viernes, 6 de junio de 2014

Imprudente

Una vez conocí a una mujer súper tierna, dígamos que se llama Pepita. Como usted bien sabrá, estimado lector, a mí las viejas tiernas me pueden estar dando tres vueltas.   Aparte de esta cualidad Pepita jugaba tenis, entonces tenía unas piernas (mí parte preferida del cuerpo de una mujer), que digo, unas piernotas muy bien torneadas que, como decía Cabrera Infante, "eran el epítome de la pierna femenina".  Cuando se ponía jeans ajustados, era todo un espectáculo verla caminar, igual que cuando jugaba tenis y utilizaba falda corta.

Comencé a hablar con Pepita seguido y salímos un par de veces.  En ese entonces recuerdo que me gustaba mucho tomar cocteles (esos venenos dulces compuestos por más de un licor).  En una de las salidas, la invité a tomar un par de dichos brebajes.

Todo iba muy bien esa noche.  Sentados en la terraza de un bar , y cuando ibamos por la mitad del segundo coctel; los planetas se alinearon, y el ruido del mundo dejó de sonar para los dos.  Parecia una escena de película romántica donde yo sostenía las manos de Pepita en las mías, mientras lentamente nos ibamos acercando para un beso que no tenía marcha atrás.  Por lo menos eso era lo que yo creía.

De repente "Imprudente" , una mujer que iba caminando por la calle, irrumpió en escena  para saludar a Pepita con un grito.  El saludo exagerado de la mujer, quien resulto ser una amiga de la infancia, fue un baldado de agua fría para ese momentro idílico con Pepita, quien freno su acercamiento para saludarla. Ahora todo parecía una comedia romántica.

El incidente cambió el curso de los acontecimientos  de la noche y no pasó nada con Pepita.  Un tiempo después la que me  interesó fue su hermana, pero está claro que eso es "harina" de otro escrito.

jueves, 5 de junio de 2014

Un Millón de amigos

Otro tema complicado para nosotros los humanos es la amistad, pues a veces parece más solida que una roca y en otras ocasiones cualquier incidente puede desmoronarla en cuestión de segundos.  Mi sabio amigo, "El perrito",  tiene una muy buena frase:


"Amigas las bolas y no se hablan"

Ante esa frase contundente, queda claro que la amistad para nosotros puede serlo todo un día y al siguiente nada,  Por más que queramos, llegar a conocer completamente a fondo a ese que se encuentra al lado nuestro  es imposible. 

Hoy en medio de una seguidilla de clics, podria decirse, frenéticos, caí en una página donde había un link para mirar el libro "Como ganar amigos e influir sobre las personas".  Nunca me voy a leer ese berraco libro, primero porque me parece que en verdad estamos muy jodidos, si un pinche libro nos tiene que indicar como hacer amigos. 

Creo que todos somos conscientes que la amistad se puede dar de mil formas, y también son miles las variables que nos llevan a conocer a una persona; entonces me aburre que a estas alturas del partido, con no se cuantos miles de años de existencia, todavía queramos que nos den todo en forma de manual, con una lista de pasos a realizar.

Segundo porque los libros que más disfruto son los de ficción; bien lo dijo el gran Juan Jose Millás:

"La realidad necesita de la ficción para ser más completa
más agradable, más visible"
A mí me gusta que me narren historías.  Suficiente tiene uno con cumplir con todos los patrones establecidos por la sociedad, para que ahora vengan a decirle como tiene que interactuar socialmente dizque para "ganar amigos".

En un lugar en el que trabajé, hace ya varios años,  siempre me encontraba en el ascensor con una mujer de otra empresa.  Había días en que el encuentro se repetía en la mañana, al medio día para ir a almorzar, y por la tarde cuando terminaba nuestra jornada laboral.  Después de varios encuentros, nos mirabamos y sonreíamos.  Nunca supe, nada de ella; ni su nombre, edad, preferencias sexuales, número de talla del zapato, etc; así que yo y mis amigos  simplemente la denominamos como "la amiga del ascensor".

Es posible que si me hubiera leído el libro que le mencioné, esa mujer sería ahora mi esposa, pues habría aplicado a cabalidad todas las técnicas del capítulo: "El ascensor:  bello lugar  para entablar amistad".

miércoles, 4 de junio de 2014

La Molestia del Fan

Muchas veces caemos en el juego de mostrar gusto por algo, simplemente por seguir una tendencia o moda.  Esto es, por ejemplo, admirar el cuadro de la Mona Lisa como un  crítico de arte, cuando en realidad nos transmite más emoción un dibujo hecho por un niño de 5 años.

