miércoles, 2 de marzo de 2016

Rechazo

"Leído su original, le comunicamos que en estos momentos el mismo no tiene cabida dentro del catálogo de nuestra editorial. De todos modos, agradecemos su interés por publicar con nosotros y le animamos a que lo envíe a otras editoriales, así como a mandarnos futuras propuestas, si es de su agrado."

El anterior es un ejemplo de carta de rechazo de una editorial a un autor, me imagino que no debe ser el único formato. Nunca he recibido una, pues nunca he enviado una novela para revisión. He iniciado unas tres, que no pasan de los primeros cinco capítulos, punto en que siento que la historia no va para ningún lado, me aburro y dejo el texto por ahí. El número de novelas no concluidas, debe sobrepasar por varios miles al de publicadas, en fin. 

El punto es que el rechazo está al orden del día, uno manda un texto y no se lo publican, después de un largo proceso de selección escogen a otro candidato para el puesto, no logramos hacer parte de un grupo, la persona de la que nos enamoramos no quiere tener nada con nosotros, etc.

El rechazo por si solo no tiene nada de misterio, está claro que un axioma de la vida es que unos ganan mientras otros pierden, nada que hacer, pero no creo que el rechazo necesariamente esté estrictamente ligado con perder, muchas veces ganamos al no conseguir algo.

Lo importante del rechazo es como lo manejamos, si lo aceptamos o intentamos ser aceptados indefinidamente  sin importar las consecuencias.

Los rechazos son la mejor opción que tenemos para perfeccionar el arte del importa culismo


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Ojalá que el escritor haya enviado su manuscrito a otras editoriales. De la que le respondieron es muy probable que ni siquiera lo hayan leído. entonces sería un rechazo a medias, porque siempre quedará la duda de que se hayan perdido de la siguiente gran obra de la literatura.

martes, 1 de marzo de 2016

11:00 p.m

Esa hora es mi momento preferido para leer, porque casi no hay ruido.  No significa que únicamente lea en ese momento del día o que precisamente a partir de las 11:00 lo haga,  o que  solo durante ese minuto lo pueda hacer y que a las 11:01 ya no sea una buena hora para hacerlo.  Ayer mientras leía miré el reloj y eran las 11 pasadas, fue ahí que se me ocurrió el tema.

Me gusta esa hora, porque el silencio es algo que siempre ayudará a que uno se concentre mucho mejor en la lectura. Como todo tiene sus desventajas y es que si estoy muy cansado, después de un par de páginas el sueño me comienza a ganar y el peso del libro dobla mi mano y hace que este se estrelle en mí cara.  ENtonces uno se despierta sobresaltado y nuevamente intenta leer un par de líneas y no entiende nada. En esos momentos lo mejor es cerrar el libro y dejar la lectura para el siguiente día, o sino algunas líneas de la novela quedaran mal leídas, y  ¿cómo saber que precisamente esas frases que uno lee(o no lee) en medio del sueño son las más importantes? imposible saberlo pues quedan en el olvido y uno suele continuar la lectura donde dejo el marcador, y poco o nada se preocupa por repasar lo leído, o no leído más bien.

La noche siempre será complice de buenas cosas, una de ellas es la lectura.

lunes, 29 de febrero de 2016

Hanami

En español no hay palabras que signifiquen algo más grande que su propio significado, es decir que encierren una acción concreta.   ¿Y los verbos? se preguntará usted, estimado lector, es obvio que estos encierran acciones, pero, como decirlo, quizás a su definición les  hace falta carne emocional.

Los Japoneses, o su lenguaje más bien, nos lleva años luz en ese aspecto.  Hoy, mientras buscaba unos ejemplos para una presentación, di con la palabra Hanami.  Me encantan y creo que hay algo mágico en  esos encuentros fortuitos con cosas que uno no sabe y que de repente captan toda nuestra atención. 

Hanami  significa, a grandes rasgos, Mirar las flores, y era antes  una costumbre ancestral reservada para la corte imperial.  Lo primero que me pregunté fue , ¿y para qué carajos quiere uno mirar flores?  ¿no hay acaso cosas más importantes que hacer? qué se yo: trabajar, estudiar, sobrevivir, etc. pero luego me pregunté ¿y por qué no? Me imagine entonces mirando una flor púrpura, color que suprime el apetito,calma los dolores de cabeza y fomenta la creatividad,  en un parque rodeado por montañas, con  pasto perfectamente cortado de color verde intenso.

La imagen me relajó.  Espero algún día poder visitar Okinawa y practicar el sencillo arte del Hanami.  

Tal vez es por eso que la comunidad más longeva del mundo se encuentra allá, por qué tienen claro a qué actividades se les debe dedicar tiempo. 

Por otro lado los okinawenses  no tienen una palabra equivalente a "Jubilación"; en cambio cuentan con la palabra ikigai que se traduce como: La razón por la que te levantas en las mañanas".

