Mostrando entradas con la etiqueta Cosa Nº 730. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Cosa Nº 730. Mostrar todas las entradas

lunes, 2 de noviembre de 2015

Lugares comunes

Busco en Internet que significa un lugar común en la escritura y la primera página que reviso lo define como "esas frases tan utilizadas que hacen peligrar nuestros textos".  Creo que no son únicamente frases o expresiones que utilizamos sin darnos cuenta, sino también temas que han sido tratados una y otra vez.

Por otro lado también pienso que los lugares comunes no existen únicamente en la escritura, sino en diferentes aspectos de nuestras vidas.  El punto es  ¿qué tan provechoso es evitarlos? 

Se podría suponer que el no acudir a ellos es bueno, pues es algo que  ayuda a diferenciarnos, a mostrar que de cierta forma pensamos diferente, pero ese gran afán de diferenciación que todos presentamos hoy en día también es un arma de doble filo, pues el querer ser tan únicos, originales, etc. también es una actitud cargada de ego, pues implícitamente queremos demostrar que somos superiores que otros que siguen acudiendo a ese tipo de "lugares".

 ¿Qué pasa entonces si más bien dejamos de evitar caer en lugares comunes?  ¿Qué tal si no nos preocupamos tanto por nuestra originalidad sino más bien por nuestra sinceridad? De pronto, aunque no lo parezca, muchos de esos lugares en los que se arraiga nuestra identidad, si es que la tenemos, son tan comunes como muchos otros.  

Posiblemente apostarle a ser sinceros, transparentes y no aparentar lo que no somos, es justo ese factor diferencial que necesitamos y un lugar común al que todos deberíamos acudir.

sábado, 31 de octubre de 2015

Objetivo

 ¿Desde cuando todo lo que hacemos debe tener un objetivo o fin específico?  ¿Por qué simplemente no podemos hacer algo porque nos gusta y hace sentir bien? Nos hemos metido en la cabeza todos esos términos gerenciales de productividad, eficiencia, eficacia, etc. con el fin de sentirnos importantes, y creemos que cualquier actividad que hagamos sin ningún fin preestablecido no tiene sentido alguno. 

El Ego nuevamente hace presencia, claro está que todos lo tenemos en diferentes dosis y es un aspecto de nuestra personalidad que de cierta forma es necesario; lo malo es cuando lo sacamos a relucir solo con el fin de sentirnos mejores que otros. 

El dinero, con su increíble facilidad para corromper todo, juega también un papel importante en ese afán de querer medirlo todo.  De cierta manera calificamos como insignificantes  aquellas iniciativas o oportunidades que no nos van a generar un beneficio económico a futuro.

Cuando eramos niños hacíamos las cosas porque sí, porque se nos daba la gana, pero básicamente porque nos hacían sentir bien, seguros y nos brindaban paz y tranquilidad. Queda claro que esa facultad de pensar como niños, que nos permitiría ser mucho más creativos, innovadores, y todas esas tendencias o formas de ser que tan desesperadamente buscamos, la continuamos enterrando día a día. Lo que realmente nos hace falta es ser más sinceros.

"Presence is far more 
Intricate and rewarding
an art than productivity"
- Maria Popova -




jueves, 29 de octubre de 2015

No entiendo

Creo que todos, en algún momento de nuestras vidas, hemos comprobado que de nada sirve quedarnos patinando en el pasado, es decir, que no tiene objeto alguno pensar "si tan sólo yo hubiera elegido ese camino". Eso para cuando nos gusta retroceder la cinta.

Por otro lado, también tenemos la opción de "adelantarla", lo cual es todavía peor, para ubicarnos en un futuro que cuenta con la palabra "incertidumbre" como su sinónimo.  Esta claro que  sufrir por las decisiones tomadas en el pasado o vislumbrar los días por venir, no hace más que producirnos angustia.

No entieno por qué continuamos dándonos palo de esa manera.  Tal vez contamos con un par de genes estrictamente relacionados con esas conductas y por eso las repetimos seguido.  Podemos tener presente todo ese discurso Budista, motivacional  y de nueva era acerca de que solo importa el presente, que debemos vivir solo el ahora, etc.  que en extremo se torna cansón.  Aconsejar siempre será fácil, pero ponernos en los zapatos del otro para llegar a sentir lo mismo, es un arte que muy pocos dominan.