jueves, 17 de julio de 2014

Mota de Polvo

Ayer, antes de dormirme y como siempre suelo hacer, dediqué unos segundos a mi ritual de prender el televisor y canalear frenéticamente, a ver si algún programa captaba mi atención.  Como no vi nada bueno, decidí entonces poner el NATGEO para ver si de pronto estaban dando uno de esos programa de la serie "TABU" que en medio de su amarillismo, no dejan de ser interesantes.

Me encontre en cambio con un episodio de COSMOS actual, donde Carl Sagan ya ni se ve por las curvas, y el que aparece es un señor negro que ni idea como se llama. Pasaron, creo, una imagen de un disco inclinado y amarillo, que más que la foto de una galaxia, parecía un dibujo de trazos repetidos hecho por un niño.  Creo que  esa imagen, en ese preciso instante, fue la que llamó mi atención y por eso decidí dejar de canalear y escuchar atentamente a lo que el señor decia.  Me agradan esos programas porque le hablan a uno como si fuera un tarado, dejando todo claro con ejemplos y palabras sencillas.

El presentador del programa estaba exponiendo  lo insignificante que es nuestra existencia, y  por ende nuestra raza como un colectivo y como seres individuales. Narraba este señor que nuestra galaxia se encuentra incluida en un universo que debe tener alrededor de 100.000 millones de galaxias , y que no existe ningún fin; pues justo con el límite de nuestro universo se encuentra el comienzo de otro y así sucesivamente.  Entonces nuestro universo hace parte de un Multiverso, que se expande y expande, como una poesía sin fin.

A la larga su conclusión fue que este instante de vida en el que todos coincidimos, podemos imaginarlo como si todos  estuvieramos  ubicados en una mísera mota de polvo. Creo que el mensaje que también quería dejar el programa, es que debemos dejar esa ínfulas de grandeza que todos, independiente de lo que sea que hagamos, solemos llevar a cuestas.

miércoles, 16 de julio de 2014

Cuello Ortopédico

Hoy me agarró el medio día haciendo una vuelta, y tuve que almorzar en modo cusumbo-solo. Mientras esperaba  a que mi pedido estuviera listo, a la mesa de al lado llegaron tres amigas; una de ellas llevaba puesto un cuello ortopédico.

Utilizar ese tipo de cuello debe ser algo muy incomodo, porque para poder mirar en cierta dirección, toca mover gran parte del cuerpo para así dirigir la mirada hacia el lugar deseado.  Al rato, cuando sus pedidos ya estaban listos, por alguna extraña razón antes que el mío, la mujer del cuello ortopedico llegó con un plato que tenía una montaña de arroz y dijo "Así si me van a incapacitar otra vez" y se echó a reir.  No entendí a que hacía referencia, quizá a que tal vez después del almuerzo iba a tener un malestar estomacal ni el berraco (Directo Caracas, le llamo yo), y esa iba a ser la razón de su nueva  incapacidad.  El disco de mi pedido vibro, así que no supe que le respondieron sus amigas.

El punto es que, al parecer, todos vivimos con un cuello ortopédico, es decir, muchas veces solo miramos las cosas que ocurren a nuestro alrededor desde un único punto de vista, y nos aferramos al mismo, como si de este dependiera nuestra vida.  Al creer que es el único válido, comenzamos a juzgar el de los demás, y justo ahí es cuando asesinamos cualquier intento de proceso creativo.

No juzgar es muy jodido, un día una amiga me dijo que no me complicara, que los seres humanos somos así y no que no hay nada por hacer  ¿será eso verdad?  ¿estamos destinados a ser unas máquinas juzgadoras? Yo la verdad pienso que no.  Creo que podemos desaprender ciertas conductas erroneas y reeducar a nuestras neuronas para que funcionen de una manera más relajada al momento de analizar una situación o relacionarnos con otra persona. Todo es cuestión de perspectiva y de que tanto dependamos de nuestro "cuello ortopedico" para analizar el mundo.



martes, 15 de julio de 2014

Cochina Envidia

Hoy iba caminando hacia mí casa y a mi lado pasaron dos mujeres conversando, al momento de cruzármelas, en un lapso no mayor a 2 segundos, una le dijo a la otra: "La contrataron y ni siquiera tiene título de tecnóloga".

