lunes, 30 de junio de 2014

Personaje

Algo que me gusta mucho cuando leo y que evidencia el poder de un texto, es ver como los personajes me caen bien o mal de acuerdo a sus características. Detrás de la creación de un personaje hay tantos elementos y variables que un escritor tiene en cuenta, y que logra imprimir en los mismos, lo cual logra que el lector sienta empatia o repulsión hacia los mismos.

Hace un tiempo hablé con un amiga, sobre el personaje de una novela el cual ella leía de una forma y yo de otra.  Uno siempre lee, si no tiene nada de conocimiento del idioma, los nombres de los personajes como mejor le parezca, es decir, sin tener la más mínima idea de como realmente se pronuncia y/o suena el nombre en el  idioma del escritor.

Me viene a la mente, por ejemplo, Dragan Armansky, el personaje de la novela Millenium que era el Director general de la firma de seguridad Milton Security, para la cual  Lisbeth Salander trabajaba como  freelance.

 ¿Como se pronunciará ese nombre en Sueco?  Al leerlo siempre le pusé  el acento al apellido en la segunda silaba, pero  ¿Como saber si mi apreciación era fonéticamente correcta?  A la larga esto no impide que uno continúe leyendo, pero yo creo que si influye en la forma en que uno recrea al personaje en la imaginación; desde las características físicas hasta sus rasgos de personalidad.

viernes, 27 de junio de 2014

Flánerie

Yo me se escasamente una par de palabras en francés, pero el otro día leí la que titula esta entrada, en un dialogo de uno de esos personajes de novela que habla más de dos idiomas y se la pasa viajando por todo el mundo.  Sí algún días me llego a encontrar una lampara con un genio, uno de mis deseos será: "quiero convertirme en un personaje de novela, de esos que se la pasan viajando, escribiendo, tomando cafe y vino,  y teniendo sexo con mujeres supremamente hermosas."  

Flánerie  significa: Callejear, Brujulear, pasear sin rumbo.  La palabra equivalente  en inglés es el verbo Dawdle conjugado en infinitivo, y la más acertada en español, creería yo, es deambular.

Creo que en ocasiones así debemos actuar cuando no tenemos claro algo en nuestras vidas, bien sea desde ir de un lugar físico hacia otro, o cuando estamos inseguros de tomar una decisión importante relacionada con alguna faceta, bien sea laboral, sentimental, de amistad, etc. Echar a andar sin ningún rumbo fijo y dejar que la vida lo sorprenda a uno, o en caso contrario, en medio de ese camino sin rumbo, no esperar y sorprender a la misma.

El orden y querer hacer siempre las cosas "bien", resulta aburridor, porque muchas veces esto nos sume  en una quietud que contradictoriamente nos desgasta.   Según el personaje de la novela que le comenté, el "Flánerie" es exquisito experimentarlo en esas grandes ciudades icónicas, donde el turista tradicional siempre visita los mismos sitios ya desgastados de tantos pasos y miradas, mientras que la ciudad puede tener unos recovecos hermosos; por ejemplo ¿Cuántas cosas no se perderá uno de París por ir, sin ningún tipo de cuestionamiento, a visitar la torre Eiffel y/o sumergirse eternas horas en las catacumbas del Louvre?

Lo bueno de esa actitud Flánerie, por llamarla e alguna manera, es que nos invita a cuestionar y a salirnos de ese camino que con tanto esfuerzo hemos, unos más que otros, planeado, y ejecutado en nuestros cerebros infinidad de veces.

 ¿Qué espera usted, estimado lector, para irse de Flánerie, Dawdling o comenzar a Deambular?

"Not all those who wander are lost"
- Gandalf - 

jueves, 26 de junio de 2014

La del nombre con L

En la universidad me encontré, varias veces, en clase con personas de uno o un par de semestres superiores. Estas estaban repitiendo la materia o simplemente no la habían visto. Si no me falla la memoria, cursando tercer semestre tuve clase con una mujer que me gustaba mucho.

Como suele ocurrir, era una de esas personas que por alguna extraña razón desatan en uno cualquier cantidad de sensaciones y pensamientos, y que no llegan a considerarse bellas por el imaginario colectivo.

Ella tenía pelo negro corto, una nariz bonita y unos ojos negros profundos que parecian estar llenos de aceite oscuro; todo el conjunto de su cara era una sacudida completa a mis hormonas.

Definitivamente lo que más me gustaba es que era medio dejada. Solía andar con un saco de mangas largas que sobrepasaban su finas manos y casi siempre utilizaba tennis, unos Converse si no estoy mal. A veces también utilizaba falditas, y generaba un contraste entre mujer tierna y rabona que, desde mi punto de vista, la hacia ver mucho más deseable.

El punto es que nunca supe a ciencia cierta como se llamaba, pues nunca la abordé en ese plan Tony de "Hola Como te llamas, que te gusta hacer, etc."; Charlar en plan conquista que llaman. Estoy seguro que su primer nombre era de cuatro letras, siendo la primera una L, la segunda una E y las últimas dos todo un misterio, a continuación listo toda la combinación de nombres que muchas veces utilicé para llamarla:

LEDA
LECA
LEAH (La h al final es para darle caché)
LHEA (La h intermedia le da aun más caché al nombre)
LEIA (¡Ja! sería buenísimo si se llamara así)
LENA....

A veces solo pronunciaba el "LE" y dejaba que cualquier sonido de mi boca al cerrrarse completara el nombre.

No sé por qué razón hace unos días me acordé de ella ¡Lo sé!, yo y mis exfuturos.

miércoles, 25 de junio de 2014

Salario vs Independencia

Se sientan en la mesa que está a mi derecha dos hombres.  El mayor es  alto, tiene un traje gris con una camisa de rayas azules y no lleva corbata; hay veces que uno se siente ahorcado con esa prenda y es toda una liberación quitársela. Imaginó que eso le ocurrió a este hombre en algún momento del día.

El menor, al parecer su hijo (soy pésimo determinando a primera vista si dos personas tienen algún grado de parentesco)  estaba de sudadera, con una chaqueta con capucha como las que usaba Rocky para entrenar.  Esa era la única semejanza con Rocky, pues era bien flaco y llevaba gafas.  Langaruto, es la palabra que  se me viene a la mente para describirlo.

Estaba yo inmerso en mis pensamientos, cuando de repente escucho como el hijo le pregunta al padre "¿Tú que prefieres? ¿un salario fijo o independencia?" Tema álgido este, claramente relacionado con eso de ir tras la pasión, pensar fuera de la caja, felicidad, libertad, etc. pero el cual considero muy interesante.

