jueves, 13 de febrero de 2014

La Intolerancia de Iguarán




Hace un par de días envíe una carta.  Hace mucho que no lo hacía.  Llegué a un Servientrega en el cual había dos mujeres atendiendo.  Delante de mi, en la fila, habían tres personas. Una de estas, la segunda, era un militar negro, alto, acuerpado y con mala cara; una de esas personas que es mejor no armarle pelea o que si se arma; lo mejor  es que el personaje pertenezca a su bando

Había otra fila que nadie hacia.  La verdad nunca supe para que era; casi siempre que llego a un sitio hago la fila que tenga más personas; pero eso no garantiza nada.  Cuando hice los trámites para sacar la cédula el año pasado, hice una fila  para al final enterarme de que no era la correcta.

Como le venía diciendo el soldado, de apellido Iguaran, esperaba impacientemente en la fila, golpeando  con su bota derecha el piso, tratando de llevar una especie de ritmo.

Mientras miraba el cuadro del momento, irrumpió, dando pequeños pasos, un viejito con boina y bastón y se úbico en la fila que nadie estaba haciendo, obviamente quedando de primero.

Iguaran con dotes de autoridad ridículos, no tuvo problema alguno en decirle: “La fila va ahí atrás” a lo que el viejito sabiamente respondió  de forma sarcástica “Tengo 84 años, soy inválido y creo que tengo prelación en el turno, algún problema mi comandante? Yo casi lo aplaudo.

Iguarán inmediatamente cayo en cuenta de su error y le respondió: “Si claro siga”.

Deberáin vender dosis de tolerancia, cada día, sin importar cual sea su estado, soportamos menos a las demás personas  y solo buscamos nuestro bienestar.
 

viernes, 31 de enero de 2014

Tema-Escribir-Millás-Ideas-Creatividad

Algo que considero importantísimo para poder escribir es nunca quedarse sin tema. Tener tema significa poder, de alguna u otra forma, generar ideas; las cuales vienen siendo la gasolina para la escritura.

Hoy programé el reloj para despertarme temprano, y me acosté tarde pensando en que me iba a costar mucho trabajo hacerlo; sin embargo, ese despertador biológico que rara vez hace presencia en mi vida irrumpió de la nada y me despertó 1 hora más temprano.

De repente me comenzaron a llegar un montón de ideas para un trabajo que tengo que realizar esta semana.  En un principió pensé repasarlas mentalmente; pero llego un punto en que preferí anotarlas, pensando que cuando llegara el momento de plasmarlas en un escrito, no las iba a tener todas presentes.  Estaba haciendo frio, y me dio pereza pararme a buscar mi libreta así que tome el celular y logré escribirlas todas, después de corregir al autocorrector que propone palabras absurdas y totalmente diferentes a lo que uno quiere expresar.

Me agrada mucho cuando un chaparrón de ideas cae sobre mi cabeza, porque de alguna forma vienen anidadas, o yo encuentro alguna forma de hacer eso, lo cual considero otro punto muy importante para escribir; me refiero a poder conectar una idea con una o varias que en un principio  parecían no tener ningún tipo de relación con la primera.

Uno de los escritores que realmente admiro por la facilidad que tiene para conectar ideas es Juan José Millás.  Además de esta gran característica también me gusta mucho su estilo crítico que no llega nuca a ser un lamento y lloriqueo desesperado; su humor que siempre es fino y nunca patina en chistes burdos o connotaciones sexuales, lugares comunes de muchos escritores que intentan ser graciosos; sus toques de surrealismo que tienden en ocasiones hacia la fantasía, y su respeto por el español. 

Ya como me descarrile de mi idea inicial, la cual nunca tuve definida, considero importante decirle como conocí a Millás. En la última feria de libro, cuando ya estaba quemando mis últimos cartuchos monetarios (lease billetes); vi la portada de su libro Articuentos Completos. Fue como una especie de amor literario  a primera vista pues hubo ese algo que en ocasiones lo atrae a uno hacia un libro y que no se puede definir.  Lo tomé entre mis manos y abrí el libro más o menos por la mitad para encontrarme con la siguiente frase, que si no estoy mal, decía algo como:


"Y es que para eso leemos las noticias, como no ocurre nada 
interesante en nuestras vidas; queremos saber lo que le pasa al mundo"

Ese par de frases me bastaron para saber que debía leer su libro; en algún momento de este año debo sumergirme en alguna de sus novelas.

Millas es un maestro de las ideas; es capaz de tomar la idea más banal y estúpida que podamos pensar  y escribir cosas maravillosas sobre la misma, anidando otras y descubriendo puentes, caminos, conexiones, que nosotros, los simples mortales, es difícil que veamos. En este video puede apreciar toda su grandeza.

Las ideas siempre pondrán muchos temas en nuestra cabeza para escribir.  Nos estamos adentrando hacia una economía creativa, una en la cual el recurso más preciado e inagotable son las ideas; de ahí lo importante de tenerlas para que nunca se nos agote el tema:

Not everyone can be a farmer (you need land), or a manufacturer 
(you need money and factories) or a government official (you need to pass
 exams. But everyone can be creative.

