miércoles, 12 de agosto de 2015

Naturaleza

Hace poco conocí a una mujer con una actitud impresionante, que tiene como proyecto de vida trabajar con jardines verticales.  Ella, debido a una experiencia muy personal, logró conectarse a otro nivel con la naturaleza, y cree firmemente que la falta de contacto de las personas con esta, es una de las razones por la que experimentamos altos  niveles de ansiedad y estrés en nuestras vidas. 

Hoy me devolvía a mi casa en un bus y este frenó debido a un semáforo en rojo, en una calle que tiene un separador con un camino de ladrillo y  árboles muy grandes a cada lado. Desde pequeño este lugar siempre me trasmitido buena energía.

Sí me bajaba ahí, me iba a tocar caminar 8 cuadras más.  Así que mire al frente, deseché la idea y me concentré en la canción que sonaba en mi MP3.  El bus continuó quieto; derrotando mi pereza me puse de pie rápidamente mientras evitaba que mi cerebro  me regalara cualquier excusa, timbré y me bajé.

Me puse los sudifonos, y caminé bajo la sombra de esos grandes arboles.  Sentí paz y me divertí mirando a las personas que transitaban por ese mismo lugar.  No sé porque, pero me pareció que iban mas livianos que otros que he visto caminar cubiertos por moles de cemento.

Tal vez fijarnos más en la naturaleza es una manera de contrarrestar nuestras penas.