martes, 19 de agosto de 2014

Bien, gracias.

La respuesta más robótica que tenemos para responder un saludo es "Bien, gracias", lo cual considero no está mal, pues detesto el complejo de mártir que muchas veces llevamos a cuestas.  Lo que es más que obvio, es que no siempre estamos "Bien, gracias", pues en ocasiones nos sabe a mierda el mundo y nos sentimos tristes, pero toca guardar esa fachada de bienestar; como si la felicidad tuviera una directa relación proporcional con el Éxito.

El planeta no está bien: Corrupción, guerras, violencia, hambruna, etc. azotan diferentes regiones; mi pregunta es  ¿Será qué por andar contestándo siempre que andamos bien, asumimos que todo lo está?

Deberiamos tener los pantalones suficientes para decir que nos sentimos mal (En tal caso, por favor no considere usted, estimado lector, utilizar esa frase resentida de "No tan bien como usted pero ahí vamos").  La respuesta podría ser entonces "No tan bien" y deberíamos aceptar esta como un código para saber cuando alguien necesita realmente hablar.

Una sincera conversación con alguien puede evitar que la palanca de la demencia, se active involuntariamente en nuestro cerebro.  Creo que no somos conscientes de la cantidad de basura y cosas negativas que llevamos por dentro, y a veces solos no podemos soportarlas.  A la larga estar mal no es grave, lo grave es quedarse patinando en ese sentimiento hasta que nos chiflemos.

“Por lo general vamos por la calle, con un conjunto de
Pequeñas preocupaciones bailando en el interior de la cabeza
Como las cerillas dentro de la caja. A veces si la violencia con
La que se golpean entre sí o contra las paredes es muy grande
Una cerilla o una preocupación se enciende prendiendo
Fuego a todas las demás”
- Juan José Millás -

lunes, 18 de agosto de 2014

Borrar

Borrar es completamente necesario en la escritura.  Aceptar que el parrafo, hoja, capítulo que se escribió no es bueno y desaparecerlo sin remordimiento alguno.  Esto me hace acordar sobre un artículo que leí alguna vez, en el cual mencionaban que uno debe "Kill your Darlings", es decir, no apegarse a esas grandes ideas que creemos hemos generado y dejar que el proceso de divergencia (generación de las mismas) continúe.  Eso es algo que realmente nos cuesta mucho; asesinar eso que tanto queremos y que nos deja ver más allá de nuestras narices.

Se me vino a la cabeza esta idea, porque cuando me senté a escribir, no tenía ni la más mínima idea cual tema era el que iba a tratar.  En un principio pensé en "fusilar" un escrito que hice hace un par de meses sobre el bar de Rock Crabs, ubicado ahora en Santa Marta, pero pen´se que era como autoplagiarme, y además ese quiero publicarlo en otro lado.  Después me acorde de esas entradas que en algún momento comencé a escribir y que  quedaron sin terminar, vaya usted a saber porque. 

Tengo en este blog diez entradas bajo la denominación "borrador", entre las cuales se encuentran: 9 minutos, Entrada sin título (la más triste de todas. La miré y no tiene ni una palabra escrita), Trabarse, a puño limpio, Desayuno Turco, entre otras.

Finalmente decidí aventurarme a escribir esta, la cual espero que no se convierta en una entrada  borrador.  Creo que debemos aprender a borrar en todos los aspectos de nuestras vidas, en otras palabras, saber cuando la hemos embarrado y mirar de que manera podemos borrar ese manchón que no nos deja tranquilos.

El problema con eso de borrar, es que hay ocasiones en las cuales otras personas quieren que borremos un manchón no hecho por nosotros.  Considero que por eso es que cambiamos con las personas; creemos que estas tienen que borrar algo, y eso se convierte en un requisito para volver a contactarlas. 

"We never actually argued: we just drifted away"
- Wonder -

viernes, 15 de agosto de 2014

Primer Café

Creo, como ya lo escribí alguna vez, que no funciono durante el día si no me tomo una taza de café en la mañana, en cualquiera de sus presentaciones  (entiéndase mañana el periodo comprendido entre las 4 y 12 a.m); ya después pueden venir las que quieran, pero ninguna desbanca a la primera, aunque trato que no sean más de tres en un mismo día.  En la universidad hubo un semestre en el  que tomé tinto de forma empedernida, y paré mi rutina, en ocasiones de más de tres tintos diarios, porque sentí que me estaba acelerando.  De pronto esa es la razón por la cual tomar café no me quita el sueño.