Muchos dicen que quieren ver a U2 en Colombia, y que harían lo que fuera por ir al concierto aunque las boletas sean un atraco. Solo porque sí, porque es U2 y toca verlo en vivo.  A mí también me gustaría verlo, pues parece ser que  el show y montaje de uno de sus conciertos es increíble. Sin embargo, U2  no es uno de mis grupos favoritos y no lamentaría el perderme dicho espectáculo.

Imagino que hay personas a las que les encanta U2, tienen toda su discografía y se saben la letra de todas las canciones, junto con la fecha de cumpleaños de sus integrantes y si les gusta o no dormir con piyama.  Ahí es cuando se genera lo que yo llamo  "la molestía del fan"; cuando estos se dan cuenta que existen fantoches que solo asistirían a un concierto, para después publicar una narcisa (Selfie) en cualquier red social o hacer un check in.

Por mera asociación, cuando mencionan a los Heroes del Silencio automáticamente uno piensa en su canción "La chispa adecuada", la cual es buena; pero afirman muchos conocedores y seguidores de Enrique Bunbury y su grupo, que este es mucho más que aquella única canción.

Hay otros que dicen que la mejor  canción de Led Zeppelin es All of my love, la cual musicalmente no es mala, pero para mí es una canción súper zonza y que no produce ninguna emoción importante en comparación con Whole Lotta Love, In my time of Dying, Dazed an confused, Over the Hills and far away, Ramble on, etc.

Está claro que a cada quien le puede gustar lo que le de la gana, fingir que le gusta y/o actuar como una traqueto bajo el lema "Yo veré que hago con mí plata".  Lo que no me cuadra de dicha actitud son las ganas de querer aparentar algo que no se es, nuevamente por ese afán tan gigante que tenemos de ser personas cool 

martes, 3 de junio de 2014

Latigazo

El fin de semana pasado me ví la última media hora de la etapa del Giro de Italia.  probablemente si algún incidente de la misma, hubiera puesto en peligro el liderato de Nairo Quintana, no la habría visto.  Para qué voy a decir mentiras;  ver ciclismo, al igual que carreras de carros me aburre.

 En un momento de la transmisión Santiago Botero habló sobre un latigazo que dió un ciclista al resto de competidores. Lo que más me llamo la atención de dicha expresión "ciclística",  es que, según él, el competidor que lo da toma ventaja frente a los otros y para cada uno estos, sucesiva y progesivamente, es más dificil responder al mismo.

Esto me hizo recordar el libro "Las 22 leyes inmutables del marketing", el cual leí hace mucho tiempo y que ya debió perder su vigencia y la  importancia que tenía en ese entonces.  En el mismo, una de las leyes era la siguiente:


"Es mejor ser el primero que ser el mejor"

Un enunciado que la verdad  no necesita mucha explicación.  Es bueno ser el primero en ofrecerle un servicio o producto  al mundo, sin dejar de tener en cuenta que casi al instante del lanzamiento,  muchos van a intentar copiarlo y ofrecer lo mismo, o un sustituto con alguna variante.

Todo, creo, finalmente se relaciona con la innovación, que a la larga busca ofrecer productos y/o servicios nuevos de forma novedosa, y que sirve para mirar como se puede ser el primero, con algo nuevo por ofrecer, en mercados  saturados que parecen tenerlo ya todo.

Cabe anotar que en cuestión de relaciones sentimentales, la ley resulta ser una vil mentira.

lunes, 2 de junio de 2014

Funeral - Entierro

FUNERAL 

A mi no me gustan los funerales. Supongo que esto se debe a que me parecen toda una parafernalia innecesaria con relación al evento de morir; una que no hace más que hurgar en esa herida invisible que adquieren los familiares apenas muere un ser querido.

Por otro lado no tengo ni la menor idea de como se debe comportar uno en esos eventos, es decir,  ¿se debe adquirir un semblante triste y meditabundo, a pesar de que uno no se sienta realmente así?  ¿Es valido intentar hacer comentarios jocosos, con el fin de aliviar un poco la tensión en el ambiente? o  ¿es preferible quedarse callado y responder a los comentarios de otras personas con los brazos cruzados o las manos entre los bolsillos, cualquiera de estas posturas acompañadas con un  ligero asentamiento de cabeza?

