martes, 8 de marzo de 2016

Liuo Upnkin

Hoy comencé a escribir una historia corta. Mientras lo hacía, llegó el momento en el que debía darle un nombre al personaje protagónico, no se me ocurrió ninguno así que tecleé, más bien espiché, varias teclas sin mirar el teclado para ver si aparecía alguna combinación interesante de consonantes y vocales con pinta de nombre.  Después de tres intentos escogí Liuo Upnkin.  

Liuo tiene 33 años y trabaja como ghost writer. Tenía intención de que el protagonista fuera un hombre, y aunque Liuo aplica, como nombre, para ambos géneros, algo me dice que es mujer.

Creo que los nombres que que se utilizan para los protagonistas, influyen en el carácter del personaje. Un nombre que me marcó y que siempre recuerdo con facilidad es Urania, la protagonista de La Fiesta del Chivo.  Me parece fascinante como Vargas Llosa comienza esa novela:

"Urania. No le habían hecho un favor sus padres; su nombre 
daba la idea de un planeta , de un mineral, de todo, salvo de 
la mujer espigada y de rasgos finos, tez bruñida y grandes ojos 
oscuros, algo tristes, que le devolvía el espejo. ¡Uranía! 
Vaya ocurrencia.  Felizmente ya nadie la llamaba así, 
sino Uri, Miss Cabral, Mrs. Cabral o Doctor Cabral."
- La Fiesta del Chivo -

No sé por qué, pero es un nombre que engancha al lector, quizás debido a su fonética o lo único y raro que es.  Esa  novela no sería de tan alta calidad si la protagonista no fuera Urania, sino María, Carmenza, Cecilia, Natasha, Abigail, Berta, Patricia, Diana, Ximena, Andrea, Martha, Pamela, Paola, Marcela, Inserte aquí el nombre femenino de su preferencia

Liuo Upnkin, tal vez, como personaje, nunca llegará a tener la fuerza de Urania, pues está inmersa en una historia corta y no en una novela.  Por el momento es un nombre que me gusta pero quien sabe, de pronto en lo que dure escribiendo el cuento, me de por cambiarlo.  

lunes, 7 de marzo de 2016

Sugestión

Hace un tiempo algo hizo disparar en mi cabeza un recuerdo sobre el test de Cooper.  Me imagino que muchos saben de que estoy hablando.  En el colegio siempre odié esa prueba, básicamente porque me parecía (aun me parece) ridícula.

En primaria, una de las primeras veces que la presente, el profesor nos llevó a la cancha de fútbol.   nos explico más o menos en que consistía lo que íbamos a hacer,  ubicó a todo el grupo en la mitad de la cancha,  a un costado, y dio un pitazo para que comenzáramos a correr alrededor, como unos tarados,  en un trote animado.

Estaba yo en esas, tranquilo, escasamente renegando por tener que darle vueltas a una cancha de fútbol al trote, cuando alguien me alcanzó y me dijo que Wilson era el diablo,  estaba poseído o algo así.  La consigna era clara, tocaba alejarse de Wilson, porque algo no andaba bien con él.

 "¿Wilson?" me pregunté.  Al principio no le puse atención al rumor, no porque no creyera en el tema de las posesiones y esas cosas, sino porque Wilson era uno de los personajes más calmados del salón.  Era Alto, flaco y de piel algo oscura.  Nunca molestaba en clase y si había algo que lo caracterizaba, era su peculiar forma para tomar notas, pues, tenía una cartuchera repleta de esferos de diferentes colores, que utilizaba en su totalidad para tomar apuntes. 

A medida que transcurría la prueba más compañeros y amigos confirmaban el rumor:  Wilson tenía algo. 

Después de unos veinte minutos yo ya estaba cansado cuando !oh sorpresa! Wilson me alcanzó y no solo eso también me dirigió la palabra;  El diablo conversaba conmigo. A pesar de mi cansancio no tuve otra opción que acelerar el paso,  lo que en ese entonces denominábamos "pique choro".  Después de un rato de mi aceleración repentina Wilson me volvió a alcanzar y esta vez aceleré mucho más.

