lunes, 15 de febrero de 2016

Palo

En el fútbol, los palos emocionan a las hinchadas, pero actúan como una droga que nos produce una breve emoción , que termina al instante, justo cuando el metal del arco deja de vibrar después del balonazo.

"En el fútbol los casi no valen" es una frase obvia y cierta.  Casi ganar, casi empatar, casi clasificar, casi, casi, casi.  Preferible decir que algo no se logro a que casi lo logramos, preferible aceptar que no le dimos al palo sino que mandamos el balón por el aire a varios metros lejos del arco.

De todas formas creo que son más las veces que nos descachamos por completo que las que le damos al palo.  Es preferible fallar acertadamente que vivir a punta de palos.

miércoles, 10 de febrero de 2016

Bolsillos

Me gusta cuando las chaquetas tienen muchos bolsillos.  A veces cuando no hay una caneca cerca voy guardando basura,papeles que ya no me sirven para nada o el paquete vacío de alguna galguería, en ellos; los encuentro muy útiles para eso.

No concibo que diseñen camisas  y no le pongan ni un solo bolsillo.  Para mí eso es un complique, pues no tengo donde meter elementos de mi kit de guerra urbano como mi estuche de lentes, las gotas o el más importante de todos, mi mp3.  Al que se le ocurrió eso de no ponerle bolsillos a la ropa, fijo fue el mismo de  la tarada idea de cambiar la cremallera de los jeans por botones.

Algo muy bueno de los bolsillos es que cada quien los utiliza como le de la gana, recuerdo que en los descansos del colegio, un amigo, a veces  compraba tarde algo de comer en la cafetería y al momento de tener que entrar a clase nuevamente no tenía problema alguno en meterse una empanada en el bolsillo, por ejemplo, para irle dando mordiscos en el salón de clase.

Nada como aquellas ocasiones en que nos encontramos un billete o un dulce en uno de esos compartimientos, aquellos momentos son  de dicha y felicidad pura.

En la navidad pasada me regalaron una chaqueta que tiene muchos bolsillos y por eso pensé en este tema.  En un momento me imaginé una historia de un hombre que accede a diferentes dimensiones cada vez que mete la mano en un bolsillo diferente.  Larga vida a los bolsillos.

martes, 9 de febrero de 2016

Co/mpetencia/laboración

Carolina, una amiga, es una experta sabe mucho sobre mercadeo, Hizo un Máster en una universidad Europea y ha tomado diferentes cursos para reforzar sus conocimientos.  Hoy me contó que la semana pasada la llamaron para ofrecerle un trabajo.  Aunque ella sabe, en general, mucho sobre mercadeo , le pidieron que dictara un curso, salpicado con temas financieros, sobre el cuál no se siente muy fuerte.  

La persona que lo entrevistó se dio cuenta de esto, y como el grupo de personas a las que les tiene que dictar el curso es complicado, le dijo que prefería no exponerla a ese paredón, en otras palabras que no tiene intención alguna de "quemarla". A cambio le propuso que le recomendará a alguien que tuviera conocimiento sobre el tema , y que más bien luego miraban que otro curso podría dictar.   Carolina, en un principio, dudo en proponer a su "competencia" para el trabajo, pero al final decidió hacerlo, pues cree firmemente que colaborar es una de las claves para mejorar como persona  y profesional.

Todos queremos ser únicos y deseamos que no existiera ningún tipo de competencia, pero sabemos que es un ideal completamente utópico. Aun así, nos escondemos cuál cangrejo en su concha, y no compartimos nuestro conocimiento, pues creemos que la competencia anda, como loca, tras nuestros pasos, esperando el momento preciso para robar todas esas brillantes ideas que se nos ocurren, que más bien  son escasas.

Puede que esa actitud sea ego, no sé, es un término tan complicado que prefiero no tocarlo. El punto es que debemos dejar de pensar que la competencia sólo quiere acabarnos y más bien mirar de que forma podemos colaborar;  aceptar que no nos las sabemos todas, y que a veces es bueno dar un paso al lado y dejar que la competencia nos gane un cliente o un contrato.


