Cuando salgo todos los días de mí casa, siempre soy consciente de la luz que está encima del comedor, pero más allá de que me la encuentre con la mirada, pienso rápidamente en como la puedo prender y apagar con dos interruptores que se encuentran por separado, uno al lado de la puerta de salida y otro al inicio del corredor, o como puedo prenderla con uno y apagarla con el otro; se que puede ser algo muy bobo pero a mí me descresta. Alguna vez supe cual era el término técnico de eso, ¿pero cuanta información ha entrado y salido como si nada de nuestro cerebro? mejor no saberlo porque tal vez sea ese dato nos haría sentir, estúpidos, ignorantes, vagos, etc.
Opino que al momento de decidir, ese agradable momento en que podemos tomar una u otra vía tiene por lo mínimo que tener dos interruptores para poder actuar, es decir, lo mínimo y de menor esfuerzo que podemos hacer es es jugar a ser binarios, usted sabe: si o no, 1 o 0, blanco o negro; pero nada mejor que tener cientos de interruptores dentro de nuestra cabeza, y poder accionarlos cuando se nos de la gana, ante las diferentes situaciones complicadas o no que se nos presentan día a día ¿no cree estimado lector?.
El único momento en que nuestra mente se debe apagar, es cuando estemos muertos.