De repente el argentino le dijo al otro hombre
"Yo no sé cómo la gente puede almorzar tranquila con ese cartel al
lado". Después de un rato y para que no se dieran cuenta que estaba
espiando su conversación, me voltee disimuladamente y busqué con la mirada el
cartel al que había hecho referencia el hombre. Era uno que decía
"CRIPTA". Justo después de que lo había ubicado y estaba dando
nuevamente media vuelta, el hombre dijo para concluir su punto "Yo no me
siento ahí ni a bala"
Más bien pienso que las criptas no deberían
existir. Nunca le he encontrado mucho sentido eso de ir a rezarle a unos
huesos y polvo, pero no soy nadie para ir en contra de una tradición milenaria,
y mucho menos para juzgar las creencias y gustos de otras personas.