jueves, 28 de marzo de 2013

Salirse de la raya

Considero que ser libre, ese no estar atado o supeditado a absolutamente nada, de forma sincera y no solo por tratar de ser diferente a los demás, es un estado muy jodido de alcanzar.  Lo más triste de este asunto es que desde que nacemos, no nos colaboran para nada a obtenerlo, me refiero a que no nos ayudan o encaminan a dejar ese tipo de cargas y paradigmas éticos y sociales que tanto nos joden la cabeza.

Me acuerdo que cuando estaba en primero de primaria, una profesora  nos daba unos lapices de colores y algunas hojas con unos dibujos en blanco y la consigna era la misma de siempre: "Coloreen el dibujo sin salirse de la raya".  ¿Por qué diablos cuando uno era chiquito no podía salirse de la raya del dibujo?  ¿quién fue el bruto animal que se invento esa regla tan estúpida?. Yo la verdad siempre fui bueno coloreando y dibujando, pero creo que eso también se debe a que  siempre me ha gustado mucho dibujar; pero me imagino que hay personas que el tema nunca les llamo la atención y pues no se esforzaban al hacerlo.  pero vuelvo al mismo punto que he tratado varias veces acá, ese afán de dividir el mundo entre bandos de malos (los que colorean por fuera de la raya) y buenos (los que no se salen nunca de la misma), no tiene sentido alguno.

Lo malo de todo esto, es que a medida que vamos creciendo, inconscientemente queremos seguir coloreando dentro de la raya muchos aspectos de nuestras vidas y terminamos viviendo para los demás.

martes, 26 de marzo de 2013

Desinflarse

Nuestra selección, o esa selección; porque cuando pierde deja de ser nuestra y nos "desinflamos", pero cuando gana sacamos pecho y nos relamemos en sus triunfos, perdió por la mínima diferencia contra Venezuela.

En este momento en el comedor de mí casa hay una acalorada discusión sobre si Colombia jugo o no un mal partido; personalmente creo que no jugamos tan bien, pero tampoco es como darle palo a los jugadores o al técnico, sufrir con la derrota o comenzar a decir que no vamos a ir al mundial, y si llegara a ser así  ¿qué importa?.  Tal vez esta derrota nos duele tanto porque inconscientemente tenemos rabia contra Venezuela, por  su antiguo  o nuevo mandatario, por apoyar a las FARC, por ser amiguis de Piedad Cordoba, etc. etc. etc. y una victoria en fútbol es como decirles "En sus caras tracamanadas de Venezolanos".

Nunca es bueno estar convencidos, como dicen por ahí "Seguro mato a confianza", nada esta escrito en esta vida, hasta el mejor bailarín alguna vez ha pisado a su pareja de baile, y es mejor estar listos para desinflarnos; entonces dejemos la lloradera y confiemos en que la selección va jugar mejor en los partidos que vienen.

domingo, 24 de marzo de 2013

"Dar Lora"

La palabra "adoctrinar" me la presento Juan Manuel Silva en una de sus clases.  Él afirma que cuando uno escribe una historia bien sea larga o corta; se tiene que tener mucho cuidado con intentar adoctrinar a los lectores, sobre un tema, idea, contexto, etc.  a la fuerza.  Muchas veces uno cuando está creando un personaje, sin querer, le da muchas características personales y el mismo termina exponiendo puntos de vistas propios, se pierde el sentido y ritmo de la historia, y el escrito termina siendo un regaño aburridor.  Creo que ese adoctrinar a la larga viene siendo el "dar Lora" a diestra y siniestra.

Considero que todos, en cierta medida hacemos eso; incidente que  se refuerza mucho más cuando nos consideramos "expertos" en algún tema, lo cual también va ligado al ego tan gigante que tenemos y esas ínfulas ficticias de grandeza que solemos darnos.  Todo esto al final se desencadena en juzgar y juzgar y volver a juzgar actitudes, personas, formas de ser, de vestir, religiones, costumbres, etc. etc. etc. sin ningún tipo de análisis previo.

Esto es terriblemente dañino para el ser humano, puesto que siempre tenemos el interruptor "juzgamiento"  prendido; cosa que  atenta y frena cualquier intento de proceso creativo en nuestras mentes.  Por hoy quiero dejar de darle lora y/0 adoctrinarlo estimado lector, pero voto fuertemente para que evite juzgar de primerazo y a la ligera (apague el interruptor "juzgamiento" al enfrentarse ante cualquier situación), cualquier evento o persona que se le presente en el día a día.

jueves, 21 de marzo de 2013

El receptor

El  no decir las cosas de frente es uno de los más grandes errores que podemos cometer y por el cual no conseguimos lo que queremos. De pronto más de una persona,  grupo, organización están dispuestos a darnos eso que tanto deseamos, pero al no ser directos y concretos, no nos entienden y perdemos oportunidades únicas.

En este orden de ideas, es bueno que uno se esfuerce al máximo, tratando de expresar lo que quiere o piensa, porque si no simplemente estamos jodidos, puesto que nadie  lo va a hacer por nosotros.  

A pesar de lo que le he comentado, pienso que también debemos aprender hacia quien nos vamos a dirigir.  Considero que es una perdida de tiempo intentar entablar contacto con alguien que no tiene ni un poquito de ganas de oír lo que usted tenga por decir, así sea un pensamiento super brillante digno de premio nobel o una simple pendejada.  Uno tiene que aprender a identificar esas personas para no perder tiempo en la vida.

