El ruido de la lluvia sobre el tejado lo despierta. Entreabre los ojos y mira la hora en el reloj despertador que tiene sobre la mesa de noche: Los palos rojos forman los números 5:20. Le quedan 40 minutos para que suene la alarma.
Da media vuelta para abrazar a Mariana, su esposa, pero la otra mitad de la cama está desocupada. “Debe estar en el baño”, piensa. Se esfuerza por escuchar algún ruido proveniente de ese lugar: el agua de la taza del baño descargando, o la del del lavamanos corriendo ,de los pequeños pies de su esposa dando pasos descalzos sobre las baldosas o acomodando la toalla en la baranda de metal. No pasa nada, el sitio es como una tumba.
¿Y si le pasó algo?, piensa. Ha escuchado historias de ese tipo, de personas que, en apariencia, gozan de plena salud, y de repente les da un ataque, ¿ictus es que le llaman? Se pregunta. El hecho es que, de un momento a otro ahí quedan y sanseacabó en un instante están vivos y al otro muertos o medio muertos.
Todo esto el hombre lo piensa en cuestión de segundos, hasta que cae en cuenta que desde hace más de tres noches Mariana ya no está con él, se fue y no tiene ni idea en dónde está y mucho menos con quién.
Luego lucha por no hacerlo, pero al final cede, toma el celular, y se pone a revisar las redes sociales de su exesposa , para ver si ha publicado algo nuevo, una foto, un estado, una ubicación, algo, lo que sea, que le un indicio de que diablos está pasando con su vida, pero nada, su vida virtual guarda el mismo silencio que el del baño.
Entonces, aprovechando que Mariana todavía no ha borrado las infinidad de fotos que se tomaron juntos, al hombre no le queda más remedio que hundirse en los recuerdos.
No entiende, no entiende nada. La vida, cree, no es más que pura confusión y caos, con algunos fogonazos de lucidez, de resto, piensa, caminamos al filo del abismo.
Ahí, en medio de esos pensamientos sombríos, el hombre recuerda el diálogo de un cuento de Raymond Carver. Uno de los personajes se pregunta a dónde carajos va a parar todo el amor que existió entre dos personas.
El hombre se levanta, va a la biblioteca, busca el libro y lucha por ubicar ese aparte como si su vida dependiera de ello hasta que por fin da con él:
“Hubo un tiempo en que creí que amaba a mi ex mujer más que a la propia vida. Pero ahora la aborrezco. De verdad. ¿Cómo se explica eso? ¿Qué ha sido de aquel amor? Qué ha sido de él, eso es lo que quisiera yo saber. Me gustaría que alguien pudiera decírmelo."
- De qué hablamos cuando hablamos de amor
Apenas termina de leer el párrafo y como una casualidad de una de esas novelas que le gusta leer, suena la alarma. Le gustaría quedarse divagando todo el día sobre el amor, pero debe alistarse para ir al trabajo.