miércoles, 3 de junio de 2015

Falta de Mundo

Hace unos días, en una conversación grupal por What's app, una amiga propuso que nos fuéramos a acampar en uno de los puentes que vienen. Yo sé que a muchos les debe parecer extraño, pero creo que soy de los pocos que no le gusta viajar  en uno de esos fines de semana "largos".  

Eso fue lo que les dije y me tildaron de aburrido, acaba planes, etc.  Después de decirles que aceptaría el plan, sin dudarlo, si la invitación viniera de Jesica Alba, se idignaron un poco, creo que solo por molestar, aunque me he dado cuenta que hay personas que se toman muy a pecho lo que yo escribo por ese medio, cuando en el 99.9% de las ocasiones solo estoy molestando. 

Después de cierto tiempo, me preguntaron que por qué no, y Les expuse un par de razones.  Otro amigo, de menor edad que la mía escribió algo como "Dios, por favor no quiero ser así de aburrido,cuando tenga su edad".  Me dio risa, y le contesté que dios no se debe preocupar de semejantes suplicas tan chimbas".

Después de un tiempo una amiga y otro amigo, dijeron que a ellos tampoco los mataba la idea de acampar, pero que se sacrificarían por el equipo.  Al final otra amiga nos sentenció con la frase "Les falta mundo".

  ¿Qué es eso?   ¿Es  falta de mundo no viajar y  conocer otros países y continentes?  ¿no querer hacer algo que otros quieren hacer?   ¿No experimentar con lo que se pueda? De ser así creo que a cada ser humano  le falta mundo, pues nadie es de mil maneras; a la larga y aunque a veces apeste todos, querámoslo o no, le apostamos a eso de la personalidad.

Prometo que, si alguien me explica ese ambiguo concepto, intentaré adquirir más mundo desde hoy hasta el fin de mis días.


martes, 2 de junio de 2015

Aquí entre nos...

Tres palabras que son como un arma cargada y que indiscutiblemente invitan al chisme.  Llevan, aparte de su supuesto significado de confidencialidad, una fuerza oculta que invita a compartirlas.  

Hace poco alguien me las dijo, pero me pareció que con otro significado o intención, algo como: "Compártalas con quién  le de la gana;  mucho mejor si es con esa persona de la que le estoy hablando".

No lo voy a hacer, simplemente porque no me gusta jalarle (a palabra a utilizar tal vez debería ser halarle, pero siento que pierde toda la fuerza fonética que le imprime la J) al chisme.

El punto es  ¿Cuántas veces hemos y se ha irrespetado ese frágil acuerdo que supone un "Aquí entre nos"? Indiscutiblemente demasiadas.  Es así como se  han torcido el curso de varios eventos, que han causado inconvenientes innecesarios; únicamente porque no fuimos capaces de quedarnos callados.

Por el bien de la humanidad, deberíamos irnos a la tumba, con todos los "Aquí entre nos" con los que nos hemos cruzado en la vida.   



lunes, 1 de junio de 2015

Estar

Solemos "Estar bien", es decir ese parece ser nuestro estado por defecto.  Siempre que alguien nos saluda y pregunta como estamos, eso es lo que respondemos: bien.   No tengo nada contra eso, al contrario me parece bien decir que uno esta bien, valga la redundancia, en vez de contestar, como lo hacen algunas personas con ínfulas de mártires: "No tan bien como usted, pero ahí vamos".  La verdad sería mejor decir "mal" en vez de esas frases que al parecer piden a gritos una palmada en la espalda o alguna muestra de compasión. 

El punto es que muchas veces nos convencemos de que estamos bien, y otras tantas de que estamos mal, pero  a la larga no estamos de ninguna de las dos maneras, sino que simplemente estamos.

Vamos por ahí, como una hoja al vaivén del viento, dejando que la vida con sus constantes reveses y circunstancias nos lleve para donde le de la gana.  Entonces no estamos presentes de ninguna manera, solo ocupamos un lugar espacio-temporal y no importa si nos sentimos bien o mal, pues no cuestionamos nada de lo que nos acontece.

