En la universidad nunca llegué en blanco a un parcial, era más bien ñoño y estudiaba para todos o, por lo menos, tenía alguna idea de los temas que posiblemente nos iban a preguntar. Una vez me tocó uno de los profesores más duros de física eléctrica y era difícil llegar preparado a un parcial, no porque no se hubiera estudiado sino porque nos podía salir con cualquier cosa.
Como era imposible determinar que nos iba a preguntar, decidí no clavarme en esa materia y estudiaba para tener un ligero conocimiento de los temas. Siempre soñaba con inspirarme el día parcial, evento que nunca sucedió.
En nuestro curso habían muchos repitientes, de los cuales conocía a muy pocos. Para el tercer parcial, cuando uno ya sabe si se va a tirar o no la materia, uno de ellos quedó sentado enfrente mio.
Ese día, después de que el profesor repartió los temarios, yo saqué mi hoja examen y me puse a escribir y hacer todo tipo de cálculos. Pasada media hora, mientras intentaba salir lo mejor librado del examen, el repitiente cálculo el instante preciso para darse media vuelta y rapar mí hoja.
Como quede sin nada encima de la silla, rápidamente saqué una hoja de un cuaderno y fingí escribir en ella, mientras tecleaba la calculadora, con miedo de que el profesor se me acercará a preguntar donde estaba mi hoja de examen.
Después de patearle la silla al raponero de parciales, por unos 3 minutos, finalmente me la devolvió, bastante arrugada. Era claro que él había llegado al parcial en blanco.
AL terminar el semestre pasé esa materia raspando, ojalá mi humilde examen le haya servido al repitiente.
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