lunes, 29 de agosto de 2016

Dolor de cabeza

A  Pedro Brzozowski el dolor de cabeza le llegó sin previo aviso, como lo hacen los más letales.  De repente un martilleo, que en ocasiones se acentuaba para dar paso a una falsa calma, comenzó en su lóbulo parietal izquierdo. 

Apenas el dolor se asomó,  se tomó una pastilla.  Era roja, similar a la que tomaba el personaje de Neo en la película The Matrix, aunque  Brzozowski  no quería tomarla para comenzar una revolución o ser parte del cambio, solo quería que el maldito dolor se esfumara por completo.

Brzozowski, sentía que su cabeza estaba igual de enredada que su apellido. pensó que la causa del dolor tal vez era esa; nadie, incluso él, sabía como pronunciarlo correctamente.  ¿Por qué no  tener un apellido común?  ¿Un Pérez, Rodríguez, etc.?

Se acordó que una vez leyó un artículo que hablaba de personas que enloquecían por fuertes dolores de cabeza y que veían el suicidio como única salida.  Comenzó a respirar despacio, tal vez solo eso era lo que necesitaba; entrar en una especie de trance y/o meditación.

Mientras respiraba y botaba el aire lentamente, fue por una banda elástica para dolores de cabeza.  La banda tenía velcro en los extremos y se podía poner en la cabeza como las cintas que utilizan los karatekas.  El estuche decia: "Cuenta con 7 imanes de más de más de 3500 Gauss (Que diablos es eso?) colocados en puntos de acupuntura". Brzozowski cree que la banda funciona más por sugestión que cualquier otra cosa, pero 3500, de lo que sea, es una cifra alta por eso la sacó del estuche y le confió el dolor de cabeza a los Gauss y los imanes. 

En el baño, mientras se mira en el espejo, Piensa lo ridículo que se ve y que haría Bruce Lee en estos momentos.

Finalmente se tumba en un asiento y trata de pensar en nada y en todo a la vez, tal vez el dolor se debía a alguno de esos estados: una mente completamente saturada por las angustias del día a día o una a la que le hacían faltas temas para no darle cabida a estúpidos dolores.

Mientras ocurre una explosión de pensamientos en su cabeza, el dolor, de la misma forma en que llegó, sin previo aviso, desaparece. No sabe si darle gracias a la pastilla roja, la banda elastica para karatecas con dolor de cabeza, a Gauss o los Gauss; o a su abundancia /ausencia de pensamientos.

sábado, 27 de agosto de 2016

Segunda Persona

Después de salir de la ducha entró al cuarto y con la toalla aún en su cintura, agarró su libreta y esfero.  Se tumbó en la cama a escribir  la idea que se le había ocurrido mientras el chorro de agua le golpeaba la cabeza. Sabía que tenía que anotarla en algún lado o la olvidaría por completo.

Era un fanático de la primera y tercera persona; más que fanático, siempre era la voz narrativa que aparecía en sus escritos, "Son las más "fáciles", sobretodo la segunda" se dijo a sí mismo.  

Pensaba escribir solo una idea, algo que le recordara bien lo que había pensado, para  luego escribir el texto en la tarde, pero cuando comenzó a anotarla en la libreta,  la idea en forma de frase, se transformo en párrafos enteros.  Pensó que lo de la musa si era cierto y que la suya le estaba dictando esas palabras.

Después de escribir el primero, cayó en cuenta que lo había escrito en segunda persona, un punto de vista que siempre le costaba trabajo y que nunca le fluía de forma natural.  Siempre le había molestado lo difusas que eran las  fronteras entre  narrador, narratario,  personaje y lector.

Escribió las 498 palabras a mano y se sintió bien.  Luego lo paso al computador y lo leyó y releyó toda la tarde.  Hoy en día a veces vuelve sobre ese escrito y aún piensa que es una de las mejores piezas que ha escrito. 

jueves, 25 de agosto de 2016

Un año

Hoy vi una página que hablaba sobre cómo escribir una novela en un año, y el subtitulo era: Semana 34 - Limpieza de primavera -.  A quién se haya embarcado en semejante tarea, sólo le quedan 18 semanas, tiempo en el cual debe terminar de escribir, eliminar fragmentos o capítulos enteros que no le aportan nada a la historia y analizar el desarrollo de los personajes, entre otras cosas.  La verdad es poco tiempo.

