No lo digo yo. Lo dijo Roberto Bolaño hace unos años, cuando la escritora fue nominada en 2002 al premio Nacional de literatura en Chile: “Me parece una mala escritora simple y llanamente, y llamarla escritora es darle cancha. Ni siquiera creo que Isabel Allende sea escritora, es una escribidora”.
La palabra escribidora no está en el diccionario de la RAE, pero Google dice que significa mal escritor. Según Bolaño, Allende desvirtuaba las letras chilenas.
No entiendo cuál es el afán de criticar a los demás. ¿Acaso no es mejor concentrarse en el trabajo que uno hace y ya está? A mí me gusta como escribe Isabel Allende, y sostengo mi postura ante mil Bolaños.
Otra vez el algoritmo me bota al escritor Chileno, y no paro de leer comentarios de personas que lo idolatran, que era un grande, un dios de la literatura, etc. Pero vuelvo y repito, a mí me costó un trabajo infinito terminar de leer 2666 y aunque digan que es su obra cumbre no me enganchó.
De pronto fue por la expectativa que tenía de ese autor o porque no debí comenzar por ese libro. Puede que sea eso, que para encontrarle el gusto a un escritor, quizá sea necesario leer su obra en un determinado orden, o simplemente no me gustó y ya está, qué sé yo.
El punto es que no puedo con la superioridad moral de nadie por más grande que, se supone, sea.
Pero bueno tampoco es para amargarse tanto, ¿no? Bolaño estaba en todo su derecho de despotricar sobre quien le diera la gana y si eso pensaba de Isabel allende pues ni modo.
Al final ella saldó el asunto con algo que dijo en una entrevista: “la literatura es subjetiva. No puedo pretender gustarle a todo el mundo, eso es imposible”.
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martes, 12 de septiembre de 2023
lunes, 11 de septiembre de 2023
Brazo tieso
Leo una novela en la que una mujer está en estado de coma, pero es consciente de lo que ocurre a su alrededor. No sé si es sea posible o si es una licencia de ficción que se da la autora.
Mientras leo no puedo evitar recordar la vez que desperté en un cuarto de hospital, luego de haber estado en cuidados intensivos, por culpa del accidente que me dejó el amable recordatorio.
Era muy temprano cuando abrí los ojos y todo estaba en silencio. La cortina estaba abajo, pero era muy delgada y la luz del sol alcanzaba a filtrarse e iluminaba la habitación.
Recuerdo el blanco del lugar, las paredes, las sábanas, todo era de ese color o todos los objetos parecían desprenderlo. Moví mi brazo y mano derechos y cuando iba a mover el izquierdo no pude. Me concentre casi hasta nivel Jedi, pero nada, ni un solo dedo se movió; el brazo seguía tendido sobre la cama como un objeto inanimado. Al poco tiempo me entré que el accidente me había causado hemiplejía.
Al poco tiempo me aburrí de concentrarme para hacer mover el brazo y lo deje ser. También me recuerdo que pensé: “Bueno, al parecer estoy en un hospital y algo muy grave me pasó, pero si estoy aquí me van a cuidar y me voy a recuperar.
No sé de dónde salió ese positivismo tan bárbaro, pero doy gracias de que fuera así, porque si me hubiera echado a la pena, seguro no me habría recuperado tan rápido.
Mientras leo no puedo evitar recordar la vez que desperté en un cuarto de hospital, luego de haber estado en cuidados intensivos, por culpa del accidente que me dejó el amable recordatorio.
Era muy temprano cuando abrí los ojos y todo estaba en silencio. La cortina estaba abajo, pero era muy delgada y la luz del sol alcanzaba a filtrarse e iluminaba la habitación.
Recuerdo el blanco del lugar, las paredes, las sábanas, todo era de ese color o todos los objetos parecían desprenderlo. Moví mi brazo y mano derechos y cuando iba a mover el izquierdo no pude. Me concentre casi hasta nivel Jedi, pero nada, ni un solo dedo se movió; el brazo seguía tendido sobre la cama como un objeto inanimado. Al poco tiempo me entré que el accidente me había causado hemiplejía.
Al poco tiempo me aburrí de concentrarme para hacer mover el brazo y lo deje ser. También me recuerdo que pensé: “Bueno, al parecer estoy en un hospital y algo muy grave me pasó, pero si estoy aquí me van a cuidar y me voy a recuperar.
No sé de dónde salió ese positivismo tan bárbaro, pero doy gracias de que fuera así, porque si me hubiera echado a la pena, seguro no me habría recuperado tan rápido.
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