martes, 22 de diciembre de 2015

Patio trasero.

La canción Black Moon Creeping de los Black Crowes se repite constántemente en mi MP3.  Casi siempre la dejo, pues me gusta su melodia y la letra del coro que  plantea la pregunta "What you have buried in your backyard? What secret do you sleep with when the black moon come" ( ¿Qué tiene enterrado en su patio trasero? Con que secreto duerme cuando llega la luna negra.)

Cada vez que la escucho me pregunto que es lo que cada uno tiene enterrado en su patio trasero, esos aspectos de nuestras vidas no queremos que nadie sepa; esas  manías, obsesiones, y de pronto objetos que tenemos escondidos.

Tal vez algunos tengan únicamente  delitos mentales que se repiten una y otra vez en sus cabezas, pero cuantos secretos e información que podría darle una gran sacudida al estado de los eventos estará enterrada y allí se quedará?  ¿Sería el mundo un lugar más sincero si desenterramos todo eso que tenemos bien escondido, o definitivamente hay cosas sobre las que es mejor no saber nada?

 Todos tenemos un patio trasero ¿Qué tiene enterrado en el suyo estimado lector?

lunes, 21 de diciembre de 2015

Feliz navidad...

Voy por la calle y veo a un vagabundo con el pelo rasta, esculcar una caneca de metal en la calle.  Cuando sube la mirada, veo que está sonriendo y parece mantener una conversación consigo mismo.  Probablemente esta drogado. Por lo menos, por un corto periodo de tiempo, será feliz.  

Unos metros adelante veo un aviso que dice: "Ford y la Explorer les desean una feliz navidad".  Que mensaje tan ridículo.  Dudo mucho que una corporación, como un ente, quiera desearle feliz navidad a las personas, y mucho más ridículo aun que mencionen que una camioneta también lo quiere hacer.  Me imagino dándole la mano a la camioneta, no sé, tal vez el gesto adecuado sería darle un par de palmadas en una llanta o en el capot, en fin.  Me pregunto si ese saludo tan universal que expresa Ford, también va dirigido al vagabundo que hace un rato escarbaba la caneca en busca de algo de comer  ¿Alguna vez ese señor habrá disfrutadolas fiestas de fin de año?  ¿Quéconcepto tendrá, si es que tiene alguno, sobre la felicidad?

Más adelante veo muchas personas en la entrada de una iglesia, no sé que ceremonia estarán celebrando, pero el primer ritual que me imagino es un entierro, la muerte está en todos lados.  Tal vez pienso en eso porque la última vez que estuve en esa iglesia fue para el entierro de un gran amigo de mi familia. Se habrán topado  los asistentes a la misa con el cartel de Ford?  ¿Qué puede tener de feliz la navidad para ellos si acaban de perder a un ser querido?

No me convence  la necesidad de estar o pretender ser felices en esta época.


sábado, 19 de diciembre de 2015

Autoregalo

Hoy estaba en un centro comercial y justo cuando iba a abandonar una escalera eléctrica, escuché a un hombre que iba detrás mio, lanzarse una pregunta, en tono de burla, a sí mismo y su pareja: "¿Y yo que me voy a regalar?" rió y luego le pregunto a la mujer "Y tú qué te vas a regalar?", finalmente no supe que pensaban regalar cada uno, pero el incidente me hizo recordar a mi Kindle, el mejor, autoregalo que me he dado en lo que llevo de vida, sin tener en cuenta los viajes, pues esos cuentan  como experiencias.

Recuerdo que una amiga a la que también le gusta leer mucho lo había comprado y me insistía en lo práctico y maravilloso que era.  Yo en ese entonces, por sostener un romanticismo arcaico hacia los libros de papel, decía que nunca me iba a comprar ese aparatejo,  que nada como sostener un libro en la mano, y deslizar los dedos sobre las páginas, y  bla bla bla, etc. etc. etc; más bien una resistencia al cambio medio chimba.

Continuó comprando libros físicos y también digitales, pues ninguno es mejor que el otro, ambos contribuyen al mismo fin: leer.  Sé que lo ideal sería no apegarse a lo material, pero siento que sin mi Kindle andaría incompleto por la vida.

jueves, 17 de diciembre de 2015

Delitos mentales

Camino hacia mi casa, como siempre, mirando hacia el piso.  Apenas cruzo la 11 subo la mirada y alcanzo a frenar para no estrellarme con un policía que lleva puesto un chaleco verde fosforescente.  Ejerciendo su autoridad, extiende la mano derecha y mostrándome su palma hace que me detenga.  "Buenos días Caballero,  ¿me permite su cédula por favor?"  Más que un favor está claro que es una orden.  Por un instante pienso en responderle "¿Para qué la quiere?" pero inmediatamente desecho mi actitud alevosa, meto la mano en mi bolsillo, saco la billetera, busco  y le entrego la cédula.

El policía la toma, la sostiene con sus dedos pulgar e índice, mientras ingresa mí número de identificación en un aparato que parece un datáfono, con el fin de averiguar si tengo alguna deuda con la justicia.

"Señor, usted no cuenta con ningún delito físico, en cambio si veo que tiene un sinnúmero de delitos mentales"

"Sonrió y le pregunto que  qué quiere decir" Serio, me mira a los ojos y con odio, creo, me responde:

"Aquí aparece que alguna vez ha recreado el asesinato de una persona en su mente"
" ¿Cómo?" le pregunto
me puede decir quien es el señor "Fabio Duarte" y la señorita o señora Pamela Cáceres?

Apenas escucho los dos nombres, los recuerdos me comienzan a envenenar el alma.  "Fabio  fue un gran amigo mío y Pamela es una exnovia" le respondo.