Es como cuando usted llama a alguien por teléfono, y la persona que le contesta, se pone a hablar con la persona que tiene al lado  ¿por qué carajos hacen eso?,  ¿si están ocupados,   no sería mejor el no contestar?.  A la larga pienso que simplemente lo hacen por darse una importancia que no tienen y mandar, así no lo quieran, el siguiente mensaje: "Lo que usted tenga por decirme me vale huevo". 


miércoles, 20 de marzo de 2013

Raimundo y todo el mundo

Algo definitivamente pasa, podré sonar repetitivo, pero  ¿por que insistimos en dañarle el caminao' a los demás?.  Todo sería mejor y la vida sería más fácil si no pensáramos únicamente en nuestro bienestar sino también en  el de las otras personas.

Creo que ese querer "curarnos en salud" en cualquier contexto a la larga no conlleva a nada bueno, es decir, pensar bajo la premisa "si van a joder a alguien  que ese ni por el berraco sea yo",  me ofende de sobremanera.  Para poner un ejemplo concreto, esto se puede ver cuando uno le envía un mail laboral a una persona y esta, bien sea por miedo, costumbre, procedimiento estándar personal, etc. responde el mail copiando a Raimundo y todo el mundo.  En muchas ocasiones que esto me ha pasado, leo larga lista de correos esperando encontrar el correo de Obama, Bill Gates, Paris Hilton, Petro, etc. etc. etc.

Siempre he creído que entre menos bombo se le de a un tema, el mismo se desarrolla o soluciona de mejor forma, porque si no empieza es una cadena de chisme y cizaña para la cual somos tremendamente buenos.  A menos que no se lo pidan, trate los asuntos y temas con la persona directamente involucrada, entre menos terceros mucho mejor.


martes, 19 de marzo de 2013

A todo pulmón

Suena el despertador, hago pereza, me levanto y me baño.  Dependiendo de mi buen desempeño en la sesión de pereza, miro si desayuno algo de forma trascendental o decido ingerir la primera comida del día en la oficina (si, si, ya lo se, el desayuno es la comida más importante del día, y uno no debería salir de la casa sin desayunar, y guere guere guere...).

Salgo de mi casa y busco en mi bolsillo las monedas del día anterior, esperando librarme de objetos tan fastidiosos como los son las nuevas monedas de $50 y también  lograr acumular el pasaje del bus con las mismas.  De no ser así, saco un billete de $2000 con la firme esperanza de que el busetero me de en las vueltas una moneda de $500.

En ocasiones me embuto en buses que llevan alrededor 1000 personas de pie y escucho la famosa frase de "hágase para atrás" la cual siempre he querido responder de forma sarcástica y en tono de pelea,  pero cualquier persona con "dos dedos de frente" sabe que es mejor evitar cualquier tipo de enfrentamiento violento con un conductor del transporte público; otras(muy pocas la verdad) veces consigo sentarme.  Prendo el mp3 y empiezo a cantar mentalmente.  llego a mi destino, me bajo del bus y cojo un Publímetro sin esperar a que me lo ofrezcan,  porque la mujer que los entrega siempre está serpenteando entre los carros. Las únicas veces que me la encuentro, es cuando me mira con algo de pena,  para decirme que ya se acabaron los periódicos.  Solo en esas ocasiones reclamo el ADN,  tal como ocurrió hoy.

Camino hasta la oficina.  Entro el edificio y paso la maleta por una "maquina de rayos X para objetos" siempre me quedo mirando la pantalla para ver que lleva mi maleta por dentro, quien sabe de pronto me aparece algo que no eché o que me echaron en el bus sin darme cuenta, como la mano de una persona o algo así. Paso luego por lo que creo yo es un detector de metales y no puedo evitar recordar la escena de  "Matrix" en la que Neo y Trinity agarran a bala y le rompen la jeta a los guardias de un edificio. A veces la maquina pita y a veces no; también pienso que algún día debería comprarme una Mini-Usi para pasar por la maquinita y probar si una voz robótica da la alerta de "Terrorista".

Paso la tarjeta de acceso, por lo que yo llamo registradora y siento que me cuentan como ganado. Ahora espero el ascensor sin afán; desde aquella ocasión en que corrí a montarme en uno y me cerraron la puerta en la cara (¡malditos!, ojalá algún día se les trabe la tarjeta de acceso y tengan que pedirle ayuda a la recepcionista con cara de pocos amigos, o que en el bus les echen una mini-usi en sus maletas, para que los tilden de terroristas cuando pasen por el detector de metales).

Hoy me monte en el ascensor y sonó una canción que me gusta.  Me dieron muchas ganas de cantarla a todo pulmón  así mi voz sea o no de tarro, así mi pronunciación en inglés sea o no un desastre.  Algún día haré eso.  De pronto lo mejor es comenzarlo a hacer antes de subirme al ascensor, así lo tendría solo para mí.  Nadie va a querer a alguien cantando a todo pulmón en un ascensor, mucho menos con la tracamanada de amargados que hay en esta ciudad. 

lunes, 18 de marzo de 2013

Dr.

Un mail que me enviaron hoy comenzaba así:

Dr. Juan Manuel:

bla bla bla bla , bla bla .... bla bla...

Me dio risa leer eso, pues no me gustan esa clase de títulos. A pesar de que actualmente se le dice doctor a alguien que estudió hasta un último grado académico de una carrera, ciencia o materia; Considero que a los únicos que se les debería llamar de esa forma, es a aquellas personas que se graduaron de la carrera de medicina.

En parte el mundo esta jodido por eso,  porque unos se empeñan en "elevar" a otros, dándoles títulos incorrectos. Lo peor es que algunos se relamen con y en esos nombramientos y creen que los mismos les dan el derecho de tratar mal o pisotear a los que consideran inferiores.

Todo esto está fuertemente ligado con el síndrome del masterismo, el cual hoy en día ataca fuertemente nuestra sociedad.