miércoles, 27 de mayo de 2015

Preocupación

Esta semana me siento lento. Otra vez el síndrome de la pantalla en blanco me ataca sin piedad.  Me preocupa de un día para otro quedarme sin ideas, como si el cerebro por algún tipo de pandemia se me secara y se convirtiera en un terreno infértil.  Supongamos que este virus ataca a la mayor parte de la población mundial, y alguna compañía multinacional desalmada, valga la redundancia, viera una oportunidad de negocio para empezar a enlatar y vender  ideas, no me pregunté de donde las sacaría; eso sería lo de menos al momento de montar semejante negocio tan lucrativo.   Tal vez entablaría una persecución contra esa minoría que todavía tiene la capacidad de producir ideas, y esos individuos serían la materia prima.

En los supermercados, tiendas y demás, se encontrarían secciones como: Ideas para entablar una conversación casual, ideas para enamorar a una mujer/hombre, ideas para escribir, ideas de negocio, ideas bobas, etc.  A la larga para allá vamos, queremos ponerle un  precio a todo.

El problema con este mercado de las ideas, serían los mercados negros de ideas, los cuales abundarían, porque creo que por cada idea buena, noble, cariñosa que tengamos, tenemos  también otras 10 retorcidas y dañadas, que tal vez se irán con nosotros a la tumba.  En esos mercados negros se intercambiarían y venderían cualquier tipo de ideas sucias, de esas que solo tienen como fin hacerle daño a otros, bien sea de forma física o moral.  Algunos pensarán entonces que no hay motivos para preocuparse, pues a la larga son solo ideas, y como alguien bien lo dijo "Las ideas son nada, el hacer  lo es todo".

Resulta, estimado lector, que el problema en ese mundo de venta de ideas es que una vez se adquiera una, esta correrá en nuestro cerebro a manera de programa y al final terminaremos ejecutándola. 

Dígame usted si quedarse sin ideas  no es un motivo para preocuparse.




martes, 26 de mayo de 2015

Sin título

Hoy durante el día no me topé con ningún tema para escribir; o de pronto si, pero no les preste la debida importancia y los dejé pasar.  Acabo de ver un programa de Master Cheff, en donde a 3 concursantes les hicieron una prueba de eliminación en la cual debían preparar un arroz frito y cerdo con una salsa agridulce, pensé entonces que el título de este post iba a ser ese: Agridulce.

El  post con el título "Agridulce" entró a ingresar las filas de las cosas no dichas en el planeta, pues pensé en tratar el concepto  más allá de la comida, y quería escribir acerca de cómo cualquier asunto en nuestras vidas podría considerarse agridulce, porque nunca va a ser del todo dulce o salado.  Esa era la idea pero, después de un rato me pareció un lugar común y  decidí desecharla.

En ese momento me pregunté " ¿Y ahora sobre que escribo?" Acudí entonces a los 14 (son 13 ahora) posts que tengo en borrador.  Algunos fueron ideas que empecé a escribir en este espacio y se crecieron y decidí elaborarlas más y publicarlas en otro lado, otras se quedaron ahí y tal vez nunca van a dejar el estatus de borrador.

Está en particular me llamo la atención, ya que mientras las otras tenían títulos como: chochera, Ben Hur, 9 minutos, ruído,  oxímoron; a está no le había puesto ninguno, y tenía como título "Sin título", que da el sistema por defecto. 

Le di clic,  con intriga por saber que era eso que tal vez había escrito y que no me preocupé en ponerle título, y me encontré con una pantalla en blanco. En este orden de ideas, estimado lector, usted puede hacer dos cosas: aceptar ese título para esta entrada, que también podría decirse que es un no título, o ponerle el que usted desee.

lunes, 25 de mayo de 2015

Oferta Laboral

Nunca he estado de acuerdo con la redacción de las  ofertas laborales, que más que ser una invitación para interesar a las personas  a trabajar en una empresa, parecen una amenaza.  Una frase que se utiliza mucho es esa de "dispuesto a trabajar bajo presión".  Cuando leo eso me imagino a alguien sentado en un escritorio mientras otro le apunta con una pistola; eso si sería trabajar bajo presión.

Hace poco me llegó una invitación a un grupo de Facebook que, creo yo tiene, entre uno de sus fines principales el Networking.  La verdad  parece que me equivoqué al aceptarla, pues  como suele ocurrir, el ego suele dominar nuestras conductas, y el grupo ha servido para restregarle en la cara a los demás lo que cada uno hace,  en vez de interactuar sinceramente con el resto de integrantes. También algunos lo utilizan para publicar ofertas laborales.