" ¿Y por qué ha pensado, más de una vez,  en matarlos?

"Siempre ha sido cuestión de los tragos oficial.  Casi le digo "mí oficial" para fingir gran respeto y así ganar su confianza, usted sabe que uno no piensa bien con el cerebro nadando en licor.  Otra vez sonrío mariconamente, siempre lo hago cuando estoy nervioso. Imposible decirle la verdad.  Hace dos años el cabrón de Fabio, mi mejor amigo en ese entonces, me quitó a mi novia, la boba perra esa de Pamela. 

Por un par de segundos ninguno dice nada.  Decido hablar y le pregunto, pero dígame mi agente, ¿mi agente? se me están acabando los sinónimos de policía, pienso,  ¿Quién no ha cometido nunca un delito mental?.

Parece que responde mentalmente mi pregunta, me devuelve la cédula y me dice: "Muchas gracias, siga su camino".  También le doy las gracias y agradezco que no me haya requisado, al dar vuelta a la esquina acaricio la hoja del cuchillo que llevo en el bolsillo de mi chaqueta.

Hoy si mato a uno de esos hijueputas.


miércoles, 16 de diciembre de 2015

Segundos de vida

Ayer, cuando me encontraba sentado en mi escritorio, escuché a lo lejos la sirena de una ambulancia. cuando estaba muy cerca, me di cuenta que, adicional al ruido de la sirena, una mujer, quién sabe si era la chófer o el copiloto, iba hablando, más bien gritando, por el parlante unas palabras que no alcancé a entender.

La mujer seguramente estaba pidiendo que le abrieran paso a la ambulancia. Me impacto mucho la angustia de su voz,  ¿Quién iba en la ambulancia?  ¿Para donde iban?  ¿Llevaban a un herido de gravedad, o apenas se trasladaban al lugar del accidente?

Todo esto me hizo pensar en el accidente que me dejo el "Amable recordatorio".  Lo poco que recuerdo de ese día, son unas imágenes borrosas cuando me llevaban en una ambulancia hacia el hospital.  Alguien, me imagino que un enfermero, me miraba a la cara, pero no recuerdo como eran sus facciones.  Creo que sostenía una bolsa de suero o algún liquido que me habían conectado a las venas.  Lo que si recuerdo claramente de ese día, era el sonido de la sirena de la ambulancia y la gran velocidad a la que iba.

Cuando finalmente el la ambulancia se alejó, y ya no escuché más la voz de la mujer, pensé en como la vida siempre presenta desequilibrios.  Tal vez , por razones que son imposibles de explicar, le estaba robando a esa persona que iba en la ambulancia, algo de  "normalidad" en su día.  De pronto yo no necesitaba toda esa tranquilidad, que por algún motivo me cayó el día de ayer.  Las sirenas de las ambulancias siempre me hacen pensar que  vamos por ahí  y que solo disponemos de unos segundos de vida.  


martes, 15 de diciembre de 2015

Tinto

Cada uno tiene diferentes  rituales  en el día.  Uno de mis favoritos es prepararme el tinto en las mañanas.  A pesar de que no me demoro más de 2 minutos haciéndolo, es una actividad con la que me concentro bastante y  siempre encuentro mucha paz.  La asocio con meditar, en el sentido de estar presente  y despejar la mente.

Servir la cantidad exacta de agua en el pocillo, vaciarlo en la parte inferior de la cafetera Italiana (Hace poco una amiga me dio clases sobre los diferentes tipos de cafeteras), colocar el filtro en forma de embudo, abrir el recipiente del café molido y aspirar su intenso aroma, medir la cantidad de café necesaria (paso crucial pues debe ser exacta para que no quede ni muy cargado ni muy aguado), enroscar la parte de arriba con la de abajo. 

Prender la estufa, colocar la cafetera encima del fogón y esperar un poco más de 5 minutos a que el agua ascienda y la cafetera comience a hacer ese ruido tan característico, como si alguien estuviera haciendo gárgaras en un baño con eco.  ¿Cómo no encontrar paz preparando y tomando tinto?

Lo que realmente mueve al mundo no es el  amor, ni el dinero, sino el primer tinto del día.

lunes, 14 de diciembre de 2015

Mi primera vez

En estos días he comido varias veces sushi, un  plato que siempre me trae buenos recuerdos.  A María la conocí en el matrimonio de un amigo.  Ese día ella llegó tarde y se sentó atrás, diagonal a donde yo había quedado ubicado.  Me la pase mirándola durante toda la ceremonia.  Para el almuerzo no hubo puestos fijos, una gran ventaja pues siempre es bueno que a uno no lo sienten con un par de tíos.  Me senté en una mesa con unos amigos, y al rato ella llegó y se sentó a mí lado.  Tiempo después me confesó que lo había hecho a propósito. "Si me mira tanto, pues me le voy a sentar al lado", fue lo que pensó en esa ocasión.

Para esa época yo no había probado nunca el sushi, simplemente porque no concebía comer algo "crudo".  La primera vez que salimos, María dijo que eso era lo que quería comer y yo no le dije nada.  Ya no recuerdo quien hizo el pedido en el restaurante, me imagino que fue ella, pues yo no tenía idea alguna acerca de los diferentes rollos. 

Esa fue mi primera vez con el sushi, y desde ahí me aficioné mucho a esa comida.  Con María salí un poco más de 4 meses, y al final las cosas no funcionaron porque muchas de nuestras ideas e ideales iban en contravía.  De todas maneras debo darle las gracias por haberme presentado el sushi.