Recuerdo que así se llamaba un programa de radio. El formato consistía en recibir llamabas a altas horas de la noche, de personas que quisieran hablar sobre lo que fuera. A veces lo escuchaba; me parecía que la locutora era muy profesional y sabía como tratar con cualquier conversación, por más complicado que fuera el tema. A la larga las personas no hablaban solo por hablar, sino que de verdad querían compartir algo que consideraban importante en sus vidas.
Hoy, en un café, un hombre entró y se encontró en la fila con una mujer, después del saludo para dar inicio a la conversación, él le pregunto a ella ¿Qué más de cosas? ¿A que carajos hace referencia esa pregunta? ¿Qué tipo de cosas? Claramente evidencia que no hay interés alguno de hablar con la otra persona y se plantea la pregunta como por salir de paso; el problema es que a la persona a quien se la hacen contesta cualquier vaina para así dar inicio el festival de hablar por hablar.
La pregunta es diferente al bien conocido y trillado ¿qué más? pues este no encierra aires de seriedad y/o grandeza, como lo hace la otra pregunta, además ¿qué es una cosa? ¿un sustantivo? ¿una emoción?, no hay nada tan ambiguo como la palabra "cosa" y preguntarle a otra persona sobre las suyas, es como decirle "cuénteme cualquier cosa, valga la redundancia, desde algo supremamente importante en su vida o la pendejada más irrelevante de todas.
Tal vez por eso todo anda patas arriba, porque nos negamos a establecer un contacto realmente humano con los demás y sólo queremos conocer de afán sus "cosas", en una fila de banco, de un café o un supermercado.