Somos los amos del universo cuando de cuestionar a otra persona se trata. Vuelve nuevamente el ego a jugar un papel supremamente importante cuando lo hacemos y adoptamos ese papel de jueces desquiciados. ¿pero que ocurre cuando estamos del otro lado? es decir ¿cuando alguien cuestiona, con argumentos sólidos, algo que creemos hacer bien?.
Hoy me paso eso con mi hermana. Fuimos a almorzar y cuando estábamos esperando que llegara la comida, ella comenzó a cuestionar X cosa de mi tumbao' diario. Entonces lo que pasa en esas ocasiones, estimado lector, donde pasamos a ser los cuestionados, es que inmediatamente nos ponemos de mal genio y refutamos a diestra y siniestra todo lo que oímos; a pesar que parte de lo que nos están diciendo puede ser verdad.
Precisamente por eso es que nos duele tanto ser cuestionados; porque de un momento a otro le sueltan a usted un par de frases (soberbias cachetadas verbales), que tienen como destino la consciencia, y los golpes directos allá si que duelen.
Considero que cuestionar o dejarse cuestionar solo es malo cuando usted lo hace sin medio argumento válido; en esas ocasiones donde lo único que usted pretende es fastidiar a su interlocutor.
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