martes, 1 de octubre de 2013

Antonia en 200 palabras

Su mente es como un gran laberinto. Le encanta perderse en los diferentes rincones de esta,  donde todo lo que alberga le parece un completo enigma. guarda diferentes tipos de pensamientos: miedos que en ocasiones le hielan los huesos, y recuerdos; unos alegres que le animan el corazón y otros tristes que oscurecen la mente. 

En este momento recuerda con claridad aquella ocasión en que beso por primera vez a Antonia en ese parque, con un tapete compuesto por las hojas secas de los arboles. Definitivamente uno de sus días más felices fue ese sábado por la tarde, en el cual mientras iban cogidos de la mano se detuvieron enfrente de la fuente principal del parque y ella, tan de la nada como siempre, le regalo un monologo , declamando casi a gritos todas sus virtudes como novio, sin importar la mirada y risas de las personas presentes. 


Ahora, desnudo en la bañera, le parecía mentira que ayer la hubiera visto bajar por las escaleras para nunca volverla a ver. Vivir definitivamente es como una rueda que nunca deja de girar, y en ocasiones se pincha con diferentes pedazos de vidrio que tú mismo o otros han dejado por el camino.

lunes, 30 de septiembre de 2013

Plagio

Comencé escribiendo sobre una idea que leí hace un tiempo, donde afirmaban que eso que nosotros los humanos llamamos semana (vaya usted a saber como llaman a la semana seres de otros universos y/o dimensiones, y si cuentan con esa particular forma de medir el tiempo), era como un viaje en montaña rusa. 

Recuerdo que en el escrito hacían referencia a ese sentimiento de "depresión" que suele apoderarse de uno el Domingo por la tarde, y decían que esto se debía a que el viaje por la montaña rusa, semana, había llegado a su fin y que por eso nos daba tan duro. 

 No recuerdo si hablaban sobre el Lunes. Yo considero que este es un día lento (el de hoy fue eterno) porque es aquel momento en el que el carro de la montaña rusa comienza su recorrido; yo me lo imagino subiendo lentamente la cresta principal de la montaña, para luego descolgarse a velocidades tremendas, lo que vendría siendo el periodo comprendido de Martes a sábado.

Pues bueno, estaba escribiendo sobre eso, y pensé "está idea no es mía, y por más que la trate magistralmente no se me ocurrió a mí" por eso borre todo y comencé a escribir esto, pero a la larga utilice la idea de la montaña rusa, en fin.

Y es que eso del plagio es algo por lo que uno se debería sentir realmente mal, considerándose este no solo el fusilar un trabajo de cualquier tipo, sino también el apropiarse de ideas que no son de uno para utilizarlas sin la debida citación.

¿Hasta donde llega el plagio? ¿también se considera plagio el utilizar una idea de otro para desarrollar un trabajo o proyecto que se tiene en mente?

Lo invito a que nunca se suba a la montaña rusa del plagio descarado, esa donde se copia el trabajo de otros como si nada estimado lector; de pronto le queda gustando tanto que ya después de un tiempo es muy difícil bajarse de la misma.

En este orden de ideas creo que entonces  puede definirse una especie de "plagio constructivo" donde usted define algo y se apoya en ideas que otras personas ya han dado; lo importante es que usted siempre aporte algo nuevo.

Entre otras cosas y escribiendo de más, considero que la semana debería tener más días como el sábado, el cual es en mi opinión, particularmente agradable.

viernes, 27 de septiembre de 2013

Como alguna vez escribí acá, que uno de mis planes favoritos es ir a una librería y ponerme a mirar libros (perdone la redundancia, ni modo que me ponga a mirar lamparas, ¿no?). 

Yo voy así no tenga plata para comprarlos; pues me gusta leer las contra portadas, seleccionar nuevos títulos para incluir en mi lista de "pendientes", y darme cuenta de lo poco que he leído y de lo mucho que me falta por leer; hecho que de una u otra forma me anima a seguir leyendo. 

