He leído comentarios de mujeres que aseguran que una barba hace ver más masculino, atractivo, viril, en otras palabras, más "Papi rico hazme un hijo" a un hombre. Vaya usted a saber si eso es o no verdad, o si resulta una buena vara de para medir el atractivo de un hombre.
También he oído que otras mujeres antes que nada se fijan es en los zapatos, ¡hagame el berrcaco favor!; puede ser, entonces, que usted se haya matado haciendo ejercicio hasta que consiguió bajar par de kilos, pero no, eso no sirve para nada, pues preciso el día en que creyó conocer a su alma gemela, usted tenía los zapatos, sucios, rotos, o simplemente su estilo de calzado no es compatible con el gusto de esa mujer. Usted tenía unos Kelme y ella solo los admite de Nike para arriba.
Sí vamos a hablar de la barba, a mí la verdad me queda difícil levantar con esa cualidad, pues no me sale de manera uniforme y cuando dejo de afeitarme por varios días, me empieza a rascar mucho la cara. En definitiva nunca me la he dejado, al igual que el candado o alguno de esos estilos faciales, si se puede aplicar tal término. Creo que me tocaría quedar abandonado en una isla desierta para obligarme a tener barba.
Mientras la barba puede "matar" a unas mujeres, literalmente puede matar en otras partes del planeta como en Somalia, donde se ha prohibido que los hombres se la afeiten. La razón para imponer tal medida es que "La barba es una lección moral que dejo el profeta Mahoma y por lo tanto es una práctica que se debe manetener viva". Por otro lado la medida es contradictoria, pues se tienen que dejar la barba, mientras se deben afeitar el bigote. Más allá de conductas extremistas, eso ya son puras ganas de joder y de no saber que hacer con el poder, algo que sueña extraño pero que creo puede llegar a ocurrir.
Si yo fuera Somalí, tendría ue aguntarme la rasquiña, solo porque a Mahoma le encantaba lucir una barba poblada. Es increíble que con miles de años de existencia que tiene la humanidad, las religiones todavía tengan una visión tan reducida en ciertos aspectos; esto sin importar cual sea, pues todas con su cuento de la salvación, tiene un raye bien profundo.