miércoles, 31 de agosto de 2016

Delirar para vivir

Siempre he creído que los lugares, épocas, situaciones oscuras, son terreno fértil para la creación, independiente del campo en el que se trabaje.

El escritor Juan Manuel Silva contaba que gran parte de su novela "Besos, mordiscos", la escribió en un periodo el que estuvo enfermo.  Varios días en los que tuvo una fiebre muy alta, le sirvieron para escribir y planear su novela.

Tal vez, el mejor ejemplo lo ha dado Kafka, que no dormía, y el privarse de sueño le servía para hacer conexiones forzadas.  Alguna vez dijo que para poder escribir, lo importante era apartarse, recluirse en algún lugar: 

"Escribir, en este sentido, es como un sueño mayor que la muerte"
- Franz Kafka -

Todos queremos estar bien, pero a veces sobrevaloramos esos estados plenos y felices, y tratamos de esconder las angustias y todo lo que nos hace sentir mal.  Cada quien es libre de mostrarse al mundo como se le de la gana.  Con toda la vulnerabilidad posible o una fachada completamente falsa.  

Lo que creo necesario es que no deberíamos dejar de lado aquellas ocasiones en las que una nube negra nos acompaña.  Delirar es morir un poco y un estado que todos deberíamos experimentar alguna vez. 

martes, 30 de agosto de 2016

Cul-de-sac

Sueño. Pocas veces lo hago o más bien pocas son las veces que recuerdo qué soñé.  En el sueño el día está a punto de convertirse en noche.  Estoy con alguien y queremos tomar un taxi, miro la placa de una casa, la dirección es: “Carrera 1 Este: cierre.”  Meto la mano al bolsillo para sacar el celular y en ese momento suena la alarma del despertador.  

Casi siempre eso es lo que recuerdo de mis sueños, pequeños fragmentos o escenas inconclusas que siempre quedan en suspenso.  ¿Con quién estaba?  ¿Qué hacía en ese lugar?  ¿Existe esa dirección? Mientras me hago estas y otras preguntas oprimo, de manera torpe, un botón del radio-despertador para que la chicharra deje de soñar sonar.

Lo que más me impacto de ese fragmento de sueño, que bien podría ser el inicio, nudo o desenlace de un cuento, fue la palabra cierre que acompañaba la dirección en la placa.  Inmediatamente trajo a mí cabeza el término: Cul-de-sac; esa expresión de origen francés que de forma literal traduce Culo de botella, y que una de sus traducciones al español podría ser callejón sin salida o, de forma aún más escueta, vía cerrada.

Fonéticamente, Cul-de-sac, me parece una palabra hermosa. Creo que se podrían escribir libros, sagas o tratados enteros a partir de esa expresión.  Si algún día me llego a encontrar una novela con ese título, la compraré a la ciega. Pero más allá de eso, lo realmente increíble son las miles de metáforas que encierra.

La más obvia salta a la vista y es lo que hacemos al ingresar a un laberinto¿Qué hacer ante un callejón sin salida? Dar reversa y buscar otro camino.  Si es algo tan obvio, no sé por qué no lo aplicamos más a diario.    

 Una amiga vivió en Bosque Izquierdo, y la entrada de su casa daba al Cul-de-sac más acogedor que he visto en toda mi vida.  Esa es tal vez otra de las tantas paradojas de los cul-de-sacs, que en medio de lo determinantes que son, nunca logramos admirar toda su belleza.  

lunes, 29 de agosto de 2016

Dolor de cabeza

A  Pedro Brzozowski el dolor de cabeza le llegó sin previo aviso, como lo hacen los más letales.  De repente un martilleo, que en ocasiones se acentuaba para dar paso a una falsa calma, comenzó en su lóbulo parietal izquierdo. 

Apenas el dolor se asomó,  se tomó una pastilla.  Era roja, similar a la que tomaba el personaje de Neo en la película The Matrix, aunque  Brzozowski  no quería tomarla para comenzar una revolución o ser parte del cambio, solo quería que el maldito dolor se esfumara por completo.

Brzozowski, sentía que su cabeza estaba igual de enredada que su apellido. pensó que la causa del dolor tal vez era esa; nadie, incluso él, sabía como pronunciarlo correctamente.  ¿Por qué no  tener un apellido común?  ¿Un Pérez, Rodríguez, etc.?

Se acordó que una vez leyó un artículo que hablaba de personas que enloquecían por fuertes dolores de cabeza y que veían el suicidio como única salida.  Comenzó a respirar despacio, tal vez solo eso era lo que necesitaba; entrar en una especie de trance y/o meditación.

Mientras respiraba y botaba el aire lentamente, fue por una banda elástica para dolores de cabeza.  La banda tenía velcro en los extremos y se podía poner en la cabeza como las cintas que utilizan los karatekas.  El estuche decia: "Cuenta con 7 imanes de más de más de 3500 Gauss (Que diablos es eso?) colocados en puntos de acupuntura". Brzozowski cree que la banda funciona más por sugestión que cualquier otra cosa, pero 3500, de lo que sea, es una cifra alta por eso la sacó del estuche y le confió el dolor de cabeza a los Gauss y los imanes. 