Me imagino que ese día tuve el mejor rendimiento en un test de Cooper.

 ¿Cuantas veces nos dejamos sugestionar para mal por las personas que tratamos a diario? 

Al otro día de clase, al parecer, Wilson ya no estaba poseído, pues nadie volvió a tocar el tema.  Nunca se me va olvidar su gesto de extrañeza cuando me alcanzaba y yo echaba a correr como loco. 

domingo, 6 de marzo de 2016

Pedro, María y Carlos

Pedro terminó una relación, pero, al parecer, está aburrido del amor.  Dice que quiere estar un tiempo solo y que lo único que realmente desea en estos momentos es pasarla bueno, en otras palabras tener sexo como si no fuera a haber un mañana.

Pedro conoció a María, a quien, al parecer, le encanto físicamente.  Desde hace algún tiempo se ven regularmente con una sola consigna: tener sexo, plan que va acompañado, en ocasiones, de mucho licor.

Pedro le planteó a María su teoría de pasarla bueno, y ella la acepto.  Su teoría no es del todo igual pero al parecer comparte muchos puntos en común. 

María le dijo una vez a Pedro que tenían que dejar de verse porque estaba saliendo con otro hombre. Pedro acepto.  A la semana ella lo volvió a buscar para seguir pasándola rico. 

Carlos es la última variable de la ecuación y que casi no afecta la misma. Él está perdidamente enamorado de María, pero ella no le pone  atención. Pedro sabe de la existencia de Carlos, pero ni le va ni le viene.  María le ha mostrado a Pedro las cartas de amor que le escribe Carlos.

Pedro dice que es una embarrada estar en la situación de Carlos.  "Ni modo, así es la vida. Yo también he estado muchas veces a ese lado de la situación, y ella fue la que me busco nuevamente, así que hágale que no viene carro", afirma.

jueves, 3 de marzo de 2016

No somos nada

"Tengo madera de profesor y enseño en la academia, pero no se puede decir que sea profesor formalmente; y  escribo novelas, pero como no se han publicado no soy escritor
−No eres nada.
−Exacto.  Ahora mismo no soy nada." 
- IQ84 -

Este fragmento del dialogo  me hizo pensar en el afán que tenemos de ser alguien, de llevar uno o más títulos a cuestas.  

En la pasada feria del libro, en el  pabellón de Macondo, habían más libros aparte de las obras de Gabriel García Márquez.  En una mesa había uno de tiras cómicas de Mafalda.  Mientras esperaba a un grupo de personas, me puse a hojearlo.  En una de las tiras Miguelito  le decía lo siguiente a Mafalda: " ¿Qué necesita una vaca para ser una vaca? ser una vaca  ¿Qué  necesita un pato para ser un pato? ser un pato  ¿Qué necesita un humano para ser un humano? ser: abogado, médico, ingeniero, etc.

Tener una profesión no está mal, lo que si está mal es basar nuestra identidad sobre una.  A la larga, el hecho de estar vivos debería ser suficiente para ser. Valdría la pena empeñarnos tanto en ser algo,  si eso nos diera vida eterna, puntos de quién sabe que o lo que fuera, pero nada, llega la muerte y se nos ríe en la cara ante todo eso que se supone que somos.

miércoles, 2 de marzo de 2016

Rechazo

"Leído su original, le comunicamos que en estos momentos el mismo no tiene cabida dentro del catálogo de nuestra editorial. De todos modos, agradecemos su interés por publicar con nosotros y le animamos a que lo envíe a otras editoriales, así como a mandarnos futuras propuestas, si es de su agrado."

El anterior es un ejemplo de carta de rechazo de una editorial a un autor, me imagino que no debe ser el único formato. Nunca he recibido una, pues nunca he enviado una novela para revisión. He iniciado unas tres, que no pasan de los primeros cinco capítulos, punto en que siento que la historia no va para ningún lado, me aburro y dejo el texto por ahí. El número de novelas no concluidas, debe sobrepasar por varios miles al de publicadas, en fin. 

El punto es que el rechazo está al orden del día, uno manda un texto y no se lo publican, después de un largo proceso de selección escogen a otro candidato para el puesto, no logramos hacer parte de un grupo, la persona de la que nos enamoramos no quiere tener nada con nosotros, etc.