Ayer cuando estaba en uno y me estaba planteando estás preguntas; mientras miraba a mi alrededor vi mucha vieja buena y me sentí mal,  ¿Está bien ponerse a mirar viejas en una funeraría, mientras otros andan sumidos en un duelo profundo?   igual ni modo, uno no pierde su condición de hombre y  muchas mujeres estaban vestidas como para un coctel, una fiesta de gala o rumba en un bar exclusivo de la ciudad.

Otra cosa que también me aterra es cuando en el lugar donde está el ataud comienzan a repetir la oración "Dale señor el descanso eterno y brille para el(lla) la luz perpetua" digna de película de terror.  Opino que si las personas quieren rezar, lo mejor sería que lo hicieran mentalmente y no hacer del acto una actividad en conjunto y voz alta.

Pensé entonces que cuando yo muera no quiero que me hagan un funeral y si inevitablemente necesitan hacerlo, me gustaría  que las personas fueran vestidas de blanco, con guayabera de ser posible.

ENTIERRO

Hoy fue la misa previa al entierro.  Todo comienza nuevamente con esas altas dósis de acto protocolario con la llegada del carro mortuorio, donde las personas se arremolinan junto al mismo y esperan a que abran el baul para sacar el ataud.  Yo se que es costumbre y todo, pero esa cargada del ataud, esos pasos hasta llevarlo hasta justo enfrente del púlpito del cura,  deben, imagino yo, afectarlo a uno psicológicamente por el resto de la vida; uno no debería involucrarse con esa actividad.

Me ubiqué justo enfrente del grupo de músicos compuesto por dos violines, un violoncello y un teclado; todos muy profesionales con un atril donde reposaban sus partituras.  Aunque no tengo ni idea de como leer notas me gusta mucho como se ven escritas.  Los dos violines los tocaban dos personas mayores, mientras que el violoncello un hombre joven.  Pensé que posiblemente él es el bajista de un grupo de Death Metal, y se gana la vida tocando decentemente su instrumento en misas católicas, pues de algo se debe vivir.

A lo largo de la misa, le puse atención al cura y la verdad es que utilizan un lenguaje poco claro que tiende hacia la metáfora, y más que eso hacía a la confusión. Estás son unas de las frases que utilizó y que la verdad no me parecen para nada claras:

"El hermano/a tal (haciéndo referencia a la persona que murio) libre ya de la muerte...no está muerto ha pasado de una vida natural a una sobrenatural."

"El miedo a la muerte no nos deja ser bondadosos y felices"

Y esta última ya cerrando la misa, la consideré como  la más incierta y enigmática de todas:

"Ya conocemos la meta, y vamos demarcando el camino con nuestro testimonio"

 ¿Cual era el mensaje o enseñanza que quería dar?  Prefiero mil veces que me expliquen las cosas con plastilina en vez de enmarcarlas en un halo de misterio.  En cuanto a la última  ¿la meta es la muerte, que resulta ser el único evento completamente seguro de nuestra existencia? si eso era lo que quería decir, lo siento pero me parece un sermón completamente chimbo, negativo y fuera de lugar.  Parece que los curas no tuvieran ni la más mínima idea del poder de las palabras, en fin...

Es muy complicado romper con siglos de tradición, pero la verdad no comparto todo ese bombo que le damos a la muerte, con el fin, imagino yo, de querer comprender ese incidente del cual no tenemos ni la más mínima idea, desde el momento en que nuestro corazón deja de latir. 

Parece que cuando eso ocurre, cuando en medio de nuestra magnificiencia no entendemos algo, hacemos cualquier cosa para cambiar tal situación y creamos todo tipo de rituales que a la larga nos dejan igual de perdidos y con una carga emocional innecesaria.

domingo, 1 de junio de 2014

Mañanero

Son las 5:02 a.m del 01 de junio de 2014.  Prácticamente se podría ya salir a la calle y decirle "Feliz Año" a cuanto conocido que se nos cruce por delante.  No suelo madrugar los Domingos, pero ayer, a eso de las 8:00, llegué muy cansado a la casa, y me tumbé en la cama sin quitarme la ropa.  En otras palabras no me puse la pijama o piyama; igual es una prenda que ya no utilizo, pues siempre duermo en boxers, y palabra que leo más a gusto escrita de la segunda forma.