Haciéndome el loco, trato de descifrar cada una de las palabras de la conversación.  Escuchar al hijo es fácil puesto que habla duro, en cambio lo que dice el padre es confuso, pues habla en voz baja y el tono grave de su voz no colabora con mi ejercicio de escuchar la charla, así que sus palabras resultan casí un murmullo. 

Si mi mente no se puso a divagar en tierras de ficción, como suele hacerlo, la situación era la siguiente:  El hijo de unos 20 años estudia algo relacionado con producción audiovisual, pero parece ser que está aburrido en la universidad. Según él, está perdiendo el tiempo.  Le dice a su padre que en esta época todo es más fácil y que con cierta máquina u objeto relacionado con su carrera podría hacer infinidad de maravillas y aprender más que en un salón de clase; en últimas, sería independiente.

El padre respondía a los reproches de su hijo de forma calmada, actitud que potencializaba aun más su murmullo; sin embargo, dejaba evidenciar su conflicto mientras refutaba las ideas de su hijo.  Imagino que le debería parecer muy extraño que no quisiera seguir en la universidad, un lujo que muy pocos se pueden dar y un gran esfuerzo  que hacen los padres, siempre pensando en lo mejor para sus hijos.

No pude captar la primera parte de la respuesta que le dio a su hijo, pero al concluir la misma le dijo algo como "Yo creo que al llegar a los 30 años es una buena época para pensar en formar empresa, pues ya adquiriste experiencia".  La experiencia, ese intangible que para nosotros tiene una directa relación y  casi la misma importancia que ese otro al que llamamos tiempo. 

En este punto el padre, al parecer, se dio cuenta que su conversación tenía un intruso auditivo, y acomodó su silla dándome por completo la espalda, para quedar cara a cara con su hijo.

La pregunta me quedó sonando todo el día  ¿Que es preferible?  ¿Un salario pequeño, justo, de más de 6 cifras; pero en definitiva salario, o una independencia que viene con un ingreso que no es fijo y en ocasiones sin rastros de un billete o moneda?

Este es uno de los temas que más me raya la cabeza; porque indiscutiblemente el depender económicamente de una empresa o lanzarse a esa gran piscina o abismo del emprendimiento, tiene estrecha relación con la Felicidad, el Éxito y la Libertad.  Como estos conceptos son meramente subjetivos,  tal vez, la  pregunta del hijo nunca tendrá una respuesta certera y/o absoluta.

lunes, 23 de junio de 2014

Palanca

Arquímedes mencionó aquella famosa frase de "Dame una palanca y moveré el mundo".  Para cuestiones de física es una frase que aplica totalmente, pero en cuestiones laborales la frase se "tuerce" para convertirse en : Dame una palanca y estancaré el mundo.

Suponga que usted tiene ciertas aptitudes que le permitirían realizar determinado tipo de trabajo y ocupar un puesto laboral con el que siempre se ha soñado.  Si el mundo fuera siempre justo, lo más razonable sería que usted ocupara dicho puesto, a menos que exista una persona que tenga más experiencia en su campo, en cuyo caso, usted se convierte en el complemento de la búsqueda laboral de esta.

Algunas veces esto ocurre, pero en otras ocasiones simplemente las empresas dan los puestos por la fuerza de alguna palanca laboral; la cual tiene el suficiente poder de ubicar a quien se le de la gana en cualquier tipo de cargo. Justo en ese momento en que el cargo es ocupado con la ayuda de una  palanca, es cuando el mundo se comienza a estancar.

Es muy poco probable que la persona que ocupo un puesto gracias a una palanca, quiera dar lo mejor de sí en el mismo.  Entonces después de un tiempo esta se sentirá miserable porque por más grande que haya sido la palanca, no se va a encontrar a gusto en el cargo ocupado.

Por otro lado, aquel que se acoplaba  al puesto perfectamente; probablemente ocupó otro, el cual no creé que lo llena de la misma forma que aquel que le quitó la acción de la palanca.  

Imagino que desde la primera palanca laboral que se ejerció en el mundo, vino una seguidilla de personas insatisfechas, porque están en un puesto que los agobia a pesar de la palanca o bien porque les toco buscar un puesto en el que no se encuentran a gusto por culpa de una palanca laboral que les arrebató otro.

Queda visto, entonces, que las palancas laborales, entristecen a las personas y estáncan al mundo.

sábado, 21 de junio de 2014

Amor Ligero

Nunca fuí ni seré un gran fanático de Soda Stereo; creo que, por algún motivo que no puedo determinar con precisión, su música nunca me llegó a emocionar como a muchos otros. 

En algún edificio cercano, parece que casi todos los fines de semanas organizan fiestas.  Hoy escuché a muchas personas cantar a grito herido "Música Ligera", y recordé como en los inicios de mi carrera universitaría, época que parece ubicarse siglos atrás, era una canción que ponían en la recta final de las rumbas, cuando uno ya se encontraba, en la mayoría de ocasiones, fuertemente alicorado, y entonces el grupo de amigos se abrazaba formando un circulo para gritar el coro de esa canción, mientras se daban vueltas de forma descontrolada  como si el mundo se fuera acabar. ¡Que vaina más ridícula!

Esto fue Lo primero que me llegó a la mente al escuchar hoy a ese grupo de personas que al parecer hacian  lo mismo; pero también pensé, debido a la trama de una novela que estoy leyendo, que en efecto el amor, en medio de su grandeza y la placidez que genera en las personas, es completamente ligero, como una corriente de aire que se arremolina un rato junto a uno y que puede desvanecerse tan fácil como llegó a hacer presencia.

Quien sabe si realmente existe, en algún rincón del planeta, esa persona que nació al igual que uno simplemente destinada a ser su pareja.  De pronto esto es posible, pero como ya somos más de 7000 millones de medias naranjas, tal vez encontrar esa otra mitad es un asunto de locos, y  terminamos por relacionarnos sentimentalmente con personas que, casi a ciencia cierta, sabemos que no son nuestra otra mitad, sino una fracción menor a la misma 1/4, 1/16, y todas las posibles e infinitas fracciones que existen de 0,1 a 0,5.

Quiza también es por esto que cuando estamos inmersos en una relación sentimental, un tercero irrumpe en nuestro tranquilo entorno, y empiezan a germinar las dudas de nuestros sentimientos hacia la pareja actual.  Todo porque ese "intruso" que llegó representa una fracción mas grande que la que representa nuestra pareja.

