viernes, 21 de julio de 2023

Contra el reloj

Dicen, los que saben o dicen que saben, que si uno no tiene ni idea sobre qué escribir, algo que funciona es programar una alarma por 10 o quince minutos y comenzar a escribir lo que el cerebro vaya dictando, sin importar la gramática o lo disparatadas que puedan llegar a ser las ideas y sin preocuparse en lo más mínimo por editar el texto.

Escritura libre llaman a eso ese grupo de personas que, ya dijimos, dicen saber cosas. A veces se denominan expertos, aunque, siendo sincero, es una palabra que me genera desconfianza.

En fin sigamos hablando de escribir contra el reloj.

Alguna vez cree un blog en el que escribía de esa manera. Programaba un temporizador por 10 minutos y comenzaba a escribir. Los temas que salían eran en su mayoría aleatorios, y en ocasiones lograba que tuvieran algo de sentido.

Recuerdo que cada entrada la acompañaba con una imagen a blanco y negro que, se supone, hacía referencia al tema o temas que tocaba.

Fue un buen ejercicio, pero un día me aburrí y dejé de postear. Incluso ya ni me acuerdo de la dirección del blog. Era algo como: 10 minutos de gotas de palabras o algo así, pero he intentado varias combinaciones y no me sale nada. Seguro ya dejó de existir por inactividad.

Una vez, en un evento de emprendimiento, una mujer me contó de una página en la que uno escribía lo que le diera la gana y, dependiendo de la constancia, se iban acumulando puntos o insignias.  ¿Para qué? no sé.

Al principio me pareció interesante y cree un perfil, pero en menos de una semana le perdí el interés.

M, una amiga, una vez escribió una historia buenísima titulada 4 horas. Trata sobre un hombre que sabe que solo le quedan 4 horas de vida. Le puso ese título porque un Domingo quería escribir un cuento y solo contaba con ese lapso de tiempo para hacerlo. Afortunadamente el subconsciente la encarrilo por donde era y el cuento le quedó muy bueno.

Entonces siempre termino por hacerme una pregunta: ¿Es mejor escribir con un mapa o dejar libre al subconsciente y que haga de las suyas?

Las opiniones están divididas. Últimamente, si voy a escribir un cuento, me he dado cuenta de que me va a mejor si planteó una serie de escenas antes de sentarme a escribir. Pero hay pesos pesados de la literatura, como Rosa Montero o Isabel Allende que comienzan sus novelas como de la nada.

En cambio, hay otras escritoras como Pilar Quintana que no pueden sentarse a escribir si no tiene una escaleta completamente detallada de lo que va a ocurrir en cada escena de la novela.

La clave imagino, está en escribir lo que sea como uno mejor pueda o se sienta, ¿acaso no?

martes, 18 de julio de 2023

Parejas

Son dos:

La primera me la encuentro  en un café y se aproxima a la tercera edad. Entran, y se acercan a la caja cada uno como por su lado.  Él pide un Eclair de chocolate y ella una dona de mora.  También  piden dos tintos medianos.

Después de que hacen el pedido dejó de prestarles atención. Es prudente observar la realidad de lejitos, dejar en paz a los demás con sus cosas para que el cauce de la vida, la propia por lo menos, no se descarrile.

Minutos antes de a abandonar el local, miro a la pareja de nuevo y veo que la mujer tiene puestos unos audífonos de esos  que cubren todas las orejas. Está y no está con su pareja, tan cerca tan lejos, en fin. ¿Acaso no tienen nada de qué hablar? ¿ La rutina los habrá llevado a esta situación y así ven pasar sus días hasta que las muerte venga a visitarlos?

Pienso que es un gesto grosero por parte de la mujer, pues con sendos audífonos puestos, es la que fomenta ese estado de incomunicación. Cuando me pongo de pie y paso por su lado, me doy cuenta de que la culpa de no hablarse es de ambos, pues el hombre también lleva puestos unos audífonos blancos delgados y está concentrado viendo un video en su celular.

Ya en la calle veo a la segunda pareja. Tienen pinta de ser novios y la mujer empuja un coche y Se inclina para acomodar algo en el él. Justo en ese momento miro al hombre que se queda un poco atrás. Me parece que está algo incomodo, su voluntad dividida entre estar con ella o haberse quedado en su casa viendo un partido de fútbol o mirando pal techo, actividad, ya sabemos, infravalorada.

Cuando los paso de largo caigo en cuenta de que en el coche llevan un bebe-perro o un perro- bebe. un perro al fin y al cabo.


Mundo raro este.

lunes, 17 de julio de 2023

Leer en voz alta

Martha, una profesora que tuve en primero de primaria, me enseñó a leer.

La recuerdo cómo una mujer flaca, alta, de pelo negro, nariz respingada y pómulos salidos. Era la esposa de Rojas, un profesor de matemáticas gracioso, pero de eso me vine a enterar años más tarde cuando me tocó clase con él.

