Desde hace un momento toda su concentración está dedicada a una sola tarea: quitarle la etiqueta a la botella de cerveza, pero sin dañarla. Hace un rato trató de hacer lo mismo con la anterior, pero la ansiedad y las uñas la destrozaron. Apenas ocurrió eso, y sin haberla terminado, pidió la que tiene ahora en sus manos y apartó la de la etiqueta estropeada hacia un rincón de la barra donde reposan otras tres botellas.
, Parece que cada vez que logra despegar un trozo del papel se premia con un sorbo de cerveza, pero es una tarea lenta y testaruda, como una penitencia más bien.
Al otro costado una mujer de piernas largas y falda roja corta se pone de pie y camina hasta la rockola. Todos los hombres la siguen con la mirada, menos el de la barra que sigue peleando con la etiqueta de la botella. La mujer se inclina de forma seductora introduce una moneda en la máquina y selecciona la canción Mala suerte de Henry Fiol. Empieza a sonar y la mujer comienza a bailar sola.
Que he hecho yo, pa’ tener tan mala suerte
Que he hecho yo, pa’ sufrir tanto dolor
Triste dolor, de vivir siempre angustiado
De vivir siempre frustrado, buscando algún remedio
A mi pobre situación
El hombre de la barra comienza a cantarla. Arranca la etiqueta de un tirón, se bebe lo que le queda de cerveza de un sorbo y abandona el lugar.
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