En este orden de ideas, el amor si resulta ser música ligera, o en otras palabras el amor es como un quebrado matemático, teniendo en cuenta que según los eruditos de la RAE, uno de los significados de quebrado(a) es "Dicho de una persona: Que ha roto su noviazgo".


jueves, 19 de junio de 2014

Columpio

Hoy me devolvía para la casa y pase por un parque donde hay una de esas estructuras para que los  niños jueguen, con rodadero, una casita de madera y dos columpios.  En estos últimos, dos hermanas monitas se encontraban balanceándose.  La mayor ocupaba el del lado derecho y ya estaba alcanzando una gran altura con su movimiento pendular, mientras que la menor, la cual escasamente alcanzaba a rozar con los pies el piso, se mecia apaciblemente en el suyo.

Cuando la mayor pasaba al lado de la pequeña le decia que mirara como ella podía llegar más alto y como, por decirlo de alguna manera, sabía utilizar mejor el columpio.  Miré la cara de la pequeña,  la cual se encontraba concentrada y mordiéndose el labio,  tratando de imitar a su hermana mayor, tal vez cansada de la burla de esta.

El punto es que desde pequeños nos quieren enseñar que  en esta vida  solo debemos  ganar. Que es imperativo apabullar a quien tengamos enfrente, independiente de cual sea el contexto; porque ganar supone éxito, concepto que a la larga  es igual de subjetivo a la felicidad.   Ya de adultos, como tenemos tatuado en la mente que solo debemos ganar, apenas nos enfrentamos ante una derrota, se nos viene el mundo encima, porque en nuestro imaginario personal y colectivo, aun seguimos creyendo que fracasar está mal. 

Por querer "ganar" y aparentar  en el mundo de los negocios, la empresa Enron llevó una contabilidad doble, llegando a exagerar sus ganancias por más de 500 millones de dolares. Una vez descubierto el desfalco, la caída de la compañía no duró nada, llevándose consigo otras gigsntes como la consultora Arthur Andersen.  

Lo que le deberían enseñarle más bien a uno desde chiquito, es a gozarse cualquier momento sin importar si se está arriba o abajo y sin tener que estar todo el día comparándose con el otro; también que entre más alto este uno en un columpio mas fuerte será el golpe si nos llegamos a caer.


miércoles, 18 de junio de 2014

Cordialidad

Creo que muy porcas personas son completamente sinceras.  Tal vez si fueramos más directos y no andáramos con tantos rodeos sobre lo que pensamos acerca de una persona o un tema en particular, el mundo funcionaria mejor.

Está claro que en un principio nos costaría aceptar que  nos digan cosas que podríamos calificar como ofensivas, mientras que el otro las califica de sinceras.  Todo porque nos han metido en la cabeza que el ser cordiales debe mandar la parada, que así es como, en la mayoría de los casos, debemos actuar.

Entonces uno en muchas relaciones de su vida termina siendo un completo hipócrita en vez de ser geniunamente cordial.  Por ejemplo cuando entrevistan a un jugador del equipo de fútbol que ganó un partido, y le preguntan sobre el otro equipo, siempre dice cosas buenas sobre el mismo: que fue un rival muy duro, que su equipo sabía muy bien que el partido no iba a estar fácil, bla bla bla; cuando podrían ceñirse a la verdad y simplemente decir que el otro equipo no es tan bueno como ellos, o simplemente que apestan jugando.

Lo mismo ocurre en esos conatos de relaciones sentimentales, donde una persona  le declara el gusto o amor a otra y está la responde con las típicas estupideces de "Solo te veo como un amigo(a)" "No quiero tener nada con nadie por el momento", etc. en vez de decirle al susodicho(a) "mire, usted no me gusta ni un poquito, y no tiene el mínimo chance de involucrarse conmigo sentimentalmente"

Todo porque se supone que la cordialidad debe imperar en nuestras vidas; pero en el momento en que esta atropella a la sinceridad,  no sirve de nada porque estamos siendo falsos.  

Nada mejor que las personas tengan los pantalones suficientes para decir las cosas de frente.  Muy sefuramente al principio dolerá, pero creo que a la larga uno se terminaría acostumbrando.  Preferible  no ser cordiales a ser una tracamanada de asolapados.

martes, 17 de junio de 2014

Aeropuerto

A mí me gusta mucho ir al aeropuerto. La razón tonta es que uno ve mucha vieja buena; la que realmente me atrae hacia este sitio, es que es un lugar con una energía contradictoria que a la larga resulta agradable.

Me agrada, no sabría decir particularmente el por qué, ver como mucha gente llega y se va. Las personas en ese lugar parecen tenerla completamente clara y caminan con una resolución avallasadora; tal vez eso es una de las razones por las que me gusta tanto el aeropuerto;  siempre está en movimiento

 "Si algo le gustaba a Julio de los aeropuertos era precisamente que 
nadie perteneciera a sus instalaciones, sino al lugar 
del que venían o al que se dirigían."
Juan José Millás
-Laura y Julio -
 
Opino que la energía es contradictoria, porque a pesar de las emociones de tristeza y felicidad que uno percibe en el lugar, de alguna forma uno se recarga de estas.  Es como si  quedaran suspendidas en el aire, y uno, que hace parte de ese movimiento general,  las roza, adquiriendo por breves segundos el sentir de un sincero abrazo, de un beso en la mejilla o uno más pasional en la boca, de un movimiento de manos que saludan a lo lejos, etc.

Ayer mientras esperaba la llegada de mis padres, me fije en como las personas se desmoronaban, en un buen sentido, emocionalmente, cuando ese ser querido atravesaba finalmente la salida arrastrando una pesada maleta y con alguna otra sobre los hombros.  

Ver las caras de emoción de las personas, como les brillan los ojos intentando expresar todo lo que sienten, sus risas, llanto de alegría, etc. es algo que me deleita. Creo que esos breves momentos, que a veces parecen y son atesorados por una eternidad, evidencian lo realmente humanos que podemos llegar a ser.

Ayer ví a dos mujeres monas que eran de Rusia, aseguro un primo mío.  la más alta tenía una cara muy bonita, con ese tipo de nariz respingada que tanto me gusta.