Collaboration and entrepreneurial attitude, together with the network principles 
of Web 2.0 also constitute the basis of a new type of creative organization.
- Big Questions in Creativity 2013 -


lunes, 8 de febrero de 2016

Servicio al cliente

Una de las mayores ventajas que presentan las historias es que cuando alguna nos engancha, filtramos los detalles que esta nos da con nuestras propias experiencias y recuerdos; de ahí que logren generarnos fuertes emociones.

Hoy leí una historia y me acorde de esa ocasión en que mi dealer de perros calientes me dio una muestra de lo que es el servicio al cliente.  A veces me ataca un fuerte episodio de hambre cuando  llego de madrugada a la casa.  No sé por qué, pero el hambre a esas horas parece algo de otro mundo, y resulta mucho más violenta si se ha consumido licor.

Un día me paso eso, y entonces llamé al dealer a su celular pero me contesto otra persona, Esta me dijo que le podía hacer el pedido y que  él luego le decía al mensajero cual era. Pedí entonces lo de siempre, un combo perro, y a la media hora el hotdog-dealer llegó a mí casa con el pedido.

Me entregó el paquete en el cual sólo venía el perro y la gaseosa.  Le pregunte que si se había comido las papas en el camino, sonrió y me pregunto  "¿Lo pidió en combo?".  Le contesté que sí e intenté hacer un gesto de "Me extraña la pregunta" que creo no capto.  

Me dijo, "Hermano que pena, deme 15 minutos y le traigo las papas".  Cerré la puerta, y más o menos a los 20 minutos volvió a timbrar.  Me había conseguido las papas, pero las había comprado en El Corral.  no sé a esa hora a cual  habrá ido para conseguirlas, pero queda claro que mi hotdog-dealer tiene si sabe que significa el servicio al cliente. 

domingo, 7 de febrero de 2016

Cambio

El título de esta entrada es algo pretencioso, pues el significado que encierra la palabra cambio es muy complejo como para tratar de definirlo o hablar de el en tan solo 199 palabras.

"La mayoría de nosotros no cambiamos hasta que no tenemos otra opción, 
y las crisis son las que frecuentemente nos obligan a hacerlo.  Las crisis
 frecuentemente se resuelven a través de una nueva identidad y un nuevo 
propósito, bien sea el de una nación o el de un ser humano"

Eso  cuenta Rebecca Solnit, una de esas escritoras que vuelve migas mi rebanada de panen su libro "La Lejanía Cercana".

Todos deseamos el cambio o cambiar, pero nos aterra tremendamente experimentarlo.  A pesar del frecuente bombardeo de todo ese "porno motivacional" que nos habla de nuestro gusto por la zona de confort, que no vamos a obtener resultados nuevos  si continuamos actuando de la misma manera como lo hemos venido haciendo hasta el momento, etc. etc. etc. continuamos agarrándonos de ese supuesto orden en el que transcurren nuestras vidas.

Por eso, cada vez que conozco a alguien que le apuesta deliberadamente al cambio y que no espera las cachetadas de la vida para zambullirse en el, me pongo contento y lo celebro.

jueves, 4 de febrero de 2016

Sin querer queriendo

Así nos la pasamos por la vida, actuando sin querer pero queriendo.  El problema es que no nos damos cuenta.  Ojalá sólo fuera eso, es decir, que sólo fuera nuestra culpa y ya, que nuestros actos no involucraran a terceros.

Puede ser que usted, estimado lector, se considere como una de  las persona más buena vibra de toda la historia de la humanidad y piense que, en cuanto a derroche de buena actitud, solo lo sobrepasen personajes históricos como:  El Dalái Lama, la madre Teresa de Calcuta, Nelson Mandela, etc. Aún así con toda la paz y tranquilidad que usted supone que irradia y derrocha, de seguro existen personas que lo consideran un imbécil, y en otras ocasiones sus amigos o familiares también le darán ese calificativo, pues creerán que estuvo mal algo que usted hizo.

