Fue mi primer libro de solo letras. Antes de ese libro me la pasaba leyendo una colección titulada Cosas y casos: de los animales prehistóricos, de tu cuerpo, de nuestro planeta, de los animales. Podía pasar horas mirando ese grupo de libros que traían ilustraciones divertidísimas acompañadas por un breve texto.
El libro de cuentos de los hermanos Grimm no lo leí de principio a fin, sino que fue una lectura desordenada. Tal vez nunca llegué a leer un cuento en su totalidad. A veces, cuando mi madre estaba en la cocina preparando algo de comer, yo llegaba con el libro y le pedía que dijera un número al azar. Luego de que me lo decía yo buscaba la página con ese número y comenzaba a leer sin importarme si caía en la mitad de un cuento. Si me daba cuenta de que no me estaba poniendo atención, le reclamaba y le pedía que me contara sobre sobre lo que le había leído.
Mi madre fue esencial en mis inclinaciones artísticas. Otras veces llegaba con una hoja en blanco y un lápiz, y le preguntaba : ¿Qué dibujo? y ella me decía lo primero que se le ocurría: a mí, esas naranjas, la nevera, en fin, lo que fuera. Yo nunca cuestionaba su elección y me ponía a dibujar de inmediato.
Gracias por todo Sra. Cecilita.
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