lunes, 8 de junio de 2015

Yo no soy de esos...

Yo no soy ninguna especie de Edward Snowden, ni Julian Assange; mucho menos un templario o un Iluminati, o alguien que maneje información totalmente confidencial  o que ponga en riesgo la seguridad Nacional. Eso es lo que yo, por lo menos, creo.  Vaya uno a saber si hay personas que consideran que uno tiene información valiosísima, la cual  sería un peligro si cae en  mano de otros.

 ¿Quiénes pueden ser esos otros? Nada más ni nada menos aquellos que adquieren  los servicios de piratas informáticos.  Hoy en día parece que no solo hay piratas en los mares Somalía, sino también en esta tierra de nadie que conocemos como internet.  Hace unos días, fantasee con la idea de que  habían interceptado o hackeado mi portátil, durante un par de horas en las cuales no pude entrar a revisar mi correo de gmail.


Creo que si en algún momento llegará a tener en mí poder algún tipo de información súper confidencial, digna de espías y organizaciones secretas, trataría en lo posible de grabármela en la cabeza.  

Recuerdo que en una película, unos mafiosos utilizaban a una niña con una memoría prodigiosa para que llevara una clave de números muy extensa en su cabeza.  Dado el caso no creo tener la capacidad de memoria de ese personaje, pero tampoco tengo conocimiento de algún número que deba aprenderme; sin embargo debo comenzar a practicar, pues  ni siquiera me sé el de mi cuenta bancaria.

domingo, 7 de junio de 2015

El amigo incondicional

"Yo tengo un amigo que me ama, me ama, me ama. Yo tengo un amigo que me ama, su nombre es Smart Phone"...

 Parafraseo esa canción religiosa no con el ánimo de ofender a alguien, sino para plantearme la siguiente pregunta ¿Por qué nos perdemos en esos aparaticos como si el mundo y el resto de personas no existieran?  Ayer estaba en la terraza de un restaurante y me puse a mirar a mi alrededor.  Muchas personas que estaban solas, se encontraban ensimismadas tecleando con furia las pantallas de sus teléfonos inteligentes.

Al rato, yo también comencé a hacerlo,  ¿Por qué? Creo que la única respuesta posible, es que le tenemos pánico a la soledad, pero no me refiero a no estar en compañía de alguien, sino a estar completamente solos con nuestros pensamientos.  Algo completamente entendible con la cantidad de basura e ideas retorcidas que llevamos en las profundidades de la mente, que suelen traducirse en torrentes interminables de dudas y angustias.

el punto, creo yo, es que  no dominar el arte de estar solos es uno de los problemas que afectan nuestra percepción y relación con el mundo.  Si cada uno intentara entenderse un poco mejor, para llegar a una tregua con eso que tanto detestamos, tal vez no necesitaríamos todos esos gadgets (pendejadas) que son inventados día tras día, cómo nuestro amigo incondicional que, a veces, utilizamos cuando estamos hartos de nuestra compañía.

viernes, 5 de junio de 2015

Agarrar la Paloma


Hace unos días, mientras me bañaba, se me ocurrió una idea para un texto que estoy escribiendo. Me pareció buena, así que no la quería perder. Cuando eso me ocurre, es decir, cuando creo producir ideas medianamente buenas, inmediatamente las anoto en una libreta que intentó llevar siempre conmigo. Queda claro que nunca está conmigo en la ducha. Mientras  terminaba de bañarme me puse a repetir la frase, para que no se me olvidara. Al salir y entrar a mi cuarto la anoté y pude descansar de la repetidera. 


Antes, cuando no cargaba la libreta, a veces me surgían ideas de las cuales pensaba "Voy a escribir sobre eso", pero cuando llegaba a la casa, por más que hurgaba en mi cerebro, no las recuperaba.

Cuando me baño siempre se me ocurren ideas chéveres. También se me ocurren, a una menor escala, cuando desayuno. Esto se debe a que la ducha, y momentos que también pueden llegar a ser solitarios como el desayuno, son, si nos fijamos bien,  espacios de nuestros días que nos pertenecen únicamente a nosotros:



"There has been much discussion about the value of the “creative pause” 
– a state described as “the shift from being fully engaged in a creative activity 
to being passively engaged, or the shift to being disengaged altogether.” This 
phenomenon is the seed of the break-through “a-ha!” moments that people so 
frequently report having in the shower. In these moments, you are completely 
isolated, and your mind is able to wander and churn big questions without
interruption." 
- 99U -

Es entonces en esos momentos que  debemos agarrar la paloma y no permitir por nada del mundo que se nos vaya.

miércoles, 3 de junio de 2015

Falta de Mundo

Hace unos días, en una conversación grupal por What's app, una amiga propuso que nos fuéramos a acampar en uno de los puentes que vienen. Yo sé que a muchos les debe parecer extraño, pero creo que soy de los pocos que no le gusta viajar  en uno de esos fines de semana "largos".  

Eso fue lo que les dije y me tildaron de aburrido, acaba planes, etc.  Después de decirles que aceptaría el plan, sin dudarlo, si la invitación viniera de Jesica Alba, se idignaron un poco, creo que solo por molestar, aunque me he dado cuenta que hay personas que se toman muy a pecho lo que yo escribo por ese medio, cuando en el 99.9% de las ocasiones solo estoy molestando. 

