jueves, 27 de abril de 2017

Almuerzo con la muerte

La tarde comienza con mucho sol y una mujer se encuentra sentada en una cafetería. Con su mano derecha Cucharea con desgano una lasaña y también alterna sorbos de gaseosa. Aparecen ciertas preguntas: “¿Acaso sólo tiene una mano?, ¿por qué no utiliza la otra?, entonces le explico: En la otra,  que puede suponerse libre o fantasmagórica, sostiene su celular al que están conectados unos audífonos que lleva puestos. Al diablo las ventajas del “manos libres”. Es difícil descifrar la expresión de su cara, que no sabemos si es de angustia o profundo aburrimiento. 

No le importa condimentar su almuerzo con una molesta charla de trabajo, ¿y qué si le quedan pocas horas de vida? ¿Cómo saber que disfrutamos de nuestros últimos momentos sobre la faz de la tierra y que no los estamos desperdiciando? 

Sólo está almorzando, si, no hay necesidad de sobreanalizar semejante acto tan simple que millones de personas realizan a la par con ella en diferentes rincones del planeta; pero la mujer no es la única persona que compone la escena. Tan solo a dos mesas enfrente de ella está sentada la muerte. 

Podríamos entrar a discutir un problema de género, pues la muerte viene a ser femenina, pero en esta ocasión es masculina. Hace presencia como un hombre de aspecto pálido, barba poblada, en extremo flaco (una fuerte ráfaga de viento lo podría hacer volar por los aires), y lleva un traje en su totalidad negro, incluida la corbata, totalmente inapropiado para el calor que hace, pero el equilibrio climático tal vez lo logra con el frío que como parca lleva encima. El contraste del color de su piel con el del vestido le da un aspecto macabro.

Como siempre, se hace la loca o, en este caso, el loco y nos habita sin que nos percatemos. Come lo mismo que la mujer pero en vez de gaseosa toma jugo de naranja, que acaba de un sorbo decidido, arqueando su espalda. 

Nadie tiene idea alguna de quién es, la maldita o el maldito, el muerte, él, muerte o él, todo muerte quién sabe cuántas veces nos pasa en frente de las narices y no tenemos posibilidad alguna de identificarlo(a).

Estudia a la mujer, su próxima víctima, que no para de hablar por el celular y que ya se cansó de trinchar trozos de pasta bañados en salsa boloñesa. 

Ahora la muerte, él muerte, ya está claro su carácter hermafrodita, no deja duda de su identidad pues esconde su mirada revisando con parsimonia una separata de autos del periódico. No cabe duda que es ella. En medio de todo el poder que tiene, no sabe comportarse como un humano en su afán de almuerzo de jornada laboral.

De repente se pone de pie y abandona el lugar con un andar perezoso y despreocupado. Ya no le interesa la mujer, quizás le entraron ganas repentinas de llevarse a la primera persona que vea con zapatos rojos, porque si se trata de aleatoriedad, nadie le gana. 

¿Ya revisó  el color de los suyos?   

miércoles, 26 de abril de 2017

Despedidas

Pierre Curie, dándole la espalda, tomó su maletín y luego se dio vuelta. La miró serio por unos segundos. Ella tenía muchas ganas de abrazarlo, de darle el sagrado beso de despedida de todos los días, pero empapándose de orgullo no hizo nada y le sostuvo la mirada. Pensó decir algo, lo que fuera, pero apenas comenzó a abrir la boca, sus labios empezaron a temblar, así que prefirió quedarse callada e intoxicarse con sus lágrimas.

Él sí tuvo valor para hablar, organizando sin problema alguno una pregunta sencilla despojada de cualquier sentimiento,  que a ella le pareció la mayor ofensa posible: “¿Vas a ir más tarde al laboratorio?”. 


"¿Dónde dejó el “vida mia”, “cariño”, “amor”?” se preguntó Marie. Tenía que seguirle el juego de la indiferencia, pero, ¿hasta cuándo?”. Le despachó un “No sé” con forma forma de puño  verbal, luego concluyó: “No me gusta que me presiones Pierre”.

Pierre no dijo nada más y se marchó. Horas después, cuándo Marie quería dejar el incidente atrás, lo volvió a ver, pero ya no le pudo decir nada. Pierre había muerto atropellado por un carro.