En el baño, mientras se mira en el espejo, Piensa lo ridículo que se ve y que haría Bruce Lee en estos momentos.

Finalmente se tumba en un asiento y trata de pensar en nada y en todo a la vez, tal vez el dolor se debía a alguno de esos estados: una mente completamente saturada por las angustias del día a día o una a la que le hacían faltas temas para no darle cabida a estúpidos dolores.

Mientras ocurre una explosión de pensamientos en su cabeza, el dolor, de la misma forma en que llegó, sin previo aviso, desaparece. No sabe si darle gracias a la pastilla roja, la banda elastica para karatecas con dolor de cabeza, a Gauss o los Gauss; o a su abundancia /ausencia de pensamientos.

sábado, 27 de agosto de 2016

Segunda Persona

Después de salir de la ducha entró al cuarto y con la toalla aún en su cintura, agarró su libreta y esfero.  Se tumbó en la cama a escribir  la idea que se le había ocurrido mientras el chorro de agua le golpeaba la cabeza. Sabía que tenía que anotarla en algún lado o la olvidaría por completo.

Era un fanático de la primera y tercera persona; más que fanático, siempre era la voz narrativa que aparecía en sus escritos, "Son las más "fáciles", sobretodo la segunda" se dijo a sí mismo.  

Pensaba escribir solo una idea, algo que le recordara bien lo que había pensado, para  luego escribir el texto en la tarde, pero cuando comenzó a anotarla en la libreta,  la idea en forma de frase, se transformo en párrafos enteros.  Pensó que lo de la musa si era cierto y que la suya le estaba dictando esas palabras.

Después de escribir el primero, cayó en cuenta que lo había escrito en segunda persona, un punto de vista que siempre le costaba trabajo y que nunca le fluía de forma natural.  Siempre le había molestado lo difusas que eran las  fronteras entre  narrador, narratario,  personaje y lector.

Escribió las 498 palabras a mano y se sintió bien.  Luego lo paso al computador y lo leyó y releyó toda la tarde.  Hoy en día a veces vuelve sobre ese escrito y aún piensa que es una de las mejores piezas que ha escrito. 

jueves, 25 de agosto de 2016

Un año

Hoy vi una página que hablaba sobre cómo escribir una novela en un año, y el subtitulo era: Semana 34 - Limpieza de primavera -.  A quién se haya embarcado en semejante tarea, sólo le quedan 18 semanas, tiempo en el cual debe terminar de escribir, eliminar fragmentos o capítulos enteros que no le aportan nada a la historia y analizar el desarrollo de los personajes, entre otras cosas.  La verdad es poco tiempo.

No entiendo cuál es el afán de escribir una novela en un año.  Tal vez un ejercicio tan metódico, con tareas tan detalladas para cada semana, le sirve para aquellas personas que tienen en mente eso de escribir un libro antes de morirse o sembrar un árbol, pero creo que a los novelistas, aquellos que en verdad dedican su vida a escribir les trae sin cuidado el tiempo que se demoren escribiendo una obra.

Hoy comencé a leer una conversación en la Catedral de Vargas Llosa, y en el prólogo cuenta que la comenzó a escribir en Paris mientras se ganaba la vida como periodista, luego la continuó en Lima, Washington, Londres, y finalmente la terminó en Puerto Rico en 1969, luego de rehacerla varias veces.  Estoy seguro que durouro más de un año escribiéndola.

Tolkien, si mi memoria no me engaña, tardo 14 años en escribir la trilogía del Señor de los Anillos, y varias veces reescribió capítulos completos al darse cuenta que las fases de la luna , entre uno y otro, no coincidían.  

En el lanzamiento de la Forma de las Ruinas, de Juan Gabriel Vásquez, le pregunte al escritor cuanto tiempo había demorado en escribir esa novela y me confesó que fueron 3 años de solo escritura, eso si contar el tiempo de investigación.

Nunca he escrito una novela, pero debe ser una tarea que deja completamente comprometido al autor; un  desgaste físico pero sobre todo emocional.  Un trabajo que se debe tomar con cuidado, en el que habrá días que no fluye ni una sola palabra.  

Así y todo, en estos tiempos de productividad y eficiencia algunos quieren hacerlo en tan solo  un  año.

miércoles, 24 de agosto de 2016

Momentos eternos

A veces parece que la vida se empeña de llenarnos de "putadas", una palabra que utilizan los españoles: 

Putada: "Acción muy fastidiosa o 
malintencionada para perjudicar a alguien". 

Eso no es un  secreto y creo que lo importante para no llenarse de angustia es aceptar el porcentaje de putadas que dios, el destino, la vida, el universo, etc. decidieron asignarnos.

Lo bueno es que entre putada y putada hay ciertos momento de gloria, aquellos en los que nos sentimos invencibles.

No tengo idea alguna de como ese o si existe la eternidad, pero siempre me la he imaginado como una situación bien aburridora, como sentarse indefinidamente en la sala de espera de un consultorio, con melodía estéreo como música de fondo.

Siempre que en mi vida se cuela un momento de gloria, que resultan ser muchos sino que nos gusta ser mártires, imagino a la eternidad de esa manera.  En enero de este año estuve en Cartagena y un día que hacia mucho calor, mientras caminaba con unos amigos por la ciudad vieja, la sombra de unos edificios nos cubrió y una brisa fuerte se estrello contra nosotros. En ese momento imaginé a la eternidad de esa manera; nada ni nadie  faltaba en ese momento.