Primer Café 15-08-2014
Hace poco leí una colección de cuentos de escritores españoles, que tenía como tema principal "La primera vez" abarcando esto en un concepto amplio, y no únicamente en el plano sexual.  Lo compré porque uno de los cuentos era de juan josé Millás y él es mi escritor favorito.

Y es que las actividades que repetimos  durante los dias, semanas, meses, años que tenemos de vida, solo basta modificarles algo ligeramente para que se conviertan en una "primera vez".  Como  bien lo afirmó un escritor en este libro, el único evento que tiene una única forma de ocurrir  la primera vez, es la muerte (vuelve y juega).

Para mí, el ritual de tomarme el primer café del día siempre es una primera vez, pues siempre lo siento distinto. Es una especie de liturgia personal, en la cual mi cabeza funciona a mil, y  bota  miles de ideas y pensamientos.  ¿Qué evento fue su primera vez el día de hoy, estimado lector?.

jueves, 14 de agosto de 2014

Primera vs. Tercera Persona

Casi siempre cuando comienzo a escribir un cuento, la voz narrativa que suele irrumpir es la tercera persona; la cual pisotea a la primera y segunda como si nada.  Tal vez, quien sabe,  inconscientemente tengo ínfulas de Dios, y por eso emplear a  ese narrador Omnisciente que lo sabe todo me resulta tan natural.

Hay quienes aborrecen ese tipo de punto de vista, porque lo ven como la salida fácil, breve, sin mayores complicaciones (aunque el proceso de la escritura siempre las tiene; exceptuando esos errores humanos divinos,  que escriben de un tacazo en cualquier tipo de ambiente o circustancia y luego no necesitan editar nada).

Considero, que muchas veces vamos por ahí en la vida queriendo aplicar diferentes puntos de vista a la propia, y no nos damos cuenta que deberíamos aferrarnos a la primera persona: Yo triunfé, Yo fracasé, Yo "esto", Yo "lo otro", etc.  No podemos pretender analizar  nuestras situaciones desde otro punto de vista diferente; como esas veces que en las que queremos echarle la culpa, por algún evento desafortunado, a un tercero, bien sea una persona, empresa, el universo, destino, etc.

A veces cuando estoy escribiendo, cambio el punto de vista inconscientemente.  Uno también es tremendamente bueno para no darse palo, y entonces deja pasar tal error.  Pero cuando otra persona lee esos cambios de narrador en un texto, se siente algo similar al sonido de una "aguja rayando la lectura" en este caso.

A la larga creo que debemos tomar las riendas de nuestra vida, y evitar a toda costa "leerla" en tercera persona.


Atmósferas  
"En la novela, el punto de vista es el lugar desde el que se narra, 
y les aseguro que no siempre resulta fácil mantenerse en ese sitio que 
pocas  veces coincide con el del escritor.  Las desviaciones del punto de
 vista se pagan caras, pues introducen un elemento de inverosimilitud
 que afecta la credibilidad del relato."

 - Juan José Millás, Articuentos completos -

miércoles, 13 de agosto de 2014

Hoja Muerta

Lo primero que se me viene a la mente cuando escucho o leo la palabra hoja, es una clase de español en séptimo u octavo de bachillerato.  Recuerdo que la profesora nos estaba enseñando algo sobre Haikus.  Después de que terminó la explicación, todos tuvimos que escribir uno.

No tengo ni la más mínima idea cual fue el tema del mío, pero estoy seguro que todos mis compañeros de curso recuerdan el que inventó Marco Emilio.  Marco, también conocido como Don Chuma y/o Chumajer, era un tipo a quién en ese entonces (no se si todavia) le gustaba mucho jugar baloncesto.  Era de esas personas calladas, pero con humor fino, que de repente salen con comentarios brillantes cuando uno menos lo espera.  Entre todo el conjunto de cosas que podía ser; nunca hizo evidente un gusto por las letras. 

Después de que se acabó el tiempo del ejercicio, cada uno leyó el haiku que había creado.  Cuando  Marco terminó de leer el suyo, el salón quedó en completo silencio, pues fue casi una revelación.  Su haiku fue el siguiente:

"La hoja trabaja ligada al árbol,
mañana morirá libremente"

No tengo ni la más mínima idea si solo se le ocurrió un haiku tan brillante en dicha ocasión, si la escritura era una actividad que practicaba en secreto, o si alguna vez volvió a producir alguna frase similar; pero definitivamente fue una que nos rayó la cabeza a todos.