También vi como una  familia compuesta por una mujer de unos 20 años y sus papas, recibió a su hermana e hija respectivamente en medio de un llanto y una emoción indescriptible.  La madre y la hermana se abalanzaron estrepitosamente sobre la recien llegada, colmándola de besos y abrazos.  En medio del furor del esperado encuentro, la hermana que la estaba recibiendo terminó el abrazo y se retiró para buscar al papa, el cual vestido de sudadera, venía caminando tranquilamente con un paquete de galletas en la mano.  Mientras se echaba una a la boca, su hija lo recriminó y le dijo algo como "Pero que poco amoroso eres papá". El padre, que debió haber sentido algo de pena, se llevo instintivamente la mano a la boca para dispersar las migajas del bigote y se unió rápidamente al recibimiento de su hija.

Y así vi muchas otras  familias que dejaron que sus sentimientos hicieran erupción. Otros viajeros, en su mayoría backpackers,  pasaban de largo  dando a entender que no están para dar tales muestras de afecto y que tal vez lo único que desean es recostarse sobre una cama o irse de juerga.  

Al final salieron las azafatas y los pilotos con caras de cansancio.  En ese momento pensé si a ellos, en medio de su rutina, no les gustaría también  recibir un abrazo sincero de quien sea en alguno de los aeropuertos a los que frecuentemente viajan.  De pronto esas tripulaciones son marineros aereos y tienen sus respectivos amores en diferentes "puertos", pero quizás por algún código de conducta no permiten que estos vayan a recibirlos.

El aeropuerto, en definitiva, uno de mis lugares favoritos en cualquier ciudad.

lunes, 16 de junio de 2014

Casualidad

 ¿A quién no le gusta el amor?  ¿Quién puede afirmar que tiene una coraza sentimental  tan fuerte que no permite que "ese veneno extraño" lo ataque, como suele hacerlo, sin avisar y de forma despiadada?

"Nadie quiere reinos, pero amor…Ahí todos caen,
más pronto o más tarde. Hasta los ángeles." 
David Safier - Jesús me quiere -
 
Considero que existe el amor casual, que no tiene para nada ese tinte pasional, fugaz y efímero de un encuentro casual con aquel desconocido  con el que uno se topa en un bar,  viaje o en cualquier otro lugar, y  que permite desatar ese instinto animal de procreación que todos llevamos por dentro. El amor casual  al que hago referencia es ese que algunos humanos, creo yo, en verdad alcanzan, y el cual se da por infinidad de circustancias, variables, lugares, personas, etc; las cuales llevan a alguien a conocer a su, perdone el cliché, media naranja.

Entonces uno de repente se estrella con esa persona que se ajusta perfectamente a  cada uno de los recovecos físicos y mentales, aquella que encaja y se acopla con esa maraña de miedos y contradicciones que suele ser uno, como lo haría una pieza de lego con otra. 

La casualidad entonces resulta ser más grande que el amor o la muerte, dos temas que le rayan constantemente la cabeza a la humanidad, pues es capaz de gobernar a ambos.  Esta nos puede encaminar hacía ese amor casual, o también hacer que crucemos una calle justo cuando un conductor borracho va por la misma, o  también, por ejemplo, nos podría situar como protagonistas  de un atentado terrorista, en cualquier lugar del planeta.

No sabía que iba a escribir hoy; me imagino que por alguna casualidad  mi cerebro se enfoco hacia este tema, como bien podría haberlo hecho sobre cualquier otro.

Sé que no tiene ningún sentido ponerse a pensar en la casualidad y sus complicadas formas de moldear el mundo y la vida de las personas, pues evidentemente es algo que no tiene respuesta.  

Creo que la mejor forma de hacerle frente a la casualidad, es evitar vivir a punta de casualidades, es decir, no dejar que la vida y sus constantes trancazos nos lleven, dando tumbos, a donde se les de la gana.  En últimas, encarrilar nuestras casualidades, en la medida de lo posible y hasta donde estas lo permitan,  hacia lo que cada uno le apuesta.

viernes, 13 de junio de 2014

Coaching

Todos los días cada uno de nosotros le va sumando más caos al mundo.  Imagino  que todas las sensaciones de angustia, causadas por  las preocupaciones que llevamos, que van desde no haber comprado la leche para el desayuno hasta tener una enfermedad terminal,  se van juntando concienzudamente en algun lugar etéreo, el cual en algún momento rozamos, y ahí es cuando se nos viene el mundo encima.

Yo no sé si las últimas generaciones de seres humanos son completamente diferentes  a las de nuestros padres o abuelos, con unos intereses más humanos, o simplemente resultamos ser unas completas nenitas, que no estamos contentos con nada, y nos sentimos con todo el derecho de renegar en contra del universo, ser supremo, fuerza mística o en lo que sea que cada uno cree (si es que se cree en algo superior que de alguna u otra forma gobierna el curso denuestras vidas); porque si hay algo cierto es que siempre creemos que la vida nos debe algo.

Antes  el libreto se seguía a la perfección y la casa,carro, beca, matrimonio hijos, etc. eran suficientes; hoy en día esta claro que no es así. Ya nos dimos cuenta que a pesar de acumular cualquier cantidad y tipo de riquezas podemos ser completamente miserables.  Entonces las nuevas generaciones poco a poco se han ido desprendiendo de esos patrones de conducta arcaícos y se le apuesta a la felicidad, que suele ir acompañada de una independencia laboral.

No crítico para nada esta nueva actitud, es más, estoy completamente a favor de la misma; pero es aquí cuando aparece el coaching. Una disciplina la cual creo que poco a poco se está prostituyendo, y también que tiene una demanda en forma exponencial porque nadie está feliz con nada, somos una parranda de inconformes. 

El punto es que hora muchos desean ser coachs, porque no hay una carrera para obtener dicho título.  Desde un panadero hasta una persona con una extensa carrera profesional y diferentes estidios de pregado y posgrado, se puede formar como coach, independiente de cual sea su profesión; existen hasta cursos gratis online de esta disciplina.

El coaching se está prostituyendo porque son muy pocos los que de verdad tiene un interés genuino  de querer formarse como coachs, entonces el Coaching se convierte en una piscina de salvación, donde muchos de los que dicen ser salvavidas de la misma, están más  perdidos que esos que se supone necesitan ayuda de un coach.  Viéndolo así, el coaching se ha convertido en una especie de religión, donde aterrizan aquellos que han perdido su rumbo en este mundo; esto último, algo extremadamente fácil.

Por ejemplo, sé de una persona que trabajó toda su vida como ingeniero y ahora, ad portas de completar medio siglo de existencia decidió volverse coach, lo cual no está mal si puede, tiene los medios para hacerlo y eso lo hace feliz.  Lo que no deja de parecerme contradictorio es que uno suele creer que esas personas siempre la han tenido clara en la vida, y que no se convirtieron  a esa "religión" para encontrar nuevamente su camino.

