martes, 29 de septiembre de 2015

Agua Sala'

En este mundo dominado por el dinero el agua de mar no sirve de a mucho, o más bien nadie ha podido ponerle precio, es decir, ninguna corporación a encontrado la forma de convertirla en apta para el consumo humano, envasarla, venderla y taparse en billete.  

Hace un momento leí en una de las millones de páginas que componen ese mar de más mentiras que verdades al que llamamos Internet, que su consumo es bueno pues dizque   en ella se encuentran todos los elementos de la tabla periódica; así que si a usted, estimado lector, alguna vez le entran unas ganas inconmensurables de probar el Galio, Kurchatovio , Wolschakio, o el Praseodimio, ya sabe lo que tiene que hacer.  

El punto es que el agua  del mar, se debe quedar justo ahí; no me imagino como uno, por ejemplo, podría acompañar una bandeja paisa con un vaso de agua salada, pero bueno, cada cual con sus manías raras.

El punto es que en en estos días encontraron o dicen haber encontrado agua salada en Marte  ¿Qué con eso?  ¿Para qué carajos nos sirve tal descubrimiento?  Supongamos que la semana que viene nos sorprenden con la noticia de una expedición secreta que partió desde la tierra hace ya varios años, justo se encuentra en Marte en este momento,  ¿Acaso van a tomar de esa agua o se la van a traer?

Parece que con todos los problemas que tenemos en la tierra, siempre queremos mirar hacia afuera para olvidarlos con esos descubrimientos inútiles. 

"Water, water everywhere andAll the boards did shrink
Water, water everywhere nor any drop to drink."
- Rime Of The Ancient Mariner -

lunes, 28 de septiembre de 2015

¿Hablar o Callar?

Jueves de la semana pasada.  Me siento a almorzar y en la mesa de al lado se encuentra una pareja, supongo que de esposos.  Después de un rato, me doy cuenta que ambos, mientras mastican, no cruzan ni media palabra, y no precisamente porque tengan sus bocas llenas.

Me da por pensar que no son humanos y que son seres capaces de comunicarse telepáticamente  eso explicaría su extraño comportamiento.  También pienso que de pronto están agarrados por algo, vaya a saber que, digamos que el hombre dejo claro que su suegra siempre le ha caído como una patada en el trasero, un tema de conversación que le dio por tocar cuando le estaba echando bronceador en la espalda a su mujer.

La mujer que lleva unos shorts de Jean y una camiseta de rayas horizontales de diferentes colores, mira fijamente su plato, mientras revuelve la comida con el tenedor.  El hombre parece mirar al horizonte, no deja de mover repetidamente su pie izquierdo como si tuviera un tic o quisiera despertar su pierna.  Para mí ese movimiento repetitivo sólo significa una cosa: Quiero largarme cuanto antes de este comedor.

No hablan, no dicen nada, ni siquiera acuden a esos lugares comunes como el clima  ¿De eso se trata una relación?  ¿De no decir nada y  pensar, quién sabe que, sobre la otra persona?   ¿Por qué no se ríen, se cuentan algo, o por lo menos se putean para saber que por lo menos sienten odio hacia el otro?

Más tarde en otra mesa, una pareja de Chilenos se encuentran jugando a lo mismo, en esta ocasión el hombre decide hablarle a la mujer, y en ese tono cantadito que los identifica le pregunta a manera de reclamo que por qué puso la cámara encima de la mesa, justo donde estaba mojado.  La mujer le respondió algo que se puede resumir en "Bueno, nos calmamos todos" y el hombre se quedó sin argumentos para seguir alegando, finalmente acompaña a la hija al baño, y yo me voy antes de que vuelva.

Me imagino que en ambos casos sabían cuando debían hablar y cuando no, pero yo la verdad prefiero que me puteen, que tener que aguantarme la indiferencia y desidia de mi pareja.






sábado, 19 de septiembre de 2015

Escribir Ayer, hoy y mañana.

Una vez en un taller de escritura con Antonio García Ángel, dije que un día en el que yo no leyera ni escribiera, lo consideraba un día desperdiciado.  Después de mi comentario él le dijo a todo el grupo: "¡Uyy! entonces yo he desperdiciado muchos días de mi vida".

Ayer tenía pensado escribir algo por la tarde, pero un encuentro inesperado con un amigo al que no veía hace mucho tiempo, cambió todos mis planes.  Supuse entonces que los aplazaría para hoy, pero antes de ayer me dormí muy tarde y cómo ayer madrugué, estuve todo el día fuera de la casa y por la noche salí, está mañana decidí única y exclusivamente hacer pereza.

