Mientras me mido un par de jeans, en el vestidor ubicado a mí lado izquierdo, un señor también se mide ropa, mientras su esposa lo espera afuera para darle el visto bueno de las prendas que luce, enfrente de ella, como un modelo.
Los dos se ponen a hablar en voz alta; la mujer dice: "Es que no sé, esos pantalones entubados son como muy femeninos, no? Apenas menciona la palabra "entubados", me imagino a un grupo de música punk.
La pareja continúa hablando. Ahora parece que el señor se está midiendo una camisa rosada que le gusta. Su mujer duda, no sé si de la prenda o la virilidad de su pareja, y le pregunta "¿En serio te gusta?" él responde que sí, y ambos dan diferentes apreciaciones sobre la ropa de color rosado para hombre, que indiscutiblemente están ligadas a la estúpida convención que el rosado es un color femenino y el azul uno masculino.
El punto es que la dicotomía de femenino y masculino nos jode demasiado la cabeza. no deberíamos prestarle tanta atención a eso.