Hoy leí una publicación que compartió una mujer. Una serie de imágenes con frases que, se supone, evidencian pura sabiduría. La superioridad moral que cargaba la primera, evitó que leyera el resto; esta decía: "Toma de tres a cuatro años conocer a una persona por completo. Las parejas que esperan este tiempo, antes de casarse, tienes menos probabilidad de divorciarse".
¿Cómo le quedó el ojo estimado lector? Me aburren estas píldoras de sabiduría que pretenden enunciar verdades, pues a la larga estas no existen, es decir, cada uno lleva y cree en su verdad, que es como un carnet: única y a veces intransferible, como se le de la gana. Que pena aquellos que siguen al pie de la letra este tipo de frases.
Creo que nadie llega a conocer por completo a otra persona, sin importar cual sea su tipo de relación: pareja, amigo, familiar, etc. Todos llevamos un lado oscuro o ciertos aspectos de nuestras vidas en la penumbra, y es ahí donde se deben quedar. Probablemente no sabemos cuales son y nunca los descubriremos, pero en caso contrario es mejor dejarlos ahí, quietos sin que sean perturbados.
Al momento de ser, ser alguien, qué se yo, un humano con identidad, más bien somos incógnitas andantes. Jugamos a tener todo claro y definido, tarea en la que fracasamos rotundamente. Es probable que incluso nosotros mismos nunca lleguemos a conocernos por completo.
"¿Es posible para un humano lograr entender perfectamente a otro?
Podemos invertir enormes cantidades de tiempo y energía para conocer a otra persona,
pero al final ¿qué tan cerca estamos de conocer la esencia de esa persona?
Nos convencemos a nosotros mismos que conocemos a la otra persona bien, pero ¿en verdad sabemos algo sobre alguien?
- Crónica del pájaro que da cuerda al mundo -
" Lo cierto es que los dos tenían una región secreta a la que el otro no podía acceder,
pero se trataba de un lugar sin geografía, de un país sin territorio, incluso sin una lengua propia, sin constitución, sin historia.
- No mires debajo de la cama -
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