Cuando me encontraba inmerso en ese agradable ritual de no hacer nada, pensé: "Más tarde escribiré algo", pero en la tarde tuve que salir y tampoco lo hice.

Tal vez se preguntará usted, estimado lector,  ¿Y cual es el afán de escribir? resulta que mañana me voy de viaje, y como voy a pasar varios días sin escribir, pensaba hacerlo sobre diferentes temas, y lo que más pudiera antes del viaje.  Siempre que me voy de viaje me pasa eso, me entra un afán de escribir que nunca concreto.  Al ocurrir esto, suelo pensar que en el viaje me voy a dedicar a pensar ideas para escritos futuros, pero a la larga eso nunca ocurre, y me dedico a descansar.

El hecho fue que esta tarde tampoco escribí, porque llegué con mucho sueño, me recosté en la cama, prendí el televisor y me dormí una película.  Solo hasta hace una hora logré sentarme a escribir y evacué uno de los temas que me estaban taladrando la cabeza.  Ya veremos si en el viaje se me ocurre una idea para escribir una novela brillante.

jueves, 17 de septiembre de 2015

Planchas

Recuerdo que en el colegio me dieron clase de dibujo técnico.  En este momento, la verdad, no se cual era el verdadero fin de esa clase.  En el colegio y luego también en la universidad tratan de empacarle a uno la mayor cantidad de información solo porque sí.

Yo no era el mejor en esa clase, pero sin esforzarme lograba presentar planchas bien ejecutadas, sin manchas y esas cosas; creo que mi afición al dibujo no me permitía  presentar planchas a las  que  no se le pudiera aplicar el subjetivo concepto de "estético".

Otras personas en cambio, por más metódicas y organizadas que intentaran ser, no lograban hacer buenas planchas.  Uno de los profesores que nos dicto esa clase, todos los años los cambiaban, se llamaba Johny. Recuerdo que, en medio de nuestra inmadurez, bromeámabos mucho porque era muy afeminado.  Una vez Johny paso por mi puesto y le dijo a un amigo:  "Pareces un minerito" haciendo referencia a las manchas que tenía su plancha.

 ¿Hasta que punto era importante para nosotros como estudiantes de presentar planchas sin manchas?  ¿Era realmente relevante eso?  ¿Aportó esa pulcritud algo importante a nuestra educación?

"La caligrafía es un orden, sí, pero no el único. Al niño que mancha 
la plana hay que interpretarle la mancha, que también es un signo."
- Juan José Millás -



miércoles, 16 de septiembre de 2015

Exclusividad

Exclusividad  es lo que todos queremos en nuestras relaciones: corporativas, sentimentales, laborales, familiares o de cualquier tipo.  Esperamos ser los más importantes  y que una persona o entidad le imprima la misma energía que nosotros a la relación; aunque sabemos que nadie es indispensable y que tenemos remplazo al existir otros(as) que exigen menos, tienen más dinero, son más atractivos o simplemente tienen más suerte.

Nos duele no ser exclusivos porque le tememos al rechazo, un primo hermano del fracaso, esa terrible invención humana. 

 Alguna vez un niño que montaba patineta con un grupo de amigos dijo "Fall to learn, learn to fall". 

Para poder aprender a caer debemos quitarnos esa coraza de dureza que solemos llevar puesta y apostarle a ser vulnerables, a actuar sabiendo que en cualquier momento alguien o algo puede exprimir nuestros sentimientos al hacernos caer en cuenta que no somos exclusivos.  Esa sensación nos suele dar duro, porque en esas ocasiones el ego sale a la superficie a reclamarnos.

Si seguimos tratando de ser exclusivos, de ir a la fija, de incurrir en el menor error a causa de nuestras acciones, más duro nos dará la pérdida de exclusividad.

martes, 15 de septiembre de 2015

"Tu cabecita recostada en mi pecho"

Los hechos expresados en este relato, aunque no lo parezcan,  son producto de la realidad, que, a veces, supera a la ficción.

El sábado pasado en compañía de un café y luego de unas cervezas más una picada, Begonia, una amiga que claramente tiene otro nombre, me narró un evento de su vida sentimental que no concluyó de forma satisfactoria.

Begonia conoció hace un par de meses a un tipo que parecía ser el indicado, si no para toda la vida, por lo menos para compartir unos buenos momentos de esta a su lado.  Se conocieron, salieron con frecuencia y todo indicaba que la relación iba por buen camino.

Marco Aurelio (creo que nunca supe como se llamaba el tipo, pues la verdad es un dato completamente irrelevante) acaba de salir de una relación, y estaba, lo que se denomina "Libre".

