y colgué sin intercambiar palabras con el vendedor mexicano.  Opté por dejar el teléfono descolgado unos 15 minutos y pasado ese tiempo lo colgué.  Nuevamente sonó y era otra vez este señor.  Intenté explicarle que no quería tener nada que ver con su empresa, cámaras, o con lo que fuera que me quería ofrecer, pero la  conversación se estaba encaminando hacia lo mismo.  Después de intentar, infructuosamente, explicarle que no quería nada, le colgué nuevamente.

No ha vuelto a llamar, pero estoy seguro que lo volverá a hacer.  Estoy mamado de todas esas redes de  mercadeo y negocios que me van a tapar de billlete de la noche a la mañana,  ¿Qué he hecho yo para que en en los últimos meses me lleguen ese tipo de propuestas? Parece que me cogieron de bobo; o bien, de pinche pendejo.




miércoles, 24 de junio de 2015

Desacreditar

Si hay algo que nos gusta, que sentimos que nos engrandece y pone en un nivel supuestamente superior, es desacreditar a los demás.

Supongamos que una persona de un circulo cercano  llega y nos dice en privado: "La tierra es plana".  Luego esta persona nos dará todos los argumentos sobre su nueva teoría, y dependiendo de como lo haga, le creeremos o lo tildaríamos de loco.  Despues de esto tenemos dos opciones para actuar: la primera es contra-argumentar su teoría y argumentar la nuestra, la tierra es redonda, que en este caso es cierta, pero también existirán muchas otras que seguimos fielmente solo porque la gran mayoría de personas lo hacen;  la segunda opción, que creo es la que más utilizamos, es sentirnos superiores al creernos con mayor conocimiento que la otra persona, lo que suponemos nos da permiso para burlarnos de esta.

Burlarnos o citicar, constructiva o destructivamente y en privado al personaje y su nueva teoría no es suficiente para nosotros. Más bien, Parece que fuera un deber desacreditarlo en frente de la mayor cantidad de personas posibles y hacerlo quedar en ridículo.

Hace poco sentí que me paso eso, yo fui el de la teoría de la "tierra plana" y otra persona, intento desacreditar algo que había escrito pero que presentaba tanto  argumentos de tierra plana como redonda.  En ese momento me dio mucha rabia, pero al rato pensé en cualquier cosa y deje que el incidente pasara a un segundo plano.  De todas maneras aun continúo sin entender cual ese afán que tenemos de desacreditar a los demás.

martes, 23 de junio de 2015

Multi-propósito

Hace poco compré un jabón para mis lentes de contacto, y el envase dice que el liquido es multi-propósito, es decir, que limpia, lubrica, enjuaga, por poco baila chachachá y arma conversación. 

Todos deberíamos apuntarle a eso, no me refiero a bailar chachachá, aunque debe ser divertido, sino a intentar ser multi-propósitos, es decir dejar de catalogarnos y definirnos únicamente por lo que sea que hayamos estudiado y ser lo que nos de la gana, sin importar lo que otros digan aobre nosotros y muchos menos si nos creen o no.

El liquido es y punto; no le tiene que rendir cuentas a nadie y algunos lo utilizarán para enjabonar sus lentes, otros para lubricarlos, y no faltará el que lo utilice para algo relacionado con el chachachá o conversar, fetiches raros hay de sobra en este mundo.

Mi llamado hoy, estimado lector, es invitarlo a que sea lo más multipropósito posible, porque si solo le apostamos a la reencarnación para lograrlo, estamos jodidos.


"I am he who can play many games.’ That is the essence of the happy child 
of four, and he never feels he loses. ‘I am he who is x, y and z, and x, y and z 
 only’: that is the essence of the unhappy adult."
- The Dice Man -

lunes, 22 de junio de 2015

Mensaje

Ayer estaba traduciendo un texto y en un momento quise buscar una palabra específica, así que presione Ctrl+B por primera vez desde que había abierto el documento, y en la casilla de búsqueda aparecieron las letras y números: Toc4224114422, que estaba seguro yo nunca había escrito.

"Toc?" me pregunté? es como si alguien golpeara una puerta una única vez y de pronto se arrepintiera. ¿Y qué decir de esos números? ¿Qué tal que alguien quisiera enviarme un mensaje secreto? ¿alertarme sobre algo o alguien? es obvio que en a través de un medio tan sensible como Internet no me lo podrían pasar en palabras normales y que debería tener alguna encriptación.

El único método que se me ocurrió, fue asignarle un número a cada letra del abecedario. Así cada número de ese mensaje, del más acá, más allá, subconsciente, Alienígenas o quien fuera tal vez tendría algo de sentido. El resultado no fue para nada interesante:



Tocdbcdaadbbb

Queda claro que yo no soy de esos que maneja información confidencial.  Tal vez oprimí las teclas sin querer en algún momento,  y quedo grabada esa combinación de letras y números.  
Muchas veces esperamos un mensaje o señal, el cual como por arte de magia creemos que va cambiar  el curso de nuestras vidas. Eso sólo ocurre en las películas; si lo queremos debemos buscar el cambio. De todas maneras creo que mejoraré mis métodos para descifrar mensajes, por si un evento similar vuelve a ocurrir.