Entonces, de repente, aparece la muerte para darnos la sentencia definitiva. Que triste debe ser que nos agarre conscientes,  ni bien ni mal sino solo ahí.



miércoles, 27 de mayo de 2015

Preocupación

Esta semana me siento lento. Otra vez el síndrome de la pantalla en blanco me ataca sin piedad.  Me preocupa de un día para otro quedarme sin ideas, como si el cerebro por algún tipo de pandemia se me secara y se convirtiera en un terreno infértil.  Supongamos que este virus ataca a la mayor parte de la población mundial, y alguna compañía multinacional desalmada, valga la redundancia, viera una oportunidad de negocio para empezar a enlatar y vender  ideas, no me pregunté de donde las sacaría; eso sería lo de menos al momento de montar semejante negocio tan lucrativo.   Tal vez entablaría una persecución contra esa minoría que todavía tiene la capacidad de producir ideas, y esos individuos serían la materia prima.

En los supermercados, tiendas y demás, se encontrarían secciones como: Ideas para entablar una conversación casual, ideas para enamorar a una mujer/hombre, ideas para escribir, ideas de negocio, ideas bobas, etc.  A la larga para allá vamos, queremos ponerle un  precio a todo.

El problema con este mercado de las ideas, serían los mercados negros de ideas, los cuales abundarían, porque creo que por cada idea buena, noble, cariñosa que tengamos, tenemos  también otras 10 retorcidas y dañadas, que tal vez se irán con nosotros a la tumba.  En esos mercados negros se intercambiarían y venderían cualquier tipo de ideas sucias, de esas que solo tienen como fin hacerle daño a otros, bien sea de forma física o moral.  Algunos pensarán entonces que no hay motivos para preocuparse, pues a la larga son solo ideas, y como alguien bien lo dijo "Las ideas son nada, el hacer  lo es todo".

Resulta, estimado lector, que el problema en ese mundo de venta de ideas es que una vez se adquiera una, esta correrá en nuestro cerebro a manera de programa y al final terminaremos ejecutándola. 

Dígame usted si quedarse sin ideas  no es un motivo para preocuparse.




martes, 26 de mayo de 2015

Sin título

Hoy durante el día no me topé con ningún tema para escribir; o de pronto si, pero no les preste la debida importancia y los dejé pasar.  Acabo de ver un programa de Master Cheff, en donde a 3 concursantes les hicieron una prueba de eliminación en la cual debían preparar un arroz frito y cerdo con una salsa agridulce, pensé entonces que el título de este post iba a ser ese: Agridulce.

El  post con el título "Agridulce" entró a ingresar las filas de las cosas no dichas en el planeta, pues pensé en tratar el concepto  más allá de la comida, y quería escribir acerca de cómo cualquier asunto en nuestras vidas podría considerarse agridulce, porque nunca va a ser del todo dulce o salado.  Esa era la idea pero, después de un rato me pareció un lugar común y  decidí desecharla.

En ese momento me pregunté " ¿Y ahora sobre que escribo?" Acudí entonces a los 14 (son 13 ahora) posts que tengo en borrador.  Algunos fueron ideas que empecé a escribir en este espacio y se crecieron y decidí elaborarlas más y publicarlas en otro lado, otras se quedaron ahí y tal vez nunca van a dejar el estatus de borrador.

Está en particular me llamo la atención, ya que mientras las otras tenían títulos como: chochera, Ben Hur, 9 minutos, ruído,  oxímoron; a está no le había puesto ninguno, y tenía como título "Sin título", que da el sistema por defecto. 

Le di clic,  con intriga por saber que era eso que tal vez había escrito y que no me preocupé en ponerle título, y me encontré con una pantalla en blanco. En este orden de ideas, estimado lector, usted puede hacer dos cosas: aceptar ese título para esta entrada, que también podría decirse que es un no título, o ponerle el que usted desee.

lunes, 25 de mayo de 2015

Oferta Laboral

Nunca he estado de acuerdo con la redacción de las  ofertas laborales, que más que ser una invitación para interesar a las personas  a trabajar en una empresa, parecen una amenaza.  Una frase que se utiliza mucho es esa de "dispuesto a trabajar bajo presión".  Cuando leo eso me imagino a alguien sentado en un escritorio mientras otro le apunta con una pistola; eso si sería trabajar bajo presión.

