miércoles, 28 de mayo de 2014

Peugeot

Hoy mi hermano llevó a un concesionario el Peugeout que nos acompaño por más de 15 años, para que le dieran cualquier cosa por el mismo, Hacía rato que venía funcionando mal y no valía la pena mandarlo más al taller. La vejez hace presencia en todo.

Una de las primeras cosas que me contó mi hermana mayor cuando salí  del coma, fue una historia sobre la compra del Peugeot.  Yo, tendido en la cama del hospital, todavía no entendía muy bien que era lo que pasaba a mi alrededor, pero recuerdo que en ese momento imaginé los paseos que iba a dar con mi familia en ese carro, y eso fue algo que  me tranquilizó mucho.

En ese carro fuimos a los llanos y en otra ocasión  mis padres me recogieron completamente borracho y tuvimos que hacer una parada técnica para que no estropeara el asiento trasero, ¡que verguenza tan gigante!

Menos mal que los objetos por más grandes que sean, no dejan de ser solo eso. Si tuvieran el mismo valor sentimental que, por ejemplo, una mascota, que pereza sería desprenderse de toda la basura que atesoramos a lo largo de la vida.

 Igual, aunque no tiene sentido alguno, no dejo de preguntarme  ¿Quién lo comprará?  ¿lo volverán chatarra?  ¿alegrará o será la desgracia de una nueva familia a la que indiscutiblemente le venderán gato por liebre?  ¿Qué pasaría si los objetos tuvieran emociones?

Una vez me leí una recopilación de cuentos sobre la muerte, y uno de los mismos narraba la historía de un cepillo de dientes que iba a parar en un punto inalcanzable  detrás del mueble del lavamanos.  El dueño no se las arregla para rescatarlo, sino que va y se compra uno electrico.  Entonces el cepillo viejo oye todo y se da cuenta como lo dejan en el olvido, mientras se llena de polvo y tiene como sus únicos acompañantes a un par de insectos.  Al final se supone que muere.

Sin ponerme con sentimentalismos zonzos, creo que mi familia nunca olvidará ese carro y el buen servicio que nos prestó.

lunes, 26 de mayo de 2014

Imaginación Atrofiada

Un día de la semana pasada fui a un restaurante por la noche.  A la mesa ubicada a mi derecha llegó una familia con "la parejita", término flojo y que detesto.  La niña era la más pequeña y debía tener unos cinco años, mientras que su hermano mayor unos ocho.

Luesgo de que ordenaran sus platos, el niño habló dirigiéndose exclusivamente a su hermana "Fulanita  ¿te imaginas jugar golf dentro del agua?" Y acto seguido le explico con lujo de detalles como funcionaria ese golf subacuático. 

Apenas el niño mencionó eso, en lo primero que pense fue "Es imposible. Desde el punto de vista físico golpear la bola sería toda una hazaña debido a la resistencia del agua, y bla bla bla bla."

 ¿Qué importa que en verdad sea imposible jugar esa variante del golf? El punto es que desde pequeños nos han enseñado a juzgar cualquier tipo de comentario que llegué a nuestros oidos, independiente de si es acertado, desatinado o parcialmente alguna de estas dos opciones.  

Somos unas máquinas ultra veloces para juzgar lo que sea. Eso estimado lector, todos esos prejuicios tontos que aparecen automáticamente en nuestra cabeza, es el aborto de la creatividad, es decir, el asesinato de esta antes de que nazca, y al mismo tiempo la atrofia de la imaginación.

· "We can sense when someone is not like us, 
and in the absence of positive labels, we tend to see
 differences as negative."
- Big questions in creativity 2013 -

domingo, 18 de mayo de 2014

El post sin tiempo que va a cambiar el mundo

Quería sentarme a escribir con tiempo, pero parece ser que solo tengo 13 minutos ( y contando) para hacerlo.  Quería escribir de largo o algo largo, dos cosas que pueden llegar a ser muy similares o  diferentes;  o en otras palabras una idea contradictoria parecida al "Acompañame a estar solo" de Arjona, personaje al cual no pretendo por ningún motivo emular. 

Me habría gustado dedicarle mucho tiempo a este escrito, el cual posiblemente no voy a poder editar, y que el mismo se convirtiera en algo viral que cambiara al mundo  y/o la forma de pensar de las personas sobre algo; creo que a la larga eso es a lo que aspira cualquier escritor sincero, a sembrar algo de "malestar" en la mente de las personas y de esa forma promover algún tipo de cambio.