Hoy una mujer público una que me llamo la atención porque me parece que no tiene sentido. Ella dice que en la empresa donde trabaja, están buscando un Psicólogo para un cargo de Selección, desarrollo y bienestar, con experiencia en el cargo de 1 a 2 años y mínimo 6 meses de experiencia en empresas de construcción o ingeniería

Algo que , es la primera vez que lo veo en una oferta laboral, también menciona es que los candidatos deben tener una estabilidad laboral de mínimo 8 meses en empleos anteriores; uno de los grandes paradigmas del "profesional exitoso", el cual supone que una persona es buena en algo, sólo por el simple hecho de permanecer un determinado periodo de tiempo en una empresa.

Lo que no acabo de entender es  porque dicen que necesitan que la persona haya durado más de 8 meses en cargos anteriores, y exigen como mínimo 6 meses de experiencia en empresas de construcción o Ingeniería.  No  ¿deberían exigir también mínimo 8 meses de experiencia en ese tipo de empresas?

Al final nuevamente cierran con una frase que no invita sino que más bien parece un regaño "Enviar hoja de vida a XXXXX@gmail.com  sólo si cumplen el 100% del perfil".  Pero ¿Qué más se puede esperar de una oferta laboral que sólo exige un montón de capacidades concretas?  Un buen reto sería hacerlas agradables y menos impersonales

sábado, 23 de mayo de 2015

Yo, la sinastría, los astros y las constelaciones

Me escribe, o más bien me llega un mensaje, que quien sabe a qué cantidad de personas le fue enviado, que en vez de presentar  un tono informativo, parece que fuera de un amigo de infancia.

En esta ocasión Luis Aya, quien dice ser un representante del Centro de Consultoría Astrológica (Me  imagino a Luis con una armadura de caballero del zodiaco) me cuenta que desea enviarme mi carta Astral con aproximadamente 30 páginas de información relacionada con: mi personalidad, gustos, aficiones y tendencias. Además también me va a enviar mi carta de sinastría, que no sé que es, pero no importa, pues de esta me va a enviar 20 páginas de información relacionada con la compatibilidad que tengo con mi pareja, amigos y/o familiares. Como si no fueran suficientes las 50 páginas que Luis quiere que lea, también me va a enviar 8 páginas adicionales relacionadas con mi inclinación vocacional.

Luis cierra su párrafo y ofrenda diciendo que son casi 60 páginas, totalmente gratis, con información relevante sobre mí, como si alguien, un astrólogo supongo, me hubiera stalkeado y acto seguido, de acuerdo a las fuerzas místicas del cosmos y cosas que los simples mortales no entendemos, se puso en la tarea de recolectar esa información o si soy más afortunado, de escribirla para mí. 

Según lo que entiendo, es como si a estas alturas del partido, resulta imprescindible que yo opte por una consultoría astrológica, pues no doy pie con bola en lo que se refiere a definirme como persona. 

No entiendo por qué buscamos soluciones en la "posición y movimiento de los astros", y por medio de estos pretendemos "predecir el destino de los hombres y pronosticar los sucesos terrestres." (Este par de líneas surgieron gracias a la definición de astrología de los eruditos de la RAE). 

Cómo siempre, nos ciega el afán de tener todo controlado, y ¿Para qué? ¿Qué sentido de aventura e incertidumbre le dejamos a la vida si sabemos que va a ocurrir en un futuro cercano o lejano? Qué aburrición tan gigante intentar vivir de esa manera.

También creo que, en gran parte, todo ese tema de la astrología, casas que entran, salen, ascendentes y no sé que más cosas, es una forma que tenemos de lavarnos las manos de los actos que cometemos. Las cosas si pasan por algo como dice Millás, a quién le creo mil veces más que a los astros y constelaciones, por algo que uno hizo o dejó de hacer".

jueves, 21 de mayo de 2015

Ser Humano

En la pasada feria del libro, en el pabellón de Macondo, no solo habían libros de Gabriel García Márquez.  En una de las mesas encontré unos libritos de Mafalda y me puse a hojearlos, mientras esperaba a  que llegaran unos amigos.

Pude ratificar que Quino era un gran pensador y dibujante; digo era porque ya la vejez, esa etapa lenta y triste de la vida, ya  no le permite dibujar y  su cabeza tal vez crezcan   ideas extrañas y en contravía.  Una de las tiras cómicas que más me llamo la atención, fue una donde Miguelito estaba molesto por algo y Mafalda le preguntaba que que le pasaba.  El comenzaba a despotricar del estado actual de los seres humanos y se preguntaba, si lo recuerdo bien, algo como: " ¿Que necesita un pájaro para ser un pájaro? ser pájaro  ¿Qué necesita un gato para ser un gato? Ser gato  ¿Qué necesita una vaca para ser una vaca? Ser vaca  ¿Qué necesita un humano para ser humano? Ser: Ingeniero, Abogado, Periodista, arquitecto, médico, etc.

Sonreí al leer esto, y leí otro par de tiras cómicas hasta que llegaron las personas que estaba esperando.   ¿Por qué estaban esos libros ahí? ni idea, démosle la oportunidad a la casualidad y todas esas cosas místicas que afirman que todo en nuestra vida se presenta en el lugar y momento adecuado.