El otro día compre un capuchino y el primer sorbo me supo a gloria.  Inmediatamente imaginé la eternidad como ese instante de satisfacción plena.  

Lo invito, querido lector,  a que evalué cada uno de los momentos placenteros que salpican su día a día y los disfrute como si fueran la eternidad.
  
On a good day, it's not every day,
We can part the sea
And on a bad day, it's not every day,
Glory beyond our reach

martes, 23 de agosto de 2016

Solos

"Se  demora un ratico"
"¿Cuánto?" le pregunto a la cajera
"por ahí unos 8 minutos."


Esa fue la conversación que sostuve en una panadería y Sepa usted, estimado lector, que 8 minutos  es el tiempo que se demora en hornear un pan baguette.

Comer un pan recién horneado es uno de los múltiples placeres sencillos que ofrece la vida, así que lo pido, pago y me siento a esperar en una de las mesas del establecimiento.  El lugar está lleno, pues es hora de almuerzo.  

A mi izquierda dos hombres, ambos solos y con camisa blanca, almuerzan. Comen de forma apresurada. El que está ubicado más lejos mastica una pizza sin quitar la mirada de una pantalla que transmite un programa de fútbol.  El otro come un sandwich, al parecer de Roastbeef, con un paquete de papas y una botella de agua.  Imagino a un grupo de militantes de la "Comida sana" encima de estos hombres, explicándoles lo mal que se están alimentando.  De seguro no les prestarían atención, pues están muy ocupados mirando el televisor o sus teléfonos celulares, pues esa parece ser la clave de la vida moderna, estar "acompañados" como sea.

El de la pizza termina, y abandona el lugar muy rápido.  El otro hace ruido mientras escarba su paquete de papas.  Me mira, le sostengo la mirada un par de segundos y después  la ubico sobre un punto fijo en el techo para hacerme el loco. El hombre se cansa de mirarme y nuevamente deposita toda su atención en el televisor y en los mordiscos que le da al sandwich, que alterna con sorbos de agua y llevando, de vez en cuando, papas fritas a su boca.

En ese momento suena everybody hurts.  Me siento en la escena de una película.  Atrás un hombre y una mujer hablan acerca de relaciones sentimentales, él le dice a ella:  "Los hombres no le tienen ganas a todas las mujeres que conocen...por ahí al 90%".  Ella le pregunta sobre una mujer con la que él quiere tener algo, y lo molesta porque se pone rojo.  Comparten camaradería y ríen, pero ambos miden sus respuestas y comentarios; coquetean  sutilmente.


"Everybody hurts
Take comfort in your friends"

Tengo ganas de decirle algo al hombre del sandwich o a la pareja que se encuentra detrás pero, al parecer, no tengo líneas en esta escena, y nadie me da una señal para intervenir.  La canción se acaba y la cajera me avisa que el pan ya está listo.  Lo toco, esta caliente y sonrío, aunque no hay necesidad de hacerlo pues las cámaras ya dejaron de grabar. 

"If you're on your own in this life
The days…"

lunes, 22 de agosto de 2016

Sigor-Cromo

Una vez trabajé en el sector de la Avenida Chile. Por las mañanas, luego de bajarme del bus, pasaba por un lugar donde se ubican varios emboladores de zapatos.

Uno de ellos, con un tono de voz muy similar a los que vocean el clásico “botella-papel” en las calles, invitaba a los transeúntes a sentarse en su puesto, mientras decía algo como: “Siga, siga, Sigoooor-Cromo, Sigoooor-Cromo.”

Siempre me causó curiosidad saber que era lo que decía y si yo entendía bien sus palabras. De pronto eran otras y mi caprichosa  imaginación decidíó convertirlas en "Sigor-Cromo".

Desde esa época pienso que ese es el nombre de un dios nórdico ¿Quién puede negar que Sigor-Cromo no sea un hermano de Odin, por ejemplo, o que tenga algún parentesco con Vitharr, quien, según información de una página web, es un dios silencioso,  casi tan fuerte como Thorrr y con un zapato grueso?.  Tal vez Vitharr buscaba a Sigor-Cromo para que le limpiara sus zapatos gruesos. Es posible que algunos emboladores le hagan plegarias, a Sigor-Cromo , pero ya es un tema que escasamente se toca en ese gremio y una tradición casi olvidada por completo.

Finalmente me quedé con la duda e instalé dicha fantasía en mi cabeza. Tal vez nunca quise corroborar qué era lo que decía para que mi teoría no se viniera abajo. Las ficciones, sobre todo aquellas de nuestra autoría, son necesarias para hacerle frente a los frecuentes embistes de la “realidad”.

Puede que Sigor-Cromo sea una marca de betún y la empresa que se lo suministra al embolador le da un mejor precio, siempre y cuando les haga ese tipo de publicidad callejera, que logra, como en mi caso, un fuerte posicionamiento.

viernes, 19 de agosto de 2016

Un buen aparato

A inicios de los 90 mi hermano compró un reproductor de cd pequeño  marca Sony .  Era una cajita negra con una bandeja sólo para  un cd y tenía su respectivo control.  Una opción de manejo que nos gustaba mucho era que uno podía programar las canciones en el orden que quisiera, y también un botón bajo el nombre "Fade away" que disminuía el volumen de la canción y era esencial al momento de grabar casetes.

