jueves, 6 de mayo de 2021

Guion

“Hola amigo. ¿Hola amigo? Eso suena
Aburridor. ¿Tal vez debería darte un nombre?
Pero eso es una pendiente resbaladiza. Solo estás
En mi cabeza. Tenemos que recordar eso”.

Ese es el inicio del guion de Mr. Robot. Me acordé de esa serie por todo el protagonismo que ha ganado Anonymous, el colectivo de hackers, en estos días.

Después de ver el primer capítulo, descargué el piloto del guion, porque me sorprendió, y quise repasar algunas citas de diálogos de los personajes, que me habían parecido grandes aciertos de Sam Esmail, el guionista.

Hoy volví a él porque me puse a echarle cabeza a todo el tema de las redes sociales; a esa necesidad  a veces malsana, quizá muchas, de figurar.
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Para figurar, imagino, es necesario ser alguien, tener y dar una opinión, y curar todo el berraco día esa persona online que queremos proyectar, para así evitar la crítica, en fin, todo un desgaste de energía, ¿no?

Todo esto me hizo acordar la frase “para evitar las críticas, no digas nada, no hagas nada, no seas nada” que, según internet, se le suele atribuir a Aristóteles, pero que le pertenece al escritor Elbert Hubbard, pero internet dice tantas cosas que vaya uno a saber cuántas son ciertas.

Mejor volvamos al guion. Les decía que hoy volví a él, porque precisamente habla sobre eso de curar la imagen, pero no encontré ese pedazo.

Pero adivine, estimado lector, quién me lo facilito. Es correcto, gana premio: Internet.

“Destruimos partes de nosotros mismos todos los días. Eliminamos nuestras 
verrugas con Photoshop. Editamos esas partes que odiamos de nosotros y modificamos 
las  que creemos odia la gente. Curamos nuestra identidad, la tallamos, la destilamos”.
- Mr. Robot -

miércoles, 5 de mayo de 2021

Apofis, el dios del caos

En la mitología egipcia, Apofis era un dios, en forma de serpiente, que representaba a las fuerzas del mal del inframundo egipcio. Era el encargado de atacar a Ra, el dios Sol, y causaba los eclipses solares.

Hoy la vida nos lo trae en otra presentación: un asteroide de más de 300 metros de diámetro y que pesa millones de toneladas, exactamente 2,1×10 a la 10 kg.

Mientras comemos, dormimos, tenemos sexo, en fin, mientras hacemos cualquier cosa, desde lo más banal a eso que creemos es extremadamente complicado y necesario para nuestras vidas y las de los demás, esa roca gigante va viajando por el espacio a la medio pendejadita de 45 mil kilómetros por hora.

Pero tranquilos, no hay de que preocuparse. De acuerdo a cálculos científicos, la serpiente galáctica hará su aparición en 2029 y se descachará en darle a la tierra por 37000 kilómetros.

El locutor del video que veo, tiene un tono serio de voz, pero a veces le inserta picos de angustia, como queriendo decir: “va a pasar lejos, pero quién sabe si cambie su trayectoria y nos convierta en polvo”.

Al final, como para no alarmar a quienes hayan caído en el video, menciona que, de acuerdo a los cálculos que se han realizado, no necesitaremos de ningún Bruce Willis que viaje al espacio para ponerle una bomba al asteroide.

Al final como para que uno se quede pensando, el locutor recalca que podemos estar tranquilos con Apofis, pero que el verdadero problema es que en el espacio siempre hay una piedra más grande que las que ya se han descubierto, y que va viajando por ahí, mirando qué se lleva por delante.

martes, 4 de mayo de 2021

La realidad

Francisco Domínguez trata de habitar más la ficción que la realidad. Vive inventando mundos y contándose historias que a veces rayan en fantasías casi incontrolables. Para hacerlo, considera necesario desconfiar de la realidad, digamos, amputársela.

A veces se pregunta si no debería prestarle más atención a lo real, a su matrimonio, su trabajo, sus hijos, en fin, todo lo que lo rodea, pero cuando intenta interactuar en ese plano, lo siente estropeado, y que las personas solo buscan el conflicto; que si él dice negro, al instante alguien sale a insultarlo y exigirle que debe escoger el blanco; así con todo: ser de izquierda o derecha, norte o sur, frío o caliente, en fin, es como si el mundo viviera inmerso en una constante dicotomía donde solo se permite seleccionar un extremo o el otro.