El punto es que lo que leí, me puso a pensar nuevamente en, la identidad, un tema que constántemente me raya la cabeza.  Me aterra pensar que uno no pueda ser catalogado como persona, si no fue a la universidad o no tiene trabajo.

Cómo muchas veces ocurre, Millás, mi escritor favorito, acude en mí ayuda:

“Pero no se puede ser adulto, ni gozar de una verdadera identidad,
sin ocupar un sitio en la sociedad: sin tener un trabajo, en fin.”
– Juan José Millás – 


"Entonces caí en la cuenta. Este señor -me dije- no es ingeniero, sino que
 está ingeniero, aunque no se ha dado cuenta, pobre. Hoy estás ingeniero 
y mañana estás administrativo o limpiacristales. Por eso mismo al contrario de Dios,
somos lo que no somos. El señor al que me estoy refiriendo no era ingeniero, 
estaba ingeniero, a ver si nos vamos aclarando. Lo que se dice ser no somos nadie."
- Juan José Millás -

Todo se trata entonces, de la forma en que contemos y creamos en nuestra historia:

"The stories we choose literally make our world. Our identities, our beliefs,

 and our values all live and breathe in the matrix of stories."
- Michael Margolis -

Creo que en el momento en que dejemos de fijarnos tanto en nuestro estatus y en ese extraño imaginario colectivo de condición social, las cosas van a mejorar, de lo contrario y como raza, continuaremos yendo en picada a una velocidad vertiginosa. 

miércoles, 20 de mayo de 2015

Comedera de mierda

Cuentan algunas personas, que entre más llamativos y/o sugestivos los títulos de un texto en la web, más posibilidades tendrán de que las personas le  den clic para mirar de qué se trata.  No sé si el de este post se pueda considerar llamativo; tal vez la palabra mierda intrigará a algunos a mirar sobre que es.

El Viernes pasado mientras celebraba mi ritual de leer y tomar capuchino, un amigo del Colegio a quien no veía hace bastante, llegó al lugar. me saludo efusivamente y hablamos un poco, ya que su esposa lo estaba esperando.

Después de adelantar, cada uno y  a manera de resumen, nuestras vidas, le pregunté que tal iba su trabajo.  Gran parte de su carrera laboral la ha dedicado a las finanzas y a trabajar en comisionistas de bolsa.

Me dijo que bien, y mientras hablaba sacó de su bolsillo su tarjeta de presentación y me le paso.  Efectivamente le ha ido bien, pues es Gerente de algo,  ya no recuerdo el apellido de su cargo.  Precisamente en ese instante le entró una llamada, al parecer de algún subordinado, dio un par de ordenes y colgó para continuar charlando conmigo.

Me dijo: "Todo está en orden, pero a veces me cansa la comedera de mierda".  Después de eso cambiamos de tema para hablar sobre algo menos serio, de esos temas que suelen tratarse con los amigos de Colegio.

El punto, creo yo, es que hay dos formas de contrarrestar la comedera de mierda en un trabajo.  La primera, al parecer la de mi amigo, es aceptar la situación y no enredarse la cabeza pensando que la vida es injusta y que el trabajo nos hace miserables.  

La segunda, es buscar un cambio, y tratar de masticar algo diferente a lo que actualmente estamos comiendo.

Ninguna de las dos está bien o mal y el seleccionar alguna, va ligada a muchas variables relacionadas con dinero, tiempo, familia, etc.  Lo único malo es que muchas veces nos acostumbramos a esa comedera de mierda y ni la cuestionamos.

martes, 19 de mayo de 2015

Significado

Hace ya bastante una mujer me hizo un favor.  En ese entonces le propuse invitarla a un café para darle las gracias; incluso, en el intercambio de mensajes que tuvimos, ella me sugirió un sitio el cual le gusta mucho, con lo que supuse que había aceptado mi invitación.  Le dije que me parecía perfecto, pues ando en una búsqueda continua del mejor capuchino de la ciudad.

Después de unas dos semanas, le volví a escribir, recordándole la invitación, pero nunca me volvió a responder.  ¿Qué significa para las mujeres una invitación a tomarse un café? La verdad, mi única intención era agradecerle y charlar un rato, nada más.   ¿Sería posible que esta mujer pensó que mis intenciones eran otras?

La verdad tomar café y hablar sobre cualquier cosa es uno de mis planes preferidos, así que si invito a alguien a hacerlo, seguramente no solo será por ver a la otra persona, sino porque es algo que me hace sentir bien y me gusta, es decir, mera satisfacción personal.

Creo que uno de los grandes problemas que todos tenemos hoy en día es echarle demasiada tiza a cualquier asunto de nuestras vidas, por más sencillo que sea, y a partir de ahí darle un  un significado distinto.

Lo mejor sería que todo, importante o no, nos resbalara.  Finalmente no conocí el lugar que  esta mujer me recomendó, donde posiblemente hacen el mejor capuchino de la ciudad.