Desde ese momento mi  hermano inició su colección de cd's.  Recuerdo que uno de los primeros que compró fue el Use your Illusion, sobretodo por darme gusto a mí, un fan a muerte de los gunners en ese momento. Así, poco a poco fue remplazando los casetes  y acetatos que tenía. Tiempo después comencé mi negocio de grabación de casetes TDK en el colegio.

En estos días nos acordamos con nostalgia de ese reproductor que funcionó por muchos años, hasta que el laser comenzó a fallar.  Al principio siempre lo conectábamos a una grabadora negra que tenía dos parlantes.  Luego, nuestro cuarto heredó  un equipo de sonido pequeño, pero de mejor calidad que la grabadora, que mi papá compró en una promoción que llegó en la revista Diners, de la cual era suscriptor.

Fue un buen aparato, que no tiene asociado ningún mal recuerdo.

jueves, 18 de agosto de 2016

Regáleme un minuto

Llueve.  No es un aguacero pero la lluvia cae con una cadencia decidida.  Hace mucho frío y ráfagas de viento me impactan aleatoriamente. Lucho para que la sombrilla no se me escape de las manos.  Se me mojaron las medias, así que llevo mi propia nube negra encima.

Una mujer me corta el paso.  Lleva un chaleco azul y aprisiona, con sus brazos, sobre su pecho, una tableta para tomar anotaciones.

"Buenas tardes me puede regalar un minuto"...  Me dice con una sonrisa fingida que no desarma a nadie.

No le pongo atención a sus palabras.  Voy de afán y no quiero responder encuestas, ni firmar una hoja para apoyar una causa o lo que sea que me quiere ofrecer.  Estoy en modo "déjenme en paz", rumiando un pensamiento detrás de otro.  Aparte de lo de las medias, también estoy rabón porque se me dañaron los audífonos y he tenido que caminar sin banda sonora. 

Me encontré una página que asegura que en un minuto nacen 520 humanos y mueren 107; se producen 430 Kg de desechos, gastamos 55.757 barriles de petroleo, se casan 116 parejas y se divorcian 90; 144 personas se cambian de casa, entre otros miles de eventos que pueden pasar en 60 segundos.  Quién sabe que más cosas pueden ocurrir en ese lapso de tiempo y lo que es aún más intrigante, cómo se miden.

Lo que nunca podremos precisar es cuántos temas pueden pasar por nuestra cabeza en un minuto. Nunca sabremos la cifra exacta pero, de seguro, son muchos; por ejemplo, tan solo en 5 segundos o menos, podemos pensar en personas  que nacen, mueren; también en barriles de petroleo, mudanzas, etc. 

¿Qué tal que preciso en ese minuto que esta señora quiere que le regale, sea preciso el minuto en que va a llegar a mi cabeza la trama de una novela formidable, que nunca se le ha ocurrido a nadie o  una idea sobre un modelo de negocio que va a revolucionar al mundo de hoy en adelante?  

Está claro que esta  mujer no es consciente de lo importante que puede llegar a ser un minuto en la vida de una persona. Cuando la voy a pasar de largo la miro despectivamente y le respondo: "No, no tengo ni un minuto".  

El resto de la tarde intento pensar en ideas para una novela; específicamente una en la que no se trate de ninguna manera la muerte y/o el amor, pero llego a la conclusión que los únicos textos que logran esa característica, son los manuales de aparatos electrónicos, o muebles modulares.

miércoles, 17 de agosto de 2016

Gumersindo Danger

Una vez en una sesión de un taller de escritura, al momento de discutir los textos que llevamos, le tocó el turno de hablar a un pensionado.  Era un hombre canoso, de apariencia bonachona, que siempre había querido escribir, pero nunca lo había hecho, a pesar de las miles de historias que llevaba a cuestas.  Él nos contó que en diferentes reuniones con sus amigos, estos siempre le preguntaban que cuando iba a escribir todas esos relatos, pues los narraba, oralmente, de manera amena y con mucho humor.

En ese momento hablábamos sobre  novela negra y el señor también dijo que desde hacía bastante tiempo venía cocinando un personaje en su cabeza, un detective: Gumersindo Danger.  Desde ese día ese nombre se me quedo grabado en la cabeza y varias veces, como hoy, llega a mi memoria fácilmente.

En medio de lo cómico tiene algo llamativo y que engancha.  A Gumersindo me lo imagino barrigón, perezoso, siempre con un tabaco en la boca y los pies encima de su escritorio. Casi nadie lo contrata, pero siempre le dice a su esposa que tiene casos muy importantes. Miente para poder escaparse a tomar trago con sus amigos o para veladas románticas con la amante del momento; porque eso si, Gumersindo no es atractivo, pero tiene algo, ninguna mujer sabe precisar que es, que atrae al sexo opuesto. A pesar de su apariencia todos lo conocen como un hombre peligroso, al que no se debe enfadar, de ahí su sobrenombre.  