Martha dictaba clase en diferentes grados y un día que no teníamos clase con ella, llegó al salón y pregunto por mí. “¿Qué hice pensé?, mientras me paraba de mi silla e iba su encuentro.

Cuando llegué a la puerta me dijo “Acompañame a 4to de primaria”, y no me quedó otra opción que hacerle caso.

Para mí esa sección del colegio era desconocida, pues transición y primero quedaban en una zona aparte que incluso tenía una ventana especial para la cafetería. Cuando llegué me encontré con un pasillo largo con salones a ambos lados.

Después de entrar al salón, Martha le dijo algo a los estudiantes de ese curso, luego me paso un libro y me dijo: “Lee esto, por favor”. No recuerdo de qué trataba el texto, pero hice lo que me indicó: me puse a leer en voz alta.

Me sentía como en una prueba así que lo hice lo mejor que pude y lleno de nervios frente a un montón de desconocidos. Recuerdo que cuando me equivocaba pronunciando alguna palabra, los estudiantes reían, pero no tanto para burlarse de mi equivocación, sino porque el significado que adquiría el texto resultaba gracioso.

No sé cuánto tiempo dure ahí, seguro no fueron más de 5 minutos, pero a mí me pareció una eternidad. Cuando terminé entendí porque Martha me había llevado allí. Quería mostrarle a los estudiantes de cuarto que un pequeño de primero leía mejor que ellos.

No sé si me habrán odiado o qué. Lo más probable es que les haya importado cinco y siguieran metidos en sus ensoñaciones de niños.

Al parecer era bueno leyendo en voz alta.

jueves, 13 de julio de 2023

¡Tengan cuidado!

Ayer escribí lo siguiente y no lo publiqué porque me ganó el cansancio y un amague de dolor de cabeza apareció en el costado izquierdo.

10.47 p.m.

Aquí estoy en el escritorio con sueño, los pies helados y una cobija sobre las piernas. Más bien debería meterme a la cama, zamparme un par de capítulos de la novela que estoy leyendo; luego cerrar los ojos para dormir y ya está.

Si no lo hago es porque es uno de esos días en los que siento que si  no escribo algo, puede traer graves consecuencias para la humanidad, ¿cómo qué?, qué se yo, por ejemplo, que los niveles del mar aumenten varios centímetros de un día para otro o que los satélites que controlan nuestras comunicaciones dejen de funcionar, lo que sumiría a a humanidad en un completo caos.

En parte para eso escribo casi siempre, para que no solo el curso de mi vida, sino el de todos no se despiporre.

Lo único que se me ocurre contarles es que una mujer publicó algo sobre Mis últimos 10 minutos y 38 segundos en este extraño mundo, la novela de Elif Shafak, diciendo lo mucho que le gustó.

Le comentó que a mí también me gustó mucho y que tengo en la mira La isla del árbol perdido, porque otra mujer me contó que ese le pareció precioso. De este último su título en inglés me parece más sonoro: the island of missing trees, lo que lleva a preguntarme porque utilizaron el singular para el titulo en español. Quizá por eso no me atrae el título en ese idioma, porque imagino un único árbol y lo encuentro aburridor, en fin.

La mujer, la primera quiero decir, dice que el del árbol le pareció flojo y que los mejores son La bastarda de Estambul y el arquitecto del universo. Este último yo lo empecé a leer, pero recuerdo que no me enganchó.

Esto prueba que un libro tiene mil opciones de lectura y que nunca será el mismo para dos lectores. Cada uno lo digerirá de forma diferente de acuerdo a las experiencias vividas y al momento de vida en el que el libro haga presencia.

Eso fue lo que escribí, bueno, gran parte de eso porque no pude resistirme a editarlo justo ahora. El punto, querido lector, aparte del ya mencionado, es que vaya con cuidado por ahí. No sé que consecuencias trajo sobre el mundo y nuestras vidas que ayer no haya terminado de escribir.

martes, 11 de julio de 2023

María Claudia

Les voy a contar una escena de un sueño.

Esto es algo fuera de lo normal porque casi nunca los recuerdo.

Me desperté en la madrugada con las imágenes frescas y pensé en anotarlas en el celular, pero como dicen que mirarlo esuna de las peores cosas que se pueden hacer en esas ocasiones, porque a uno se le va el sueño, confié en mi memoria.

Estoy seguro de que antes de esta escena de la que les voy a hablar, había soñado algo más, algo que ocurría en el mismo lugar que, me parece, era un centro comercial, porque habían escaleras eléctricas al fondo.

Pues bien estoy en ese lugar no sé si solo o acompañado y en medio de mi andar desprevenido me encuentro con María Claudia.

María Claudia fue una de las primeras jefes que tuve. Era una mujer bajita y algo gordita. Muchas personas le tenían envidia porque tenía un puesto directivo, un puesto que, según ellos, debería ocupar otra persona y no ella, pues ¿cómo era posible que una diseñadora industrial ocupara un rol comercial? en fin.