El otro día leí una noticia sobre un editor Argentino famosísimo, y el hombre daba una lista de 100 libros que considera obligatorios para leer. Empecé a repasar la lista con entusiasmo y llegue al final para darme cuenta que no he leído ninguno de los libros que mencionaba. De todas formas uno lee lo que quiere, pero seguramente entre los libros que recomendaba este señor deben haber unos muy buenos, que lastimosamente no han caido en mis manos.

Hoy después del almuerzo me di una vuelta por una librería y di con un libro de Kenzaburo Oé, nombre que inmediatamente asocie con Germán es el man, por la expresión Oe. nunca me vi ese programa, pero tengo un primito que se la pasaba imitando la forma de expresarse de dicho personaje.

Aparte de esta primera asociación boba que realicé, el primer libro que vi de ese autor tiene como nombre "dinos como sobrevivir a esta locura" que en un principio y sin saber sobre que se trataba me llamó mucho la atención (confió mucho en los libros que de primerazo me transmiten buena energía). Después miré otro que tenia relatos sobre las consecuencias de la radiación a causa de la bomba atómica; con historias sobre las personas que han tenido que sobrevivir a eso y como poco a poco han sido olvidadas. De ese no recuerdo el título.

Otro autor desconocido para mi y otro par de libros que debo agregar a la lista de "pendientes", ahí le dejo el dato estimado lector, acuérdese del nombre, que suena a un llamado de atención: Kenzaburo Oé.

jueves, 26 de septiembre de 2013

Papel

Necesitamos arboles para producir papel y la tierra necesita de estos por el papel, valga la pena la redundancia, que juegan como pulmones de la misma. Todavía no entiendo como es posible que en esta era digital, donde inflamos y sacamos pecho por todos nuestros grandes avances tecnológicos; se continue desperdiciando papel en grandes cantidades ¿qué esperan las empresas para digitalizar prácticamente todo y reducir o eliminar por completo el uso del papel?

Siempre que me entregan una factura cuando compro algo, le digo a la persona que atiende la caja "le regalo la factura". Sé que muchas personas las reciben y las guardan hasta el momento en que hacen cuentas o de pronto hay otros a los que simplemente les gusta recibirlas para restregárselas en la cara al vigilante que las suele pedir a la salida de los almacenes, y las chulea con un marcador como calificando un examen. A mí simplemente me estorban y por eso no las recibo, lo que precisamente a veces me genera problemas con los vigilantes a la salida de los almacenes. 

Me pregunto, ¿no es posible desarrollar un programa para que envíe la factura instantáneamente y en forma digital a través del correo electrónico a los clientes, justo después de que realizan la compra? ¿no somos pues los amos y dioses del universo de Internet y susaplicaciones; de las nubes de datos y yo no se qué más cosas?

Por otro lado, ayer me comí una chocolatina jet de las pequeñas, esas donde salen las monas ( palabra tonta esa para denominar esos papelitos).Siempre que consumo una leo los nombres científicos estrafalarios de los animales, y al segundo olvido dicha información; pero por lo menos me quito mi ignorancia sobre el mundo animal por un segundo en la vida. Finalmente Siempre termino botando la envoltura junto con la lamina o mona. 

¿Por qué los de la "compañia nacional de chocolates" no se comprometen con el medio ambiente y sacan al mercado chocolatinas solo con la envoltura y otras que vengan también con la lamina?, así los que todavía estén llenando el álbum podrían solicitar que les vendan las que traen las laminas y los que no, como yo, comprarían las que vienen solas y así no se desperdiciaría el papel de la lamina, mona, esa joda rectangular; llámelo(a) como quiera.

Me aterra como el planeta se va llenando de pueblo (dícese personas) y no hacemos casi nada que le apueste a un desarrollo sostenible. ¿Que papel estamos jugando como profesionales, empresas, y/0 consumidores?.

miércoles, 25 de septiembre de 2013

Llevar del Bulto

Es realmente triste que la mayoría de nuestros esquemas de vida funcionen a punta del terror y como directa consecuencia el llevar del bulto. Desde que somos pequeños parece que es algo que nos inculcan: "Se come todo o no hay postre" "hace las tareas o no sale a jugar con sus amigos" y así como estos existirán miles de ejemplos.