Ya no recuerdo como se llamaba el creador de Gumersindo, de hecho no recuerdo el nombre de ninguna persona del taller, a excepción de una amiga con la que me inscribí; pero si algún día llego a ver publicada una novela sobre Gumersindo, no dudaré un segundo en comprarla. Me gustaría mucho ver que tanto coincide el personaje con el que hasta el momento llevo en mí cabeza. 

martes, 16 de agosto de 2016

Corazón de goma

Tengo un corazón en forma de goma.  La anterior frase, aunque tiene toda la pinta, no es una figura narrativa, es decir, en realidad tengo un objeto en forma de corazón y de ese material sobre mi escritorio.  El nombre por defecto es "pelota antiestres", pero ya ve usted, el que tengo resulto ser un corazón. El material justifica entonces cualquier forma.

Corazón antiestres es un buen termino. Creo que se podría explotar mucho en una novela romántica; una historia con un argumento que pretenda mostrar como el corazón es el único capaz de borrar cualquier tipo de estrés y/o angustia que se nos presente en la vida.  Así, el autor de ese texto que, de manera facilista, bien podría llevar como nombre "Corazón de goma", exprimiría la idea hasta lograr sacarle unas 300 páginas.

El corazón que tengo es blanco; no olvide que me refiero al de mi escritorio, y trae una frase más bien sonsa: "Si amas lo que haces apriétame", ¿por qué? Porque a todos nos gusta revolcarnos en las arenas movedizas de las frases y discursos motivacionales.

Comienzo a apretar el corazón y es imposible no hacerme la pregunta  ¿Amo lo qué hago?, pero trato de no ponerme trascendental y la ubico únicamente en el momento presente, es decir, en la simple acción de apretar el corazón.  No siento que ame hacer eso, pero no puedo negar que se siente bien;  un segundo lo aprieto 10 veces seguidas,  ya esta. 

Ojalá  esas pelotas de goma (incluido mi corazón y cualquier otro diseño disponible en el mercado) solucionaran el estrés y la angustia con tan solo unos cuantos apretones, y también que vinieran con unas instrucciones sencillas: para estrés leve apriete la bola 10 veces, tristeza 50, estrés crónico 100 veces; angustia: 300, etc.  

Por el momento seguiré apretando la pelota-corazón de goma hasta que el movimiento repetitivo me estrese.

lunes, 15 de agosto de 2016

Jarro

Me gustaría tener algún objeto único, algo que no cambie por nada del mundo y que tenga un gran valor sentimental, pero no lo tengo.  Hace poco desayuné con mi hermano y él se sirvió chocolate en un jarro negro que al entrar en contacto con la bebida caliente cambia de color.  El jarro se lo regalaron en un trabajo y, bromeando, dijo que había sido una de las mejores cosas de ese lugar.  

Una vez en un proyecto donde un cliente también me regalaron un jarro, era de color negro pero no tenía ninguna propiedad especial.  Recuerdo que el nombre del proyecto era"Faro", y ese era el dibujo que tenía: Un faro proyectando luz, sobre un mar.  Siempre pensé que ese nombre del era el menos apropiado pues el proyecto siempre parecía andar en tinieblas. 

Hace mucho, luego de un viaje a Estados Unidos, mi hermana me trajo uno de la película Twister, que tenía incorporado en la manija un pequeño torbellino.  Creo que lo utilicé de adorno en mi cuarto, nunca lo utilicé y después nunca supe qué pasó con el.

Ahora, todos los días, me tomo el café en un jarro blanco que no tiene ningún diseño.  Una vez en un centro comercial vi uno de clor negro de Led Zeppelin.  Lo voy a volver a buscar, creo que es hora de tener un jarro que considere único y me guste mucho. 

jueves, 11 de agosto de 2016

Coelho y Vallejo

Me gustaría poder escribir con mucha rabia, rabia contra todos los absurdos de nuestra raza, su falta de tolerancia, la superioridad moral de algunos individuos, lo hijueputas que podemos llegar a ser, etc.  Me gustaría entonces mentarle la madre, sutilmente, a todo aquel que me cae mal. Escribir un texto limpio, una historia para no sonar juzgador, con un subtexto casi obvio, tejido hábilmente en la trama.

Algún día haré esa lista de personajes desagradables y, dependiendo del nivel de rabia que tenga, les iré cobrando cada una de sus putadas, igual que Arya se las cobra a los personajes que repasa en su lista mental; quizás eso es lo que debo hacer; aprenderme los nombres  de memoria y, apenas tenga la oportunidad, pasar la cuenta de cobro, solo porque si.

Otras veces, en cambio, me gustaría tener la paz y tranquilidad de un monje zen. Repartir en mis escritos solo mensajes positivos; puras píldoras de sabiduría obvia y no tan obvia, para sembrar  esperanza en las personas y la  humanidad  en general que, al  parecer, le gusta estar al filo del abismo. Tener la capacidad narrativa para que cualquier cliché me suene bien, y poder acudir a lugares comunes sin que ningún lector me los cobre.

Si esa fuera mi constante, mi estilo de escritura sería una mezcla de Vallejo con Coelho, con perdón, me atrevería a decir, del primero .