Siempre he pensado que uno saca lo peor de si en el ambiente laboral.  Si nos fijamos bien, es el espacio perfecto para descargar toda eso que nos pudre por dentro.  Parece que por instinto nuestro cerebro cataloga al otro como enemigo y/o competencia, y por eso todos terminamos siendo catalogados como "Compañeros de trabajo", término que deja en videncia un "Usted allá y yo acá"; porque el otro al igual que en "Juego de Tronos" es visto  simplemente como un medio para un fin. Encontrar amigos  en el trabajo es muy complicado.


"The game of thrones. I never asked to play. 
 The game was too dangerous. One slip and I am dead."
- A Feast for Crows - 

Creo que a la larga todo es cuestión de superar las cosas  ¿que puede hacer esa mujer si  la otra que  contrataron no tiene ningún título? ¿Y qué si está más buena que ella?  ¿Que hacer si el hombre de la oficina que le gusta, se fijo en esa "harapienta" sin ningún título, y no en ella? ¿Qué puede hacer si gana menos dinero?  ¿Qué hacer si su título le vale tres pesos a otras personas?

A estás alturas del partido ya debemos tener claro que en muchas ocasiones el mundo, la vida, ciertas circustancias, eventos, personas, etc. no son justas.  Ahora bien, existe esa teoría de que la envidia entre las viejas en un ambiente laboral es muy fuerte; si eso es una regla de oro, pues dejarlas que se den palo si es el caso.

lunes, 14 de julio de 2014

Diálogo

Como ya lo he mencionado, me gusta oir las conversaciones de otras personas.  Mucho más allá de ser metido, me agrada la forma en que las personas argumentan sus ideas y como, en ocasiones,  salen con frases muy buenas.

No es que yo ande buscando conversaciones ajenas a toda hora, pero cuando puedo hacerlo, es un "deporte" que me gusta practicar, y  casi siempre me ejercito en el mismo, porque algún par de personas que se encuentran cerca a mí  hablan muy duro; como la semana pasada una madre y su hijo, que discutian sobre un incidente familiar.

Estaba tomándome un café y comencé a escuchar un siseo repetitivo, típico de una persona que no acepta un reclamo(el típico "tsss también y todo"). Volteé a mirar a mi izquierda y a dos mesas  se encontraban ellos, haciendo partícipes a todos los presentes de su charla.

El hijo debía tener unos 17 años, era mono, con el pelo rapado, gafas, y  llevaba una chaqueta de cuero café.  Apenas lo vi, me lo imaginé como un skinhead intelectual (no sé si existen), es decir, de esos que no se dedican a cometer actos atroces, sino que tratan de argumentar su ideología nvitando a una discusión pacífica.

La Mamá, igualmente mona, de facciones finas y que debe estar tocando las puertas de los 50 años, estaba vestida de forma elegante, con un pantalón negro y una camisa de rayas blancas verticales. El dialogo que me sacó de mis pensamientos fue el siguiente:

Hijo:  ¿Por qué dudaste de mi? No me compares con los demás. Yo soy yo
Madre: Te descontrolas mucho, no te diste cuenta la forma en que tiraste la puerta.
Hijo:  No me descontrolo, solo fue una reacción.
Madre: Tu esperas que la gente no pregunte sobre las cosas que te molestan
Hijo: Y a ti te molesta que yo responda a las cosas que me molestan.  Por amor uno también se abstiene de lo que quiere decir.
Hijo: Dices que soy supremamente agresivo, mira los adjetivos que estás utilizando.  Así es mi reacción y así soy yo.

Me preocupé en garabatear  la conversación en mi agenda, porque me pareció un dialogo sacado de una novela.  Deje de ponerles atención por un rato, porque no quería que se dieran cuenta que lo estaba haciendo. Pasado un tiempo, los ignoré por completo.