No cabe duda que ambas cosas nos hacen falta, practicar el Hanami y dedicarle más tiempo a la búsqueda de nuestro ikigai. Nunca es tarde para comenzar. 

jueves, 25 de febrero de 2016

Soledad

"Hola Soledad 
no me extraña tu presencia 
casi siempre estas conmigo, te saluda un viejo amigo 
que te encuentres uno mas"
- Hola Soledad -

No conocía esa canción hasta una prueba de sonido , en un concierto de las 1280 almas.  El cantante del grupo telonero, lamento no recordar cómo se llamaba, un hombre grande que llevaba un sombrero negro y una pinta que parecía de los años 50 probó el sonido cantando unas estrofas de esa canción.

Hace poco una mujer me dijo que le gustaba experimentar momentos de  soledad.  ¿Por qué, muchas veces, vemos a la soledad como algo negativo?  ¿Cuál es el afán de andar siempre rodeados de personas? además  ¿Significa la soledad únicamente no estar en compañia de lguien?, la verdad no lo creo.  Deberíamos apreciar más la soledad, pues  es tremendamente importante para pensar quienes somos y a qué le apostamos en la vida. 

"I sometimes think the test is not so much talent, which is not as rare
 as people think, but purpose or vocation, which manifests in part as 
the ability to endure a lot of  solitude and keep working."
- The Faraway Nearby - 

miércoles, 24 de febrero de 2016

Supervivencia

Así nos la pasamos, en medio de una guerra con un fusil al hombro, tratando de esquivar balas y de incrustarle alguna,entre ceja y ceja, a otro hombre,  sentados ocho horas en un cubículo de oficina o de cualquier otra manera.

Hagamos lo que hagamos, por más brillantes que creamos ser, simple y llanamente sobrevivimos,  pues nunca somos conscientes de la cantidad de información que atropella nuestro cerebro, y las miles de decisiones que este toma sin consultarnos.

Lisa Cron cuenta en su libro Wired for Story  que el cerebro, nuestro procesador natural, siempre le busca significado a cualquier evento que acontece en nuestras vidas, y subraya lo que considera importante para sobrevivir; en base a eso, revisa todos los recuerdos que tenemos almacenados y nos cuenta una historia acerca de como nos sentimos o deberíamos sentirnos con relación a la experiencia que estamos viviendo y de como esta  podría llegar a afectarnos.

A duras penas sobrevivimos y el cerebro nos hace dar tumbos por ahí, en una especie de piloto automático.

 

martes, 23 de febrero de 2016

Blasfemia literaria

Hace poco murieron Harper Lee, autora de la novela Matar a un Ruiseñor y Umberto Eco, autor del Péndulo de Focault.  Varias personas afirman que son escritores que debemos leer obligtoriamente.

Yo no he leído nada de los dos, ¡que Blasfemia! dirán algunos.  La novela de Harper Lee, siempre la he tenido en la mira y ha revoloteado constantemente en mí panorama de lectura, pero de repente se me cruzan libros, que sin ser clásicos o lecturas "obligatorias" (que como ya lo he dicho no existen), me ocupan.

Una vez el amigo de un amigo me hablo sobre el péndulo de Focault y me dijo que es un libro tremendo, que tenía que sí o sí leerlo.  En esa ocasión no me deje tentar del destino y seguí sus indicaciones.  Me conseguí una edición sencilla que me costo $25.000 y comencé a leerlo.  Le juro, estimado lector, que intenté terminarlo ( muy pocos son los libros que he dejado a medias) pero alrededor de la página 700 no pude leer más.  La historia nunca me engancho, y no sé exactamente por qué; quizás le tenía mucha expectativa a la novela y al final eso termino por matar mis ganas de lectura.

Hace poco una amiga me sugirió leer El nombre de la Rosa, tal vez haga el intento este año.   Mientras tanto seguiré por ahí a ver si la vida, el destino, el dios de los libros o de las letras, me cruza un libro de esos autores en mi camino. 

lunes, 22 de febrero de 2016

Somos voyeristas

Todos lo somos.  Todos disfrutamos contemplar aspectos privados de la vida de otras personas.  Ayer di con el blog de Cynthia, una mujer que vive en Estados Unidos, en el cual relata detalladamente pormenores de su vida y su trabajo.

Leí una entrada y me enganché no sólo porque escribe bien, sino también al  poder ser, como lector,  cómplice de sus aciertos, embarradas, alegrías tristezas, porque eso logran los buenos escritos, generar empatía y conexión entre los lectores y sus personajes.

Sólo imagínese a cualquier persona estimado lector; seamos más precisos y digamos que es alguien que de una u otra forma le interesa o le llama la atención, por envidia, porque le gusta, o porque no tiene ningún tipo de contacto con esa persona y desearía saber algo acerca de cualquier aspecto de su vida,  ¿Quién no aprovecharía la oportunidad, si se llegara a tener, de espiar esa vida como por el ojo de una cerradura? que lance el primer argumento quien diga que no.