No entiendo cuál es el afán de escribir una novela en un año.  Tal vez un ejercicio tan metódico, con tareas tan detalladas para cada semana, le sirve para aquellas personas que tienen en mente eso de escribir un libro antes de morirse o sembrar un árbol, pero creo que a los novelistas, aquellos que en verdad dedican su vida a escribir les trae sin cuidado el tiempo que se demoren escribiendo una obra.

Hoy comencé a leer una conversación en la Catedral de Vargas Llosa, y en el prólogo cuenta que la comenzó a escribir en Paris mientras se ganaba la vida como periodista, luego la continuó en Lima, Washington, Londres, y finalmente la terminó en Puerto Rico en 1969, luego de rehacerla varias veces.  Estoy seguro que durouro más de un año escribiéndola.

Tolkien, si mi memoria no me engaña, tardo 14 años en escribir la trilogía del Señor de los Anillos, y varias veces reescribió capítulos completos al darse cuenta que las fases de la luna , entre uno y otro, no coincidían.  

En el lanzamiento de la Forma de las Ruinas, de Juan Gabriel Vásquez, le pregunte al escritor cuanto tiempo había demorado en escribir esa novela y me confesó que fueron 3 años de solo escritura, eso si contar el tiempo de investigación.

Nunca he escrito una novela, pero debe ser una tarea que deja completamente comprometido al autor; un  desgaste físico pero sobre todo emocional.  Un trabajo que se debe tomar con cuidado, en el que habrá días que no fluye ni una sola palabra.  

Así y todo, en estos tiempos de productividad y eficiencia algunos quieren hacerlo en tan solo  un  año.

miércoles, 24 de agosto de 2016

Momentos eternos

A veces parece que la vida se empeña de llenarnos de "putadas", una palabra que utilizan los españoles: 

Putada: "Acción muy fastidiosa o 
malintencionada para perjudicar a alguien". 

Eso no es un  secreto y creo que lo importante para no llenarse de angustia es aceptar el porcentaje de putadas que dios, el destino, la vida, el universo, etc. decidieron asignarnos.

Lo bueno es que entre putada y putada hay ciertos momento de gloria, aquellos en los que nos sentimos invencibles.

No tengo idea alguna de como ese o si existe la eternidad, pero siempre me la he imaginado como una situación bien aburridora, como sentarse indefinidamente en la sala de espera de un consultorio, con melodía estéreo como música de fondo.

Siempre que en mi vida se cuela un momento de gloria, que resultan ser muchos sino que nos gusta ser mártires, imagino a la eternidad de esa manera.  En enero de este año estuve en Cartagena y un día que hacia mucho calor, mientras caminaba con unos amigos por la ciudad vieja, la sombra de unos edificios nos cubrió y una brisa fuerte se estrello contra nosotros. En ese momento imaginé a la eternidad de esa manera; nada ni nadie  faltaba en ese momento.

El otro día compre un capuchino y el primer sorbo me supo a gloria.  Inmediatamente imaginé la eternidad como ese instante de satisfacción plena.  

Lo invito, querido lector,  a que evalué cada uno de los momentos placenteros que salpican su día a día y los disfrute como si fueran la eternidad.
  
On a good day, it's not every day,
We can part the sea
And on a bad day, it's not every day,
Glory beyond our reach

martes, 23 de agosto de 2016

Solos

"Se  demora un ratico"
"¿Cuánto?" le pregunto a la cajera
"por ahí unos 8 minutos."


Esa fue la conversación que sostuve en una panadería y Sepa usted, estimado lector, que 8 minutos  es el tiempo que se demora en hornear un pan baguette.

Comer un pan recién horneado es uno de los múltiples placeres sencillos que ofrece la vida, así que lo pido, pago y me siento a esperar en una de las mesas del establecimiento.  El lugar está lleno, pues es hora de almuerzo.  

A mi izquierda dos hombres, ambos solos y con camisa blanca, almuerzan. Comen de forma apresurada. El que está ubicado más lejos mastica una pizza sin quitar la mirada de una pantalla que transmite un programa de fútbol.  El otro come un sandwich, al parecer de Roastbeef, con un paquete de papas y una botella de agua.  Imagino a un grupo de militantes de la "Comida sana" encima de estos hombres, explicándoles lo mal que se están alimentando.  De seguro no les prestarían atención, pues están muy ocupados mirando el televisor o sus teléfonos celulares, pues esa parece ser la clave de la vida moderna, estar "acompañados" como sea.

