lunes, 6 de julio de 2015

Estamos equivocados

Creo que un buen acercamiento hacia las personas sería dar por hecho que estamos equivocados, independiente del asunto que queramos tratar o lo expertos que nos consideremos en cualquier campo o tema.

Está claro que nadie quiere equivocarse y que todos queremos tener la razón; pero bueno, imaginémonos  que en ese primer acercamiento cuando iniciamos una conversación con alguien,  creyéramos estar equivocados, y que el otro tiene la razón.

Esto nos permitiría primero, bajarle a nuestros elevados índices de ego, y segundo asombrarnos con cualquier cosa, actitud que lamentablemente vamos perdiendo a medida que crecemos.

El punto es que no creo que exista ninguna persona que acepte abiertamente estar equivocado, así que  damos por hecho que la historia o historias que vamos contando son completamente ciertas y esperamos que los otros las acepten, opinen lo mismo o por lo menos piensen de manera similar. 

Lo realmente complicado, es que nunca sabremos que personaje somos ante los ojos del otro, pues bien podríamos ser para ellos: el héroe, el imbécil, el villano, el manipulador, el hombre o mujer en apuros, el desgraciado, el tonto, o cualquier otro papel completamente diferente al que creemos interpretar a diario.

Además si pensáramos más seguido que estamos equivocados y que no nos las sabemos todas, sería muchísimo más fácil, y no nos enredaríamos tanto, cuando obtenemos un no como respuesta. 

domingo, 5 de julio de 2015

In the Light

El viernes me devolví caminando a mí casa. En medio del trayecto el dios del shuffle decidió que sonara en mi MP3 la canción "In the Lightdel Physical Graffiti de Led Zeppelin, mi disco favorito de esa banda.

Me atrevo a decir, que esa canción  hace parte de ese grupo de canciones que estuvieron influenciadas por la música hindú y sus peculiares escalas.  Siempre me ha gustado su ritmo lento, donde parece que cada nota estuviera pisando a la que está a punto de sonar, los quejidos de Robert Plant y también la letra:

"And if you feel that you can't go on. And your will's sinkin' low
Just believe and you can't go wrong.
In the light you will find the road. You will find the road

Though the winds of change may blow around you, but that will always be so

In the light
Everybody needs the light"

Imagino entonces a la identidad de cada persona, como la luz a la que hace referencia la canción.  Cuando  la identificamos y alumbra nuestro camino, sólo debemos creer en eso que nos define y le apostamos y no habrá pierde alguno. Definitivamente es una muy buena canción.

jueves, 2 de julio de 2015

Si yo fuera...

Muchas veces queremos ser otra persona; que algún evento místico o una suma de casualidades, digna de una película romántica,  le den la vuelta a nuestra vida y/o circunstancias, eventos, para que esta cambie de la noche a la mañana.

Por eso creo que deseamos tanto ganarnos la lotería, o que nos vaya bien en cualquier juego de azar, desde un simple chance, hasta el carabombo (palabra que claramente no existe y denota grandeza) grande del baloto,  porque  ¿quién no quiere ser millonario de la nada, sin ningún tipo de esfuerzo? me imagino que todos, pero nunca evaluamos que acompañará toda esa riqueza.  Indiscutiblemente muchas cosas buenas, porque  casi todo en este mundo tiene un precio, pero también habrán cosas  negativas, porque el billete en grandes cantidades corrompe hasta la persona más justa. 

Y entonces así nos la pasamos por la vida, buscando, el "éxito", fama, belleza, etc. de un día para otro, y cuando  no los conseguimos nos encerramos en el "Si yo fuera", que está muy relacionado con el síndrome del Guarif (What if), esa sencilla pregunta  que no hace más que enredarnos y plantearnos una duda tras otra en un ciclo eterno.

