jueves, 21 de marzo de 2013

El receptor

El  no decir las cosas de frente es uno de los más grandes errores que podemos cometer y por el cual no conseguimos lo que queremos. De pronto más de una persona,  grupo, organización están dispuestos a darnos eso que tanto deseamos, pero al no ser directos y concretos, no nos entienden y perdemos oportunidades únicas.

En este orden de ideas, es bueno que uno se esfuerce al máximo, tratando de expresar lo que quiere o piensa, porque si no simplemente estamos jodidos, puesto que nadie  lo va a hacer por nosotros.  

A pesar de lo que le he comentado, pienso que también debemos aprender hacia quien nos vamos a dirigir.  Considero que es una perdida de tiempo intentar entablar contacto con alguien que no tiene ni un poquito de ganas de oír lo que usted tenga por decir, así sea un pensamiento super brillante digno de premio nobel o una simple pendejada.  Uno tiene que aprender a identificar esas personas para no perder tiempo en la vida.

Es como cuando usted llama a alguien por teléfono, y la persona que le contesta, se pone a hablar con la persona que tiene al lado  ¿por qué carajos hacen eso?,  ¿si están ocupados,   no sería mejor el no contestar?.  A la larga pienso que simplemente lo hacen por darse una importancia que no tienen y mandar, así no lo quieran, el siguiente mensaje: "Lo que usted tenga por decirme me vale huevo". 


miércoles, 20 de marzo de 2013

Raimundo y todo el mundo

Algo definitivamente pasa, podré sonar repetitivo, pero  ¿por que insistimos en dañarle el caminao' a los demás?.  Todo sería mejor y la vida sería más fácil si no pensáramos únicamente en nuestro bienestar sino también en  el de las otras personas.

Creo que ese querer "curarnos en salud" en cualquier contexto a la larga no conlleva a nada bueno, es decir, pensar bajo la premisa "si van a joder a alguien  que ese ni por el berraco sea yo",  me ofende de sobremanera.  Para poner un ejemplo concreto, esto se puede ver cuando uno le envía un mail laboral a una persona y esta, bien sea por miedo, costumbre, procedimiento estándar personal, etc. responde el mail copiando a Raimundo y todo el mundo.  En muchas ocasiones que esto me ha pasado, leo larga lista de correos esperando encontrar el correo de Obama, Bill Gates, Paris Hilton, Petro, etc. etc. etc.

Siempre he creído que entre menos bombo se le de a un tema, el mismo se desarrolla o soluciona de mejor forma, porque si no empieza es una cadena de chisme y cizaña para la cual somos tremendamente buenos.  A menos que no se lo pidan, trate los asuntos y temas con la persona directamente involucrada, entre menos terceros mucho mejor.


martes, 19 de marzo de 2013

A todo pulmón

Suena el despertador, hago pereza, me levanto y me baño.  Dependiendo de mi buen desempeño en la sesión de pereza, miro si desayuno algo de forma trascendental o decido ingerir la primera comida del día en la oficina (si, si, ya lo se, el desayuno es la comida más importante del día, y uno no debería salir de la casa sin desayunar, y guere guere guere...).

Salgo de mi casa y busco en mi bolsillo las monedas del día anterior, esperando librarme de objetos tan fastidiosos como los son las nuevas monedas de $50 y también  lograr acumular el pasaje del bus con las mismas.  De no ser así, saco un billete de $2000 con la firme esperanza de que el busetero me de en las vueltas una moneda de $500.

En ocasiones me embuto en buses que llevan alrededor 1000 personas de pie y escucho la famosa frase de "hágase para atrás" la cual siempre he querido responder de forma sarcástica y en tono de pelea,  pero cualquier persona con "dos dedos de frente" sabe que es mejor evitar cualquier tipo de enfrentamiento violento con un conductor del transporte público; otras(muy pocas la verdad) veces consigo sentarme.  Prendo el mp3 y empiezo a cantar mentalmente.  llego a mi destino, me bajo del bus y cojo un Publímetro sin esperar a que me lo ofrezcan,  porque la mujer que los entrega siempre está serpenteando entre los carros. Las únicas veces que me la encuentro, es cuando me mira con algo de pena,  para decirme que ya se acabaron los periódicos.  Solo en esas ocasiones reclamo el ADN,  tal como ocurrió hoy.