Después de cierto tiempo, me preguntaron que por qué no, y Les expuse un par de razones.  Otro amigo, de menor edad que la mía escribió algo como "Dios, por favor no quiero ser así de aburrido,cuando tenga su edad".  Me dio risa, y le contesté que dios no se debe preocupar de semejantes suplicas tan chimbas".

Después de un tiempo una amiga y otro amigo, dijeron que a ellos tampoco los mataba la idea de acampar, pero que se sacrificarían por el equipo.  Al final otra amiga nos sentenció con la frase "Les falta mundo".

  ¿Qué es eso?   ¿Es  falta de mundo no viajar y  conocer otros países y continentes?  ¿no querer hacer algo que otros quieren hacer?   ¿No experimentar con lo que se pueda? De ser así creo que a cada ser humano  le falta mundo, pues nadie es de mil maneras; a la larga y aunque a veces apeste todos, querámoslo o no, le apostamos a eso de la personalidad.

Prometo que, si alguien me explica ese ambiguo concepto, intentaré adquirir más mundo desde hoy hasta el fin de mis días.


martes, 2 de junio de 2015

Aquí entre nos...

Tres palabras que son como un arma cargada y que indiscutiblemente invitan al chisme.  Llevan, aparte de su supuesto significado de confidencialidad, una fuerza oculta que invita a compartirlas.  

Hace poco alguien me las dijo, pero me pareció que con otro significado o intención, algo como: "Compártalas con quién  le de la gana;  mucho mejor si es con esa persona de la que le estoy hablando".

No lo voy a hacer, simplemente porque no me gusta jalarle (a palabra a utilizar tal vez debería ser halarle, pero siento que pierde toda la fuerza fonética que le imprime la J) al chisme.

El punto es  ¿Cuántas veces hemos y se ha irrespetado ese frágil acuerdo que supone un "Aquí entre nos"? Indiscutiblemente demasiadas.  Es así como se  han torcido el curso de varios eventos, que han causado inconvenientes innecesarios; únicamente porque no fuimos capaces de quedarnos callados.

Por el bien de la humanidad, deberíamos irnos a la tumba, con todos los "Aquí entre nos" con los que nos hemos cruzado en la vida.   



lunes, 1 de junio de 2015

Estar

Solemos "Estar bien", es decir ese parece ser nuestro estado por defecto.  Siempre que alguien nos saluda y pregunta como estamos, eso es lo que respondemos: bien.   No tengo nada contra eso, al contrario me parece bien decir que uno esta bien, valga la redundancia, en vez de contestar, como lo hacen algunas personas con ínfulas de mártires: "No tan bien como usted, pero ahí vamos".  La verdad sería mejor decir "mal" en vez de esas frases que al parecer piden a gritos una palmada en la espalda o alguna muestra de compasión. 

El punto es que muchas veces nos convencemos de que estamos bien, y otras tantas de que estamos mal, pero  a la larga no estamos de ninguna de las dos maneras, sino que simplemente estamos.

Vamos por ahí, como una hoja al vaivén del viento, dejando que la vida con sus constantes reveses y circunstancias nos lleve para donde le de la gana.  Entonces no estamos presentes de ninguna manera, solo ocupamos un lugar espacio-temporal y no importa si nos sentimos bien o mal, pues no cuestionamos nada de lo que nos acontece.

Entonces, de repente, aparece la muerte para darnos la sentencia definitiva. Que triste debe ser que nos agarre conscientes,  ni bien ni mal sino solo ahí.



miércoles, 27 de mayo de 2015

Preocupación

Esta semana me siento lento. Otra vez el síndrome de la pantalla en blanco me ataca sin piedad.  Me preocupa de un día para otro quedarme sin ideas, como si el cerebro por algún tipo de pandemia se me secara y se convirtiera en un terreno infértil.  Supongamos que este virus ataca a la mayor parte de la población mundial, y alguna compañía multinacional desalmada, valga la redundancia, viera una oportunidad de negocio para empezar a enlatar y vender  ideas, no me pregunté de donde las sacaría; eso sería lo de menos al momento de montar semejante negocio tan lucrativo.   Tal vez entablaría una persecución contra esa minoría que todavía tiene la capacidad de producir ideas, y esos individuos serían la materia prima.

En los supermercados, tiendas y demás, se encontrarían secciones como: Ideas para entablar una conversación casual, ideas para enamorar a una mujer/hombre, ideas para escribir, ideas de negocio, ideas bobas, etc.  A la larga para allá vamos, queremos ponerle un  precio a todo.

El problema con este mercado de las ideas, serían los mercados negros de ideas, los cuales abundarían, porque creo que por cada idea buena, noble, cariñosa que tengamos, tenemos  también otras 10 retorcidas y dañadas, que tal vez se irán con nosotros a la tumba.  En esos mercados negros se intercambiarían y venderían cualquier tipo de ideas sucias, de esas que solo tienen como fin hacerle daño a otros, bien sea de forma física o moral.  Algunos pensarán entonces que no hay motivos para preocuparse, pues a la larga son solo ideas, y como alguien bien lo dijo "Las ideas son nada, el hacer  lo es todo".

Resulta, estimado lector, que el problema en ese mundo de venta de ideas es que una vez se adquiera una, esta correrá en nuestro cerebro a manera de programa y al final terminaremos ejecutándola. 

Dígame usted si quedarse sin ideas  no es un motivo para preocuparse.