Human creativity is the ultimate economic resource. The ability to 
come up with new ideas and better ways of doing things is ultimately
 what raises productivity and thus living standards”
- Big Questions in creativity 2013 -

jueves, 30 de enero de 2014

Parranda

El día que llegué en la madrugada a mi casa, fue después de una rumba. La palabra "Rumba" la definen los de la RAE, que se supone son duros en lingüística y esos temas, como : "Francachela, Parranda; cierto baile popular y/o música que lo acompaña."

De la primera definición me gusta la palabra "Parranda"; es una de esas palabras divertidas, aunque prefiero aun más la palabra "Pachanga", pues considero que la ch siempre le da un toque cómico a cualquier palabra.  La segunda, Francachela, solo hace que recuerde la poesía de Rin rin renacuajo.

Salir de rumba o irse de rumba, pachanga, parranda, etc; creo que ya no es lo mío. Ir a un sitio, tomar un vaso con hielo, trago y empezar a mover el cuerpo tratando de llevar el compás de canciones que casi no se conocen (en mi caso), me resulta aburridor.

Entonces uno intenta  conversar con alguien, pero el volumen de la música obliga a que se  tenga que  gritar, y a pesar de que usted cree que la otra persona lo escucho, es posible que en ocasiones simplemente haya asentido con la cabeza, no por mala educación o desinterés, sino porque simplemente conversar requiere un esfuerzo adicional, y no es la opción en estos sitios; pero pues se supone que uno no salió a conversar sino de "rumba"  ¿no?.  

Rumba es una palabra extraña, casi del mismo calibre que el güepa-je (¿que diablos es eso?), que tanto acompaña las rumbas.

Lo que más me enzorra (definitivamente una buena e inexistente palabra esta) es que las personas  vayan es solo a mostrarse. Antes de que se enzorre, estimado lector, también me incluyo; pues no cabe duda que a veces uno cae en ese jueguito estúpido de querer figurar. Dicho comportamiento no solo se ve cuando el ser humano está de rumba, sino en varios contextos de nuestro diario vivir.

Entonces así es que uno, con un  grupo de amigos,  sin importar de cuanto sea la cuenta el atraco del sitio al que va,  sale a "divertirse", y así no se esté divirtiendo, uno pone su mejor sonrisa cuando le toman fotos para publicarla en cuanta red social exista y alguien pueda contarle al mundo entero "Estoy en X sitio con Y numero de personas".

Imagino entonces que uno antes moría por irse de rumba, porque a la larga uno de los principales fines era descerebrarse a punta de licor, y en ese estado vale huevo todo. últimamente las veces que he estado en sitios de "Rumba" imagino como se debe ver uno de ridículo contoneando el cuerpo al ritmo de la música.   Como leí alguna vez ¿intentarían los extraterrestres contactar a nuestra raza, si nos vieran en esas o montados en  ese gran despropósito llamado chiva rumbera?

En fin, me gustaría conocer a una persona que realmente experimente un estado de plenitud y genuina felicidad cuando se va de rumba.

miércoles, 29 de enero de 2014

Lugares

Últimamente he visto muchas noticias sobre lugares para visitar antes de morir; pero los titulares de algunas  dan a entender que toca visitarlos como sea, es decir, que si usted no logra ir a alguno de los mismos a lo largo de su vida, resulta siendo un don nadie.

Atardecer en los Llanos
Orientales
De Colombia no sale ningún lugar, a pesar de que tenemos la fortuna de contar con múltiples regiones y lugares para conocer; tal vez no tengamos estructuras tan imponentes como la torre Eiffel (solo la de la peluquería de D’Norberto  en navidad) o la muralla china; pero los paisajes les hacen una buena competencia.

Lo que ocurre, creo yo, es que siempre que pensamos en viajar, queremos hacerlo fuera del país. ¡Pero claro! pensarán algunos 
"¿cómo voy a decirle a mis amigos y conocidos que estuve en Boyacá en vez de Europa?".

Muchas veces pensamos que lo que está por fuera del país es mejor; el simple hecho que algo provenga del extranjero, sean personas o cosas, nos induce a  que les demos una mejor calificación, estatus y características especiales.

Tenemos una cultura muy extranjero-orientada, por decirlo de alguna manera. Creo que en cuestión de turismo tenemos muchas opciones, que además son competitivas económicamente; pero nos gana nuestro ego de viaje internacional  y esas ganas descomunales que tenemos de largarnos del país así sea por un corto período de tiempo.

martes, 28 de enero de 2014

Identidad

Me parece que todos tenemos problemas de identidad, es decir, nos cuesta saber quién somos realmente, y es por eso que se nos dificulta tratar con los demás.

La identidad, creo yo, va más allá de un simple nombre, una carrera y una cantidad de años.  La identidad es eso que lo identifica a usted como un carnet, es decir, único e intrassferible; eso que lo mueve cada día a ser una buena persona y darle al mundo  lo mejor que tiene para ofrecerle.