Al parecer toda la discusión que tuvieron, se debió a algo relacionado con el hijo y una(s) cerveza(s)   que se había tomado.  Lo que más tenía ofendida a la madre era que él lo hubiera negado, pero según él, ella estaba equivocada porque no había negado nada, es decir, no habia probado cerveza alguna.

Vaya usted a saber si estaba diciendo la verdad o no.  Décadas atrás todo se hubiera solucionado con un ese acto arcaíco de un cachetadon por parte de la mamá y san se acabo;  pero hoy en día tales estrategias no funcionan y las generaciones jovenes parecen tener otro chip o una secuencia de ADN diferente lo que hace más complicado educarlos, o por lo menos intentar hacerlo de la mejor forma que cree un padre,

Tal vez la madre, en un acto típico de sobreprotección, quería que su hijo no diera ese paso que tal vez lo conduzca al abismo del alcoholismo y/o las drogas;  ¿pero cómo saber eso?  ¿cómo saber que una cerveza o un porro son la puerta de entrada a un mundo de perdición? En definitiva, muy complicado eso de ser padre y/o madre.

Ya cuando iba a pagar, los volteé a mirar nuevamente, y ya ambos, mucho más calmados,  con un tenedor, picaban comida de un plato y el hijo le dijo a la madre: "Nunca había tenido un diálogo tan bacano".




sábado, 12 de julio de 2014

"There’s no money in covers"

Estoy leyendo Glamorama, una novela que evidencia lo rídiculo y falso que puede a llegar a ser el mundo de la farándula, al igual que las celebridades que viven inmersas y se relamen en el mismo. 

Hoy me llamó la atención uno de los comentarios de Victor, el personaje principal de la novela, cuando conversaba con su grupo de rock (Se me viene a la mente esas sorpresitas, que suelen ser un disco, que tienen para el fin de año los actores colombianos).

La discusión se centraba sobre si tocar covers clásicos o no. o apostarle a un estilo de rock más Indie.  Ante la propuesta de Victor,  Fergy le respondió:

“Covers are nowhere, Victor,” Fergy pipes in. 
“There’s no money in covers.” 

 El dialogo me llamó la atención, pues creo que tiene que ver con la Innovación, es decir, si realmente queremos sorprender al mercado, debemos apostarle, independiente de lo que sea que hagamos, a algo nuevo, y sería  mucho mejor si se genera, para un mercado no existente, una necesidad .  En otras palabras, como dicen por ahí, ofrecer una Innovación en producto o servicio que rompa los esquemas preestablecidos; en últimas que sea disruptiva.  

Esto es algo que no está del todo mal; pero muchas veces se le da un caracter tecnológico a la innovación y que la misma, independiente de lo que se ofrezca (producto  o servicio), tiene que ser descrestante o si no no vale la pena.

La respuesta que dio el personaje principal, a pesar de que es un bobazo que se preocupa más por sus abdominales y las citas a la peluquería me parecio brillante:

"You babe" -I'm pointing at Aztec-. "have the ability to 
take a song that people have heard a million times and 
play it in a way that no one has ever played before"

Ese tipo de innovación me parece mucho más sincero y creo que le apuesta mucho más al modelo de negocio, donde realmente toca reventarse la cabeza, y no a las maravillas del producto y/o servicio.

viernes, 11 de julio de 2014

Gustos, canciones y el Dios del Shuffle

¿Qué determina que usted adelante la canción que el dios del shuffle (random) le concede en su sistema portátil de música en determinado momento?  A mi eso siempre me ha intrigado, no el hecho de que usted escuche una canción de Death Metal y que justo luego suene una ranchera, sino de como uno,  dependiendo de ciertas variables mentales, climáticas, que sé yo; adelanta la canción porque en ese determinado momento le sabe a cacho, mientras que en otras ocasiones puede ser una de sus favoritas.

A veces tomo tomo como firme propósito no adelantar ninguna de las canciones que van sonando en mi mp3, como un ejercicio simple para salir de la zona de confort de mis gustos musicales.  En cambio, otras veces, le doy vuelta frenéticamente a la ruedita que adelanta las canciones y duro mucho tiempo hasta dar con una que preciso en ese instante es la que creo necesitar.

