martes, 14 de abril de 2015

Mesa con oídos

Supongamos que algunas mesas tienen ínfulas de pared y también tienen oídos.  Ahora piense usted en una mesa de cualquier restaurante o café  ¿Cuantas conversaciones, y de que tipo, escucharán a lo largo del día? habría que preguntárselo a una, pero como como la mesa que yo le planteé y en la que usted está pensando, no tiene boca, ni modo de que nos lo diga, a menos de que resulte ser una mesa con poderes telepáticos, y que usted también tenga la fortuna de presentar  esa habilidad, lo sabríamos; pero como ninguno, supongo, es un  mutante o algo por el estilo, lamentablemente nunca obtendremos el conocimiento urbano y de la vida en general que poseen las mesas

Hoy me tome un café con una torta de zanahoria, una de las mejores combinaciones que pueden existir en el multiverso del cual hace parte nuestro planeta.  En la mesa que estaba a mi derecha, había 3 hombres y dos mujeres que estaban hablando sobre literatura.  Yo estaba leyendo y no quería ponerles atención, pero la distancia entre las mesas era muy corta, y además parecían saber de lo que estaban hablando, o por lo menos lo aparentaban muy bien,

De pronto, una de las mujeres dijo, "Vargas Llosa es un escritor extraordinario, pero me molesta su constante búsqueda y uso del poder".  Comparto totalmente la primera parte de su opinión; en cuanto a la segunda no tengo ni idea a que hace referencia.  Me imagino que tiene que ver con su postura crítica hacia ciertos gobiernos, pero no entiendo como obtiene poder con eso.

Sus amigos la miraban y no decian nada, al parecer tampoco entendieron mucho su punto, porque uno de los hombres cambio el tema de conversación y se puso a hablar sobre "¡Calcio!", la novela de Juan Esteban Constain, otra de las tantas  que tengo pendientes por leer junto con Autogol de Ricardo Silva.  

Me obligué a no poner más atención, porque el hombre comenzó a hacer un resumen detallado, y a mí me gusta enfrentarme a las novelas sin saber  casi nada sobre la trama.

Después de un rato los literatos se fueron y llegaron 4 hombres a ocupar la mesa.  El que parecía el líder de la charla les dijo a sus colegas: "lo que quiero explicarles es la filosofía de la construcción"  apenas mencionó esa frase, pensé "qué pereza, pobre mesa que tiene que aguantarse semejantes conversaciones tan aburridoras.  

También deje de poner atención, pero el hombre se tomó confianza y cada vez hablaba más duro, con frases somo: "Contratamos a dos constructoras muy grandes"..."Una renta mensual de 800 millones".  Los otros hombres, al igual que la mesa, no mencionaban palabra alguna, de pronto porque también les aburría el tema o pensaban "¿Y yo Qué carajos hago acá?"

Definitivamente eso de ser mesa en un trabajo pesado.

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