“Entro en el salón. Me dicen: «Ha muerto.» ¿Acaso puede
una comprender tales palabras? Pierre ha muerto, él, a 
quien sin embargo había visto marcharse por la mañana, él, 
a quien esperaba estrechar entre mis brazos esa tarde, ya 
sólo lo volveré a ver muerto y se acabó, para siempre."
- Diario de Marie Curie -

martes, 25 de abril de 2017

Mosquito

A Mario Alcántara siempre le han dicho que todo tiene un final, excepto las salchichas que tienen dos, que todo nace y muere, que es la ley de la vida y que no tiene sentido alguno el intentar descifrar ese gran misterio de la muerte en cualquiera de sus presentaciones. 

Las relaciones entre las personas también tienen su fin. “Hasta que la muerte los separe” vaticinan los curas al casar una pareja. Pero no solo los nexos sentimentales se acaban, sino también los de amistad, pues esta, a veces, entra en coma, permanece así por un periodo indefinido, o muere. 

Alcántara, como todos, ha experimentado la muerte de diferentes maneras. Hoy, sentado en un café y mientras bebe una cerveza, intenta reflexionar sobre la muerte de su amistad con Camila Caprino. 

¿Hablaban? si, ¿cada cuánto? Nunca llevó la estadística. ¿Habrá sido suficiente?, ¿en qué se mide la amistad?, ¿en charlas, tiempo al lado de la otra persona, prestamos de dinero, favores, mensajes, cartas, borracheras juntos, salidas, consejos?, ¿qué la conserva?

Le cuesta entenderlo. Repasa sus últimos encuentros, las frases que utilizó en las conversaciones, pero tiene mala memoria, se inventa la mayoría de sus recuerdos y los llena de frases brillantes que sabe, no sería capaz de pronunciar hablando normalmente.

Calcula que a su Birra Moreti, la cerveza, a lo sumo le quedan dos sorbos. Cuando se sentó a tomarla juró no dedicarle más tiempo al asunto de la Caprino, que lo que le durara la bebida, por lo menos por hoy. Detesta echarle tiza a los asuntos.

Un mosquito diminuto aterriza sobre la mesa. Es la señal que estaba esperando. Concluye que cuando las personas cambian tanto, sin razón aparente, de un momento a otro, de la noche a la mañana (muerte y nacimiento, otra vez) se debe a la picadura de un mosquito. 

Está claro que la comunidad científica aún no lo ha descubierto, tienen cosas más importantes por investigar que las rarezas en nuestras conductas, el caso es que dicho mosquito, que Alcántara imagina no más grande que una mota de polvo, pica a las personas y les afecta su sentido de la amistad. 

Decide, por el momento, llamarlo: el mosquito de la extrañeza. 

It's a funny word 'friends'
You get beginnings and you got ends
I guess I'll see you when we're ashes again"

lunes, 24 de abril de 2017

El álbum blanco

 ¿Por qué nos encontramos con las cosas?, es decir, ¿qué hace que nos enteremos e involucremos con algo: un libro, un disco, una persona, un acontecimiento, en determinado momento de nuestras vidas?,  ¿Serendipia, destino, porque sí, porque no? Todo son preguntas.

Hace unos días di con  "Por qué escribo?",  un ensayo de Joan Didion, periodista, novelista, redactora publicitaria escritora norteamericana.  Didion cuenta que le tomo mucho tiempo descubrirse como escritora,  independiente de que fuera "buena" o "mala",  Simplemente escritora, "una persona   que sus  más apasionadas y absortas horas de vida son gastadas organizando palabras en pedazos de papel."

Me gusto mucho todo el escrito y luego busqué acerca de sus publicaciones: piezas de no ficción, ensayos y novelas.  Uno de sus libros se llama "The White album", que me recordó a los Beatles.  "¿Tendrá el título alguna relación con ese disco?" pensé, pero lo que más me llamó la atención es que uno de los ensayos que lo compone se titula "In Bogotá".  Más preguntas: ¿De qué hablará en él?