Por otro lado, está semana almorcé con una amiga que después de graduarse solo trabajo poco más de un año, y renunció porque le supo a cacho la vida laboral  ¿Es eso una búsqueda real de felicidad o una pataleta de niña consentida?.  Mañana viaja a Brasil para formarse como coach durante 8 meses y me dijo, completamente convencida, que eso es lo que quiere hacer por el resto de su vida.  A mí me parece, y se le mencioné, que un coach también debe untarse por más  tiempo de ese mundo, bien sea podrido o no, laboral, pues así tendrá más bases y podrá aconsejar y ayudar mejor a sus clientes.  Ella me respondió que no estaba de acuerdo con mi apreciación y que no valía la pena continuar siendo desdichada, trabajando en algo que no quería.  A esto último le respondí que yo preferiría mil veces un coach con una trayectoría laboral amplia que uno que solo trabajo en una empresa después de haberse graduado.

Algo que no le pregunté, me dio pena, fue si "Papi" le iba a pagar ese programa de coaching o si en ese año de trabajo había alcanzado a ahorrar para costearselo ella misma.  La verdad me parece una canallada estudiar a costa de los papás luego de haber conseguido un título profesional; a menos que uno sea hijo de alguien como Richard Hilton, caso en el cual uno podría decicarse simplemente a tener plata y hacer lo que le venga en gana.

Algo que me aterra pensar es que ahora necesitemos guías para todo, y no solo hablo de los coachs ejecutivos, sino personas que dicen ser maestros iluminados, otros que dicen comunicarse con angeles, sectas religiosas de "mil colores y sabores", etc.  ¿por qué nos cuesta tanto encontrar paz mental por nuestra propia cuenta?  ¿será qué  esa búsqueda de la felicidad y de desarrollar nuestras pasiones también contribuye, en cierta medida, a rayarnos la cabeza?

jueves, 12 de junio de 2014

Pertenencia

La pertenencia, entendiéndose por esta que algo es propiedad de alguien; no me gusta cuando se torna obsesiva. Siento que al decir que algo es de uno, en ocasiones, automáticamente se alza una barrera frente al otro, dándole a entender "mire lo que YO tengo y usted no".

Uno de lo más clásicos sentidos de pertenencia es cuando en las relaciones sentimentales tratamos al otro de MI: Novio(a) Esposo(a), etc.  Ese "MI", más que una palabra de afecto suena a posesión, a trofeo, y anula a la otra persona como ser humano, pues la pareja adquiere, creo yo, el mismo estátus de un objeto: Mi reloj, Mi carro, Mi casa, etc.

Esta pertenencia en las relaciones es tratada en la canción "Drain You", mi canción preferida del Nevermind:

"I don't care what you think
Unless it is about me
It is now my duty to completely drain you

Tal vez esto ocurre porque queremos mostrar a nuestra pareja como un trofeo, restregar ante los ojos de los demás eso que adquirimos y que nos proporciona amor, cariño, sexo, compañia, etc. Y queremos Drenarle todas esas cosas hasta que nos cansemos y cambiémos de posesión (pareja).

Otra frase que tenemos metida en la cabeza es "Mi empresa"; cuando solo la deberían utilizar aquellos que realmente hayan creado una.  De resto somos meros empleados y trabajamos por los intereses de otro, donde lo único nuestro, dado el caso, son las cosas con las que adornamos nuestro puesto de trabajo.

Creo que a la larga no se trata de adquirir más y más cosas, sino con la ayuda de otros, tratar de comprender mejor lo que la vida nos tiene por ofrecer.

miércoles, 11 de junio de 2014

Dinero Imaginario

Hoy me llamaron del banco  para ofrecerme, segun ellos debido a mi incondicional manejo (el cual solo debe consistir en pagarla a tiempo para no ser reportado en datacrédito), una nueva tarjeta de crédito con más  cupo.

Deje que la señora, con su voz de recreacionista emocionada, terminara toda su retahíla sobre las maravillosas ventajas de tener una nueva tarjeta con más cupo, para decirle que no estaba ni un poquito interesado, ni en la tarjeta, ni en tener más cupo.

Inmediatamente contraatacó, exigiendo que le dijera cuales eran las razones de mi negativa. Simplemente le dije que casi no la utilizo y que me parece absurdo y hasta peligroso tener un cupo de millones.  Ella muy amable me dijo que bueno, pero que si por algún motivo cambiaba de opinión la podía ir a recojer a la sede de Teusaquillo, pues ya la tenían lista y todo ¿por que coños hacen todo eso sin preguntarle nada al cliente? Malditas instituciones financieras; deberían ser claras en sus misiones e incluir un aparte que diga "procuraremos, en la medida de lo posible, joder al cliente".

Las tarjetas de crédito, para mí, solo son una ilusión falsa de poder adquisitivo, mero dinero imaginario.  Todavía no entiendo por qué aun existen personas que alardean, si ya casi  salen gratis en las cajas de cereales, porque tienen más de una,  y se consideran más importantes que otros en proporción al cupo de la(s) misma(s). Maldito arribismo.

De pronto la economía y el mundo en general funcionaria mucho mejor, si el único dinero disponible fuera el efectivo, así tal vez no habrían tantos desórdenes financieros y menos gente endeudada hasta el cogote, y por ende llevando una vida miserable.

Así que si algún banco quiere ofrecerme una nueva tarjeta la cual solo hace falta que yo la recoga, ya saben donde se la pueden ir metiendo.

martes, 10 de junio de 2014

Pequeñeces y agüeros

Está claro que cuando crecemos dejamos de ser niños; pero algo que falsamente intenta vender la adultez es que toca ser serio y comportarse  de acuerdo una profesión o un cargo, por simple código social, porque está mal visto divertirse como un niño pequeño.   Deberíamos más bien hacerle caso a lo que dice la canción Never Die de Creed :


"So let the children play inside your heart always and 
death you will defy 'cause your youth will never die"

Yo trato en lo posible de alegrarme con pequeñeces, y tengo otra serie de agüeros que considero de buena suerte:

Hoy por ejemplo me puse muy contento porque me compre un esfero negro de gel que escribe muy chévere y hacía rato que estaba buscando uno, cabe anotar también que una de mis especialidades es botar esferos.