Ahora quedan 9 minutos.  Lo bueno de escribir así de afán, es que uno no se censura nada y las palabras van saliendo casi por si solas.  acabo de dedicar un par de minutos a la  edición de lo previamente escrito y ahora solo me quedan 6 minutos.   ¿Qué puede uno decir en 6 minutos? Desarrollando un  ejercicio de Elevator Picth hace poco, cálcule que para el tiempo de 42 segundos que tenía disponible, podía artícular un discurso de 90 palabras.  Aplique usted ,por favor estimado lector, la regla de 3 para conocer el número de palabras por minuto.

Ojalá uno pudiera escribir igual de rápido que habla.  En mí caso, lo único bueno sería la cantidad de palabras escritas, porque muchas veces suelo ser uno de esos mal-hablados y cambio las palabras o invento otras.

Queda solo un minuto. Creo que si el mundo se fuera acabar, yo dedicaría el último minuto a la escritura.

 ...Los dejo o me deja a mi el avión...

jueves, 15 de mayo de 2014

Borrar la evidencia

Las aventuras del buen Solsado Svejk, novela que estoy leyendo ahorita, es una sátira que narra los acontecimientos de este soldado, y como va sorteando ese absurdo que llamamos guerra. Desde mi punto de vista, considero que algo  que pretendió Jaroslav Hašek, su autor, con este personaje,  era mostrarnos como debemos encarar la vida de forma agradable, independiente de cual sea la situación.

Svejk le es asignado como asistente al teniente Lukas, y en cierto  momento de la historia este le entrega una carta para que se la lleve a una de sus amantes.  Svejk en medio de su encargo es sorprendido por el esposo de ella, y para evitar problemas con su superior primero dice que la carta había sido escrita por él  y acto seguido se la come, para así borrar cualquier evidencia del encargo.

Esto me recordó un episodio en la universidad durante un parcial de Estadística.  Blanco, el profesor que tenía cierto aire de Godofredo cínico Caspa, se dio cuenta que un alumno estaba haciendo copía.  Haciéndose el loco camino por el espacio libre creado por dos columnas de pupitres y se paro justo lado del estudiante.  Este afortunadamente se había daco cuenta que el profesor lo había pillado, y no tuvo problema alguno en meterse el papel de la copia a la boca.

Cuando Blanco lo abordó, le exigió que se pusiera de pie para revisar el pupitre, maleta y cuadernos. El alumno se paro muy tranquilo mientras masticaba el papel.  Si no estoy mal creo que Blanco se dio cuenta de que se estaba comiendo la copia, y no pudo hacer nada contra semejante acto tan genuino para borrar la evidencia, convirtiéndola en una especie de bolo alimenticio. 

Ese día disfruté ese pequeño  triunfo del estudiante, no por el hecho de que estuviera haciendo copia, sino porque Blanco era un viejo amargado y  mala clase.

miércoles, 14 de mayo de 2014

Procastinar

Creo que el acto de Procastinar en si es ambivalente, es decir, en ocasiones es bueno dejar las cosas para después, darle un aire a nuestros proyectos bien sean personales o de trabajo y dejar que nuevas ideas lleguen para nutrir los mismos; es ahí cuando esta palabra le da una trompada al cliché "No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy", pues hay veces que resulta mejor aplazar las cosas, sin necesidad alguna de "darse palo" y/o sentirse mal.

Por otro lado procastinar resulta malo cuando aplazamos algo que sabemos no nos va a hacer sentir bien, como iniciar un escrito, leer un libro, emprender un proyecto, etc.  es ahí cuando procastinar resulta nocivo; cuando empezamos a adquirir deudas con nosotros mismos, que son las que más duelen, ya que no dependemos de un tercero para saldarlas.

El punto es que, en ocasiones, uno de los grandes males que tenemos todos es querer actuar de forma Cool  o en el lenguaje callejero  ser muy "la verga".  Es ahí cuando nos comenzamos a engañar con las reglas de juego que nos propone el entorno. Por eso, tal vez, es que mucha gente  se ufana de ser una persona procastinadora y se define como tal como si fuera lo último en guarachas, solo porque si; porque les parece una cualidad llamativa.  ¿Si les parece tan chévere por qué no la ponen como una habilidad en la hoja de vida?

martes, 13 de mayo de 2014

Ángel caído

Una vez en un trabajo, ingreso a la compañia  un ingeniero que se llamaba Samael.  Siempre que oía mencionar su nombre, a mi mente llegaban el conjunto de palabras "Angel Caído".  Samael nunca se llevó bien con una amiga, y ella decía que si era caído, pero más bien "caído del zarzo"; frase cordial para no decirle bobo.