Entonces creo yo que lo mejor es aceptar lo que uno tenga o lo que nos llegue sin tanto drama, y si algún día   tenemos un golpe de suerte, con el cual obtenemos  algo que tanto creemos nos hace falta, evitar , como sea posible, enloquecer y/o las ínfulas de grandeza.


miércoles, 1 de julio de 2015

Caminar con mi padre

Dentro de poco se va a estrenar el documental "Carta a una sombra", basado en el libro El Olvido que seremos de Héctor Abad Faciolince. Creo que al ser un documental no importará tanto eso de: "Es mil veces mejor leerse el libro" que tanto pregonan varios militantes de la lectura. De todas maneras yo le recomiendo, estimado lector, que se lo lea, porque la narrativa de Facionlice engancha fácilmente y lo mece a uno como si nada, y de repente uno se devoró el libro en tan solo un par de días, y desearía que hubiera durado mucho más, que fuera una obra extremadamente larga.

En la nota que vi o leí, a veces me aburre ser tan impreciso, mencionaron un pasaje del libro: 

"Un día tuve que escoger entre Dios y mi papá, y escogí a mi papá.
Fue la primera discusión teológica de mi vida y la tuve con la hermanita 
Josefa, la monja que nos cuidaba a Sol y a mí, los hermanos menores."

Esas palabras dispararon un recuerdo en mi mente que siempre me ha gustado.  Mi padre casi siempre trabajo en diferentes ciudades y pueblos de Colombia haciendo carreteras, y muy pocas veces tuvo un trabajo en Bogotá.

Yo debía tener unos 6 años cuando el trabajo lo trajo de vuelta a la capital.  Recuerdo que a él le gustaba salir a caminar temprano en la mañana, y me pedía que lo acompañara.  Recuerdo también muy bien, la sudadera gris que utilizaba con dos líneas azules que caían desde la cintura hasta los pies. A mí en vez de caminar me tocaba correr a su lado, puesto que en su decidido y rápido andar, un paso de los de él equivalía a varios de los míos, pero eso no me importaba, pues me deleitaba escuchar sus historias. 

La caminata, que debía ser de unas 10 cuadras en total, siempre la terminabamos en un Whoper King, donde mí Papá se ponía a leer el periódico, actividad que  acompañaba con un jugo de naranja, y yo, muy a eso  de las 7 de la mañana,  me tomaba un vaso de gaseosa y me comía una porción de papas a la francesa.

martes, 30 de junio de 2015

¡Nos faltan Cojones!

Cojones, eso es precisamente lo que nos hace falta a todos para vivir. Cojones para apostarle al cambio y salir de ese piloto automático en el que todos, unos en mayor o menor medida que otros, vivimos inmersos.

¿Qué será lo que nos frena? ¿las convenciones y paradigmas sociales, nuestra condición socioeconómica, la posición de los astros y los planetas? A la larga eso no es lo que importa pues siempre inventaremos miles de excusas para argumentar nuestra falta de cojones.

Todos los días suelo abrir muchas páginas con artículos que considero interesantes, pero a veces sólo los abro y en eso queda mi acción. Por eso desde hoy decidí por lo menos leer por completo uno de los artículos que me llame la atención en el día.

Hoy di con uno que habla sobre la escritora Susan Sontag, otra de las tantas que se encuentra como pendiente  en mi radar de lectura. La columna fue escrita en el 2000. En ese entonces Sontag, se encontraba en una lucha a muerte contra el cáncer y estaba a punto de publicar la novela "in America". A causa del tratamiento que recibió, había pasado gran parte del año anterior, mientras intentaba terminar su libro, bajo efectos de  drogas derivadas de la morfina, debido a los terribles dolores que experimentaba.

A sus 67 años de edad, aparte de la terapia física que recibía todos los días, también tomaba clases de piano y se mantenía con esperanza.

Cojones definitivamente es lo que nos hace falta a todos, mirar, como Sontag, de que forma le podemos hacer pistola a los inconvenientes con los que constantemente  nos bombardea la vida, y sacarle provecho a cualquier cosa o actividad por más insignificante que le parezca a los demás. Este año voy a leer algo de Sontag.

“What I really wanted was every kind of life, 
and the writer’s life seemed the most inclusive.”
- Susan Sontag -

lunes, 29 de junio de 2015

Cuerda Floja

¿Cómo llegar a saber si todo esta punto de despiporrarse? ¿Cómo saber si estamos caminando sobre una cuerda floja que tiene como fondo la piscina del desastre?