Entonces a medida que vamos creciendo en ocasiones ya ni nos fijamos cual es el verdadero fin de lo que estamos haciendo, sino que simplemente actuamos conformes a no llevar del bulto o si llevamos que sea en la menor medida posible: "Trabaje sin cuestionar o si no lo echan" "Haga un posgrado porque caso contrario, no es nadie en esta vida y va llevar del bulto en su vida profesional", etc. etc. etc.

Igual es un tema complicado, porque el hecho de actuar supuestamente "bien", sin importar las consecuencias de nuestros actos, para no llevar del bulto, tiene en gran medida que ver con la teoría de los incentivos; tema que me intriga mucho.

Que bueno sería poder vivir en ese mundo ideal donde actuáramos de forma justa y dejando de pensar en el "si hago o no hago esto llevo del bulto por X o Y motivo". Yo se que es complicado cambiar la forma de pensar de un colectivo de personas; pero aunque suene mucho a cliché, si no empezamos por poner nuestro grano de arena y no tratamos de cambiar nuestros patrones de acción, está muy claro que nosotros y las generaciones venideras continuaremos llevando del bulto de aquí en adelante.

martes, 24 de septiembre de 2013

Editar

A mí me gustaría ser un editor ni el berraco, uno de esos que no duda nunca en como deben ir los signos de puntuación, cuales deben ser los tiempos correctos de un verbo y/o la estructura acertada de una oración; entre los tantos puntos que tiene tan agradable tarea, y que se deben tener en cuenta.

 Yo en ocasiones me descacho ( ¿por qué me señala el corrector esta palabra si es tan legítima en mi vocabulario?) al utilizar gerundios, y las tildes de las palabras agudas a veces  me maman gallo, porque simplemente no les "huelo" el acento o juego al robot y  pongo  tildes que no existen para palabras que terminan en "ia"; uno nunca terminará de aprender a escribir.


Aunque no soy el editor que quisiera ser, creo que la labor no la hago del todo mal; pero más allá de eso, el revisar mis escritos una vez los he terminado, es algo que me relaja y deleita por completo.  El revisar el texto y decidir si va una coma o un punto y coma, o tal palabra sonaría mejor que esta otra, o el desenredar un párrafo completamente ininteligible porque se escribió de afán y por la pasión del momento, es algo que me agrada mucho.

Considero que sería bueno si todos en algún momento tomáramos ese papel de editores; no me refiero solo en cuanto a escritos, sino para cualquier situación, evento, relaciones etc. Deberíamos tomarnos en serio el papel de revisar lo que hemos hecho y como hemos actuado con el mundo.

Muchas veces cuando las cosas salen mal tenemos parte de la culpa y simplemente nos hacemos los locos. Tal vez si nos propusiéramos a editar todas nuestras acciones no habría tantos conflictos entre las personas. Antes de que piense que la editada no sirve porque se realiza al final, le cuento que está equivocado, porque a medida que uno va escribiendo también va editando, así que medida que uno va actuando también lo debe poder hacer.

"Todo el mundo sabe que hacer con las palabras, 
pero no tenemos ni idea de lo que ellas hacen con nosotros”
- Juan José Millás -

lunes, 23 de septiembre de 2013

Complicaciones

Pienso que sin las personas no habría literatura, es decir, creo que cuando a alguien se le ocurrió escribir una novela, cuento, historia, etc. tuvo que basarse en una o varias personas para ir creando los personajes, para ir dándole esas características que tanto hacen que sintamos empatía por ellos, que los odiemos o que los amemos. 