Después de un tiempo de estar despierto vino a mi cabeza la palabra mañanero, por aquella expresión de "polvo mañanero".  Descargué mi brazo izquierdo sobre la cama y no reposó sobre ningún bulto de mujer (no se ofendan, gracias), así que el recuerdo de la expresión solo quedó en eso.

Cuando uno se levanta así sin haber programado despertador, sin tener que viajar o salir temprano de la casa; en últimas cuando el día se perfila para perfeccionar aquel fino arte de hacer "nada", hay un momento en que uno se siente, por lo menos yo, como un ser extraño que no encaja en el mundo, o que no sabe a ciencia cierta que es lo que desea.  

Prendí el televisor, vi el final de un programa de bromas de Halloween, cerré los ojos un rato o "hice pereza" expresión extraña esta, pues me hace pensar que en algún lugar del mundo venden dósis de pereza o pereza en lata.  Finalmente sentí sed , digamos, algo concreto.  Me fui a la cocina a servirme un vaso de jugo de naranja con 2 hielos, que es para mí la cantidad adecuada de hielos para enfriar una bebida.  

Siempre que abro la nevera de mí casa, me siento como en un concurso de pruebas, pues esta es muy pequeña y a veces para encontrar lo que uno está buscando se debe jugar una especie de tetris con moldes, ollas, botellas, etc. Cuando interactúo con la misma, siempre me imagino una serie de cámaras que me enfocan, mientras un presentador va narrando lo que ocurre "Se le cae un molde al piso. Ahora veamos que hace con ese huevo, el concursante  parece no encontrar una ubicación para el mismo, el tiempo se le está agotando..."

Después de servirme el jugo, me entraron las ganas de escribir. Casi siempre escribo de noche en mí blog, pero tengo una columna que está taladrando mi mente y a la cual pienso dedicarle tiempo más tarde; así que ahora voy a editar este escrito y esperaré, después de este post mañanero, a que sienta más deseos de hacer algo en concreto.

viernes, 30 de mayo de 2014

Discapacitados

Uno es muy llorón.  La mayoría de nosotros nos la pasamos renegando por esto o por aquello. Nunca estamos contentos con nada, siempre bajo la premisa de que la vida debe premiarnos ¿realmente hemos hecho meritos para demandarle algo a la misma con semejante insolencia?

Llevamos a cuestas altas dosis de ingratitud, y nuestro estado de mártires primero, elimina la gratitud y segundo nos amarga la existencia, no dejándonos  disfrutar de las minucias de la vida.  Vamos por ahí, dándonos tintes de discapacitados, aunque satisfacemos, sin problema alguno, todos los niveles que plánteó Maslow con su pirámide. 

Es entonces cuando la palara discapacitados para personas sordas, ciegas, mudas, etc. pierde sentido  ¿Discapacitados contra quien o en relación a que?  ¿Si nosotros contamos con todos los sentidos y muchas veces no somos capaces de realizar algo, no se nos podría tildar igualmente como discapacitados?

No me imagino como a uno se le podría derrumbar el mundo si perdiera un sentido como el habla, el oído o la vista; sin embargo, hay personas como los sordociegos que llevan una vida completamente normal y no van quejándose por ahí de su existencia y lo "desgraciada" que se podría considerar la misma.

Una vez fui a un evento en la Biblioteca Luis Angel Arango, que consiste en (imagino que todavía lo realizan) leerle a un grupo de ciegos.  Ese día se estaban leyendo un conjunto de leyendas y a muchos de los ciegos, cuando les mencionaban un puma, por ejemplo, no sabían como era, así que a través de una figura en barro y por medio del tacto y la narración se podían hacer una  idea mental de las características físicas del animal. 

A mí, por ejemplo, me aterra pensar perder la visión, pues significaría entre otras muchas cosas, no volver a leer.  El hecho de no poder leer, para mí, sería  una especie de muerte en vida. Así lo concibe uno en su pequeño cerebro, mente e imaginación.Los sordociegos, en cambio, no se quedan en ese lamento eterno, y en medio de su desventaja le sacan partido a la vida, en gran parte solo mediante el tacto y un método de comunicación que se llama dactilológico.

A la larga creo que todos somos iguales, y en el orden de ideas expuesto, también discapacitados.