Hace poco leyó una frase que le caló por completo: “la realidad no es del todo real. Por eso comete tantos excesos para que nos la creamos”.

Cree que ahí está el meollo del asunto, que le prestamos demasiada atención a la realidad y los reveces que nos da. Cree que una de las claves de la vida, si es que existe alguna, es entrar y salir de la realidad deliberadamente; frecuentarla y no habitarla por completo, pues nos puede llevar a la locura, ya que su funcionamiento nunca es el mismo.

Una vez, mientras esperaba ser atendido en un consultorio médico, se puso a hojear una revista “Muy interesante”, un ejemplar viejo con hojas amarillentas y a punto de descuadernarse. Mientras escaneaba las páginas de forma rápida, sus ojos leyeron un titular: “¿Es real lo real?”, y decidió leer el artículo.

Este decía que no hay una realidad como tal, sino que cada humano hace una interpretación de sus vivencias y de lo que ve, una especie de realidad unipersonal

La realidad, amigo, es un espesamiento de la imaginación como 
a voz es un espesamiento del aire."
- Papel mojado

lunes, 3 de mayo de 2021

Otra vez

10:13 p.m. aquí 5:14 a.m. en Madrid.

Otra vez me pasó lo mismo. Tuve un día ocupado y no pensé qué escribir en ningún momento.

Igual muy pocas veces lo hago, pero siempre, cuando llega este momento, me arrepiento, pues aparte de escribir también quiero leer, ver televisión o mirar pal techo e intentar descifrar el significado de la vida, en fin, lo que sea que uno pueda hacer a las 10 de la noche un día cualquiera.

Pienso que si tuviera claro qué escribir, despacharía este post rápido y podría hacer otra de las actividades que mencioné.

Debería escribir a primera hora de la mañana como lo hace Murakami, pero es que el escritor, ya tiene una rutina muy definida y se levanta temprano a escribir y trotar, o a trotar y escribir, ya no recuerdo bien, pero el orden de los factores no altera el producto, el suyo, que es escribir.

Cuenta, en su libro “De qué hablo cuando hablo de correr”, que nada se compara con trotar ligeramente por la mañana, escuchando el álbum Reptile de Eric Clapton.

Pero es que Murakami es novelista y se dedica exclusivamente a eso.

Siempre ese berraco “pero” intentando justificar las excusas que uno se inventa, ¿no?

Les contaba cuál era la hora en Madrid, ¿cierto? Han pasado 16 minutos y allá ya son las 5:29 a.m.

Me gusta imaginar que tengo un doppelgänger en cada ciudad del mundo. Espero que el de esa ciudad española sea bueno madrugando y que lo primero que haga cuando se levante, luego de prepararse un café, claro está, sea escribir.

También espero que no se olvide de sus otros dobles, y que nos mande buenas energías para que las palabras fluyan de forma fácil mañana.

sábado, 1 de mayo de 2021

2 recuerdos

Tengo una cita médica. De camino al consultorio, salto de un pensamiento a otro sin prestarle mucha atención a ninguno. Estoy y no estoy, si me permiten la contradicción.

El carro en el que voy toma una carrera y sigo en la misma tónica de pensamiento, hasta que paso por enfrente de un edificio de color verde y vidrios oscuros.

Recuerdo que una vez, presenté una entrevista de trabajo ahí. Quién sabe qué habré dicho en esa ocasión, y cómo traté de mostrarme como el candidato perfecto, intentando responder de forma sensata a las preguntas que me hacían.

Imagino que uno, por más que trate, no se muestra tal como es en una entrevista de trabajo. No faltará el que diga: “No, yo me muestro tal cual como soy y digo lo que pienso”, pero tal vez la personalidad se vea afectada de forma inconsciente, al querer dar una buena impresión; no sé, solo digo.

Al año de presentar la entrevista, volví a ese edificio para reclamar la liquidación, porque renuncié a ese trabajo.

Juego con ese recuerdo varias cuadras, hasta que comienzo, como lo venia haciendo antes, a saltar de una idea a otra sin ningún propósito.