Hoy hablé con una amiga que se salió de una conversación grupal en WhatsApp.  Hasta ahí todo normal. Le pregunté que si se había aburrido del grupo y le conté que también estoy a punto de salirme, pues las conversación se ha convertido en puro derroche de ego, donde todos buscan (buscamos más bien) una palmadita en la espalda por lo "brillantes" y excelentes profesionales que se supone que somos.  Ella me dio la razón, y después me dijo que lo que más la había decepcionado era la indiferencia de las personas con respecto a algo que ella había escrito.

En ese momento llegó a mi cerebro la clásica  melodía tururuuu de la llamada en espera  pues era lógico que yo, sin saberlo, también había actuado indiferentemente.  De cierta forma intenté disculparme, pero a veces es mejor quedarse callado.  Después de mis escuetas palabras mi amiga me respondió: "Cada uno hace lo que le nace".

Su respuesta es un axioma de vida, pero yo lo complementaría de la siguiente manera:

"Cada uno hace lo que le nace, y a veces lo que hace, lo hace sin querer queriendo"

miércoles, 3 de febrero de 2016

Tracción

De las tres definiciones que la RAE le da a tracción, ninguna me convenció. Si me ponen a escoger una, me quedo con la que tiene relación con la física: 

“Esfuerzo a que está sometido un cuerpo por la acción de dos fuerzas opuestas que tienden a alargarlo.” 

Asocio la palabra tracción con movimiento y engranaje, con echar a andar algo. Ahora me doy cuenta que esa asociación de palabras aplica para otra de las definiciones:

“Sistema mecánico que aplica la potencia del motor a las ruedas del vehículo.”

No escogí esa porque tenía la ilusión de que la palabra tuviera un significado mucho más lírico, literario o poético; que me evocará algún recuerdo, en últimas que le diera de pleno a una emoción, y en eso creo que la imagen del cuerpo que se alarga por la acción de dos fuerzas opuestas lleva levemente la delantera.

Vivimos llenos de miedo porque nos machaca la cabeza el futuro que nunca llega. Por eso toda esa perorata (Que buena palabra esta, la voy a repetir mentalmente 10 veces, ya) de vivir en el presente, pues es uno de los pocos mecanismos con que contamos para hacerle frente al “tiempo que sitúa la acción, el proceso o el estado expresados por el verbo en un punto posterior al momento del habla” o lo que conocemos comúnmente como futuro.

El futuro es muy paradójico, pues no deberíamos pensar en él, pero si debemos esperarlo, y es ahí cuando entra en juego la tracción. Otro de los tantos problemas con el futuro es que no ocurre, como quisiéramos, inmediatamente, sino que se nutre de todo: el pasado, el presente, el más allá, el más acá, nuestros doppelganger, dimensiones paralelas, etc. es decir, podría definirse como: La tracción de infinitas variables.

En nuestra condición de humanos siempre vamos a pensar en el futuro. Los tiempos verbales nos definen, y resulta casi imposible cumplir con la consigna de únicamente ubicarnos en el presente. 

“El verbo tenía una estructura fibrosa y un sabor concentrado.
Traté de imaginarme uno muy rudimentario, que no fuera
capaz de expresar aún el pasado ni el futuro: sólo el presente,
e hice cábalas sobre ese momento de la historia, o de la prehistoria,
en el que de súbito apareció el tiempo o los tiempos, y fue posible
mirar hacia adelante y hacia atrás, hacia ayer y mañana.”
- Juan José Millás, el orden alfabético –

Como resulta imposible que todos nos convirtamos en monjes Zen y el futuro siempre nos enredará la cabeza al intentar visualizarlo y/o quererlo de inmediato, debemos confiar en la tracción. Esta solo consiste en tener fe de que todos los eventos y situaciones de nuestras vidas, no son más que esas fuerzas que nos alargan, estiran, doblan, apachurran, etc. y que sirven para engrasar toda esa maquinaria que nos lleva hacia adelante o bien hacia el futuro.