A la larga todos llevamos a cuestas rabia y la felicidad en grandes proporciones, y ambas "sustancias" están más cerca de lo que pensamos, y se pueden mezclar en cualquier momento. Lo que importa es que nada está bien o mal, todo depende del punto de vista que,  como bien sabemos, es un territorio muy inestable. 

miércoles, 10 de agosto de 2016

Suerte

Me gustaría tener mucha suerte, o que la que tengo se volcara toda sobre la compra de un papelito de baloto.  Me parece extraño eso, es decir, que pueda uno reclamar, con un simple pedazo de papel, miles de millones de pesos, pero bueno, el mundo está repleto de cosas extrañas y lo que en verdad entendemos es casi nada; lo que ocurre es que somos buenos dándonos pajazos mentales y creemos tener claridad sobre todo, incluso el futuro, en fin,  y también somos expertos fingiendo. Somos raros ¿no?

Pero bueno,  ¿qué más da? en medio de lo extraño que es todo, no tendría sentido alguno no querer ganarse el baloto.  Como le venía diciendo, estimado lector, quiero que millones de variables y acontecimientos convergan en un momento exacto de mi existencia para ganarme esa lotería.

Siempre he oído decir  a muchas personas  que si se ganan el baloto se dedicarían a viajar, no importa a donde, lo importante es hacer maletas y montarse en el primer medio de transporte disponible; también es extraño que siempre queramos huir de nuestro lugar de residencia.

Nuevamente no puedo estar en desacuerdo con eso, si me lo gano también viajaría, pero tengo otro plan de vuelo para esos días de supuesta "libertad financiera", ya que entre más billete tengamos más esclavos seremos de este. 

Cuando la suerte esté de mi lado y me gane el baloto, todos los días, a eso de las 8 a.m, estaré sentado en algún café de la ciudad con un libro o mi kindle en mano.  Leeré hasta el medio día o pasado este (todo depende del hambre que tenga).  Almorzaré y luego continuaré con mi lectura, si quiero terminar un capítulo o el libro está endemoniadamente bueno.  

Luego, en la tarde, o más bien tel resto de tardes que me queden de vida,  me dedicaré a escribir hasta eso de las  9:00 p.m o hasta gritarle al mundo igual que McCarney en Helter Skelter "I got Blisters on my fingers", evento poco probable pero justo en este momento me acorde de esa canción. ¿Que escribiría? de todo: novelas, artículos, ensayos, borradores, cartas, etc.  Antes de acostarme volvería leer un poco.  Esa sería mi rutina hasta que la muerte me encuentre o yo me la tope en el lugar menos pensado.

Para poner en marcha mi maravilloso plan, aparte de la suerte, únicamente me hace falta comprar el báloto.  Lástimosamente le tengo poca fe al azar y considero una pérdida de tiempo, ganas e ilusiones, desperdiciar dinero en casinos o loterías. 

martes, 9 de agosto de 2016

Audífonos

Hay ciertos objetos que al ser tan comunes les prestamos poco o nada de atención, y no caemos en cuenta del equilibrio que le brindan, no solo a las personas sino al universo entero. Uno de ellos son los audífonos.

Los míos, es decir, el objeto pues los he cambiado muchas veces, hacen parte de mi kit de guerra urbano desde hace bastante tiempo.  Tengo muy claro en mi memoria al tercer día después de ingresar a mi primer trabajo. Aquella vez era la fecha de pago y apenas me di cuenta que me habían consignado algo de dinero en mi cuenta, lo utilicé  para comprarme unos audífonos.

Los audífonos nos permiten poner en mute  al mundo y su incesante ruido. Cuando esto ocurre sólo queda el  de nuestras cabezas, las miles de ideas y pensamientos que llueven en nuestro cerebro durante todo el día.  De esta forma, los audífonos permiten, en parte, quedarnos "solos", algo que puede ser muy aterrador por lo desacostumbrados que estamos a hacerlo.

Pocos momentos se comparan con ponerse los audífonos en la calle, y arrancar a caminar despreocupadamente.  Ninguno de nosotros está exento de que se nos salte la palanca de la locura y el hecho de que no haya más loco suelto en la calle, agarrando a bala a una multitud de personas, creo que es algo que se lo debemos a los audífonos. Estos forman parte de ese misterioso y complejo sistema de válvulas de escape que tenemos para ser "normales", en medio de lo impreciso que puede llegar a ser ese término. 

lunes, 8 de agosto de 2016

María

A María la conocí en el matrimonio de un amigo.  ella se ubicó en el asiento detrás de mi en la capilla  y yo a cada rato torcía la cabeza. Me la pase mirándola durante toda la ceremonia.  Cuando llegamos al salón de la fiesta,  María se sentó justo a mí lado.  Tiempo después me confeso que lo había hecho a propósito, pues quería ver si después de tanta miradera le iba a hablar o no.

Y claro que hablamos.  Esa noche nos la pasamos todo el tiempo juntos, y a la siguiente semana la invite a salir, siguiendo el consejo de la esposa de un amigo: "El contacto debe ser unos tres días después de haberla conocido", me dijo.  Esa vez traicione mis principios y seguí ese consejo, pues nunca he creído en esas tácticas de indiferencia y demás, sino más bien que uno debe hacer lo que siente o lo que se le de la gana, dos posturas que no siempre coinciden. En ese momento quería que todo saliera bien con ella, y estaba dispuesto a agarrarme de cualquier par de palabras de aliento, por más ridículas que fueran.