En la pasada fería del libro, en uno de los primeros pabellones que visite y mientras caminaba distraído, pensando, imagino yo, a cual stand dedicarle tiempo, sin darme cuenta quedé justo al final de una fila. "Perdón,  ¿estás haciendo la fila?" Fue la frase que interrumpió mis pensamientos y me trajo nuevamente al presente. 

Agaché mi mirada hacía el lado derecho, para ver a una niña de no más de 15 años, pelo negro, piel blanca y cara bonita, quien me miraba  fijamente.  Di un paso a un lado y le respondí "No, sigue".  Ella me sonrió. 

"¿Para qué es esta fila?" le pregunté mientras pensaba que, dependiendo de su respuesta, tal vez la haría o no.  "La niña, con una cara de emoción absoluta, abrió los ojos y me dijo "Es para una firma de autógrafos de Becca Fitzpatrick". " ¿Y quien es ella?" le pregunté despreocupadamente.  "¿ No la conoces?"  Obtuvo mi "no" como respuesta con tan solo ver mí cara de ignorancia absoluta respecto al tema. Ella empezó a hablar de nuevo, mientras sacaba de su maleta, para mostrarmelo, uno de  los libros de esa Escritora. "Es la autora de la saga Hush Hush". "Ahh... ¿y sobre que trata?" pregunté nuevamente. "Sobre Angeles caídos y esas cosas."

Inmediatamente pensé que si "esas cosas" a las que ella se refirió tan naturalmente, son tan obvias para el resto del  mundo como parecen serlo.  También, por lo de los ángeles caídos, me acordé de Samael y sonreí.

 La verdad nunca me he sentido atraído por ese tipo de literatura paranormal de ángeles, vampiros, licántropos, brujas, etc. Pero me gusta que la gente joven le esté dedicando tiempo a la lectura gracias a esos autores.  En Colombia este fenomeno se puede ver con los libros de la escritora Carolina Andujar.  No importa, en el buen sentido, que los niños disfruten este tipo de literatura; igual no soy nadie para decir que deben leer, cuando todavía me hacen falta tantas de esas "lecturas obligatorias".  Aplaudo a dichos autores y ojalá sigan haciendo ese buen trabajo de conducir a los más jóvenes hacia la lectura.

lunes, 12 de mayo de 2014

Sueños

Un día de la semana pasada  un hombre y una mujer, compañeros de oficina,  llevaban en sus manos unos cafés.  Mientras pasaban por mi lado, la mujer, costeña ella, le dijo a su amigo: "Estaba viendo una película en inglés y me quedé dormida.  En el sueño que tuve hablaba en Inglés."

 ¿Qué serán realmente los sueños?  ¿pura información en desorden?  ¿nuestros más intimos deseos y/o aberraciones?  ¿meros mensajes subliminales del inconsciente? la verdad pueden llegar a significar tantas cosas a la vez o ninguna; y siendo algo tan increiblemente enigmático, todavía existen personas que dicen interpretarlos.

Mis sueños no son sueños, es decir, casí nunca me acuerdo que es lo que sueño y las pocas veces que logro recordar algo, son solo imagenes.  Hace poco soñe que tenía el pelo largo, en otra ocasión que tenía la mitad de un bigote, que me daba besos con una mujer a la que escasamente conozco, y recuerdo tambíen una imagen de un sueño erotico, supongo yo,  con una mujer vestida de colegiala, de piernas largas y torneadas.  Algo debe ocurrir con la edición de mis sueños, pues resultan ser puros retazos de imágenes y nunca una historía continua.   Las pocas veces en que esto último ocurre, mis sueños son completamente surreales.

Otra cosa que me he dado cuenta es que mis sueños nunca tienen dialogo, o por lo menos yo nunca hablo con las personas, vaya usted a saber que significa eso.

Laura, mi amiga  que siempre lee las últimas palabras de una novela, afirma que siempre sueña historias completas y que al día siguiente las tiene súper frescas en la mente, tanto así que hace mucho tiempo abrió un blog donde relataba todos sus sueños. Lástima que lo cerró; escribía de forma sincera y amena.

Este fin de semana me dormí viendo un programa sobre un pabellón de una carcel con mujeres asesinas, usted sabe, a veces ese amarillista que llevamos adentro sale a flote.  Afortunadamente no soñe con crimenes ni nada por el estilo, y el programa estaba doblado al español, así que tampoco soñe en otro idioma.