Giuseppe, el personaje de una novela que leí, era el operario de una máquina que destruía libros y sufrió un accidente, dentro de las fauces de ese demonio, que le arrancó las piernas. Ese día, él sabía que el material de residuo del proceso se iba a utilizar para la elaboración de otro libro.
Una vez Giuseppe se "recuperó" de su accidente decidió conseguir todos los ejemplares de ese libro donde, según él, se encontraban los restos de sus extremidades.
Esa, creo yo, sería una de las mejores maneras de perdurar en el mundo, que alguna parte de nosotros se mezclara con la producción de algún objeto. Después de ser cremados en vez de meter las cenizas en una urna para que algún familiar bien romántico vaya a esparcirlas en el mar, debería existir la opción de "convertirse en algo. Los familiares entregarían las cenizas a una empresa para que esta las rieguen a lo largo de su proceso de producción.
Lo ideal, en mí caso, sería hacer parte de una novela con un narrativa pegajosa elaborada con un buen punto de vista, personajes irresistibles, un conflicto adecuado, buen ritmo, etc. De todas maneras sería importante que algún familiar supervise ese proceso, pues puede ser que esa inmortalidad literaria no se de, y quede uno haciendo parte de un tomo de Cálculo Vectorial o un libro de Autoayuda.