María practica la religión cristiana.  Me enteré de eso en nuestra primera cita; no le di importancia y nos embarcamos en una especie  de relación que duro unos 4 meses.  

Dejamos de vernos cuando ella quiso que la empezara a acompañar a las reuniones de su iglesia. Recuerdo que, la última vez que salimos, triste, le dije: "Tu me gustas mucho, pero no hay chance alguno que yo practique tu religión".

domingo, 7 de agosto de 2016

Flor de un día

Remontant significa: "Florecer más de una vez en una temporada".  Me gustan esas palabras que no tienen traducción a otros idiomas, como Hanami e  ikigai; los japoneses parecen ser expertos en inventarlas.

Imagino que el hecho de que una flor efectúe ese proceso en una sola temporada, es un suceso extraño, y  otra de las tantas maravillas de la naturaleza.  Como acá no tenemos estaciones y en medio de nuestro afán rutinario practicamos poco o nada el Hanami, Nunca podremos ser expectadores del Remontant. 

Hoy, cuando di con la palabra, me acorde de la flor de un día, una flor que abre sus pétalos a primera hora del día y a lo largo de este se marchita.  Ya en la noche, no quedan restos de su esplendor.  Dicen que esa planta realiza ese proceso solo una vez en el año, pero mi madre tiene una que lo ha hecho una vez al mes en los últimos cuatro meses.  También dicen que cuando eso ocurre es un augurio de buena suerte. La flor de día que tiene mi mamá  experimenta Remontant a su manera.

Esa planta efímera, siempre me recuerda la frase de Kurt Cobain: "It's better to burn out than to fade away".

jueves, 4 de agosto de 2016

Mr. perfect

Una mujer y un hombre hablan en inglés.  Ella le dice "Cause when you're single you think that you're going to find Mr. perfect".  Al rato dejan el lugar, así que ni modo de saber en que terminó su conversación.

La frase sería una buena para comenzar un relato. Tiene potencial para la elaboración de  un pequeño monologo, el cual serviría para la exposición del personaje.  Luego de esa primera escena, tal vez vendría bien un flashback que evidencie por qué al personaje se le cruzan esos pensamientos por la cabeza.

Hablando desde la voz de la inexperiencia, un terreno desde el cual me considero un experto, tal vez ese sea uno de los problemas de las relaciones en pareja, es decir, siempre buscamos a Mr. o Mrs. perfect, para que se convierta en el  "amor de la vida". 

Hágame el berraco favor "amor de la vida", es decir alguien que este con nosotros hasta que estiremos la pata.  Una afirmación tan precisa que anula todo el carácter de incertidumbre que rodea al amor, que nadie sabe qué es o como funciona exactamente.

Posiblemente muy pocos han encontrado ese amor de la vida, y afirman, para quedar bien o lo que sea, que comparten sus días con esa persona perfectamente diseñada, que se acopla como la masa de una torta a un molde, y así, cuando llega la infidelidad todo se va al traste, pues  ¿Cómo es posible que Mr. perfect  tenga ojos para alguien más?

La media naranja si existe, pero encontrarla es más complicado que agarrar la combinación de números del baloto;  entonces uno a lo largo de su vida se la pasa con otros fraccionarios pero muy rara vez con el 1/2 perfecto.




miércoles, 3 de agosto de 2016

Diálogo

Compro un capuchino y apenas abandono la barra, noto que todas las mesas cercanas están ocupadas.  no quiero hacerme en la terraza, pues la luz del día esta desvaneciendo y quiero comenzar a leer una novela; además, hace frío.

Adentro sólo hay dos mesas.  Una está ocupada por un hombre y una mujer que, al parecer, hablan de negocios, en la otra se encuentran dos mujeres y una silla está sin ocupar, como si alguien no hubiera llegado a la cita.

Me acerco y les pregunto si les molesta que ocupe el asiento que está libre.  Una de ellas, con un gesto muy serio, me mira y no dice nada; la otra responde con un "bueno" cansado y despojado de cualquier emoción.

Me siento, abro el libro y comienzo a leer , pero al rato su conversación me distrae.  Me quedo mirando la palabra "espalda" en la hoja y no desplazo la mirada.  La muda, una mujer con el pelo rubio y los labios pintados de rojo intenso, le dice a la otra:

"Lo que pasa es que te preocupas mucho"
"Pero,  ¿qué crees que esté pensando? 
"No sé ni me importa, aquí, lo que en verdad importa, es lo que cada una sienta.  Tú sabes como iba a ser esto.
"Eso lo sé , pero no hasta que punto podré seguir"
"Tu sabes que solo es necesario que me digas y terminamos el acuerdo, además no puedo hacerme responsable de todo"
"Pero es que al principio todo era tan diferente, ahora no tengo idea de que va a ocurrir"

 ¿Contrato, sentirse bien, seguir adelante? No entiendo sobre qué hablan.  Ambas callan por unos segundos.  Espero que alguna aclare el diálogo con una frase reveladora ¿Qué tipo de relación tienen?  ¿Quién piensa algo sobre ellas?