Me considero muy afortunado cuando voy a un restaurante por primera vez y el plato que pido resulta completamente exquisito.  Esto logra reforzarse cuando a alguna de las personas con las que estoy no le gusta lo que pidio.  Yo sé que es  alegrarse un poco de la desgracia ajena; no suelo hacer eso, pero en ese espacio y ambiente es algo que considero viable.

Creo que es un buen agüero cuando llego a algún lugar o me bajo de un bus y la canción que voy escuchando termina exactamente en dicho momento.

Cuando pido una galleta o algún producto en una panadería y justo solo queda una, como si el destino la hubiera guardado solo para mi.

Cuando el Dios del Shuffle me concedé una canción que considero buena, me alegra el día y que hacía mucho rato no escuchaba, como me  ocurrió hoy con Getting Tighter.

Cuando descubro un nuevo lugar donde vendan un buen capuccino. 

Cuando leo una novela que escogí basándome únicamente en la portada y leyendo la contraportada, como "El hombre que Murió la Víspera".

De estas pequeñeces y agüeros son de los que me acuerdo por el momento  ¿usted cuales tiene?.

lunes, 9 de junio de 2014

Crítico de Noticias

Yo a veces les compro a los vendedores que se suben a los buses.  En ocasiones me molesta cuando en se ponen a decir que uno no es decente al no quere  recibirles el producto;  pero también es verdad que subirse a vender algo a un bus no debe ser para nada fácil, y mucho menos toparse con un montón de caras largas, agresivas,  etc.  A la larga lo que nos falta a todos es más tolerancia.

Hace mucho tiempo se subió al bús un hombre que llevaba un traje gris, con camisa blanca y sin corbata y que tenía una sección de  un periódico en una de sus manos.  El señor comenzó  a hablar y yo estaba esperando  a ver que era lo que tenía por ofrecer; mientras que en cambio de mencionar algún producto cogió el periodico con una mano mientras se sostenía de una varilla con la otra.

El señor empezó a leer las noticias del periódico y a criticar y comentar las mismas de una forma sarcástica y muy amena, con tintes de gracia que hicieron muy divertido el tiempo que duro su intervención. 

 Recuerdo muy claramente una noticia que leyó sobre los niveles de contaminación de la capital, y como en algunos sectores del sur de la ciudad los mismos eran más altos; con respecto esto anoto "Y es que los pobres si están muy jodidos, hasta el aire que les toca respirar está podrido".

A ese señor ese día muchos pasajeros le dimos plata.  A mí me pareció una manera completamente creativa e ingeniosa de subirse a un bus para intentar realizar una transacción comercial con los pasajeros.  Espero algún día volver a encontrarme  con ese crítico de noticias.

sábado, 7 de junio de 2014

Estoy muy triste

No lo estoy.  Me imagino que  puede haber algunas personas que les interesó el título de este post, para ver que desgracia les quería contar, y la posible razón de ese estado. Uno a veces suele ser así de amarillista con la desgracia ajena, le gusta como verla o admirarla de lejos, para sentirse tranquilo de no estar experimentándola y tener un punto de comparación; en resumidas cuentas para ver que otros andan más jodidos que uno.

La felicidad esta sobravalorada.   ¿Por qué a muchas personas les gusta poner "estoy muy feliz" en los estados de las redes sociales y nunca ponen "estoy muy triste"?  ¿Qué razón hay para que a la tristeza se le deje a un lado, siempre como la mala del paseo?  ¿Por qué se le tiene miedo? ¿cuantos de esos estados en verdad expresan un sentimiento genuino de felicidad?  ¿qué carajos es la felicidad? Nada más subjetivo que eso.  Es obvio que es preferible sonreir que llorar, pero no creo que  todo lo relacionado con la tristeza tenga que ser malo o fatal.

Considero que esas ocasiones donde estamos tristes son buenas porque son focos de cambio. Son esos momentos los que hacen que analicemos de verdad las situaciones,  que nos planteemos buenas preguntas que no tienen otro fin que cuestionar el status quo, zona de confort o llámelo como quiera.  

La tristeza es buena, porque indiscutiblemente nos induce a actuar para cambiar dicho estado a su complemento. Deberiamos tener los cojones suficientes para también poder decir, en determinado momento, que estamos tristes o muy tristes.  Este mundo no es de pajaritos que se posan sobre nuestro hombro para cantar y conejitos que nos acompañan dando salticos mientras caminamos; más bien es de palomas que nos pueden cagar la cabeza en cualquier momento y huecos (simbólicos y literales) de los cuales tenemos  que estar pendientes en todo momento, para que no  nos dañen el caminado.

viernes, 6 de junio de 2014

Imprudente

Una vez conocí a una mujer súper tierna, dígamos que se llama Pepita. Como usted bien sabrá, estimado lector, a mí las viejas tiernas me pueden estar dando tres vueltas.   Aparte de esta cualidad Pepita jugaba tenis, entonces tenía unas piernas (mí parte preferida del cuerpo de una mujer), que digo, unas piernotas muy bien torneadas que, como decía Cabrera Infante, "eran el epítome de la pierna femenina".  Cuando se ponía jeans ajustados, era todo un espectáculo verla caminar, igual que cuando jugaba tenis y utilizaba falda corta.

Comencé a hablar con Pepita seguido y salímos un par de veces.  En ese entonces recuerdo que me gustaba mucho tomar cocteles (esos venenos dulces compuestos por más de un licor).  En una de las salidas, la invité a tomar un par de dichos brebajes.

Todo iba muy bien esa noche.  Sentados en la terraza de un bar , y cuando ibamos por la mitad del segundo coctel; los planetas se alinearon, y el ruido del mundo dejó de sonar para los dos.  Parecia una escena de película romántica donde yo sostenía las manos de Pepita en las mías, mientras lentamente nos ibamos acercando para un beso que no tenía marcha atrás.  Por lo menos eso era lo que yo creía.

De repente "Imprudente" , una mujer que iba caminando por la calle, irrumpió en escena  para saludar a Pepita con un grito.  El saludo exagerado de la mujer, quien resulto ser una amiga de la infancia, fue un baldado de agua fría para ese momentro idílico con Pepita, quien freno su acercamiento para saludarla. Ahora todo parecía una comedia romántica.