No sé por qué, pero las noticias de la crisis económica en Grecia me inquietaron. Me parece extraño que mientras unos estamos, al otro lado del mundo, aparentemente tranquilos, al otro miles de personas se encuentran en completa incertidumbre, sin saber que va a pasar con el dinero que han ahorrado a lo largo de sus vidas. Digo aparentemente porque parece que no sabemos en qué momento, por cuenta propia o razones externas, vamos a dar un paso en falso que nos va a hacer perder ese “equilibrio” en el que supuestamente nos encontramos.

Parafraseando a la Chimoltrufia, si no es una cosa es la otra, porque si usted no se encuentra inmerso en una crisis financiera y, supongamos, tiene la oportunidad de irse de vacaciones a una playa paradisiaca; cualquier día de ese descanso tan merecido, mientras usted disfruta de un coco partido por la mitad y algún trago que lo llena, le puede tocar la lotería del loco que le gusta agarrar a bala a la gente que está tendida bronceándose. 

¿Cómo saber cual incidente desencadenará el caos en el planeta y llevará nuestra raza al borde del colapso?, esa es una pregunta que me inquieta. No queda más que intentar mantener el equilibrio por el mayor tiempo posible.

jueves, 25 de junio de 2015

Pinche Pendejo

Hoy me llamaron, supuestamente, desde México y después de un rato de conversación, eso fue lo que me dijeron: "Pinche Pendejo".  El señor, del que ya no recuerdo ni una letra de su nombre, que llamo, el cual me lo imagino de bigote, con las mangas de una camisa color crema arremangadas, y sentado al frente de un escritorio con un cenicero que no ha sido lavado en años, un cactus que supuestamente absorbe la ondas emitidas por su computador y un termo con tinto recalentado, me quería ofrecer algo, nunca supe que.

Apenas mis sensores de "Venta desquiciada a la vista" se activan, mi cerebro se bloquea instantáneamente, y me rehúso a escuchar la propuesta, en este caso la conversación fue, más o menos, la siguiente:

"Señor Rodríguez, lo llamamos de la empresa X, para"

"Buenas tardes ¿Quién le dio mis datos?"

"Señor Rodríguez, nuestra empresa trabaja con varias cámaras (nunca supe a que tipo de cámaras se refería")  y de una de ella los obtuve"

"Ok, pero  no estoy interesado en lo que me va a ofrecer, gracias"

"Pero señor Rodríguez,  ¿Cómo sabe que no está interesado, si no sabe que le quiero ofrecer?"

Punto a favor de su estrategia de venta.  Casi caigo en su jueguito, pero recuperé la cordura en el último segundo antes de contestarle.

"Ok, pero bueno, sea lo que sea no estoy interesado"

"Pero señor Rodríguez, nuestra empr..."

"No estoy interesado, gracias señor"

"Pinche pendejo"

"Si me va a insultar le voy a colgar en  3, 2..."

"Si me cuelga lo voy a volver a llamar Señor Rodríguez"

Tuuu tuuu tuuu....

Después de un par de minutos volvió a sonar el teléfono, quería mentarle la madre en colombiano, decirle algo como "Vea bobo Hijueputa,  ¿Por qué no mejor llama a su madre?". me acorde en una fracción de segundo de la ridícula indignación de tantas personas porque un don nadie argentino le dijo malparidos a los jugadores de Colombia, así que solo levante la bocina y colgué.

El teléfono volvió a sonar.  Nuevamente contesté y colgué sin intercambiar palabras con el vendedor mexicano.  Opté por dejar el teléfono descolgado unos 15 minutos y pasado ese tiempo lo colgué.  Nuevamente sonó y era otra vez este señor.  Intenté explicarle que no quería tener nada que ver con su empresa, cámaras, o con lo que fuera que me quería ofrecer, pero la  conversación se estaba encaminando hacia lo mismo.  Después de intentar, infructuosamente, explicarle que no quería nada, le colgué nuevamente.

No ha vuelto a llamar, pero estoy seguro que lo volverá a hacer.  Estoy mamado de todas esas redes de  mercadeo y negocios que me van a tapar de billlete de la noche a la mañana,  ¿Qué he hecho yo para que en en los últimos meses me lleguen ese tipo de propuestas? Parece que me cogieron de bobo; o bien, de pinche pendejo.