No dicen nada.  Continúo con la mirada clavada en la palabra "espalda", el personaje de la novela tiene un dolor tremendo en ese lugar del cuerpo.  Quiero mirarlas para ver si su lenguaje corporal revela algo que las palabras esconden, aunque la verdad no sé nada sobre el arte de descifrar a las personas a través de sus movimientos y/o posturas. 

No me aguanto más y decido levantar la mirada.  Se cruza con la de la mujer rubia mientras agarra su vaso plástico de café con ambas manos para darle un sorbo.  Sólo le veo los ojos, son negros, profundos y tiene el ceño fruncido.  Le sostengo la mirada un par de segundo y me vuelvo a hacer el loco.  Al rato la mujer se levanta y dice "hablamos mañana".

La que se queda saca un pañuelo y se limpia delicadamente los ojos; parece que está a punto de llorar.  Quiero que me explique el diálogo, cargado de tensión, que sostuvo con la otra mujer. No digo nada y le doy la espalda mentalmente. Suficiente tiene uno con sus propias angustias para comprender y aguantarse las de los demás.

martes, 2 de agosto de 2016

Closing time

Hay canciones o discos completos que a uno le recuerdan cierta época y que tocan, activan ciertas emociones. En mi caso, por ejemplo, el Vitalogy de Pearl Jam, me recuerda mucho la navidad del año en que fue lanzado, y  tengo muy fresca la imagen de como me tumbaba en el sofá de la sala a escucharlo una y otra vez.

Otras canciones nos llegan porque es imposible que pasen desapercibidas; hacen parte de ese montón de "canciones obligatorias" que nunca pasaran de moda. Un grupo, al parecer,experto en componer ese tipo de canciones o one hit wonders, es Semisonic, ¿Quién no ha escuchado o tarareado (Excelente palabra esta) Closing Time  o Secret Smile alguna vez?

Hace ya varios años leí un post de un hombre que hacia un paralelo entre Closing Time y Chapinero. Ya no recuerdo bien que temas tocaba el escrito, pero evocaba, de manera brillante, importantes episodios de su vida que habían tenido lugar en ese sector, que pronto iba a dejar.

"Closing time, you don't have to go home but you can't stay here."

La melodía de esa canción es chévere y ni hablar de su letra. Lo que más me gusta es que, sin tanta alharaca, en una sola frase  está contenida gran parte de la sabiduría de libros de autoayuda y frases motivacionales de las últimas décadas. 

"Closing time, every new beginning comes from some other beginning's end."


lunes, 1 de agosto de 2016

Tarjeta de presentación

Cuando era pequeño solía pensar que un rasgo de la adultez, aparte de usar saco y corbata, era tener tarjetas de presentación.  No tenía muy claro en que consistían o que información llevaban, pero a veces veía a los adultos intercambiarlas como si fueran monas de un álbum. Siempre me pregunté en que momento llegaría a tener ese objeto, al parecer, tan necesario en el día a día en el mundo de "los grandes".

Hace unos años en un trabajo me dieron 500 tarjetas. Para ese entonces ya había perdido por completo el interés en ellas y escasamente repartí unas 20 entre familiares y amigos. El resto quedaron olvidadas en un mueble de mi cuarto que bien podría llamarse "El mueble de los objetos innecesarios". Después cuando ya no trabajaba en ese lugar y en uno de esos de arrebatos de orden, las boté a la basura.

Hoy, en una cafetería, me encontré con una tarjeta de presentación  de un tal Sr. Vega.  Es muy funcional.  Por un lado están todos sus datos y por el otro tiene un calendario.  

Lo que más me llamo la atención de su tarjeta o calendario de presentación es la imagen de fondo: un grupo de 15  soldados, con sus metralletas, ubicados delante de un helicóptero,  que también descansa sobre un pastizal.  Al fondo se ven unas montañas y un cielo encapotado, a punto de liberar un aguacero infernal, que no alcanzo a imaginar, pues no creo que en el infierno llueva.

El señor Vega se dedica a prestamos por libranza.  Ese es su título, y  luego lo desmenuza:  Prestamos por libranza, se compra o se presta sobre juntas médicas - cesantías, ahorros de vivienda militar y de policía - demandas administrativas por retiros, facultad discrecional, fallos disciplinarios, pensiones, discapacidad laboral, reparación directa por accidentes laborales o muerte, compra de cartera, prestamos por banco.  

Ahora entiendo la imagen de su tarjeta-calendario.  Imagino que mientras sacaba la billetera para pagar la cuenta (un tinto y un buñuelo), el Sr Vega botó algunas de sus tarjetas sin darse cuenta o, posiblemente, esa esa es su estrategia para darse a conocer, abandonar, aleatoria y deliberadamente  tarjetas en diferentes partes de la ciudad, para que curiosos, como yo, las recojamos.   ¿Cuántos clientes habrá conseguido de esa manera? 

La voy a guardar uno nunca sabe en qué dirección lo va a llevar la vida. A futuro me puedo involucrar con las fuerzas militares y tal vez necesite ayuda con una facultad discrecional, que no sé que es pero suena a algo grave; en ese caso no me vendría mal  la ayuda de un experto como el señor Vega.