Volvamos al sueño.

Apenas la veo está tosiendo y lleva un tapabocas por debajo de la nariz. “Tiene Covid”, pienso y ella, que advierte mi duda de acercarme o no a saludarla, me dice: “Solo es un ataque de tos”.

La veo más alta y delgada.

Arrancamos la conversación con los lugares comunes de siempre, y de repente, como de la nada, me dice lo siguiente:


“Mira que hace un año tuve cáncer”.

Creo que no respondo nada. Imagino que su cambio físico se debe a la enfermedad.

María claudia empieza a toser de nuevo y el director loco que llevo en mi cabeza dice “¡Coorten!” Ahí se acaba todo.

Luego, cuando me despierto, siento un ligero dolor de garganta.

“María Claudia si estaba enferma”, pienso.

lunes, 10 de julio de 2023

En lontananza

Lontananza es una palabra que proviene del italiano. En una pintura, por ejemplo, tiene que ver con aquello que está alejado del plano principal, es decir los límites del fondo de una obra.

Si no se es artista el término se puede utilizar para referirse a cosas que no se distinguen muy bien porque están muy lejos. En lontananza no significa otra cosa que: a lo lejos.

Eso hago, estoy en la cima de una colina y tengo la mirada perdida en lontananza. Imagino que el panorama de verdes que se despliega ante mí los tiene todos. En las montañas de enfrente se alcanzan a ver parches claros de solo pasto y luego otros más oscuros formados por, imagino, árboles de quién sabe qué tipo.

Una de las mejores cosas del momento es escuchar como el viento agita el follaje de los árboles cercanos y produce un sonido similar al oleaje del mar, a olas que se estrellan contra la orilla y luego se repliegan.

A ese sonido lo acompaña el de los pájaros que nunca se cansan de trinar y a lo lejos se escucha a perros ladrar, a ratos suenan pocos y luego, de repente, viene un estallido de ladridos al que se suman todos, como si se estuvieran comunicando algo importante.

Lejos muy lejos, en lontananza, valga la redundancia, veo casas blancas con techos rojos en las laderas de las montañas. Intento imaginar cómo será la vida de las personas que viven ahí, qué hacen, qué comen, cada cuánto bajan al pueblo más cercano para comprar comida o si son autosostenibles y no necesitan de ningún tipo de civilización.

Deben llevar una vida pausada, con pocas agitaciones y pertenencias, solo su casita y una estufa pequeña en donde cocinar el café de por la mañana. Supongo que apenas está listo salen a su puerta a tomarlo con una ruana encima y se ponen a mirar a lontananza.

Ahora fijo mi vista en un ternero, negro como la noche, que está pastando en un prado. Cada tanto levanta su cabeza y mira algo, ¿qué será? Luego vuelve a su tarea, libre, creo, de toda preocupación.

Cada que puedan miren en lontananza. Se siente que se hace mucho así parezca que no se está haciendo nada.

jueves, 6 de julio de 2023

No escribir

Soy bueno para no escribir. Digo esto porque hace 10 minutos me senté con el propósito de teclear algo y me quedé mirando la pantalla como un tarado hasta este momento.

En cambio, cuando estoy lejos de mi portátil, hay veces que se me ocurre una idea y la desarrollo en la cabeza, encuentro mil ángulos para abordarla, la conecto con otros temas, pero me confío y no la anoto en ningún lado y se pierde para siempre.

Por lo general eso me ocurre en la ducha o mientras desayuno. Para el primer caso, y si considero que la idea es muy buena, la repito en mi cabeza hasta el cansancio mientras me ducho, sigo haciéndolo cuando me seco con la toalla y no paro hasta que llego a mi cuarto. De todas formas hay veces que, en medio de mi ritual de recordación, otra idea se me atraviesa por la cabeza y olvido esa que había calificado como buena.

En cuanto al desayuno, creo que el truco para obtener buenas ideas, es realizar la actividad de forma lenta. Convertir esa comida en un acto contemplativo. Olvidar, si acaso por un breve instante, la velocidad de la vida. Para eso recomiendo darle pequeños sorbos al café, té o chocolate y mordicos conscientes a lo que sea que se coma. El único problema, claro está, es que a uno se le puede hacer tarde. De todas maneras, recomiendo hacerlo por lo menos uno de los días entre semana.

Un tercer escenario que sirve para generar ideas es mirar por la ventana, pero no tanto por la de la casa, pues por esa siempre se ve lo mismo, sino por la de los buses o taxis. Mirar a las personas que pasan por la calle y aventurarse a pensar porque llevan caras tristes o alegres, o simplemente jugar a inventarse sus vidas y pensar qué es lo que los mueve en la vida.

Es recomendable, excepto para el primer escenario, tener a la mano un lápiz y una libreta para anotar lo que  se nos cruce por la cabeza, sin importar lodisparatado que nos parezca.