En otro link alguien afirma que Didion vivió Bogotá desde el hotel Tequendama, con flores que adornaban su baño y agua caliente en cualquier momento del día, y que seguramente no tenía puñetera (fascinante palabra) idea de que era en realidad Bogotá.  Imagino que esa persona, hace referencia a lo "feo" de la ciudad, sus zonas pobres, inseguridad y todos esos elementos correspondientes al otro lado de la moneda del bienestar.

Imagino que en su ensayo Didion narra lo que vivió, sin importar si se baño con agua caliente y jabón liquido para el cuerpo o se revolcó en un charco de lodo.  Como dice Millás: "Escribir consiste en ser capaz de ver lo que tienes delante de las narices".

Otra pregunta: ¿Necesita el escritor ser miserable, regodearse en la pobreza, las dificultades y decadencia humana para producir buenas obras?, en fin.

Tengo muchas ganas de leer el álbum blanco de Didion.  Voy a ver si logro apretujarlo en lo que me queda de lectura este año y a ver si logro descifrar la razón por la que me topé con él, que de seguro existe.  Todo siempre está conectado, pero nos cuesta descubrir cómo y/o por qué.  Por eso creemos en la mala suerte y cosas por el estilo.

“We live life entirely, especially if we are writers, by the imposition
of a narrative line upon disparate images, by the “ideas” with which 
we have learned to freeze the shifting phantasmagoria which is
our actual experience.”
- The white album -

viernes, 21 de abril de 2017

Párrafos cortados

Agarro o más bien tomo (el otro día alguien leyó algo que había escrito y me dijo que no le parecía apropiado el uso de la palabra agarrar, " ¿Por qué la utilizas tanto?"me preguntó.  No supe que responderle, creo que es un impulso inconsciente en el que mi mente elimina: coger, tomar, aprehender  ¿Quién utiliza semejante palabreja? o hacer presa, una opción bien extraña.  A esa lectora, por alguna razón fonética, gramática, de gustos, etc. ese verbo le produce molestia)  una maleta que no utilizo hace mucho y en la que suelo cargar mi portátil en las contadas ocasiones que lo saco de la casa.

El morral tiene muchos bolsillos, perfectos para guardar los paquetes de mecato cuando no se tiene una caneca a la mano, los cuales registro meticulosamente, "Qué tal que me encuentre un billete" pienso, pero eso ocurre en los pantalones y a mi casi no me pasa nunca.  

Mi búsqueda da con un papel arrugado y reducido, podria decirse, a su mínima expresión.  Lo desarrugo y es un fragmento en inglés de un cuento.  ¿Cómo llego allá? no lo sé. El trozo de papel corresponde a la esquina superior derecha de una página en el que se alcanzan a ver 3 párrafos cortados, más o menos a la mitad.

De acuerdo a lo que se alcanza a leer, el texto trata acerca de una escritora quién posiblemente siente algo de pena.  Me atrevo a afirmar eso porque una de las frases de ese primer párrafo es "But she  was already in her fifties".

Luego un párrafo de dos líneas explica que la frase "Since I was a young girl" era su introducción favorita. Supongo que todavía se está hablando de esa mujer que ya superó el medio siglo de vida.  La palabra que cierra ese segmento, junto con el signo de admiración  es Hemingway!.  De ahí deduzco quiere ser escritora y que ese es su autor favorito.  Decido llamarla Rose; es rubia y lleva el pelo corto.

Luego aparece otro personaje, un tal Paul que acaba de llegar,  ¿a donde? pues a una reunión de un grupo de escritura creativa al que también atiende Rose .

El tercer y último párrafo habla sobre vino y comida deliciosa.  Lo más probable es que Rose, que sin duda tiene algo que ver con Paul, o si no  ¿qué carajos llego este a hacer a la escena?, terminó con él en algún restaurante.  Paul únicamente ha leído la novela "Fiesta" de Hemingway, pero eso y un supuesto aire intelectual, le bastó para descrestar a Rose, quien no sabe que Paul está casado y solo quiere pasar el rato.

A veces nos pasa eso, captamos la vida a punta de párrafos cortados  e interpretamos mal  las situaciones en que nos vemos envueltos, debido a la falta de información.

jueves, 20 de abril de 2017

Dios y el fútbol

Recuerdo que en la época del mundial de Italia 91, me estaba quedando a dormir donde una tía. El día del partido entre Colombia y Alemania, en mí humilde opinión, el mejor partido que ha jugado la  selección, me quedé  viéndolo solo en la habitación de ella.  