El incidente cambió el curso de los acontecimientos  de la noche y no pasó nada con Pepita.  Un tiempo después la que me  interesó fue su hermana, pero está claro que eso es "harina" de otro escrito.

jueves, 5 de junio de 2014

Un Millón de amigos

Otro tema complicado para nosotros los humanos es la amistad, pues a veces parece más solida que una roca y en otras ocasiones cualquier incidente puede desmoronarla en cuestión de segundos.  Mi sabio amigo, "El perrito",  tiene una muy buena frase:


"Amigas las bolas y no se hablan"

Ante esa frase contundente, queda claro que la amistad para nosotros puede serlo todo un día y al siguiente nada,  Por más que queramos, llegar a conocer completamente a fondo a ese que se encuentra al lado nuestro  es imposible. 

Hoy en medio de una seguidilla de clics, podria decirse, frenéticos, caí en una página donde había un link para mirar el libro "Como ganar amigos e influir sobre las personas".  Nunca me voy a leer ese berraco libro, primero porque me parece que en verdad estamos muy jodidos, si un pinche libro nos tiene que indicar como hacer amigos. 

Creo que todos somos conscientes que la amistad se puede dar de mil formas, y también son miles las variables que nos llevan a conocer a una persona; entonces me aburre que a estas alturas del partido, con no se cuantos miles de años de existencia, todavía queramos que nos den todo en forma de manual, con una lista de pasos a realizar.

Segundo porque los libros que más disfruto son los de ficción; bien lo dijo el gran Juan Jose Millás:

"La realidad necesita de la ficción para ser más completa
más agradable, más visible"
A mí me gusta que me narren historías.  Suficiente tiene uno con cumplir con todos los patrones establecidos por la sociedad, para que ahora vengan a decirle como tiene que interactuar socialmente dizque para "ganar amigos".

En un lugar en el que trabajé, hace ya varios años,  siempre me encontraba en el ascensor con una mujer de otra empresa.  Había días en que el encuentro se repetía en la mañana, al medio día para ir a almorzar, y por la tarde cuando terminaba nuestra jornada laboral.  Después de varios encuentros, nos mirabamos y sonreíamos.  Nunca supe, nada de ella; ni su nombre, edad, preferencias sexuales, número de talla del zapato, etc; así que yo y mis amigos  simplemente la denominamos como "la amiga del ascensor".

Es posible que si me hubiera leído el libro que le mencioné, esa mujer sería ahora mi esposa, pues habría aplicado a cabalidad todas las técnicas del capítulo: "El ascensor:  bello lugar  para entablar amistad".

miércoles, 4 de junio de 2014

La Molestia del Fan

Muchas veces caemos en el juego de mostrar gusto por algo, simplemente por seguir una tendencia o moda.  Esto es, por ejemplo, admirar el cuadro de la Mona Lisa como un  crítico de arte, cuando en realidad nos transmite más emoción un dibujo hecho por un niño de 5 años.

Muchos dicen que quieren ver a U2 en Colombia, y que harían lo que fuera por ir al concierto aunque las boletas sean un atraco. Solo porque sí, porque es U2 y toca verlo en vivo.  A mí también me gustaría verlo, pues parece ser que  el show y montaje de uno de sus conciertos es increíble. Sin embargo, U2  no es uno de mis grupos favoritos y no lamentaría el perderme dicho espectáculo.

Imagino que hay personas a las que les encanta U2, tienen toda su discografía y se saben la letra de todas las canciones, junto con la fecha de cumpleaños de sus integrantes y si les gusta o no dormir con piyama.  Ahí es cuando se genera lo que yo llamo  "la molestía del fan"; cuando estos se dan cuenta que existen fantoches que solo asistirían a un concierto, para después publicar una narcisa (Selfie) en cualquier red social o hacer un check in.

Por mera asociación, cuando mencionan a los Heroes del Silencio automáticamente uno piensa en su canción "La chispa adecuada", la cual es buena; pero afirman muchos conocedores y seguidores de Enrique Bunbury y su grupo, que este es mucho más que aquella única canción.

Hay otros que dicen que la mejor  canción de Led Zeppelin es All of my love, la cual musicalmente no es mala, pero para mí es una canción súper zonza y que no produce ninguna emoción importante en comparación con Whole Lotta Love, In my time of Dying, Dazed an confused, Over the Hills and far away, Ramble on, etc.

Está claro que a cada quien le puede gustar lo que le de la gana, fingir que le gusta y/o actuar como una traqueto bajo el lema "Yo veré que hago con mí plata".  Lo que no me cuadra de dicha actitud son las ganas de querer aparentar algo que no se es, nuevamente por ese afán tan gigante que tenemos de ser personas cool 

martes, 3 de junio de 2014

Latigazo

El fin de semana pasado me ví la última media hora de la etapa del Giro de Italia.  probablemente si algún incidente de la misma, hubiera puesto en peligro el liderato de Nairo Quintana, no la habría visto.  Para qué voy a decir mentiras;  ver ciclismo, al igual que carreras de carros me aburre.

 En un momento de la transmisión Santiago Botero habló sobre un latigazo que dió un ciclista al resto de competidores. Lo que más me llamo la atención de dicha expresión "ciclística",  es que, según él, el competidor que lo da toma ventaja frente a los otros y para cada uno estos, sucesiva y progesivamente, es más dificil responder al mismo.

Esto me hizo recordar el libro "Las 22 leyes inmutables del marketing", el cual leí hace mucho tiempo y que ya debió perder su vigencia y la  importancia que tenía en ese entonces.  En el mismo, una de las leyes era la siguiente:


"Es mejor ser el primero que ser el mejor"

Un enunciado que la verdad  no necesita mucha explicación.  Es bueno ser el primero en ofrecerle un servicio o producto  al mundo, sin dejar de tener en cuenta que casi al instante del lanzamiento,  muchos van a intentar copiarlo y ofrecer lo mismo, o un sustituto con alguna variante.

Todo, creo, finalmente se relaciona con la innovación, que a la larga busca ofrecer productos y/o servicios nuevos de forma novedosa, y que sirve para mirar como se puede ser el primero, con algo nuevo por ofrecer, en mercados  saturados que parecen tenerlo ya todo.

Cabe anotar que en cuestión de relaciones sentimentales, la ley resulta ser una vil mentira.

lunes, 2 de junio de 2014

Funeral - Entierro

FUNERAL 

A mi no me gustan los funerales. Supongo que esto se debe a que me parecen toda una parafernalia innecesaria con relación al evento de morir; una que no hace más que hurgar en esa herida invisible que adquieren los familiares apenas muere un ser querido.