Actualmente estoy leyendo el libro “Articuentos Completos” de Juan José Millás y su estilo cada vez me gusta más, después de cada sesión de lectura. Algún día escribiré sobre el mismo. Lo menciono, porqué muchos de los escritos de Millás, si han de ser ciertos y cuando no les pone ese toque de ficción surreal que maneja tan magistralmente; surgen a raíz de conversaciones que escucha en restaurantes o cafés mientras toma gin-tonic en las tardes. Cualquiera diría que está mal escuchar conversaciones ajenas, pero la verdad es algo muy divertido y pues no se le está haciendo un mal a nadie, a menos que usted desee utilizar la información con ánimo de hacer daño o sacar ventaja de alguna situación.

Yo me diferencio de Millás en dos cosas básicamente: Me falta aprender mucho sobre escritura y nuestro lenguaje para poder llegar a tener el nivel que él tiene y la segunda es que no le jalo al Gin tonic; de hecho ya no le voy mucho a eso de tomar trago. Yo a lo que le jalo con frecuencia es a tomar café y de vez en cuando “agarro” una que otra conversación ajena. 

Hace ya más de un mes me tomé un café en un Juan Valdez y me puse en la firme tarea de escuchar una conversación ajena. En una de las mesas de al lado estaban sentados 3 viejitos, los cuales deberían tener entre 60 y 70 años. Su conversación me pareció muy interesante, por todos los matices de la misma, era seria pero al mismo tiempo divertida, pues se hacían bromas entre ellos; se notaba a leguas que eran viejos (en todo el sentido de la palabra) amigos. 

Los viejitos estaban enfrascados en una discusión sobre los modelos económicos y sus ventajas y desventajas; a grandes rasgos esto fue lo que pude captar de la conversación variopinta que estaban sosteniendo, lo que más me gusto fue el desorden de temas y más que eso la forma en que saltaban del uno al otro como si nada, sin importarles en lo más mínimo  si  habían  o no concluido el anterior.

En algún momento de la conversación me sentí mal porque empezaron a hablar de tablets con una propiedad increíble y pensé “estos viejitos saben más de tecnología que yo”. Uno de ellos le afirmaba al otro “vea, lo mejor es que usted se compre la tablet para leer yo no se qué cosas; las mejores son las Samsung y las Apple” afirmo viejito No. 1. 

Como le venía diciendo, estimado lector, la conversación brincaba de un tema a otro con suprema facilidad y entonces después del tema de las tablets Viejito No. 2 toco el tema del Capitalismo, donde afirmaba que ya hace un tiempo migramos hacia un Neoliberalismo que ahora tiende hacia un Súper Capitalismo, en ese momento Viejito No 3 que no había estado muy activo en la conversación, saco un comentario relacionado con la biblia y la respuesta del viejito No. 1 fue estupenda para que la conversación no se encausara hacia temas religiosos, pues dijo “ ¿La Biblia? ¡Que Biblia ni que hijueputas!.” 

Después de esto, uno de ellos dijo que el entorno laboral había cambiado mucho y que antes si el crecimiento de una empresa era del 7%, todos felices y se celebraban con champaña, pero que ahora si no es del 50, echan al presidente y san se acabo.

Después de que el otro par de viejitos le dieran la razón a su amigo sobre la idea expuesta, uno de ellos se puso a hablar sobre China y su papel como potencia actual y dijo “Es que si en China estornudan todo el mundo se resfría”, haciendo referencia a los impactos en las economías locales. El otro ingreso a la conversación hablando sobre la producción de productos en los países asiáticos y dijo algo como “El nivel de producción que tienen es grande, pero las cosas que hacen no duran ni mierda”

Y así como de la nada, al parecer uno de ellos tenía mucha hambre y comenzó a hablar sobre frijoles, “es que a fulanita le quedan súper ricos, pero un día me dieron unos dizque dietéticos, y eso no sabe igual y para colmo de males me puse mal del estomago.”

Los viejitos tenían tema para toda una vida, y a veces me era imposible seguirles el ritmo. Mi hermana finalmente llegó y no supe en que término toda su conversación, pero algo que me quedo claro con la misma, es que el mundo, con todo lo que contiene, es un lugar muy complicado para vivir.