Camino hasta la oficina.  Entro el edificio y paso la maleta por una "maquina de rayos X para objetos" siempre me quedo mirando la pantalla para ver que lleva mi maleta por dentro, quien sabe de pronto me aparece algo que no eché o que me echaron en el bus sin darme cuenta, como la mano de una persona o algo así. Paso luego por lo que creo yo es un detector de metales y no puedo evitar recordar la escena de  "Matrix" en la que Neo y Trinity agarran a bala y le rompen la jeta a los guardias de un edificio. A veces la maquina pita y a veces no; también pienso que algún día debería comprarme una Mini-Usi para pasar por la maquinita y probar si una voz robótica da la alerta de "Terrorista".

Paso la tarjeta de acceso, por lo que yo llamo registradora y siento que me cuentan como ganado. Ahora espero el ascensor sin afán; desde aquella ocasión en que corrí a montarme en uno y me cerraron la puerta en la cara (¡malditos!, ojalá algún día se les trabe la tarjeta de acceso y tengan que pedirle ayuda a la recepcionista con cara de pocos amigos, o que en el bus les echen una mini-usi en sus maletas, para que los tilden de terroristas cuando pasen por el detector de metales).

Hoy me monte en el ascensor y sonó una canción que me gusta.  Me dieron muchas ganas de cantarla a todo pulmón  así mi voz sea o no de tarro, así mi pronunciación en inglés sea o no un desastre.  Algún día haré eso.  De pronto lo mejor es comenzarlo a hacer antes de subirme al ascensor, así lo tendría solo para mí.  Nadie va a querer a alguien cantando a todo pulmón en un ascensor, mucho menos con la tracamanada de amargados que hay en esta ciudad. 

lunes, 18 de marzo de 2013

Dr.

Un mail que me enviaron hoy comenzaba así:

Dr. Juan Manuel:

bla bla bla bla , bla bla .... bla bla...

Me dio risa leer eso, pues no me gustan esa clase de títulos. A pesar de que actualmente se le dice doctor a alguien que estudió hasta un último grado académico de una carrera, ciencia o materia; Considero que a los únicos que se les debería llamar de esa forma, es a aquellas personas que se graduaron de la carrera de medicina.

En parte el mundo esta jodido por eso,  porque unos se empeñan en "elevar" a otros, dándoles títulos incorrectos. Lo peor es que algunos se relamen con y en esos nombramientos y creen que los mismos les dan el derecho de tratar mal o pisotear a los que consideran inferiores.

Todo esto está fuertemente ligado con el síndrome del masterismo, el cual hoy en día ataca fuertemente nuestra sociedad.

sábado, 16 de marzo de 2013

¿Para donde se van las palomas?...

Tengo en la mira un tema sobre el cual escribiré en los próximos días.  Cuando eso pasa, es decir, cuando defino una especie de idea a la  cual le quiero "botar corriente", trato de hacer una lluvia de ideas sobre la misma.  Algunas veces resulta ser una tormenta y en otras ocasiones una llovizna de poca monta. Este tuvo un nivel de aguacero, en el cual en un momento determinado, cayeron tres rayos (ideas principales).

Esto ocurrió hoy mientras me estaba bañando. Me dio por confiar en mi memoria y no las anoté ahí mismo, de todas formas me quedaba un poco complicado, usted sabe, el agua siempre moja.  Pues bien, cuando me senté a escribirlas, me acorde de solo dos y la otra simplemente se me escapo y todavía la ando buscando.  Se me fue la paloma totalmente.

 ¿Adonde irán a volar todas esa palomas (ideas) que en algún momento de la vida hemos tenido?.  Me pregunto esto, porque muy seguramente algunas de las mismas habrán sido  geniales y por alguna extraña razón les dio por volar, antes de poder cuidarlas y trabajarlas para convertirlas en esos eventos y hechos que son dignos de "sacarla del estadio".

jueves, 14 de marzo de 2013

5...30 minutos que saben a gloria.

