lunes, 16 de agosto de 2021

Recuerdo

Es una noche fría y Jorge Di Tulio alcanza a escuchar como la lluvia golpea el pavimento allá afuera, en la calle, un lugar que, atrincherado en su casa, parece remoto.

Decide preparar chocolate.

El momento más importante de la preparación es cuando tiene que echar la pastilla del producto en la olleta, pues no puede ser una entera, sino que siempre la parte para que el tamaño sea ¾ de la pastilla, pues le gusta que la bebida le quede clara.

Parte con éxito la pastilla. Hay veces en que lo hace mal y en un arrebato de rabia, producto de su torpeza manual, cambia de opinión y decide prepararse un té.

Prende el fogón de la estufa y decide quedarse mirando la olla, como hipnotizado por ella, pues sabe que no hay nada más traicionero que un chocolate a punto de hervir, y que solo basta con quitarle los ojos de encima un segundo para que la bebida se derrame.

Justo cuando empieza a subir la espuma es cuando le llega a la cabeza un recuerdo de N, pronunciando una frase con ese “vos” que tanto le fascinaba y convirtiendo en palabra aguda algún verbo.

La conoció por accidente en un viaje a Medellín, mientras hacía la fila de un supermercado para comprar una botella de agua.

De N, un examor, un exfuturo, para ser más precisos, no le queda más que el recuerdo.

Jorge juega con él por un rato, y se le aparecen otros, como esa noche que N. lo llevo de tour por diferentes bares de la ciudad, con el firme propósito de tomarse una cerveza en cada uno.

Terminaron su travesía en un Lounge, “un barsito de musiquita chill”, lo llamaba N. y allá fue donde Jorge la besó por primera vez, después no vendrían muchos más besos y por eso ese fue tan importante.

Al otro día, uno antes de devolverse a Argentina, otra vez se vio con ella, pero N. no quería que se le acercara.

Después del almuerzo fueron al Oviedo, y Jorge le dijo que le quería regalar un libro. Ya en la librería N. se moría por uno de Juan Gossain, y él nunca entendió qué era lo que le veía a ese libro. El tenía en mente una novela de Javier Marías, pero la dejo escoger el que ella quisiera.

Cuando Jorge le da el último sorbo a la bebida, el recuerdo de N. como la espuma del chocolate, se esfuma por completo.

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