Me imagino que la mayoría conoce la historia.  El partido estaba a punto de acabar y a Herr Littbarski le dio por meter gol.  Cuando eso ocurrió yo me tire encima de la cama y comencé a rezar o enviar una plegaria al cielo, a dios, al universo, la pacha-mama, o a quien quisiera y estuviera en capacidad de captar mi frecuencia espiritual.

Abrí los ojos justo en el momento en que Leonel Álvarez le quitaba el balón a Rudi Völler para iniciar esa tromba de ataque en modo toque toque. Al rato Rincón marcaría el gol del empate que daría le daría el   paso a la siguiente ronda a la selección.

Yo no lo podía creer.  Siempre me ha gustado pensar que mis plegarias, rezos, mantras de esa ocasión sirvieron de algo.

Hoy, el Lyon  jugó contra el Beşiktaş de Turquía y se fueron a penales.  Todos los jugadores marcaron gol en los primeros 12 tiros. En  La  séptima ronda ambos equipos fallaron, primero el equipo turco y al momento del disparo  del equipo Francés, la cámara enfocó a un niñó, hincha del Beşiktaş,  en la tribuna que tenía entrelazadas las manos con las palmas hacia arriba y movía su boca ligeramente y con mucha fe. Estaba seguro que Alá,supongo que le rezaba a ese dios, iba a hacer que el jugador del equipo contrincante errara al tiro

Finalmente así ocurrió y luego mostraron la cara de felicidad del niño, pero la plegaría quedó a medias, a dios no le interesa el fútbol  o algo así, pues para la octava ronda otro jugador del Beşiktaş volvió a fallar el penal y el próximo pateador del equipo francés no desperdicio su oportunidad.

miércoles, 19 de abril de 2017

Cerveza de lunes

Lunes 10 de la noche.  La terraza del Pub está casi desocupada. Clara y Javier ocupan la mesa de una esquina, que tiene poca luz y un ligero aire romántico, como queriendo pasar desapercibidos.   Parece raro que la gente tome cerveza el iniciar la semana,  ¿acaso no es un plan para los últimos días de esta, y que comienza desde el Jueves? paradigmas y más paradigmas.

Javier entró hace un par de semanas al área en la que trabaja Clara.  Las miradas se convirtieron en saludos, lo saludos en conversaciones, 2+2 es 4, mañana y noche..."¿Quieres ir a tomarte unas cervezas hoy Clara?".

Ella acepto de inmediato,  ¿por qué no? Considera grosero no aceptar una invitación, y pues allá él si  cree que tiene chance de involucrarse con ella.  Muy pocos lo logran y Javier no será uno de esos, lo supo hoy mismo luego de oírlo hablar por 5 minutos. No tiene nada que ver con lo que dijo, el tema que planteo, que no le parezca atractivo  o aspectos tan ínfimos como su tono de voz, simplemente sabe que no tiene chance con ella y ya.

Entre los diferentes tumbos que da la conversación, caen en el tema de las ex-parejas. Clara dedica más o menos una hora para contarle con todo detalle posible sobres los novios que ha tenido desde que entró a la universidad, sus pros y contras, a cuáles solo quiso, cuáles amo y cuales no fueron más que una simple aventura que, por diferentes razones, se extendió más de lo debido.

Javier escucha con atención.  Se muestra comprensivo y mete la cucharada para darle la razón cuando ella menciona las características de personalidad de uno de sus últimos novios, un músico que la enamoró con su aura bohemia y de artista, le cuenta.

Clara necesita ir al baño y Javier se para para dejarla pasar.  Cuando vuelve a la mesa, él hace un ademan de abrazarla que no termina en nada, pues ella arquea su espalda, simulando un bostezo.  "Ya está tarde,  ¿nos vamos?".  Javier, resignado le alcanza la chaqueta, se pone la suya y abandonan el lugar en una clara dinámica de "yo aquí y tú allá".

"Tal vez tomar cerveza un lunes es de mal agüero" piensa Javier.