Un día Marco Aurelio llegó a la casa de Begonia, se acostó en su cama y ella se recosto encima de él, al tiempo que intentaba iniciar una conversación.  Ese día Begonia notó que él estaba muy distante.  Ella, de forma muy directa, le preguntó que qué era lo que le pasaba.  Marco Aurelio comenzó a hablar:

"Mira, lo que pasa es que hable con Camila (nombre aleatorio que llega a mí cabeza en este momento) y quiere que volvamos. Es más, ella me hizo una presentación dónde evaluó los aspectos positivos y negativos de nuestra relación y como podemos mejorar los segundos a futuro" 

Marco Aurelio, no feliz de haberle soltado semejante bomba a Begonia, tuvo el descaro de sacar su celular y mostrarle la presentación mientras la rodeaba con sus brazos.

Al terminar, y después de que Begonia le dejó claro que ya no podían seguir viéndose, Marco Aurelio tuvo la delicadeza de hacerle la siguiente pregunta:

"¿Puedo quedarme aquí con tu cabecita recostada en mi pecho, por ahí una medía hora más?"

Begonia pensó en responderle:

" ¿Y también quiere que se lo chupe?"

Queda claro que Begonia no desperdició media hora más de su vida recostando la cabeza en el pecho de ese Coelho en potencia.

Después de reirnos sobre el incidente y otros detalles muy particulares de Marco Aurelio, llegamos a la conclusión de que muchas veces, con respecto a nuestras situaciones sentimentales, actuamos únicamente con el fin de no perturbar el status-quo, pues nos aterra profundamente el cambio, incluso cuando sabemos que este podría traernos algo bueno.

Marco Aurelio efectivamente sentía algo por Begonia, pero decidió ir a la fija y seguir caminando en el conocido terreno de su anterior relación, bien lo dijo Rebecca Solnit:


The things we want are transformative, and we don’t know or only think 
we know what is on the other side of that transformation. LOVE, wisdom, 
grace, inspiration—how do you go about finding these things that are in some 
ways about extending the boundaries of the self into unknown territory, about
 becoming someone else?
- A field guide to getting lost -



viernes, 11 de septiembre de 2015

11:53 p.m

Hace solo unos segundos era esa hora, ahora, aunque suene un poco redundante, ya son las 11:54, datos, me imagino, de poca importancia para usted estimado lector.  El punto es que titulé esta entrada así, porque quería escribir algo hoy,y pues al estar al filo del siguiente día (11:57 p.m ahora) si no le daba cualquier titulo a esta y  la publicaba, los 7 minutos restantes del día no me  habrían alcanzado y, seguramente, me pasaría al siguiente día, tan fácil como pasar la página de un libro.  Ya son las 12;00 a.m del sábado.

El punto es que acabo de llegar a la casa, es decir, llegué a las 11:53 p.m y quería escribir algo, hoy, digo, ayer. Tenía pensado hacerlo ayer, pero a veces las ocupaciones atropellan nuestros planes.  No quería narrar nada en particular, sólo escribir algo.  

Ahora son las 12:04 a.m y pienso que en 6 horas tendré que despertarme.  Ojalá me agarré el sueño rápido, pero como siempre llega un conflicto (también quiero leer) a tirarse los planes,  lo más probable es que agarre el libro, que el sueño me venza y que un golpe del libro mí cara, al ser incapaza de sostenerlom me despierte, y me sienta un poco tarado. Entonces trataré de obligarme a leer un poco más, y mientras lo hago me daré cuenta, que no le estoy poniendo mucha atención a la lectura.  Cerraré el libro, daré media vuelta y nuevamente esperaré a que el sueño logre agarrarme.

Puede entonces que logre dormirme si mis pies no están muy fríos, de ser así, tendré que esperar a que se me calienten para poder hacerlo, yo sé, mañas o manías estúpidas que uno adquiere.  También es posible que tenga los pies muy calientes y me tenga que echar agua helada en ellos.  Una situación de temperatura corporal completamente ambigua, pero ya ve usted , cada quien con sus rituales extraños.

Como tercera opción podría presentarse lo que yo denomino "el cansancio fantasma", dónde uno cree estar cansado, se acuesta para dormir plácidamente y al cabo de una hora uno se encuentra dando vueltas en la cama sin lograr encontrar ninguna posición agradable y lejos de sumergirse en el sueño.

Lea el primer párrafo de esta entrada como si hubiera sido escrito ayer y los restantes como si hubieran sido escritos hoy.  Son las 12:16 a.m, me voy a luchar con mi sueño y la temperatura de mis pies.