Pero  ¿Qué es eso que define que a uno le guste mucho una canción en determinado momento o busque ciertas melodias a determinadas horas? uno definitivamente si es un bicho muy raro.

También es cierto, por lo menos pasa con mi mp3, que a veces el dispositivo se queda en un loop de canciones eterno y estas se repiten y se repiten a lo largo del día.  Cuando eso pasa utilizo un botón que tiene el nombre "Zap" y apenas lo presiono, Ariadna, con su voz sexy, me dice cariñosamente al oido "Zappin in" y entonces el aparatico empieza a dejar sonar los primeros segundos de una canción y pasa a otra para realizar la misma tarea.  Cuando doy con una canción que me gusta exactamente en ese preciso momento espacio-temporal; vuelvo a presionar el botón para que Ariadna, que vive dentro de mi mp3, me diga "Zappin out", sin permitirme darle ni siquiera las gracias o preguntarle su verdadero nombre.  Decidí llamarla Ariadna porque es un nombre de mujer que me agrada en todo sentido.

Por otro lado, también en ocasiones ocurre que hay canciones que tal vez han sonado más de una vez en el día, pero usted las tiene dentro de su combo de "cañoñazos bailables" por decirlo de alguna manera y entonces las deja sonar, porque sería un sacrilegio adelantarlas.  Recuerdo justo en este momento que eso es lo que me pasa con My Michelle; una canción simplemente perfecta.

Cuando era pequeño, me acostaba escuchando un cd, y me demoraba mucho en dormirme porque me ponía a cantar mentalmente, y en ocasiones en voz alta, las canciones. Cuando terminaba una canción a veces deseaba con ansias que sonara otra y el Dios del Shuffle me la concedía. Llegue a pensar que tenía algun poder Jedy para influir sobre el reproductor de cd's, pero me di cuenta que no, al concentrarme mucho en distintas ocasiones en las cuales el Dios del shuffle puso la canción que se le dió la regalada gana.  

El Shuffle, un Dios extraño y necesario en nuestras vidas.

miércoles, 9 de julio de 2014

Numeración y Negrita

Hoy estaba haciendo un resumen de un documento y en un momento llegue a una enumeración.  Siempre me ha gustado que los documentos me queden ordenados, es decir,  organizados con títulos, subtítulos, negrillas,  viñetas, cursivas, etc.

Al momento de enumerar y cuando cada número va a tratar un tema o definición que se extiende un  poco me gusta poner en negrita el concepto a tratar, seguido de dos puntos (concepto:). Las palabras que van después de los dos puntos y que definen el mismo van sin negrita; puras manias que ya tengo incrustadas en el cerebro.

 A veces word entiende bien lo que pretendo hacer y cada vez que presiono la tecla  enter para escribir un nuevo concepto con su respectivo numeral, instántaneamente me deja el formato en negrita para el nombre y los dos puntos. Al dar un espacio después de estos, el formato para la definición queda sin negrita.  Cuando hoy me ocurrió eso, me gusto que word me ayudara con la edición  estética, por llamarle de alguna forma, de mi documento.

El punto es que a la larga eso está mal, es decir, el hecho de querer siempre las cosas más fáciles o hacerlas en un menor tiempo posible; ya que la vida no es así.  La vida solo le pone la mayoría de contextos o situaciónes en bandeja de plata, como ya lo he escrito muchas veces,  a aquellas personas  tipo Paris Hilton que tienen como profesión  tener billete.

El resto de mortales, entre los cuales obviamente me encuentro íncluido, tenemos que ir editando nuestro documento de vida todos los días y no podemos esperar que el universo, haciendo sus veces de sistema operativo, nos soluciones nuestros problemas, bien sean de estética, diagramación, corrección de estilo, etc.

Por otro lado, sería supremamente aburridor que no pudieramos fallar en nada, y que nuestra vida funcionara a las mil maravillas, pues la perfección también aburre. El caos, en ocasiones, es imprescindible para poder crear.