Hace poco me llegó una invitación a un grupo de Facebook que, creo yo tiene, entre uno de sus fines principales el Networking.  La verdad  parece que me equivoqué al aceptarla, pues  como suele ocurrir, el ego suele dominar nuestras conductas, y el grupo ha servido para restregarle en la cara a los demás lo que cada uno hace,  en vez de interactuar sinceramente con el resto de integrantes. También algunos lo utilizan para publicar ofertas laborales.

Hoy una mujer público una que me llamo la atención porque me parece que no tiene sentido. Ella dice que en la empresa donde trabaja, están buscando un Psicólogo para un cargo de Selección, desarrollo y bienestar, con experiencia en el cargo de 1 a 2 años y mínimo 6 meses de experiencia en empresas de construcción o ingeniería

Algo que , es la primera vez que lo veo en una oferta laboral, también menciona es que los candidatos deben tener una estabilidad laboral de mínimo 8 meses en empleos anteriores; uno de los grandes paradigmas del "profesional exitoso", el cual supone que una persona es buena en algo, sólo por el simple hecho de permanecer un determinado periodo de tiempo en una empresa.

Lo que no acabo de entender es  porque dicen que necesitan que la persona haya durado más de 8 meses en cargos anteriores, y exigen como mínimo 6 meses de experiencia en empresas de construcción o Ingeniería.  No  ¿deberían exigir también mínimo 8 meses de experiencia en ese tipo de empresas?

Al final nuevamente cierran con una frase que no invita sino que más bien parece un regaño "Enviar hoja de vida a XXXXX@gmail.com  sólo si cumplen el 100% del perfil".  Pero ¿Qué más se puede esperar de una oferta laboral que sólo exige un montón de capacidades concretas?  Un buen reto sería hacerlas agradables y menos impersonales

sábado, 23 de mayo de 2015

Yo, la sinastría, los astros y las constelaciones

Me escribe, o más bien me llega un mensaje, que quien sabe a qué cantidad de personas le fue enviado, que en vez de presentar  un tono informativo, parece que fuera de un amigo de infancia.

En esta ocasión Luis Aya, quien dice ser un representante del Centro de Consultoría Astrológica (Me  imagino a Luis con una armadura de caballero del zodiaco) me cuenta que desea enviarme mi carta Astral con aproximadamente 30 páginas de información relacionada con: mi personalidad, gustos, aficiones y tendencias. Además también me va a enviar mi carta de sinastría, que no sé que es, pero no importa, pues de esta me va a enviar 20 páginas de información relacionada con la compatibilidad que tengo con mi pareja, amigos y/o familiares. Como si no fueran suficientes las 50 páginas que Luis quiere que lea, también me va a enviar 8 páginas adicionales relacionadas con mi inclinación vocacional.

Luis cierra su párrafo y ofrenda diciendo que son casi 60 páginas, totalmente gratis, con información relevante sobre mí, como si alguien, un astrólogo supongo, me hubiera stalkeado y acto seguido, de acuerdo a las fuerzas místicas del cosmos y cosas que los simples mortales no entendemos, se puso en la tarea de recolectar esa información o si soy más afortunado, de escribirla para mí. 

Según lo que entiendo, es como si a estas alturas del partido, resulta imprescindible que yo opte por una consultoría astrológica, pues no doy pie con bola en lo que se refiere a definirme como persona. 

No entiendo por qué buscamos soluciones en la "posición y movimiento de los astros", y por medio de estos pretendemos "predecir el destino de los hombres y pronosticar los sucesos terrestres." (Este par de líneas surgieron gracias a la definición de astrología de los eruditos de la RAE). 

Cómo siempre, nos ciega el afán de tener todo controlado, y ¿Para qué? ¿Qué sentido de aventura e incertidumbre le dejamos a la vida si sabemos que va a ocurrir en un futuro cercano o lejano? Qué aburrición tan gigante intentar vivir de esa manera.

También creo que, en gran parte, todo ese tema de la astrología, casas que entran, salen, ascendentes y no sé que más cosas, es una forma que tenemos de lavarnos las manos de los actos que cometemos. Las cosas si pasan por algo como dice Millás, a quién le creo mil veces más que a los astros y constelaciones, por algo que uno hizo o dejó de hacer".