El punto es que ser una "hoja muerta", es un arte que todos debemos perfeccionar.  Que vaina qué otra vez esté hablando sobre la muerte, pero parece ser un tema que se atraviesa en todo.  Está claro que a pesar de qué no tenemos idea en qué consiste morir, nadie quiere experimentarlo; pero ser una "hoja muerta" no tiene nada que ver con el hecho de morir físicamente.

Cuando veo como una hoja cae de un árbol, no hay forma en que no recuerde el haiku de Marco; entonces me quedo ensimismado (asocio, no se por qué, esta palabra con "gran pendejo")mirándola, hasta que una ráfaga de viento se la lleva. 

Eso significa ser una hoja muerta. Soltar y dejarse ir al vaivén del viento.  No esperar dominar todas las variables que nos afectan.  En definitiva dejarse morir de un trabajo, de una relación, de un lugar, de cualquier cosa que no nos deja, valga la redundancia, "morir libremente".

martes, 12 de agosto de 2014

Explicación Tarada

Nos parecemos a Condorito y siempre estamos exigiendo una explicación.  Cualquier asunto en nuestras vidas debe estar completamente claro y detallado; si no es así, al parecer,  tenemos una falla en "el sistema".

Ayer, de acuerdo al periódico dejaron de existir: Alicia Delgado, Judith Chaves, Germán Forero y Carmen hurtado.  Quién sabe que otras personas murieron ayer en Colombia y que otro tanto en el resto del mundo.  También, como ya todos deben saber, se murió Robin Williams.  De pronto Germán tenía dotes de actor, Judith un humor similar, y a Carmén le fascinaban sus películas.

Como la muerte no deja de rayarnos la cabeza, y todavía no tenemos una explicación válida para la misma, somos tan tarados que inventamos cualquier tipo de teoría para justificarla.  Ahora resulta que cuando el jugador Aaron Ramsey anota un gol, alguien "famoso" siempre muere, pero  ¿Cómo saber que  Ramsey no fue  también el causante de la muerte de las personas que mencioné en el anterior parrafo? ¿No será posible que todas las muertes del día de ayer tengan una relación directa con su gol?

A lo que de verdad le deberíamos buscar explicación es a lo tarados que somos al creer, publicar, leer y difundir ese tipo de noticias.



 "El paso de las almas a otro mundo es un misterio al que
 solo Dante se atrevió a meterle el diente, pero aun él lo hizo 
apelando a muchas referencias griegas y latinas y con la
 licencia de no estar escribiendo un libro oficial de la iglesia, 
sino un vasto y denso poema."

- El Hombre que Murió la Víspera -

lunes, 11 de agosto de 2014

Baúl

El otro día leí esta palabra en un cuento, e inmediatamente me acordé de mi abuela materna.  Nunca tuve un vínculo muy fuerte con mis abuelos; solo conocí a mis abuelas, pues sus esposos murieron cuando yo era muy pequeño; tengo entendido que uno de un golpe en la cabeza y el otro no tengo ni la más mínima idea de qué o cómo.

Mi abuela vivía en una casa gigante que era todo un misterio.  El primer piso siempre estuvó arrendado a una familia o a varias, eso la verdad nunca lo supe a ciencia cierta; solo recuerdo que me parecia extraño estar celebrando algo en familia;  mientras otra , en el piso de abajo, hacia quien sabe qué cosa.  El piso del pasillo era de baldosín, mientras que la sala  conectada a varios cuartos como un nodo al que uno siempre debía llegar, tenia piso de madera.  Cuando lo enceraban era muy divertido jugar a deslizarse por el mismo.

Mi abuela siempre me pareció muy vieja, tal vez por el hecho de ser muy pequeña y que caminaba lento, siempre me hizo pensar eso.  En su cuarto siempre hubo dos cosas que captaban toda mí atención: Una silla mecedora y un Baúl; la primera porque siempre quería sentarme en ella y mecerme, algo que hice muy pocas veces porque mi abuela siempre estaba sentada, y cuando no, algún adulto me decia que no jugara con la silla de la Abuela. La segunda porque muy pocas veces la vi abriendo el Baúl y nunca pude saber que tanto guardaba ahí.  ¿dinero, ropa, juegos, cartas, secretos, dulces (era diabética)? Mi imaginación volaba en ese entonces mientras inventaba las partenencias que llenaban el baúl de la Abuela.

Mi madre me cuenta que tenía papeles, ropa y que incluso, en ocasiones, también guardaba regalos sin abrir.  Finalmente mi abuela murió, y nunca pude investigar que tanto era lo que guardaba.

Un Baúl, me parace un mueble perfecto para guardar pertenencias, es decir, por lo menos mucho mejor que un clóset, que está tan a la mano de cualquier intruso.