Recuerdo que una vez alguien me contó que para una campaña sobre higiene oral para personas de bajos recursos; se les recomendaba que se debían cepillar los dientes, así no tuvieran crema dental ¿Se alcanza usted a imaginar eso? en medio de lo pedagógico o educativo que pudiera ser el asunto, me parece una real cabronada.
Cepillarse los dientes involucra 4 cosas: una de sus manos, su boca, su cepillo y la crema de dientes; quítele alguno y la actividad deja de llamarse de esa manera. La crema de dientes es, creo yo, lo que hace un poco agradable ese ritual tan aburridor.
Como siempre debe haber un punto ¿no? y el de esta ocasión es que me parece que muchas veces no le echamos crema de dientes a nuestra vida y dejamos que las circunstancias nos obliguen a cepillarla a secas, y tener que aguantarnos todo sin poder cuestionar nada.
Estamos en un momento del tiempo, donde es posible cambiar, donde es totalmente válido preguntar y cepillar la vida con la "crema de dientes" que más nos guste. Todo esto sin ni siquiera tener en cuenta el enjuague bucal, que abre, creo yo, otro amplio abanico de posibilidades.