Cuando el carro toma una calle, llega otro recuerdo: María Angélica. Esa era la calle para llegar a su casa. La conocí en el matrimonio de un amigo, salimos por 4 meses, pero la relación no funcionó y dejamos de vernos.

La última conversación que tuvimos frente a frente fue un poco dramática, y fue el fin de semana en el que se celebraba amor y amistad.

Ahora prefiero no hacer nada en esa fecha, porque siempre me pasa algo cuando intento celebrarla; en otra ocasión una exnovia me terminó ese día. Hay fechas “especiales” que lo mejor que se puede hacer con ellas es dejarlas ser.

A pocas cuadras de mi destino, salto a otro pensamiento y los recuerdos se entierran en alguna región de mi cerebro.

jueves, 29 de abril de 2021

Incapacidad sutil

Me acuesto.

Aunque tengo sueño decido prender el televisor para ver si el sonido del aparato me arrulla. Canaleando, caigo en el canal de National Geographic. No están pasando esa droga visual de Alerta Aeropuerto, pero si un programa sobre accidentes aéreos.

No sé por qué ese tipo de programas de tragedias, igual que los de asesinos en serie, llaman tanto la atención. Me engancho con la primera historia que veo; el caso de un vuelo en territorio colombiano.

El programa trata sobre la incapacidad sutil, un fenómeno que afecta a los pilotos de avión. Ni la persona que lo padece, ni quienes la rodean, se dan cuenta de que han perdido la capacidad para seguir operando la aeronave, de ahí lo sutil.

Mencionan que en un avión sin presurización, a más de 12500 pies de altura, se puede volar sin oxígeno como máximo por 30 minutos, y que a más de 15000, las consecuencias para cualquier ser humano serían fatales.

Hay veces en que los aviones sufren despresurización de un momento a otro, y como los pilotos no se dan cuenta, no se ponen las máscaras de oxígeno, y poco a poco se sienten adormecidos y borrachos

Dicen que el fenómeno puede ocurrir porque los pilotos no han descansado lo suficiente, están estresados y llenos de problemas personales, o cuentan con inconvenientes de salud como hipertensión.

Leo de un caso en el que tanto el piloto como el copiloto se quedaron dormidos, porque habían trabajado muchas horas seguidas, y se pasaron 15 minutos del destino.

El término me llama la atención, porque la palabra sutil, creo, lo carga de ironía, como: “uyy les pido disculpas, pero no tengo idea cómo maniobrar esta máquina de 30 toneladas que va a 800 Km/h.”

martes, 27 de abril de 2021

Tiempo en contra

12 minutos.

Ese es el tiempo que me queda para conectarme a una reunión por Zoom. Me aventuro a imaginar que mi vida depende de lo que pueda escribir en en esos minutos.

Cuando era pequeño me aficioné a jugar buscaminas. Cuando echaba una partida del juego, pensaba que alguien había secuestrado a mi familia y que tenía que acabarlo victorioso para que la dejaran en libertad y no les hicieran daño. No se imaginan la cantidad de veces que murieron, en fin.

Dicen que tener al tiempo en contra es una buena técnica para escribir, pues de cierta forma obliga al cerebro a producir ideas, conectarlas como pueda y, a veces, con algo de suerte, se obtiene un buen resultado.

Ahora quedan 7 minutos y no les he contado nada. De pronto es que obligarse a escribir de esa forma tan agresiva, por decirlo de alguna manera, no es bueno. Tal vez lo mejor sea tener claro el momento en que se va a realizar un ejercicio de este tipo.

Ante la premura y falta de ideas, podría acudir a la descripción. Darles un informe detallado de todo lo que veo en este momento, pero ¿para qué? ¿con qué fin?, seguro ninguno.

Acaba de sonar una alarma en la calle y ahora el trino de un pájaro. La palabra pájaro me recuerda la canción free bird de Lynyrd Skynyrd que acompaña la escena de Forrest Gump, cuando Jenny se va a suicidar y, pienso, tiene una melodía nostálgica al principio.

Ahora solo me quedan 2 minutos.

Parece poco pero no, si una vida se define en una fracción de segundo, 2 minutos vienen siendo una eternidad ¿acaso no? Millones de vidas; pasado presente y futuro contenidos en ese lapso de tiempo.

1 minuto...