Por otro lado no tengo ni la menor idea de como se debe comportar uno en esos eventos, es decir,  ¿se debe adquirir un semblante triste y meditabundo, a pesar de que uno no se sienta realmente así?  ¿Es valido intentar hacer comentarios jocosos, con el fin de aliviar un poco la tensión en el ambiente? o  ¿es preferible quedarse callado y responder a los comentarios de otras personas con los brazos cruzados o las manos entre los bolsillos, cualquiera de estas posturas acompañadas con un  ligero asentamiento de cabeza?

Ayer cuando estaba en uno y me estaba planteando estás preguntas; mientras miraba a mi alrededor vi mucha vieja buena y me sentí mal,  ¿Está bien ponerse a mirar viejas en una funeraría, mientras otros andan sumidos en un duelo profundo?   igual ni modo, uno no pierde su condición de hombre y  muchas mujeres estaban vestidas como para un coctel, una fiesta de gala o rumba en un bar exclusivo de la ciudad.

Otra cosa que también me aterra es cuando en el lugar donde está el ataud comienzan a repetir la oración "Dale señor el descanso eterno y brille para el(lla) la luz perpetua" digna de película de terror.  Opino que si las personas quieren rezar, lo mejor sería que lo hicieran mentalmente y no hacer del acto una actividad en conjunto y voz alta.

Pensé entonces que cuando yo muera no quiero que me hagan un funeral y si inevitablemente necesitan hacerlo, me gustaría  que las personas fueran vestidas de blanco, con guayabera de ser posible.

ENTIERRO

Hoy fue la misa previa al entierro.  Todo comienza nuevamente con esas altas dósis de acto protocolario con la llegada del carro mortuorio, donde las personas se arremolinan junto al mismo y esperan a que abran el baul para sacar el ataud.  Yo se que es costumbre y todo, pero esa cargada del ataud, esos pasos hasta llevarlo hasta justo enfrente del púlpito del cura,  deben, imagino yo, afectarlo a uno psicológicamente por el resto de la vida; uno no debería involucrarse con esa actividad.

Me ubiqué justo enfrente del grupo de músicos compuesto por dos violines, un violoncello y un teclado; todos muy profesionales con un atril donde reposaban sus partituras.  Aunque no tengo ni idea de como leer notas me gusta mucho como se ven escritas.  Los dos violines los tocaban dos personas mayores, mientras que el violoncello un hombre joven.  Pensé que posiblemente él es el bajista de un grupo de Death Metal, y se gana la vida tocando decentemente su instrumento en misas católicas, pues de algo se debe vivir.

A lo largo de la misa, le puse atención al cura y la verdad es que utilizan un lenguaje poco claro que tiende hacia la metáfora, y más que eso hacía a la confusión. Estás son unas de las frases que utilizó y que la verdad no me parecen para nada claras:

"El hermano/a tal (haciéndo referencia a la persona que murio) libre ya de la muerte...no está muerto ha pasado de una vida natural a una sobrenatural."

"El miedo a la muerte no nos deja ser bondadosos y felices"

Y esta última ya cerrando la misa, la consideré como  la más incierta y enigmática de todas:

"Ya conocemos la meta, y vamos demarcando el camino con nuestro testimonio"

 ¿Cual era el mensaje o enseñanza que quería dar?  Prefiero mil veces que me expliquen las cosas con plastilina en vez de enmarcarlas en un halo de misterio.  En cuanto a la última  ¿la meta es la muerte, que resulta ser el único evento completamente seguro de nuestra existencia? si eso era lo que quería decir, lo siento pero me parece un sermón completamente chimbo, negativo y fuera de lugar.  Parece que los curas no tuvieran ni la más mínima idea del poder de las palabras, en fin...

Es muy complicado romper con siglos de tradición, pero la verdad no comparto todo ese bombo que le damos a la muerte, con el fin, imagino yo, de querer comprender ese incidente del cual no tenemos ni la más mínima idea, desde el momento en que nuestro corazón deja de latir. 

Parece que cuando eso ocurre, cuando en medio de nuestra magnificiencia no entendemos algo, hacemos cualquier cosa para cambiar tal situación y creamos todo tipo de rituales que a la larga nos dejan igual de perdidos y con una carga emocional innecesaria.

domingo, 1 de junio de 2014

Mañanero

Son las 5:02 a.m del 01 de junio de 2014.  Prácticamente se podría ya salir a la calle y decirle "Feliz Año" a cuanto conocido que se nos cruce por delante.  No suelo madrugar los Domingos, pero ayer, a eso de las 8:00, llegué muy cansado a la casa, y me tumbé en la cama sin quitarme la ropa.  En otras palabras no me puse la pijama o piyama; igual es una prenda que ya no utilizo, pues siempre duermo en boxers, y palabra que leo más a gusto escrita de la segunda forma.

Después de un tiempo de estar despierto vino a mi cabeza la palabra mañanero, por aquella expresión de "polvo mañanero".  Descargué mi brazo izquierdo sobre la cama y no reposó sobre ningún bulto de mujer (no se ofendan, gracias), así que el recuerdo de la expresión solo quedó en eso.

Cuando uno se levanta así sin haber programado despertador, sin tener que viajar o salir temprano de la casa; en últimas cuando el día se perfila para perfeccionar aquel fino arte de hacer "nada", hay un momento en que uno se siente, por lo menos yo, como un ser extraño que no encaja en el mundo, o que no sabe a ciencia cierta que es lo que desea.  

Prendí el televisor, vi el final de un programa de bromas de Halloween, cerré los ojos un rato o "hice pereza" expresión extraña esta, pues me hace pensar que en algún lugar del mundo venden dósis de pereza o pereza en lata.  Finalmente sentí sed , digamos, algo concreto.  Me fui a la cocina a servirme un vaso de jugo de naranja con 2 hielos, que es para mí la cantidad adecuada de hielos para enfriar una bebida.  

Siempre que abro la nevera de mí casa, me siento como en un concurso de pruebas, pues esta es muy pequeña y a veces para encontrar lo que uno está buscando se debe jugar una especie de tetris con moldes, ollas, botellas, etc. Cuando interactúo con la misma, siempre me imagino una serie de cámaras que me enfocan, mientras un presentador va narrando lo que ocurre "Se le cae un molde al piso. Ahora veamos que hace con ese huevo, el concursante  parece no encontrar una ubicación para el mismo, el tiempo se le está agotando..."

Después de servirme el jugo, me entraron las ganas de escribir. Casi siempre escribo de noche en mí blog, pero tengo una columna que está taladrando mi mente y a la cual pienso dedicarle tiempo más tarde; así que ahora voy a editar este escrito y esperaré, después de este post mañanero, a que sienta más deseos de hacer algo en concreto.