Cuando nos preguntan quienes somos, muchas veces respondemos soy Fulano de tal, Soy Inserte aquí su profesión y trabajo como inserte aquí su cargo ¿En serio como humanos solo somos eso?  ¿un nombre que nos da una carrera y un apellido que nos da un cargo? que aburrición tan grande; de ser así hay miles de personas  idénticas a nosotros.

""You were born original...Don't die as a copy."

Una vez conocí a una mujer que me pareció bonita e intenté conversar con ella; no recuerdo bien cual fue la primera pregunta que le hice, pero me respondió la siguiente frase con un aire de superioridad increíble "Soy Gerente de producto de X empresa y bla bla bla bla"...muy buena suerte con tu ego por el resto de tus días.

Ese creo que es otro de nuestros grandes problemas, en realidad más allá de una carrera o un cargo, tenemos problemas para definir nuestra identidad. Bien lo decían los griegos en su aforismo Noce Te Ipsum (Conócete a ti mismo).  A la larga cuando uno comprenda realmente quien es, podrá empezar a entender a los demás.

“You are not your job, you're not how much money you have in the bank. 
You are not the car you drive. You're not the contents of your wallet. 
You are not your fucking khakis. You are all singing, all dancing crap of the world.”
- Chuck Palahniuk, Fight Club -

lunes, 27 de enero de 2014

Mi novio(a) el Smart Phone

Creo que un síntoma que prueba que una relación de pareja está pasando por un buen momento y que realmente se entienden; es el hecho de poder hablar por  horas y horas sin preocuparse por el tema de conversación, pues siempre hay alguno a la mano.

El sábado pasado  estaba haciendo frio y decidí, antes de encontrarme con unos amigos, tomarme un café en modo cusumbo solo.  Aunque lo mejor casi siempre es tomar café en compañía de otra(s) persona(s) y charlar; el tomar café solo y echar globos, en ocasiones y en mi caso es algo también realmente agradable.

Apenas llegué vi a un señor leyendo; pero cuando terminé de hacer la fila se había ido, así que no tuve tiempo de tomarle  foto a su lectura urbana. Cuando me senté, me llamó la atención una mujer con falda, la cual le permitía que se le vieran parcialmente las piernas.  Siempre he considerado las piernas como la parte más sexy del cuerpo de una mujer.

A su lado estaba sentado su pareja. Deduzco que era la misma, porque la mujer le acariciaba cariñosamente el cuello y parte de la oreja mientras con la otra mano tomaba café y  no dejaba de mirar su celular.  El hombre, al parecer inmune a las caricias de la mujer, se encontraba completamente ensimismado en su celular, manejándolo magistralmente con los pulgares de ambas manos.

Eventualmente uno de los dos leía algo que lo hacia reir y se lo mostraba al otro.  Durante el tiempo que estuve en el sitio, nunca entablaron una conversación larga ni se dieron un simple beso.  De pronto ambos tienen unas kiss app, o alguna pendejada por el estilo.  ¿Para que tener una relación si uno se ríe y conversa más con el teléfono celular?

De pronto la mujer no era nada del hombre.  Algún día voy a volver a ese sitio y me voy a sentar  en la misma silla que ocupó este; de golpe una mujer me empieza a acariciar el cuello y la oreja.  Mucho mejor si lo hace la mujer con buenas piernas.

domingo, 26 de enero de 2014

Sin brazo

Hoy llegué en la madrugada a mi casa; hacia rato que no lo hacia, No se, creo que apesto para eso de la vida nocturna, en fin.  Me dormi a eso de las 4:00 a.m y a las 10 algo me despertó; al instante me di cuenta que fue. En medio de los sueños y las vueltas en la cama; mi cuerpo, en una posición digna de contorsionista, estaba totalmente recostado sobre mi brazo izquierdo.

Creo que ha sido la única vez en la cual mi brazo estaba completamente dormido.  Las ordenes de mi cerebro no funcionaron para moverlo, así que tuve que alzarlo con el derecho y empezar a moverlo para que la sangre circulara nuevamente. Mientras movía el brazo dormido con el otro, no calcule bien uno de mis movimientos  y lo  estrellé contra un mueble.  Me dolió un poco e inmediatamente pensé  en esas historias de personas que se les duerme un pie y cuando intentan caminar se lo parten.

Ya el brazo no está dormido y no me duele nada; supongo entonces que no hubo ningún tipo de fractura.  El punto es que muchas veces a lo largo de la vida, dejamos que se nos duerman planes y propósitos  que alguna vez significaron mucho para nosotros, y ahora están ahí, como extremidades dormidas, justo enfrente de nuestras narices. 

Lo peor del asunto es que no fuimos nosotros los que ejercimos presión para que eso ocurriera, sino que en la mayoría de ocasiones son factores externos que nos joden la cabeza y no nos dejan actuar.  Lo mejor es que empecemos a mover esas extremidades inertes lo más pronto posible, antes de que nos agarre el sueño de la muerte.