El rechazo por si solo no tiene nada de misterio, está claro que un axioma de la vida es que unos ganan mientras otros pierden, nada que hacer, pero no creo que el rechazo necesariamente esté estrictamente ligado con perder, muchas veces ganamos al no conseguir algo.

Lo importante del rechazo es como lo manejamos, si lo aceptamos o intentamos ser aceptados indefinidamente  sin importar las consecuencias.

Los rechazos son la mejor opción que tenemos para perfeccionar el arte del importa culismo


***

Ojalá que el escritor haya enviado su manuscrito a otras editoriales. De la que le respondieron es muy probable que ni siquiera lo hayan leído. entonces sería un rechazo a medias, porque siempre quedará la duda de que se hayan perdido de la siguiente gran obra de la literatura.

martes, 1 de marzo de 2016

11:00 p.m

Esa hora es mi momento preferido para leer, porque casi no hay ruido.  No significa que únicamente lea en ese momento del día o que precisamente a partir de las 11:00 lo haga,  o que  solo durante ese minuto lo pueda hacer y que a las 11:01 ya no sea una buena hora para hacerlo.  Ayer mientras leía miré el reloj y eran las 11 pasadas, fue ahí que se me ocurrió el tema.

Me gusta esa hora, porque el silencio es algo que siempre ayudará a que uno se concentre mucho mejor en la lectura. Como todo tiene sus desventajas y es que si estoy muy cansado, después de un par de páginas el sueño me comienza a ganar y el peso del libro dobla mi mano y hace que este se estrelle en mí cara.  ENtonces uno se despierta sobresaltado y nuevamente intenta leer un par de líneas y no entiende nada. En esos momentos lo mejor es cerrar el libro y dejar la lectura para el siguiente día, o sino algunas líneas de la novela quedaran mal leídas, y  ¿cómo saber que precisamente esas frases que uno lee(o no lee) en medio del sueño son las más importantes? imposible saberlo pues quedan en el olvido y uno suele continuar la lectura donde dejo el marcador, y poco o nada se preocupa por repasar lo leído, o no leído más bien.

La noche siempre será complice de buenas cosas, una de ellas es la lectura.

lunes, 29 de febrero de 2016

Hanami

En español no hay palabras que signifiquen algo más grande que su propio significado, es decir que encierren una acción concreta.   ¿Y los verbos? se preguntará usted, estimado lector, es obvio que estos encierran acciones, pero, como decirlo, quizás a su definición les  hace falta carne emocional.

Los Japoneses, o su lenguaje más bien, nos lleva años luz en ese aspecto.  Hoy, mientras buscaba unos ejemplos para una presentación, di con la palabra Hanami.  Me encantan y creo que hay algo mágico en  esos encuentros fortuitos con cosas que uno no sabe y que de repente captan toda nuestra atención. 

Hanami  significa, a grandes rasgos, Mirar las flores, y era antes  una costumbre ancestral reservada para la corte imperial.  Lo primero que me pregunté fue , ¿y para qué carajos quiere uno mirar flores?  ¿no hay acaso cosas más importantes que hacer? qué se yo: trabajar, estudiar, sobrevivir, etc. pero luego me pregunté ¿y por qué no? Me imagine entonces mirando una flor púrpura, color que suprime el apetito,calma los dolores de cabeza y fomenta la creatividad,  en un parque rodeado por montañas, con  pasto perfectamente cortado de color verde intenso.

La imagen me relajó.  Espero algún día poder visitar Okinawa y practicar el sencillo arte del Hanami.  

Tal vez es por eso que la comunidad más longeva del mundo se encuentra allá, por qué tienen claro a qué actividades se les debe dedicar tiempo. 

Por otro lado los okinawenses  no tienen una palabra equivalente a "Jubilación"; en cambio cuentan con la palabra ikigai que se traduce como: La razón por la que te levantas en las mañanas".

No cabe duda que ambas cosas nos hacen falta, practicar el Hanami y dedicarle más tiempo a la búsqueda de nuestro ikigai. Nunca es tarde para comenzar.