Verdades hay muchas y ni modo de saber si son mentiras. Cada uno le confía su vida a ciertas verdades, o mentiras, como punto de partida. Las mías son , sin ningún orden en particular, escribir y leer. De esas verdades se desprenden un montón de actitudes, creencias y posiciones frente a la vida.
El problema con nuestras verdades es que es difícil que coincidan con las de los demás, y otra persona puede considerarlas como como viles y tontas mentiras. Queremos que todos entiendan nuestras verdades y por eso las vamos pregonando por ahí como si nada y esperamos que otros las adopten. Por eso nos da duro estrellarnos con las de los demás y mucho más que critiquen las nuestras.
Creo que uno de los métodos para no enredarnos en y con la vida, es aceptar y creer en nuestras verdades, pero no basarnos en ellas para dar cantaleta a las personas que nos rodean, al mismo tiempo que ampliar nuestro punto de vista para entender parte o la totalidad las de los demás.