Uno muchas veces dice que tiene ciertas conductas solo por aparentar, para que los demás lo vean como alguien responsable, como alguien juicioso, etc. A la larga resulta siendo una mentira. Como lo he dicho muchas veces, nadie puede decir que actitudes de los humanos están bien o mal, mejor dicho como dice la canción "Thumbing my way" de Pearl Jam: "There's no right or wrong but I'm sure there's good and bad".

Siempre nos han metido en la cabeza que madrugar es bueno. Más que eso, que las personas que madrugan son totalmente responsables y que si uno no lo hace, va por mal camino. Me imagino que todo esa lora se creo, porque  a alguien se le ocurrió decir eso, es decir, la consigna bien podría haber sido "despertarse tarde es bueno", pero nuevamente, como suele ocurrir, me estoy desviando un poco del tema.

Yo nunca he sido bueno para madrugar.  Y muy pocas veces me levanto con el primer pitazo del despertador; eso lo hago únicamente cuando me voy de viaje, pues para que nos decimos mentiras, uno madruga con más ganas en esas ocasiones.

Uno de los pequeños placeres que más disfruto en la vida, son esos 5 minuticos de pereza posteriores a la despertada causada por la chicharra (buena palabra esta) del despertador.  Ese acto de estirar la mano para oprimir el botón que evita que el mismo siga sonando, dar media vuelta y quedarse dormido nuevamente es de lo mejor; por eso siempre pongo el despertador 30 minutos antes de la hora de despertarme, y repito esa rutina unas 5 veces antes de pararme de la cama.  

Igual a la larga si a usted le gusta madrugar o dormir hasta tarde no importa, puede hacer lo que se le de la gana, pero tenga en cuenta que si va a adoptar la conducta de "hacer pereza", como comúnmente se dice,  debe tener bien claro cual es el botón que debe oprimir para no apagar el despertador por completo  y quedarse profundamente dormido.

miércoles, 13 de marzo de 2013

Costumbres perdidas

Si usted es de mi época, las palabras "cuca" y  "patada" le deben traer buenos recuerdos.  Antes de que algún lector se deje desviar por la primera palabra, el término es uno solo, cuca-patada, y hace referencia a ese juego algo primitivo de los hombres en sus épocas de colegio.

Aunque el título fácilmente podría aplicar mejor para las viejas, este era uno de los mejores "deportes" a practicar entre hombres (no se si todavía, en estos tiempos oscuros,  se mantengan este tipo de  costumbres en los colegios), porque cualquier superficie era apta para jugarlo y cualquier objeto pequeño podía servir como objeto principal del  juego, una piedra, una bola pequeña o cualquier cosa a la que usted pudiera darle patadas.

El juego empezaba de la nada. De repente a cualquier persona lo veían con las piernas abiertas (nuevamente no se me desvíe estimado lector,  me refiero a un pie lejos del otro) y si el objeto que era pateado pasaba por en medio de las mismas. los participantes del juego, después de que se gritara "Cuca" o "Cuca-patada", podían darle patadas solo porque sí, porque precisamente de eso se trataba, de dar patadas con la única justificación de haber hecho "cuca".   Su mejor opción en aquel momento en que el objeto pasaba entre sus piernas,  era emular a Usain Bolt y correr a tocar el objeto que lo liberaba de la "Patacera". También recuerdo que una regla para darle un toque de honor al juego era decir "Solo se valen patadas en la cola", es decir, en las nalgas, en donde  supuestamente las patadas duelen menos.  Pero en medio del fervor del juego, se lanzaban patadas a diestra y siniestra,  haciéndolo  aun más interesante. 

Este juego realmente liberaba tensiones entre las personas del grupo , y uno le podía meter un patadón a ese personaje que le caía tremendamente mal. Eso era lo mejor, no había necesidad de justificar su conducta.  Algún día he de tener la valentía de llevar una pelotica al trabajo, ubicar a un personaje con las piernas abiertas y que me caiga mal, hacerle cuca, gritar "Cuca-Patada" con todas mis fuerzas y darle un patada. Es posible que  otro se ponga de pie y también le den ganas de patearlo.

Vamos perdiendo las costumbres.