Hoy leí un ensayo de Malcom Gladwell llamado "Maduración tardía", que habla sobre la tendencia que tenemos de creer que los los genios y sus grandes obras , de cualquier tipo, están ligadas a la precocidad. Gladwell expone casos de personas que prueban lo contrario, de ahí el título de su ensayo, como el escritor Ben Fountain, que dejó su carrera como abogado para dedicarse de lleno a la escritura y encontró el "éxito" que buscaba después de 18 años de embarcarse en su nueva profesión.
En una de las intersecciones del ensayo, a medida que toca ideas que al parecer no tienen nada que ver con las que ha mencionado previamente, Gladwell habla sobre Jonathan Safran Fouer, el escritor de la novela "Todo está iluminado", quien a los 19 años, luego de una visita a un pueblo ucraniano escribe 300 páginas que vendrían a ser el esbozo de esa obra.
Anoté el nombre de la novela porque me llamo la atención y más tarde, en una reunión, me puse a hablar con un amigo. Mientras tocábamos un tema y otro sin mucho orden, por alguna razón me contó que su escritor favorito es Paul Auster y que su libro favorito es la trilogía de Nueva York.
Después de eso nuestra conversación se volcó hacia otros temas hasta que me mencionó la novela de Fouer, lo que me pareció una extraña coincidencia. A veces los libros nos llaman.