El de la pizza termina, y abandona el lugar muy rápido.  El otro hace ruido mientras escarba su paquete de papas.  Me mira, le sostengo la mirada un par de segundos y después  la ubico sobre un punto fijo en el techo para hacerme el loco. El hombre se cansa de mirarme y nuevamente deposita toda su atención en el televisor y en los mordiscos que le da al sandwich, que alterna con sorbos de agua y llevando, de vez en cuando, papas fritas a su boca.

En ese momento suena everybody hurts.  Me siento en la escena de una película.  Atrás un hombre y una mujer hablan acerca de relaciones sentimentales, él le dice a ella:  "Los hombres no le tienen ganas a todas las mujeres que conocen...por ahí al 90%".  Ella le pregunta sobre una mujer con la que él quiere tener algo, y lo molesta porque se pone rojo.  Comparten camaradería y ríen, pero ambos miden sus respuestas y comentarios; coquetean  sutilmente.


"Everybody hurts
Take comfort in your friends"

Tengo ganas de decirle algo al hombre del sandwich o a la pareja que se encuentra detrás pero, al parecer, no tengo líneas en esta escena, y nadie me da una señal para intervenir.  La canción se acaba y la cajera me avisa que el pan ya está listo.  Lo toco, esta caliente y sonrío, aunque no hay necesidad de hacerlo pues las cámaras ya dejaron de grabar. 

"If you're on your own in this life
The days…"

lunes, 22 de agosto de 2016

Sigor-Cromo

Una vez trabajé en el sector de la Avenida Chile. Por las mañanas, luego de bajarme del bus, pasaba por un lugar donde se ubican varios emboladores de zapatos.

Uno de ellos, con un tono de voz muy similar a los que vocean el clásico “botella-papel” en las calles, invitaba a los transeúntes a sentarse en su puesto, mientras decía algo como: “Siga, siga, Sigoooor-Cromo, Sigoooor-Cromo.”

Siempre me causó curiosidad saber que era lo que decía y si yo entendía bien sus palabras. De pronto eran otras y mi caprichosa  imaginación decidíó convertirlas en "Sigor-Cromo".

Desde esa época pienso que ese es el nombre de un dios nórdico ¿Quién puede negar que Sigor-Cromo no sea un hermano de Odin, por ejemplo, o que tenga algún parentesco con Vitharr, quien, según información de una página web, es un dios silencioso,  casi tan fuerte como Thorrr y con un zapato grueso?.  Tal vez Vitharr buscaba a Sigor-Cromo para que le limpiara sus zapatos gruesos. Es posible que algunos emboladores le hagan plegarias, a Sigor-Cromo , pero ya es un tema que escasamente se toca en ese gremio y una tradición casi olvidada por completo.

Finalmente me quedé con la duda e instalé dicha fantasía en mi cabeza. Tal vez nunca quise corroborar qué era lo que decía para que mi teoría no se viniera abajo. Las ficciones, sobre todo aquellas de nuestra autoría, son necesarias para hacerle frente a los frecuentes embistes de la “realidad”.

Puede que Sigor-Cromo sea una marca de betún y la empresa que se lo suministra al embolador le da un mejor precio, siempre y cuando les haga ese tipo de publicidad callejera, que logra, como en mi caso, un fuerte posicionamiento.

viernes, 19 de agosto de 2016

Un buen aparato

A inicios de los 90 mi hermano compró un reproductor de cd pequeño  marca Sony .  Era una cajita negra con una bandeja sólo para  un cd y tenía su respectivo control.  Una opción de manejo que nos gustaba mucho era que uno podía programar las canciones en el orden que quisiera, y también un botón bajo el nombre "Fade away" que disminuía el volumen de la canción y era esencial al momento de grabar casetes.

Desde ese momento mi  hermano inició su colección de cd's.  Recuerdo que uno de los primeros que compró fue el Use your Illusion, sobretodo por darme gusto a mí, un fan a muerte de los gunners en ese momento. Así, poco a poco fue remplazando los casetes  y acetatos que tenía. Tiempo después comencé mi negocio de grabación de casetes TDK en el colegio.

En estos días nos acordamos con nostalgia de ese reproductor que funcionó por muchos años, hasta que el laser comenzó a fallar.  Al principio siempre lo conectábamos a una grabadora negra que tenía dos parlantes.  Luego, nuestro cuarto heredó  un equipo de sonido pequeño, pero de mejor calidad que la grabadora, que mi papá compró en una promoción que llegó en la revista Diners, de la cual era suscriptor.

Fue un buen aparato, que no tiene asociado ningún mal recuerdo.