Hoy comí Sushi en la plazoleta de un centro comercial y al lado se sentaron unas personas a comer hamburguesa. Yo ya estaba terminando de comer y me antoje, no de la hamburguesa sino de las papas fritas, las cuales no habían tocado y se veían totalmente suculentas.
En ese momento pensé, que pasaría si yo paso por el lado, los abordo mirándolos directamente a los ojos, mientras voy extendiendo la mano hacia la caja con papitas y les pregunto "¿Solo una?", para luego tomar robarme una mísera papita. Creo que dicha conducta fácilmente me haría merecedor a una levantada de grandes proporciones, pues considero que uno de nuestros más grandes tesoros efímeros son las papas a la francesa, cuando vienen en combo. A mí siempre me fastidia cuando alguien que no pide papas o que todavía no le ha salido el pedido suelta la pregunta" ¿te puedo robar una papita? y uno de puro hipócrita y por no dejar ver bien sea el hambre o la rabia responde "Si claro" e incluso a veces uno resulta siendo más estúpido y cuando ya han cogido una o más papas, tiene la brillante idea de complementar la situación preguntando "¿No quieres más?". Este es un típico ejemplo de que muchas de nuestras acciones simplemente las llevamos a cabo por no desentonar en ese supuesto "orden" de las cosas. Cada día me pregunto, ¿donde carajos venden el manual de comportamiento y/o deber ser de la vida?.
Estimado lector, si algún día alguien trata de robarle una papita, tal vez sea yo, así que no vaya a armar un drama por dicho evento, pero tampoco vaya ser tan bobo se ofrecerme la segunda.