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viernes, 22 de noviembre de 2013

Bogotham City

Batman trabaja conmigo. Me di cuenta de esto ayer cuando fui a buscar mi pocillo en la cafetería, tarea que a veces se prolonga, y en plena revisión di con su Bati-Mug. La verdad no tenía ni idea que Batman fuera Colombiano; además se supone que está podrido en billete ¿no? ¿para que coños trabaja? pero bueno, vaya usted a saber, a veces las personas tienen conductas supremamente extrañas, y al parecer también los súper héroes.  

Puede ser que esté desarrollando su pasión, pero der ser así es un brutazo de tres pisos, pues yo con todo el billete que se supone tiene Batman, dejo mi trabajo,  monto mi empresa, y de paso le hago pistola a este sistema de consumo de tres pesos.

Apenas me percaté de esto, comencé a mirar si en mi área hay alguien parecido a Christian Bale, Val Kilmer o Michael Keaton, pero no, ninguno tiene parecido alguno; todos tenemos rasgos mulatoide-aztecas y distamos mucho de esta pinta Hollywodense que creo yo debe tener Batman.

Parece ser entonces que el Batman Colombiano está dedicado solo al trabajo, pues esta ciudad cada día es más insegura. Tal vez el director del gremio de los superhéroes decidió, por haber sobrevolado con su Batinave zonas aéreas de Colombia  (¿será Ruso?) sin los permisos necesarios, enviarlo como escarmiento a este pueblo grande llamado Bogotá.

Dada esta situación, Batman, a modo de rebeldía, decidió dedicarse a trabajar en vez de pelar contra el crimen capitalino, el cual tenemos de sobra para regular a esas ciudades de países nórdicos que parecen ser en extremo pacíficas; sin tener en cuenta a sus locos terminator que salen con metralletas a la calle a dispararle a cuanta cosa se mueva.

´Por mi parte estoy tranquilo; si a un grupo terrorista le da por tomarse el edificio ¿Quién puede temer con un superhéroe en su equipo de trabajo? De hoy en adelante Miraré el cielo por las noches a ver si de golpe me encuentro con la batiseñal. Los mantendré informados.

jueves, 21 de noviembre de 2013

Zona de disconfort

Mucho se habla en estos tiempos sobre la zona de confort; yo la entiendo como ese estado en el que usted espera que nada cambie para bien o para mal, y también como ese en el cual uno se podría quedar experimentándolo hasta la eternidad; bien sea por billete, estatus, vida emocional, etc.



El punto es que dicho estado o zona solo existe en un mundo lineal, es decir, en un mundo predecible, donde nos han educado esperando  que ninguna variable de nuestras vidas cambie. Soberbia mentira tan grande la que nos quiere proponer el jodido sistema del cual hacemos parte.


"Estamos frente a un paisaje que se escurre en diferentes síntomas:
 financieros, económicos sociales y políticos."


El mundo tal cual como está ahorita, es en su totalidad un maremágnum de confusión. En este impera el caos; donde ningún sistema, al igual que ninguno de sus integrantes se salva. La velocidad con la que puede cambiar el curso de nuestros acontecimientos de vida diarios, desde meras estupideces hasta asuntos que consideramos importantes, es devastadora.


“El mundo previsible se ha transformado en una dinámica 
desbocada de consecuencias inciertas.”


Parece ser que eso que llamamos "zona de confort" se ha convertido entonces  en una zona de disconfort; donde la inestabilidad del sistema en el cual nos desenvolvemos a diario, siempre va a alterar cualquier zona  de confort que creamos tener.