Todos los días cada uno de nosotros le va sumando más caos al mundo. Imagino que todas las sensaciones de angustia, causadas por las preocupaciones que llevamos, que van desde no haber comprado la leche para el desayuno hasta tener una enfermedad terminal, se van juntando concienzudamente en algun lugar etéreo, el cual en algún momento rozamos, y ahí es cuando se nos viene el mundo encima.
Yo no sé si las últimas generaciones de seres humanos son completamente diferentes a las de nuestros padres o abuelos, con unos intereses más humanos, o simplemente resultamos ser unas completas nenitas, que no estamos contentos con nada, y nos sentimos con todo el derecho de renegar en contra del universo, ser supremo, fuerza mística o en lo que sea que cada uno cree (si es que se cree en algo superior que de alguna u otra forma gobierna el curso denuestras vidas); porque si hay algo cierto es que siempre creemos que la vida nos debe algo.
Antes el libreto se seguía a la perfección y la casa,carro, beca, matrimonio hijos, etc. eran suficientes; hoy en día esta claro que no es así. Ya nos dimos cuenta que a pesar de acumular cualquier cantidad y tipo de riquezas podemos ser completamente miserables. Entonces las nuevas generaciones poco a poco se han ido desprendiendo de esos patrones de conducta arcaícos y se le apuesta a la felicidad, que suele ir acompañada de una independencia laboral.
No crítico para nada esta nueva actitud, es más, estoy completamente a favor de la misma; pero es aquí cuando aparece el coaching. Una disciplina la cual creo que poco a poco se está prostituyendo, y también que tiene una demanda en forma exponencial porque nadie está feliz con nada, somos una parranda de inconformes.
El punto es que hora muchos desean ser coachs, porque no hay una carrera para obtener dicho título. Desde un panadero hasta una persona con una extensa carrera profesional y diferentes estidios de pregado y posgrado, se puede formar como coach, independiente de cual sea su profesión; existen hasta cursos gratis online de esta disciplina.
El coaching se está prostituyendo porque son muy pocos los que de verdad tiene un interés genuino de querer formarse como coachs, entonces el Coaching se convierte en una piscina de salvación, donde muchos de los que dicen ser salvavidas de la misma, están más perdidos que esos que se supone necesitan ayuda de un coach. Viéndolo así, el coaching se ha convertido en una especie de religión, donde aterrizan aquellos que han perdido su rumbo en este mundo; esto último, algo extremadamente fácil.
Por ejemplo, sé de una persona que trabajó toda su vida como ingeniero y ahora, ad portas de completar medio siglo de existencia decidió volverse coach, lo cual no está mal si puede, tiene los medios para hacerlo y eso lo hace feliz. Lo que no deja de parecerme contradictorio es que uno suele creer que esas personas siempre la han tenido clara en la vida, y que no se convirtieron a esa "religión" para encontrar nuevamente su camino.
Por otro lado, está semana almorcé con una amiga que después de graduarse solo trabajo poco más de un año, y renunció porque le supo a cacho la vida laboral ¿Es eso una búsqueda real de felicidad o una pataleta de niña consentida?. Mañana viaja a Brasil para formarse como coach durante 8 meses y me dijo, completamente convencida, que eso es lo que quiere hacer por el resto de su vida. A mí me parece, y se le mencioné, que un coach también debe untarse por más tiempo de ese mundo, bien sea podrido o no, laboral, pues así tendrá más bases y podrá aconsejar y ayudar mejor a sus clientes. Ella me respondió que no estaba de acuerdo con mi apreciación y que no valía la pena continuar siendo desdichada, trabajando en algo que no quería. A esto último le respondí que yo preferiría mil veces un coach con una trayectoría laboral amplia que uno que solo trabajo en una empresa después de haberse graduado.
Algo que no le pregunté, me dio pena, fue si "Papi" le iba a pagar ese programa de coaching o si en ese año de trabajo había alcanzado a ahorrar para costearselo ella misma. La verdad me parece una canallada estudiar a costa de los papás luego de haber conseguido un título profesional; a menos que uno sea hijo de alguien como Richard Hilton, caso en el cual uno podría decicarse simplemente a tener plata y hacer lo que le venga en gana.
Algo que me aterra pensar es que ahora necesitemos guías para todo, y no solo hablo de los coachs ejecutivos, sino personas que dicen ser maestros iluminados, otros que dicen comunicarse con angeles, sectas religiosas de "mil colores y sabores", etc. ¿por qué nos cuesta tanto encontrar paz mental por nuestra propia cuenta? ¿será qué esa búsqueda de la felicidad y de desarrollar nuestras pasiones también contribuye, en cierta medida, a rayarnos la cabeza?
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