Ordeno un poco mi cuarto. En un instante miro detrás de la biblioteca y ahí está la guitarra negra que me regalaron en un cumpleaños hace ya muchos años. Días después del regalo me propuse aprender a tocarla pero luego de sacarle unos cuantos acordes, me di cuenta de que no me agradaba tanto hacerlo, y también de que era malo. Obvio era un principiante y quizá con algo de práctica lo habría logrado, el caso es que me dio pereza y entonces la guitarra se convirtió en uno de esos objetos que se guardan pero a los que rara vez se les pone cuidado.
La tomo, me siento en el borde de la cama y toco la sexta cuerda, la más gruesa. Luego ubico mi mano en el traste para tocar el arpegio del principio de Civil War, pero noto que está desafinada. Para convencerme de que es así ahora toco el bajo del incio de Jeremy y no suena para nada parecido a la canción.
Ahora me voy a las tres primeras cuerdas y parece que están bien pues toco el pincipio de Silent Lucidity. Si, esas tres no tienen problema. Me devuelvo a las últimas y trato de afinarlas moviendo las clavijas hasta que, creo, las ajusto donde debe ser.
En ese momento me acuerdo del principio de Thank You. “Re era el acorde del principio, ¿cierto?”, me pregunto, pero no lo recuerdo. De lo que si me acuerdo bien es de como van los cortes en la batería .
En eso quedaron mis ganas de aprender a tocar guitarra: tres acordes y los inicios de algunas canciones
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