A Camilo le apasiona todo lo relacionado con crecimiento personal, sin llegar a caer en las arenas movedizas de la espiritualidad de bolsillo y el porno motivacional. Aspira, algún día, a entender en su totalidad de que manera aprenden las personas.
Hace un tiempo Carlos, que tiene una empresa familiar que dicta cursos relacionados con esos temas, lo buscó desesperadamente para hacerle una propuesta de trabajo o más bien una alianza estratégica. Camilo, sin tener una explicación lógica, decidió confiar en su sexto sentido, intuición, pálpito, llámelo como quiera y decidió declinar la propuesta pero no le dijo nada a Carlos, simplemente quería adoptar esa estrategia de alejamiento a la que muchas veces apelamos cuando sentimos que hay gato encerrado y algo simplemente no cuadra, sensación que se puede traducir en la conocida frase: "De eso tan bueno no dan tanto".
Carlos continuó buscándolo, incluso le envió una carta, hasta que un día Camilo le tuvo que decir que lo dejara en paz pues no tenía interés alguno en su propuesta.
Camilo siente que Carlos es una persona que en este momento de su vida no le aporta nada. Una vez le hizo caso a su corazonada experimento eso que llamamos "fresquito", que es el máximo nivel de tranquilidad.
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